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Foro de Hislibris Libros de Historia, libros con historia
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momper
Registrado: 14 Dic 2008 Mensajes: 4739 Ubicación: el chacuatol
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Publicado: Vie Oct 20, 2017 5:45 pm Título del mensaje: |
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Pues en esto estoy de acuerdo con Mary Beard:
Cambridge University students given trigger warnings for Shakespeare plays (The Independent, 19-10-17)
English literature undergraduates were apparently cautioned that a lecture focusing on Titus Andronicus and The Comedy of Errors would include "discussions of sexual violence" and "sexual assault". [...] critics such as Mary Beard, a Professor of Classics at Cambridge, say allowing students to avoid learning about traumatic episodes of history and literature is "fundamentally dishonest".
David Crilly, artistic director at The Cambridge Shakespeare Festival, said: "If a student of English Literature doesn't know that Titus Andronicus containts scenes of violence they shouldn't be on the course. _________________ ¿Quién es Müller? |
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Rosalía de Bringas
Registrado: 16 Feb 2011 Mensajes: 3757
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Publicado: Dom Oct 22, 2017 10:02 am Título del mensaje: |
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¡Que estupendo artículo el de hoy en El Páis, al hilo de la exposición que sobre William Morris puede verse en Madrid.
Toda una reflexión sobre el papel de la belleza cotidiana en nuestra vida y la relación del hombre con la naturaleza y su entorno.
Os lo adjunto:
Simone Weil dice que una de las necesidades vitales de las personas de clase trabajadora es la belleza. Sin belleza en la vida cotidiana y en los procesos mismos y en los resultados del trabajo no hay justicia social. No sé si Weil llegó a conocer los escritos y las obras materiales de William Morris, pero de un modo u otro le llegó su influencia, en parte porque el movimiento de vindicación del trabajo artesanal y de búsqueda de la educación y la justicia que Morris y los amigos de su círculo iniciaron se extendió por toda Europa, en parte también porque su sensibilidad personal está empapada del mismo espíritu que alentaba en Weil, y que ya se había manifestado mucho antes en la obra de William Blake y en la de Thoreau: un rechazo de los poderes destructivos y esclavizadores desatados por el industrialismo; una defensa no tanto de paraísos retrógrados anteriores a la Revolución Industrial, sino de formas de relación personal con el trabajo, la vida comunitaria y la naturaleza que equivalían a una forma radicalmente alternativa de economía y de desarrollo. Hasta hace no mucho, figuras como William Blake, Thoreau, John Ruskin, William Morris, Weil eran contempladas con una condescendencia despectiva. Una ortodoxia a la vez capitalista y marxista proponía que el único progreso posible, bien hacia el socialismo o hacia la plenitud del libre mercado, era el crecimiento industrial, o lo que se llamaba en lenguaje marxista el desarrollo de las fuerzas productivas. La creencia insensata en el progreso ilimitado parecía la única forma posible de racionalidad.
La obstinada realidad vuelve actuales y rescata del ridículo a los viejos utopistas, los que avisaban de que el emponzoñamiento de los ríos y la destrucción de los árboles y de los delicados ecosistemas humanos de las ciudades eran algo más que pecados contra la sensibilidad estética de personas ilusas, cuando no rastros de sentimentalismo pequeñoburgués. Los mismos humos de carbón y de gasolina que oscurecen los mármoles de las estatuas envenenan con micropartículas hasta los últimos reductos de los tejidos pulmonares y provocan cánceres y enfermedades respiratorias. Tormentas tropicales más destructoras que nunca y fuegos que arrasan bosques en este otoño con temperaturas de verano y desierto no son una advertencia de lo que puede venir, sino la prueba de lo que ya ha llegado y se agrava a mucha más velocidad de la que nadie imaginó.
Morris sabía que la destrucción y la fealdad no eran hechos accesorios, sino elementos tan centrales de la injusticia como la brutalidad del trabajo en las fábricas y el sometimiento de los obreros a un sistema de producción en el que a nadie le estaba permitido disfrutar del resultado de su esfuerzo, y por tanto del sentimiento de la propia dignidad y de la posibilidad de la alegría. Discípulo de John Ruskin, Morris contraponía la labor soberana y sabia del artesano a la monotonía humillante del trabajo proletario en la fábrica, que convertía al ser humano en un accesorio de la máquina.
Construir objetos bellos y útiles o participar en su creación es una fuente segura de felicidad; también vivir en lo posible rodeado de ellos. La visión utópica de William Morris tiene un anclaje práctico en lo diario y lo cotidiano de la vida. Lo útil de verdad siempre es bello. Lo superfluo, lo confuso, lo pesadamente ornamental ofenden a la vista y entorpecen la vida, y llenan el mundo de objetos innecesarios cuya única razón de existir es el sostenimiento de la producción en masa y la opulencia de los poderosos. “Bello es lo que el tiempo no hace vulgar”, decía nuestro Juan Ramón Jiménez, que tiene mucho del esteticismo humanista y social de William Morris, de su sentido del trabajo gustoso, el que ennoblece el espíritu y mejora la vida común.
A diferencia del iluminado teórico, que dice una cosa y suele hacer la contraria, el visionario práctico a la manera de Thoreau y William Morris predica con el ejemplo. Thoreau se complacía en sus vuelos románticos de contemplación, pero también se esforzaba en perfeccionar los lápices que fabricaba su familia y se dedicaba a un oficio tan exigente de precisiones como el de agrimensor, y tomaba datos exactos sobre las fechas de floración de las plantas, las pulgadas de nieve caídas cada invierno, el espesor de la capa de hielo en el lago Concord. El ejemplo persuasivo con el que predicó Morris muchos años fue el de los objetos cotidianos que ideaba y producía, los que comercializaba en su propia empresa, los que encargaba a otros o ayudaba a difundir: telas, papeles pintados, azulejos, vidrieras, muebles, tipografías, libros enteros, editados con un máximo de claridad y belleza, como los panfletos que empezó a escribir y a imprimir cuando comprendió que su activismo práctico no sería efectivo sin un valeroso activismo político.
No hay nada que no sea singular y memorable en la exposición sobre William Morris recién abierta en la Juan March: pero a mí casi lo que más me conmueve es esa vitrina dedicada a sus folletos de propaganda socialista, con sus ilustraciones de soles radiantes, de campos fértiles, de trabajadores, hombres y mujeres, protegidos por alegorías clasicistas de la Libertad y la Justicia, exaltados en la defensa del sufragio universal, la jornada de ocho horas, la educación para todos. Las consignas de emancipación están escritas con una tipografía admirable. Un mismo impulso abarca la vindicación de la igualdad entre los sexos, la del trabajo digno, la de los bosques preservados para el disfrute de todos. “No creo en el arte para unos pocos, igual que no creo en la libertad ni en la educación para unos pocos”, escribió Morris. No se me ocurre una mejor declaración ética y estética.
La belleza y la racionalidad pueden contagiarse, igual que se contagian la fealdad y el trastorno. El ejemplo de William Morris se extiende a la Secesión Vienesa de principios del siglo XX y de ahí a la Bauhaus, al modernismo catalán, a las audacias visuales y formales de Lloyd Wright en Estados Unidos. La exposición en sí misma incorpora en la práctica el espíritu de William Morris, además de mostrarlo: en la bella austeridad de las tarimas de madera, en los dinteles de las salas, en la limpieza y la claridad del espacio. Al visitarla ingresa uno en un paréntesis de serenidad y aprendizaje deslumbrado que es un consuelo en estos tiempos de encono estéril, sin esperanza ni belleza.
‘William Morris y compañía’. Fundación Juan March. Madrid. Hasta el 21 de enero de 2018. |
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Rosalía de Bringas
Registrado: 16 Feb 2011 Mensajes: 3757
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Publicado: Dom Oct 22, 2017 10:03 am Título del mensaje: |
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¡Que estupendo artículo el de hoy en El Páis, al hilo de la exposición que sobre William Morris puede verse en Madrid.
Toda una reflexión sobre el papel de la belleza cotidiana en nuestra vida y la relación del hombre con la naturaleza y su entorno.
Os lo adjunto:
Simone Weil dice que una de las necesidades vitales de las personas de clase trabajadora es la belleza. Sin belleza en la vida cotidiana y en los procesos mismos y en los resultados del trabajo no hay justicia social. No sé si Weil llegó a conocer los escritos y las obras materiales de William Morris, pero de un modo u otro le llegó su influencia, en parte porque el movimiento de vindicación del trabajo artesanal y de búsqueda de la educación y la justicia que Morris y los amigos de su círculo iniciaron se extendió por toda Europa, en parte también porque su sensibilidad personal está empapada del mismo espíritu que alentaba en Weil, y que ya se había manifestado mucho antes en la obra de William Blake y en la de Thoreau: un rechazo de los poderes destructivos y esclavizadores desatados por el industrialismo; una defensa no tanto de paraísos retrógrados anteriores a la Revolución Industrial, sino de formas de relación personal con el trabajo, la vida comunitaria y la naturaleza que equivalían a una forma radicalmente alternativa de economía y de desarrollo. Hasta hace no mucho, figuras como William Blake, Thoreau, John Ruskin, William Morris, Weil eran contempladas con una condescendencia despectiva. Una ortodoxia a la vez capitalista y marxista proponía que el único progreso posible, bien hacia el socialismo o hacia la plenitud del libre mercado, era el crecimiento industrial, o lo que se llamaba en lenguaje marxista el desarrollo de las fuerzas productivas. La creencia insensata en el progreso ilimitado parecía la única forma posible de racionalidad.
La obstinada realidad vuelve actuales y rescata del ridículo a los viejos utopistas, los que avisaban de que el emponzoñamiento de los ríos y la destrucción de los árboles y de los delicados ecosistemas humanos de las ciudades eran algo más que pecados contra la sensibilidad estética de personas ilusas, cuando no rastros de sentimentalismo pequeñoburgués. Los mismos humos de carbón y de gasolina que oscurecen los mármoles de las estatuas envenenan con micropartículas hasta los últimos reductos de los tejidos pulmonares y provocan cánceres y enfermedades respiratorias. Tormentas tropicales más destructoras que nunca y fuegos que arrasan bosques en este otoño con temperaturas de verano y desierto no son una advertencia de lo que puede venir, sino la prueba de lo que ya ha llegado y se agrava a mucha más velocidad de la que nadie imaginó.
Morris sabía que la destrucción y la fealdad no eran hechos accesorios, sino elementos tan centrales de la injusticia como la brutalidad del trabajo en las fábricas y el sometimiento de los obreros a un sistema de producción en el que a nadie le estaba permitido disfrutar del resultado de su esfuerzo, y por tanto del sentimiento de la propia dignidad y de la posibilidad de la alegría. Discípulo de John Ruskin, Morris contraponía la labor soberana y sabia del artesano a la monotonía humillante del trabajo proletario en la fábrica, que convertía al ser humano en un accesorio de la máquina.
Construir objetos bellos y útiles o participar en su creación es una fuente segura de felicidad; también vivir en lo posible rodeado de ellos. La visión utópica de William Morris tiene un anclaje práctico en lo diario y lo cotidiano de la vida. Lo útil de verdad siempre es bello. Lo superfluo, lo confuso, lo pesadamente ornamental ofenden a la vista y entorpecen la vida, y llenan el mundo de objetos innecesarios cuya única razón de existir es el sostenimiento de la producción en masa y la opulencia de los poderosos. “Bello es lo que el tiempo no hace vulgar”, decía nuestro Juan Ramón Jiménez, que tiene mucho del esteticismo humanista y social de William Morris, de su sentido del trabajo gustoso, el que ennoblece el espíritu y mejora la vida común.
A diferencia del iluminado teórico, que dice una cosa y suele hacer la contraria, el visionario práctico a la manera de Thoreau y William Morris predica con el ejemplo. Thoreau se complacía en sus vuelos románticos de contemplación, pero también se esforzaba en perfeccionar los lápices que fabricaba su familia y se dedicaba a un oficio tan exigente de precisiones como el de agrimensor, y tomaba datos exactos sobre las fechas de floración de las plantas, las pulgadas de nieve caídas cada invierno, el espesor de la capa de hielo en el lago Concord. El ejemplo persuasivo con el que predicó Morris muchos años fue el de los objetos cotidianos que ideaba y producía, los que comercializaba en su propia empresa, los que encargaba a otros o ayudaba a difundir: telas, papeles pintados, azulejos, vidrieras, muebles, tipografías, libros enteros, editados con un máximo de claridad y belleza, como los panfletos que empezó a escribir y a imprimir cuando comprendió que su activismo práctico no sería efectivo sin un valeroso activismo político.
No hay nada que no sea singular y memorable en la exposición sobre William Morris recién abierta en la Juan March: pero a mí casi lo que más me conmueve es esa vitrina dedicada a sus folletos de propaganda socialista, con sus ilustraciones de soles radiantes, de campos fértiles, de trabajadores, hombres y mujeres, protegidos por alegorías clasicistas de la Libertad y la Justicia, exaltados en la defensa del sufragio universal, la jornada de ocho horas, la educación para todos. Las consignas de emancipación están escritas con una tipografía admirable. Un mismo impulso abarca la vindicación de la igualdad entre los sexos, la del trabajo digno, la de los bosques preservados para el disfrute de todos. “No creo en el arte para unos pocos, igual que no creo en la libertad ni en la educación para unos pocos”, escribió Morris. No se me ocurre una mejor declaración ética y estética.
La belleza y la racionalidad pueden contagiarse, igual que se contagian la fealdad y el trastorno. El ejemplo de William Morris se extiende a la Secesión Vienesa de principios del siglo XX y de ahí a la Bauhaus, al modernismo catalán, a las audacias visuales y formales de Lloyd Wright en Estados Unidos. La exposición en sí misma incorpora en la práctica el espíritu de William Morris, además de mostrarlo: en la bella austeridad de las tarimas de madera, en los dinteles de las salas, en la limpieza y la claridad del espacio. Al visitarla ingresa uno en un paréntesis de serenidad y aprendizaje deslumbrado que es un consuelo en estos tiempos de encono estéril, sin esperanza ni belleza.
‘William Morris y compañía’. Fundación Juan March. Madrid. Hasta el 21 de enero de 2018. |
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Doc
Registrado: 21 Ago 2014 Mensajes: 955 Ubicación: Er Nolte
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Publicado: Jue Nov 02, 2017 11:39 pm Título del mensaje: |
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El 12 de octubre, tras casi medio año con él, terminé Vida y destino, de Vasili Grossman (lo tenía muy abandonado hasta que me puse seriamente con él en octubre).
Me ha encantado y, bueno, quería dejar constancia de haberlo terminado, aprovechando que paso por aquí a raíz de unas adquisiciones. _________________ Quien no tiene, conoce bien el valor de poseer.
J. Lete
De ser como tú, de iluminarme como tú, de leer como tú, de enriquecerme como tú, de casarme como tú, de limpiarme como tú, de dignificarme como tú, el dios Ortzi me libre.
J. Mirande |
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Davout
Registrado: 26 May 2010 Mensajes: 8987 Ubicación: AUERSTADT - 14.10.1806
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Publicado: Vie Nov 03, 2017 9:55 pm Título del mensaje: |
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- En un punto máximo de estrés y ansiedad durante la semana me he llevado la mano al pecho y he repetido como un mantra: LA LUZ EN MI, LA LUZ EN MI...
¡ Y ha funcionado !
https://www.youtube.com/watch?v=Pnh5IXOdot0 _________________ LA PATRIE EN DANGER |
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APV
Registrado: 02 Oct 2008 Mensajes: 4951
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Publicado: Mar Nov 07, 2017 10:30 am Título del mensaje: |
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Mientras la OMS y diversas entidades luchan por extender la vacunación en los países del 3º mundo, y han logrado que el sarampión bajase de 90.000 muertos al año, en el primer mundo se están desvacunando las sociedades.
Portugal acaba de perder la inmunidad de grupo contra el sarampión bajando a un porcentaje que hace factible el contagio (y ya hubo algún muerto este año), sobre todo entre las generaciones más jóvenes, frente a la casi absoluta inmunidad lograda en la dictadura por el Programa Nacional de Vacunación.
Italia está sufriendo una epidemia de sarampión con casi 5.000 casos este año. |
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INIGO
Registrado: 01 Sep 2010 Mensajes: 15650 Ubicación: Reyno de Navarra
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Publicado: Mar Nov 07, 2017 4:05 pm Título del mensaje: |
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Sarampión, paperas, escarlatina... son ejemplos de enfermedades prácticamente erradicadas hace 20 años, que ya desde un tiempo para aquí es cada vez más frecuente encontrarse en los colegios. _________________ http://elpuentelejano.blogspot.com.es/ |
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Antigono el Tuerto
Registrado: 28 Mar 2010 Mensajes: 12338
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Publicado: Mar Nov 07, 2017 8:46 pm Título del mensaje: |
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APV escribió: |
en el primer mundo se están desvacunando las sociedades. |
La filosofía New Age y su odio a la ciencia, que gran legado están dando a la posteridad en Occidente _________________ Un libro abierto es un cerebro que habla; cerrado, un amigo que espera; olvidado un alma que perdona; destruido, un corazón que llora.
Proverbio Hindú. |
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Olethros
Registrado: 22 Jun 2015 Mensajes: 2085 Ubicación: http://librosdeolethros.blogspot.com
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Publicado: Jue Nov 09, 2017 8:26 pm Título del mensaje: |
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Chiste que acabo de leer en Twitter:
Uno que llega tarde a un discurso de Cicerón y le pregunta al de al lado: "Oye, ¿de qué va el tema?".
Y el otro responde: "No sé; es que aún no ha llegado al verbo". _________________ Ceterum censeo Carthaginem esse delendam... ;oP |
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akane
Registrado: 05 Nov 2013 Mensajes: 5324
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Publicado: Jue Nov 09, 2017 9:23 pm Título del mensaje: |
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Y, sin embargo, según unicef, el año pasado solo se diagnosticaron 12 casos de polio ¡en todo el mundo! O sea, que no serán tan horribles las vacunas...
No entiendo qué clase de padres elige no vacunar a su hijo de enfermedades que (no nos engañemos) son potencialmente mortales para no lucrar a las farmacéuticas. Eso sí, ellos bien vacunadicos están... _________________ "Tudo vale a pena quando a alma não é pequena" (Pessoa).
"Voy a anclar mi alma atormentada a la flota británica y a preparar unas galletas" (Susan Baker). |
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APV
Registrado: 02 Oct 2008 Mensajes: 4951
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Publicado: Mie Nov 15, 2017 9:50 am Título del mensaje: |
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Podría estar teniendo lugar un golpe de estado en Zimbabwe.
Parece que deriva de la pugna por ser el sucesor de Mugabe entre su vicepresidente, y mano derecha, al que cesó el día 10, y la mujer de Mugabe. |
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Davout
Registrado: 26 May 2010 Mensajes: 8987 Ubicación: AUERSTADT - 14.10.1806
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Publicado: Mie Nov 15, 2017 9:03 pm Título del mensaje: |
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- Que el jefe del estado les pregunte a los golpistas si están dando un golpe ó no... _________________ LA PATRIE EN DANGER |
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APV
Registrado: 02 Oct 2008 Mensajes: 4951
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Publicado: Mar Nov 21, 2017 7:17 pm Título del mensaje: |
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Parece que al final Mugabe dimitió. |
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Antigono el Tuerto
Registrado: 28 Mar 2010 Mensajes: 12338
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Publicado: Mie Nov 22, 2017 4:40 pm Título del mensaje: |
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A ver lo que se avecina en ése país...esperemos que la transición sea pacífica, aunque en África nunca se sabe. _________________ Un libro abierto es un cerebro que habla; cerrado, un amigo que espera; olvidado un alma que perdona; destruido, un corazón que llora.
Proverbio Hindú. |
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Arturus
Registrado: 10 Jun 2013 Mensajes: 3750 Ubicación: Mare Cantabricvm
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Publicado: Mie Nov 22, 2017 11:10 pm Título del mensaje: |
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Sorprendentemente, parece que lo están llevando bien... |
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