Foro de Hislibris

[Rodrigo]

Título completo: Entre dos octubres: Revoluciones y contrarrevoluciones en Rusia (1905-1917) y guerra en Eurasia. Obra de Francisco Veiga, Pablo Martín y Juan Sánchez Monroe. Sale a fines de marzo.



http://www.alianzaeditorial.es/libro.php?id=4198473&id_col=100508&id_subcol=100513[i]

[asiriaazul]

Me interesa y mucho. Anotado queda.

[Rodrigo]

Veiga es autor con mucho arrastre, al parecer. Desgraciadamente, por acá no se lo conoce mucho.

En cuanto a este libro, si lo veo me lo pillo sin falta.

[Clodoveo11]

Muy molón, sí.
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γνῶθι σεαυτόν... vaya, y sólo sé que no sé nada.

[farsalia]

Pinta muy bien...
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¡¡El Mesías!! ¡¡El Mesías!! ¡¡Muéstranos al Mesías!!

[atenea]

lo quiero!

[Valeria]

No tengo la menor duda de que Rodrigo en alguna vida anterior gozó de los paisajes de la extensa madre Rusia

[Rodrigo]

Eso explica el tirón de piernas que de repente me viene…

Oculto: 

[farsalia]

Leído hasta hace unos días. Muy interesante en su crítica a la "historia narrativa" tradicional que reitera un relato factual que esconde el bosque y hacia una cierta historiografía liberal (Figes, por ejemplo, recibe algunas andanadas; también Pipes) que no ahonda en (u obvia) algunas cuestiones: por ejemplo (como ya han tratado Veiga y Martín en una obra anterior) que la Primera Guerra Mundial no acabó en el "frente oriental" en noviembre de 1918 y la Conferencia de París de 1919, sino que se alargaría, a lo largo de un amplio espectro geográfico (que va del Báltico a Polonia pasa por Turquía y se adentra en Asia Central), hasta 1923. La guerra civil rusa, de hecho, no habría tenido el desarrollo ni la duración que tuvo sin la implicación de las potencias occidentales (de la Legión Checoslovaca a la invasión japonesa en la extrema punta de Siberia).

Libro muy sugestivo: no sólo ofrece una panorámica "historiográfica" de la Revolución rusa de 1905 a 1917, con un muy lúcido análisis de las dinámicas en juego de marzo a octubre de 1917, sino que también nos obliga a abrir el objetivo de la cámara y a no encasillar el proceso revolucionario (y sus consecuencias) en un cajón estanco, "sellado" como el vagón de tren que trasladó a Lenin a Petrogrado en abril de ese año. No fue un proceso de triunfo inexorable de los bolcheviques; de hecho, fue el fracaso en establecer prioridades en cuanto a las reformas y en mantenerse en la guerra lo que acabaría, paulatinamente, por desgastar y hacer fracasar los Gobiernos provisionales, de Lvov a un Kérenski bonapartiano y precursor de algunos aspectos del fascismo que llegaría en los años veinte.
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[Urogallo]

¡Siempre hemos estado en guerra con Eurasia!

¡Siempre!
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—Tienes la palabra de un oficial romano —dijo—. Vale más que un juramento.-