Foro Primigenio de Hislibris

[Ricardo Corazón de León]

Ánimo, autor o autora. La unanimidad generalizada respecto a las áreas de mejora de tu texto puede servirte de ayuda de cara a la próxima edición del concurso, donde espero que haya algún relato tuyo. Gracias por permitirme leer este.

Además, con 23 votos que has obtenido, se puede decir que te quedaste a las puertas de ser seleccionado y que muchos de nosotros te votamos.
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¡Estoy horrorizado! No sé si el mundo está lleno de hombres inteligentes que lo disimulan... o de imbéciles que no se recatan de serlo. M. Brickman.

[ilona]

Al escribir Princeps Rodericus Campidoctor pretendía dar curso a la idea de dos personajes históricos tremendamente ricos —al menos en lo personal, aunque Almanzor lo fuera también en lo material—, a caballo entre los siglos X y XI. A punto estuvieron de coincidir en el tiempo. Yo quise enfrentarlos en sus ambiciones, pues tienen muchos puntos de encuentro: los dos proceden de la baja nobleza o el pueblo, saben adaptarse a los tiempos, tienen una ambición desmedida, son crueles e inteligentes y ansían, al final de sus días, emanciparse del poder establecido, iniciar una nueva dinastía. Los dos son rebeldes, y este punto es el que más me atrajo. También el hecho de que ninguno fue nunca derrotado en combate, murieron en sus camas tras una vida guerrera e intensa. Rodrigo, joven, en Valencia. Almanzor, ya viejo, en Medinacelli (Soria). Los sueños de ambos se vieron truncados —por la muerte de su hijo Diego en la batalla de Consuegra y por la ineptitud de sus vástagos, Almanzor—, esa es, para mí, la lectura principal: ¡tanto nadar, para morir ahogados en la orilla! Los sueños vanos de hombres poderosos, desbaratados como un castillo de naipes.
Durante el concurso se apuntó la falta de emociones del Cid, la ausencia de empatía al no lamentar la muerte de su hijo en Consuegra, cosa no del todo cierta. Creo que lo dejo traslucir en el texto, aunque también debe ponerse en contexto: los dos son guerreros, Rodrigo extraordinariamente experimentado (Campidoctor), ha visto morir a mucha gente de forma atroz y sabe a lo que se expone su hijo; también qué es lo que se espera de él si pretende aspirar algún día al trono de Valencia. El Cid muere poco después, con apenas cincuenta años, dizque por las heridas sufridas en múltiples batallas (dos estuvieron a punto de costarle la vida), aunque parece que pesó, y mucho, la muerte de su hijo.
Respecto a sus palabras desde la tumba en Burgos, siendo honesta, se me coló. Caí en la cuenta al poco de haber enviado el relato, conste que no fue por cuestión de relecturas, pero estas cosas pasan. ¡Perdiendo se va aprendiendo!, decía mi abuela. Y aunque aquí entró por error, no veo objeción alguna a que hable un narrador fallecido: en Pedro Páramo lo están todos —salvando las infinitas distancias, claro está—.
Gracias por vuestros comentarios.

[Ricardo Corazón de León]

Muchas gracias, ilona por el cómo se hizo y bajarte la máscara. Es cierto que se aprende mucho de las críticas. En cuanto al narrador es cierto que aquí ha habido narradores que eran piedras, patatas y zanahorias y hasta pies, así que sin problema por mi parte.
No sé si alguien lo verá porque a estas alturas no hay gente por aquí. Yo me paso solo a cotillear. Espero que todos estén preparando sus textos para el próximo concurso y no lleguen apelotonados al final.
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¡Estoy horrorizado! No sé si el mundo está lleno de hombres inteligentes que lo disimulan... o de imbéciles que no se recatan de serlo. M. Brickman.

[caliban66]

Saludos, Ilona. Bravo por participar en el, en mi experiencia, certamen más duro. Lamentablemente no pude participar mucho en los comentarios este año, pero acabo de ver tu comentario en la taberna y así he llegado a este "Cómo se hizo". Sólo puedo aportarte algo de mi larga experiencia en este certamen, y de recibir un montón de comentarios, muchos negativos. Dos conclusiones:
a) Es prácticamente imposible que todos los aspectos de un relato satisfagan a todos los lectores.
b) Si algo es señalado por más de un lector, presta atención aunque no estés de acuerdo. Todos percibimos las cosas de manera muy diferente y personal, pero si hay un patrón, entonces están señalando algo que se te puede escapar.

A los hisbrileños nos encanta que la pandilla aumente. Bienvenido/a!

[ilona]

Gracias por vuestras respuestas, sois muy amables.

[Hahael]

¡Ánimo, ilona! Nos vemos a la próxima.