farsalia
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Registrado: 07 Nov 2007 Mensajes: 39806
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Publicado: Sab Nov 01, 2008 11:48 am Título del mensaje: Sólo quiero caminar |
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En 1995 Agustín Díaz Yanes se estrenó como director con Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto, película que seguía las andanzas de Gloria Duque (Victoria Abril), una mujer que se metía en un fregasdo en México con la mafia local y a su regreso a España seguía enfangada hasta el fondo. Trece años después, Díaz Yanes recupera al personaje, pero no intenta hacer una segunda parte, sino una película, Sólo quiero caminar, que parece caminar por la misma senda aunque la cosa va por otros derroteros.
La película se inicia con una ejecución, en el Mercado de Abastos de México, D.F., realizada por Gabriel (Diego Luna), un sicario de confianza de Félix (José María Yazpik), un mafioso local. Ya se nos ha presentado uno de los personajes principales: Gabriel, apodado el Arcángel o Babyface, no tiene reparos en matar, pero no a mujeres, ni escrúpulos para planear el asesinato de su padre, ahora en prisión y que mató a su madre años atrás. La película pasa entonces a España, Algeciras, un robo realizado por cuatro mujeres: Aurora (Ariadna Gil), su hermana Ana (Elena Anaya), la miedosa Paloma (Pilar López de Ayala) y Gloria Duque (Victoria Abril). Las cosas acaban mal, Aurora es capturada y condenada a varios años de cárcel. Mientras tanto, Félix y Gabriel llegan a España, ampliando negocios: Félix se encapricha de Ana - su carta de presentación, una felación - y decide casarse con ella (pretty woman, walking down the street... como en la película, el rico que se enamora de la prostituta). Una brutal accidente, causada por Félix, deja a Ana postrada en coma en una cama, lo cual provocará la venganza de las otras tres mujeres, una vez que Aurora sale de la cárcel.
La película podía haber caído en los tópicos tarantinianos, y afortunadamente no lo hace. El inicio y el desarrollo están muy bien dirigidos, aunque el final queda un poco desangelado; no así la última secuencia, preciosa y con una enorme carga visual. Díaz Yanes nos traslada al mundo machista, sórdido y brutal de las mafias mexicanas - con padrina incluida -, con todos los tópicos que se quieran: mujeres humilladas y simples juguetes sexuales de capos y sicarios, ajustes de cuentas, negocios sucios con bandas coreanas, lujo pretencioso, guiños a la modernidad - Félix guarda lo guardo todo en un disco duro externo -, etc.
Los personajes están muy bien planteados: las cuatro mujeres son arquetipos desarraigados pero con cierta profundidad. Ana se enamora y desenamora al instante, si bien sólo sabemos de ella hasta que esbrutalmente agredida; Paloma, que trabaja en unos juzgados, es miedosa, insegura pero fiel a sus amigas; Gloria Duque ha envejecido, tiene un hijo de trece años que quiere ser torero y ganar un concurso literario. Pero donde mejor pone el énfasis Díaz Yanes es en Aurora, Gabriel y Félix. Éste último es brutal, aunque seductor; ambicioso, trata de ampliar sus negocios a ambos lados del charco, aunque sus métodos son poco apreciados por enemigos e incluso por aliados. Gabriel y Aurora, por su parte, hablan poco pero lo dicen casi todo con sus gestos, su caminar (el de Aurora seduce a Gabriel), sus debilidades y sus contradicciones. Aurora lo guarda todo para sí, busca en el sexo con hombres de servicios de compañía el cariño momentáneo y silencioso que le falta. Es expeditiva, guerrera (como la canción), no duda y es vengativa. Su encuentro con Gabriel, que se hace pasar por un chico de compañía, sin apenas palabras, marcará el resto de sus vidas.
Díaz Yanes construye una película ambiciosa, con ritmo y agilidad, aunque esa agilidad se pierde en la media hora final. El México que nos muestra es cenagoso, sucio, contaminado por el crímen, las ambiciones y la sangre. Las escenas de mujeres humilladas mediante felaciones, sobre todo aquella en la que Félix y Ana se conocen, realmente aportan poca cosa a la trama, exceptuando quizá ese machismo endémico en mafiosos de medio pelo. Fatalismo y desolación rodean a los personajes y a las tramas, algunas de ellas muy propias de Misión imposible.
En definitiva, nos encontramos con una buena película, con un buen guión y el buen hacer de su plantel interpretativo. Quizá le falte un puntito de profundida y le sobre un poco de efecticismo. Pero como muestra de un cine negro, oscuro y viscoso, es un producto más que recomendable. _________________ Web personal
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