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El pequeño Pataxú, Tristan Derème

EL ESPÍRITU DE PRAGA, Iván Klíma

 
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Autor Mensaje
Rodrigo



Registrado: 28 Nov 2007
Mensajes: 8545
Ubicación: Santiago de Chile

MensajePublicado: Mar Feb 24, 2015 9:16 pm    Tí­tulo del mensaje: EL ESPÍRITU DE PRAGA, Iván Klíma Responder citando

El espíritu de Praga (Acantilado, 2010), recopilación de artículos, ensayos y discursos de Iván Klíma (n. 1931), escritor checo de origen judío, superviviente del Holocausto y disidente del régimen comunista checoslovaco (integró el célebre movimiento Carta 77, liderado por Václav Havel). Dada su naturaleza, es un libro que toca diversas teclas, fragmentario pero no carente de ilación. Lo que da coherencia al conjunto es la realidad contemporánea, tamizada como se puede suponer por la propia experiencia y el criterio del autor. Política, ética y literatura son los temas fundamentales, pero no los únicos; lógicamente, el problema del totalitarismo es clave, aunque sin llegar a resultar machacón. Destacable es el artículo que da título al libro, una sentida caracterización de la capital checa. También es muy bueno el ensayo sobre Kafka (“Las espadas se aproximan: las fuentes de inspiración de Franz Kafka”). Lo mismo cabe decir del ensayo sobre “La traición de los intelectuales”.

Algunas citas:

«Una vez establecida cierta distancia con los acontecimientos vividos, he llegado a la conclusión de que cualquier tipo de fanatismo es un presupuesto psicológico, es ya una fase inicial de violencia y terror, y que en el mundo no hay ninguna idea que justifique un intento fanático de imponerla. La única salvación para el mundo de hoy en día es la tolerancia. Por otro lado, esas multitudes impotentes y desesperadas, forzadas a ingresar—aunque «sólo» sea en campos de concentración rodeados de alambre de espino y vigiladas con ametralladoras desde lo alto de torres—o enviadas directamente a cámaras de gas o ante pelotones de ejecución, advierten de que la tolerancia tiene sus límites. No cabe duda de que Hitler y sus compinches (al igual que Lenin y su panda de revolucionarios) no ocultaron sus destructivas intenciones de restringir la libertad de grupos enteros de población, ni siquiera ocultaron su fanática determinación de alcanzar sus objetivos al precio que fuese. Si no se hubiesen encontrado con una imperdonable indiferencia, con indeterminación y debilidad, se les hubiera podido parar. La tolerancia nunca debe significar debilidad frente a la intolerancia, frente a aquel que está dispuesto a limitar la libertad o incluso el derecho a la vida del otro, aunque lo justifique con los fines más nobles.
«Sé que en el fondo son principios muy básicos, pero a lo largo de los años me he convencido en muchas ocasiones de que son precisamente estos principios tan básicos los más difíciles de poner en práctica.»


(Cap. “Sobre una infancia algo atípica”)

«El escritor que acepta una visión ajena del mundo (sobre todo si está asociado con el poder), que permite que le sustraigan la lengua, niega la condición previa de toda creación: la autenticidad que sólo él, en su conciencia, puede garantizar. También pone en duda el requisito básico de la creación, que, al fin y al cabo, yace en el intento del escritor de enriquecer la suma total de la conciencia y el conocimiento humanos, de la experiencia humana, añadiendo a ella su propia búsqueda y sus descubrimientos. Es difícil imaginar una idea tan magnífica que pueda excusar esta traición, la mayor que puede cometer un escritor, contra sí mismo, contra su obra y contra su público.»

(Cap. “Sobre la literatura de la fe secular”)


Klíma estudió Literatura en la Universidad Carolina de Praga, su tesis tuvo por tema la obra y el pensamiento de su compatriota Karel Čapek (recordado por títulos como La guerra de las salamandras y R.U.R., ambos espléndidos). En El espíritu de Praga Klíma reproduce algunas frases muy enjundiosas de Čapek. Por ejemplo:

«Saber algo, al menos, sobre las experiencias, el conocimiento y los valores que la humanidad ya ha creado, y no perder terreno, no caer más abajo de este nivel. Sí, digámoslo enseguida: la educación, en este sentido, es conservación. [...] La cultura representa, en primer lugar, la coherencia de toda actividad humana hasta ahora; no debe perderla. [...] Defenderla es una lucha tan importante como tomar nuevas posiciones por asalto y conquistarlas. El espíritu humano sería un mal soldado si se sintiera cualificado para marchar en la vanguardia [...] sin ser capaz de defender lo que ya había conquistado».

(Cap. “Nuestra tradición y los límites del crecimiento”)

Esta vez a raíz del ascenso de los nazis:

«Un país entero—un imperio entero—ha jurado lealtad espiritual a la creencia en lo animal, la raza y demás disparates; un país entero—¿se lo pueden creer?—, incluyendo a profesores universitarios, sacerdotes, hombres de letras, doctores y abogados... Sencilla y llanamente, lo que ha sucedido es un formidable acto de traición por parte de los intelectuales, el cual ofrece una imagen terrible de lo que la intelectualidad es capaz de hacer. Se podrían aducir más ejemplos, y no sólo de ese país.(...)
«Allí donde la violencia es ejercida contra la humanidad civilizada nos encontramos con intelectuales que están ampliamente implicados en ello, e incluso hacen ostentación de argumentos ideológicos para justificarla. Ya no se trata de una crisis o de una enfermedad de la clase intelectual, sino de su tácita y general complicidad con el caos moral y político de la Europa actual [...]. Ningún valor civilizado puede ser obsoleto hasta que se abandona [...]. Lo diré de esta manera: cuando la cultura se desmorona no es el ser humano «medio»—el hombre sencillo, honrado; el granjero, obrero o artesano—el que entra en juego, con su sentido común y su código moral, sino que, en su lugar, es algo mucho más bajo, un elemento primitivo y violento que se hace sentir y empieza a causar estragos en el mundo civilizado [...]. Cuando se produce la abolición de la jerarquía del espíritu lo que se está fraguando es el camino para el regreso de la barbarie. La decadencia de la clase intelectual es el camino hacia la barbarización de todo [...]. Por «cultura» aquí no se entiende como actividad creativa, sino como aprendizaje, propiedad espiritual y nivel intelectual. En mi opinión, toda nuestra educación probablemente tenga el siguiente objetivo: llegar a saber al menos algo sobre las experiencias, el conocimiento y los valores que la humanidad ya ha creado, y nunca más volver a perderlos o caer por debajo de ellos.»


(Cap. “La traición de los intelectuales”)

Hombre lúcido, Čapek, lo mismo que Klíma.

En fin. Un libro muy interesante. Y editado por Acantilado, que es prenda de garantía.
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Hahael



Registrado: 03 Dic 2011
Mensajes: 3498

MensajePublicado: Lun Mar 02, 2015 9:39 pm    Tí­tulo del mensaje: Responder citando

Muchas gracias, Rodrigo, por esta recomendación. Pinta muy, pero que muy bien. Por cierto que he terminado hace poco 'Bodas en casa' de Bohumil Hrabal, y es también recomendable, me gustó también sus 'Trenes rigurosamente vigilados'.
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Rodrigo



Registrado: 28 Nov 2007
Mensajes: 8545
Ubicación: Santiago de Chile

MensajePublicado: Mar Mar 03, 2015 12:33 am    Tí­tulo del mensaje: Responder citando

Ajá, Hrabal. He leído algunos de sus libros, incluyendo Trenes cuidadosamente vigilados, pero no Bodas en casa. Si mal no recuerdo, lo último que leí de Hrabal es Una soledad demasiado ruidosa, una novela con mucho tuétano a pesar de su sencilla apariencia. ¿La conoces, Hahael? Si no… Es la historia breve y de trama muy somera de un triturador de papel que por causa de su oficio ha atiborrado su casa de libros viejos, atiborrándose de paso -pero en el mejor sentido de la expresión- de su contenido. Casi por casualidad, sin quererlo, el hombre viene a ser tremendamente culto, pero no presume de tal. Encima tiene harto de misántropo y en su alma rebulle un fondo de descontento por la situación del país (es la Checoslovaquia comunista). Humor y acritud se combinan en esta novela, buena buena de veras.

De Klíma conozco también la novela Amor y basura, editada hace unos años por Acantilado. Sobre un escritor censurado que se ve forzado a trabajar como barrendero, una vez más, en tiempos del régimen comunista. La premisa recuerda vagamente a Kundera, algo de La insoportable levedad del ser, La broma quizás, pero fuera del contexto el parecido es en realidad escaso. Me gustó mucho.
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Hahael



Registrado: 03 Dic 2011
Mensajes: 3498

MensajePublicado: Mar Mar 03, 2015 7:38 pm    Tí­tulo del mensaje: Responder citando

Rodrigo escribió:
Ajá, Hrabal. He leído algunos de sus libros, incluyendo Trenes cuidadosamente vigilados, pero no Bodas en casa. Si mal no recuerdo, lo último que leí de Hrabal es Una soledad demasiado ruidosa, una novela con mucho tuétano a pesar de su sencilla apariencia. ¿La conoces, Hahael? Si no… Es la historia breve y de trama muy somera de un triturador de papel que por causa de su oficio ha atiborrado su casa de libros viejos, atiborrándose de paso -pero en el mejor sentido de la expresión- de su contenido. Casi por casualidad, sin quererlo, el hombre viene a ser tremendamente culto, pero no presume de tal. Encima tiene harto de misántropo y en su alma rebulle un fondo de descontento por la situación del país (es la Checoslovaquia comunista). Humor y acritud se combinan en esta novela, buena buena de veras.

De Klíma conozco también la novela Amor y basura, editada hace unos años por Acantilado. Sobre un escritor censurado que se ve forzado a trabajar como barrendero, una vez más, en tiempos del régimen comunista. La premisa recuerda vagamente a Kundera, algo de La insoportable levedad del ser, La broma quizás, pero fuera del contexto el parecido es en realidad escaso. Me gustó mucho.


Está genial esa imagen de la salvación de los libros destinados al desguace, real por otra parte pues Bohumil trabajó allí un tiempo. Precisamente en 'Bodas en casa' hay una escena donde Bohumil (el protagonista) lleva su mujer (la narradora) a conocer esa fábrica y a los compañeros de trabajo. Más tarde vuelven a aparecer por allí para escamotear de la trituradora los propios libros de Bohumil, que han sido censurados tras la invasión de los tanques rusos en Praha. 'Bodas en casa' me pareció una novela más ambiciosa que las otras dos, abarca un período amplio, desde el inicio de la guerra mundial hasta la primavera de Praha, muy lograda en mi opinión. Se puede leer como una trilogía; la parte central trata sobre arte y literatura (creo que no aparece Camus).

De Kundera, claro, leí y me gustó 'La levedad de ser'.
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Rodrigo



Registrado: 28 Nov 2007
Mensajes: 8545
Ubicación: Santiago de Chile

MensajePublicado: Mar Mar 03, 2015 10:54 pm    Tí­tulo del mensaje: Responder citando

Suena muy apetecible, Bodas en casa. Veré si la encuentro.
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