Foro de Hislibris

[farsalia]

La lectura sirve para mucho... pero no hace falta más que ver a la generación de nuestros padres y abuelos para darse cuenta de que, en un mundo sin apenas libros, había valores en décadas en los que contaban poco. Y consiguieron salir adelante sin leer, sin apenas educación, y nos contagiaron precisamente la idea de que la educación era importante, porque ellos no la habían recibido... y aún así empujaron a un país hacia la sociedad actual.

Leer lo es todo... pero no para todo el mundo. Hace años (sí, empieza una de esas "batallitatas" mías... me hago viejo, lo sé ), cuando trabajaba como auxiliar operativo en una multinacional tabaquera (toma categoría laboral para definir al "mozo de almacén", subalterno del "operario de fábrica", de toda la vida), yo llamaba la atención por llevar siempre un libro encima. Llamaba la atención y seguramente se me consideraría un tipo raro. Llegaba a las seis y pico de la mañana leyendo en el bus, leía un rato antes de empezar a trabajar en el vestuario, leía otro rato en la hora del desayuno, y también de vuelta a caa. Y todo ello lo más probablemente se consideraría algo extraño; aunque en casi cuatro años de trabajo allí todo el mundo se acababa acostumbrando, compañeros y jefes (alguno con ínfulas literarias e incluso autor de alguna novela histórica, de la que pedí atentamente un ejempar para leer y comentar por foros como este... anteriores a la existencia de este, pero que se me negó arrogantemente diciéndome "cómprate un ejemplar", algo que decliné hacer ante una respuesta tan estirada... y que curiosamente fue reseñada en la Papri años después; podéis buscarla, no es difícil de hallar). Se acostumbraron ellos a verme con el libro siempre encima, y me acostumbré yo a sus reacciones, que fueron de todo tipo: de la indisimulada displicencia a la casi secreta curiosidad. Con el tiempo algunos me pedían recomendaciones, alguno que otro me prestó algún libro que tenía por casa (que no era para nada de mi gusto, todo sea dicho), regalé algunos ejemplares para la hija estudiante de bahillerato de alguien. Y percibía actitudes diversas.

Una de las que más me chocaron fue la de un compañero, apenas veinte años, que dejó los estudios a los dieciséis y se puso a trabajar en varios sitios hasta llegar allí. Aparentaba y parecía ser muy seguro de sí mismo y realizaba tareas para las que yo me veía incapaz; aprendí a usar máquinas de todo tipo, traspaletas incluidas, y con soltura incluso, pero siempre fui un negado para saber conducir un toro mecánico, y eso limitaba mi "promoción" a otras partes de la empresa... aunque tampoco lo lamenté: siempre preferí estar en "la saca", como se llamaba a la parte de envasado de pedidos de tabaco, la parte que poca gente valoraba, por su carácter monótono y en la que uno podía meter la pata. A mí se me daba bien, me buscaba la manera de que las siete horas y medias pasaran rápidamente; preparar manualmente con el carrito de turno las cajas de los comandas de los estancos alrededor de una línea de productos en torno a una cinta mecánica me entretenía y lo consideraba un desafío. Cien cajas un día, ciento veinte el siguiente, ciento cuarenta al cabo de unos meses, casi doscientas en alguna ocasión... cuando la media era de menos de cien. Se me daba bien, muy bien incluso, y cometía pocos errores. De hecho, pronto fui el modelo a seguir según los jefes... estúpidos jefes que consideraban que todo el mundo debía "producir" según unos baremos imposibles de alcanzar... para todo el mundo. Pues no todo el mundo sirve para hacer lo mismo. Y yo no valía para según qué cosas... pero trata de explicárselo a gente con traje y corbata que nunca supieron lo que era estar siete horas y media preparando comandas, levantando peso, moviendo cajas, controlando que no te entretuvieras demasiado en prepara una comanda (y con la de las tiendas y estancos grandes podía estar una hora larga o más); gente para quien la palabra "productividad" significaba putear a tus empleados, presionarles, sacarlos de quicio incluso, pues ellos también se sentían presionados... aunque claro, su sueldo no era el mismo que el de los operarios y auxiliares... no hay nada peor en una empresa que los mandos intermedios, encargados, subdirectores y directores adjuntos. Los que con un poco de poder se sienten tiranos...

Que me enrollo... el compañero aquel, decía. Durante el año y pico que trabajamos juntos siempre me pareció alguien con muchas capacidades. Un día, esperando el bus de vuelta a casa, él que siempre iba y venía en el coche de algún compañero, se sentó a mi lado. Yo con mi libro, él mirando el horizonte; por entonces, finales del pasado milenio, no había los móviles de ahora, que tienen de todo y con los que te aíslas de todo el mundo. Charlamos "del tiempo": qué lees; esto; ah, está bien (sin saber qué libro era); sí, está muy bien,; ah..., y de pronto me suelta: "¿para que sirve leer?". Y yo me quedé en blanco. "No sirve para nada", se respondió él mismo. Y en su óptica, tenía lógica: tenía trabajo, ganaba dinero, se pagaba su casa, salía con los amigos, pensaba en casarse con su novia,... Y como él, muchos compañeros de la empresa: compañeros que conseguían pasa de contrato de obra a uno indefinido (lo más parecido que había a estar fijo por entonces), subiendo de categoría profesional, ganando más dinero, metiéndose en hipotecas con apenas veinticuatro o veinticicno años, comprándose un coche, prometiéndose en matrimonio, viviendo la vida como gran parte, por no decir la mayoría de este país en esos momentos de euforia económica. Yo pensaba en dejar un curro en el que empecé por un mes, supliendo a alguien que estaba de vacaciones... y en el que me pasé casi cuatro años, con contrato indefinido y a punto de subir de categoría dentro de la empresa al inicia el quinto año. Siempre he pensado, especialmente cuando las cosas se pusieron complicadas con la crisis económica de los últimos años, que si hubiera querido aún estaría allí, trabajando en lo que a priori no era lo mío pero se me daba bien, con un sueldo estable, garantías sociales... De todo eso, que dejé hace once años y medio para iniciar "la aventura de la historia" (iluso...), sólo me queda un plan de pensiones en el que nunca meto nada y que sólo crece por los intereses del banco... de los que tengo cumplida cuenta cada tres meses mediante cartita bancaria de turno.

Lo que quiero decir, al margen de narrar la batallita de turno que no le importa a nadie, es que aunque no nos lo parezca, la lectura no es algo que necesariamente lleve a una vida mejor... ni tampoco peor. Hay gente que piensa, pero no lee. Gente que lee, pero no piensa. Gente que encuentra otros alicientes en la vida para mejorarla... al margen de la cultura, ls artes y los libros. Hay mucha gente que prepara cafés detrás de una barra, que conduce autobuses, que hornea pan, que trabaja en fábricas de ropa o cadenas de montaje, que leen y que también pueden no hacerlo... y la vida sigue.

Leer te puede dar una imagen del mundo totalmente diferente a la que tendrías si no leyeras... pero no leer también te da una imagen del mundo diferente a la que tendrías leyendo, y ambas son compatibles. Hay gente que se apoltrona delante de un televisor y desconecta. Y hay gente que es incapaz de hacerlo. Los hay que se sumergen en las páginas de un libro y los hay que simplemente se toman una caña de cerveza al aire libre y no piensan en nada. Sé lo que siento al leer un libro y hasta cierto punto me puedo imaginar los objetivos de vida de quien no lo hace. Pero no me parece que unos seamos mejores que los otros. Y es que a veces, como lectores, nos queda la idea de que por el hecho de leer somos mejores que quienes no leen; pensad en ello: cuántas veces habremos pensado que leyendo somos personas mejores, mejor formadas, más librepensadores, con espíritu crítico; que nuestro universo es más amplio, que nuestra manera de pensar es más rica en matices que la de la gente que no lee. ¿A que en ocasiones nos hemos sentido así? Yo leo, qué grande soy. Pero es algo que no me gusta pensar. De hecho, cuando veo a mis padres, que no han leído apenas un libro en su vida, o a los padres de amigos y conocidos, a mucha gente, de hecho, no pienso en cómo pueden vivir sius vidas sin abrir un libro. Sin conocer esos mundos que yo he leído, y que por el hecho de haberlos leído son mejores mundos. Entonces pienso que (me) conviene ser más humilde, que el mundo es tan amplio como libros pueden caber en él o mundos que un libro puede construir. Y que leer es una gozada, una maravilla, un sentirse bien consigo mismo. Pero también debe de serlo, para quien así quiera hacerlo, sentarse delante de un televisor y ver Telecinco o "El Hormiguero", o un partido de fútbol... Pues, en el fondo somos lo mismo. Personas que transitan por este mundo, el real, sin manual de instrucciones ni carta de salida de la cárcel del Monopoly que puedas utilizar.

PS: anda que menudas ganas de contar tontás, como diría aquel...

PS2: todo esto viene a santo de librerías que cierran, ¿no?
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Web personal

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[Anubis_71]

Estoy totalmente de acuerdo contigo, Farsalia: leer no te hace mejor persona, y la lectura es una droga como cualquier otra, que te permite evadirte, sólo que sin muchos efectos secundarios (excepto para el bolsillo).
Aunque siempre me ha gustado leer, cuando empecé el COU fue cuando inicie la costumbre de llevar siempre un libro conmigo a todos sitios, y cuando empecé la residencia (y dispuse de dinero propio) fue cuando mi manía de leer y coleccionar libros se convirtió en una pequeña obsesión. Desde entonces he ido acumulando más y más libros, hasta el punto de que es la biblioteca de mi casa la que levanta voces de sorpresa cuando vienen visitas a casa. Hasta tal punto que cuando hice la última mudanza los pobres mozos nos hicieron prometer que no volveríamos a cambiar de casa para no tener que volver a cargar tantas cajas de libros...
Ahora bien, no habéis pensado en una gran ventaja de ser un lector compulsivo: lo fácil que lo tienen tus familiares, parejas y amigos para pensar que regalarte en tu cumpleaños (un libro, por supuesto).
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Leyendo "Muros", de David Frye (Turner, 2019)

[CalpurniaT]

De verdad, que me encanta leer vuestras reflexiones! Lástima que ahora me tenga que ir pero ya vendré por el hilo que está muy interesante! También me han gustado mucho las reflexiones de Semíramis!

Ah! Anubis–71...... En mi caso tener libros ha significado para mi familia, hasta no hace mucho, " ¿para qué te voy a regalar un libro si tienes muchos? ¡Es que no sé cuál regalarte!".

Un saludillo
CalpurniaT

PD--> Farsalia, te lo he dicho alguna vez, ¿por qué no escribes todas esas reflexiones, incluyendo a Barcelona, en " algo" más extenso? Están muy bien! Anímate anda!
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"Cuando oyes decir la verdad, el resto es whisky barato..." y el whisky es barato porque........... SON TIEMPOS DIFICILES.......(3 segundos)......TIEMPOS BIZANTINOS.......

[farsalia]

[akane]

Tal vez leer no te haga mejor persona, pero te hace pensar, y por ello te hace menos débil. La tele puede darte también información, pero la recibes de forma más pasiva, porque es una transmisión más dinámica y necesitas estar más pendiente, por lo que la manera de razonar es más lenta, y más escasa. Otra cosa es que al apagar la tele reflexiones sobre lo que has visto. Y de todas formas, con la parrilla televisiva hoy día tampoco hace falta reflexionar mucho.
Yo no sé a qué generación de padres y abuelos os referís exactamente, pero por ejemplo mi madre, que era hija de obreros, y nació a finales de los 50, tenía libros y leía mucho. Tampoco es que España fuera Sierra LEona.
Anyway, ha sido un debate muy interesante!
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"Tudo vale a pena quando a alma não é pequena" (Pessoa).

"Voy a anclar mi alma atormentada a la flota británica y a preparar unas galletas" (Susan Baker).

[INIGO]

Como mínimo la lectura te amuebla la cabeza que no es poco.
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http://elpuentelejano.blogspot.com.es/

[cavilius]

Todos los extremos son malos (no, no estoy hablando de jugadores de fútbol), lo mejor es la aristotélica postura del término medio. Quien crea que el que lee es una persona superior al que no lee, es que aún no ha leído lo bastante (sí, es una bonita paradoja). Y quien crea que leer no sirve para nada, es que no conoce el verdadero significado de la expresión "servir para algo". Y lo grave es que difícilmente lo aprenderá mirando la caja tonta, me temo.
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Otros pueblos tienen santos, los griegos tienen sabios.
Friedrich Nietzsche
La vida solo puede ser comprendida mirando atrás, pero solo puede ser vivida mirando adelante.
Søren Kierkegaard

[Hagakure]

[Rosalía de Bringas]

¡Virgen Santa, qué hilo tan interesante me he perdido hasta ahora! (claro, como estaba leyendo )
En primer lugar (como diría Calpurnia), me parecen interesantísimas todas las opiniones aquí vertidas. Me ha gustado mucho una reflexión que ha escrito Farsalia sobre la visión del mundo de quién lee y de quién no lee... Y También la última aportación de Semíramis.
En segundo lugar (¡ah!, estas científicas es lo que tienen, el orden!) creo que antes de vincular taxativamente hábito lector con antecedentes familiares lectores debemos diferenciar la generación de nuestros padres de la nuestra como padres. No se dan los mismos condicionantes [del mismo modo que nuestro ocio, nuestros juegos, fueron muy diferentes de los de nuestros hijos (hablo por mí que ya he cruzado la cincuentena)]
En tercer lugar, aporto mi experiencia: en mi casa siempre hubo libros (y prensa diaria, que nos olvidamos de ese hábito tan importante para el tema) y a mí me gustó leer desde siempre; tal vez por imitación. Los libros formaban parte del hogar, algunos se habían heredado. Había incluso un sitio, en el secreter (¡ay, qué mueble tan bonito!) donde se guardaba una colección de libros teosóficos (¡Dios mío, cómo le hubiesen gustado a Semíramis!) que habían sido prohibidos después de la guerra y que, por motivos que no vienen a cuento, mi familia había mantenido. Recuerdo que sólo salían cuando se limpiaba el mueble, como si verdaderamente aquella soberbia colección tuviese un poder extraño, comprometedor y peligroso *.
Cuarto. Sobre el tema de la lectura en sí misma, a mí sí me parece primordial. Es básico leer; cuanto más, mejor. Especialmente en la niñez y la adolescencia. El problema está en que nuestro mundo es fundamentalmente visual y es mucho más cómodo ver la imagen en movimiento que hacer todo el proceso de la lectura donde la imaginación es prioritaria. De hecho, la grandeza del libro respecto al formato imagen (película, documental, noticia, etc) está en ese plus de interpretación que cada lector incorpora en el hecho. Digamos que, al leer, cada sujeto participa de un modo propio, único e intrasferible en el acto comunicativo de la lectura.
La imaginación, esa es la clave (Por algo para Santo Tomás formaba uno de los sentidos internos, el elemento que junto a la memoria permitía el desarrollo del conocimiento...)
Y el lenguaje.
Leer facilita la comunicación. Al amplicar el campo de nuestra semántica, nos enriquece enormemente. Cada vez vamos acercándonos más y mejor a aquello que queremos decir. Y, por extensión, capacita a los individuos para el encuentro, la pacificación y el acuerdo.
Es más, estoy convencida de que la última esperanza para cambiar las cosas es la cultura: leer, estudiar, aprender (pero no con un sentido finalista, laboral). Leer será un acto revolucionario.
Y, si no, al tiempo.
Bueno, chic@s, lo dicho, un placer...

*Si alguien tiene curiosidad, eran las obras completas de Roso de Luna, algunas traducciones de la obra de Blavlaski y textos hinduístas... Fueron heredados por otra parte de la familia

[Rosalía de Bringas]

Perdón, se me ha repetido

[farsalia]

Traducciones de madame Blavatsky, curioso...
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[APV]

Otra librería que puede cerrar es la Couceiro de A Coruña:
http://www.laopinioncoruna.es/coruna/2014/02/12/novo-ciclo-couceiro-mais-galego/810781.html

Se jubilan, y si nadie la compra cierra.

[INIGO]

[APV]

El viernes cierra la librería Nos de A Coruña.
http://www.laopinioncoruna.es/coruna/2014/02/19/libreria-plaza-libro-cerrara-puertas/813184.html?utm_source=rss

Tras 40 años, y precisamente en la plaza del libro.

[Semíramis]

Estos días he visitado en A Coruña la librería O Moucho, situada en la ciudad vieja.
Aquí se habla de ella: http://putoinformatico.blogspot.com.es/2009/06/paraiso-perdido-libreria-o-moucho.html

Es una librería de viejo, de laberíntico espacio, discreta fachada y mágico interior. Fui buscando sin éxito un par de libros y a cambio me llevé otros dos, con lo que salí muy satisfecha
Uno que me hizo especial ilusión, por ser recomendación de Nausícaa y estar descatalogado es "Dama Imperial", de André Norton y Susan Shwartz.

El otro es uno al que tenía ganas de Guy Gavriel Kay: Los mosaicos de Sarantium.
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http://literatura-con-estrogenos.blogspot.com