Publicado: Lun Feb 14, 2011 12:48 pmTítulo del mensaje:
Hace años escribí algo parecido, sin demasiado rigor (por supuesto ), y por ese afán de dejar un poco suelta la imaginación y darle a la tecla.
Una victoria nazi... sin Stalingrado
Bien, si Hitler no hubiera invadido Rusia, ¿qué habría pasado? Para encarrilar este tema, primero esbozaré unos prolegómenos, para luego adentrarme en el tema de una posible victoria de Alemania, si es que es posible imaginarlo, y en qué manera. Tengo muy presente que esto es historia alternativa, historia ficción.
Prolegómenos
Realmente, si todo hubiera ido a su favor, no debería haber invadido Rusia en 1941, más adelante quien sabe, pero en el 41, no. Después de la campaña de Francia, media Europa estaba a los pies de Hitler. Habiendo caído Francia, los Países Bajos, Bélgica, Dinamarca, Noruega; teniendo como aliados a Italia y los países del centro de Europa (Bulgaria, Rumanía, una Eslovaquia virtualmente suya), sólo Yugoslavia, Grecia y Gran Bretaña resistían. España era neutral (o no beligerante), como Suiza y Suecia. Y Gran Bretaña, tras caer Francia, era el enemigo al que batir, lógicamente.
Lógicamente, si las cosas hubieran ido bien para Hitler y Alemania, el único objetivo habría debido ser abatir a Gran Bretaña, y así fue inicialmente. Imposible desde un principio un desembarco en las islas, Göring le garantizó a Hitler que la Luftwaffe destruiría la RAF británica y sería fácil hacer que los ingleses se rindieran. La RAF resistió y Gran Bretaña, aunque no se salvó de ser bombardeada, dejó de ser un enemigo al que batir enseguida. Pasó la oportunidad, también porque otros escenarios de guerra requerían la atención de Alemania. Grecia y Yugoslavia, por ejemplo, por culpa de Mussolini y sus bravatas, ocuparon la mente de Hitler. El norte de África también fue un escenario más, si se quería derrotar allí a los ingleses, y usarlo posteriormente como base. Mientras estuvo Rommel allí, y las cosas fueron bien, Hitler no tuvo excesivos motivos para preocuparse. Los alemanes se metieron en Grecia, fue un paseo; con Yugoslavia, las cosas no fueron tan fáciles. Y de pronto vino el siguiente paso en los planes de Hitler: Rusia.
Rusia: 22 de junio de 1941. Hitler, tan aficionado a los elementos simbólicos, quiso atacar Rusia ese día, recordando el inicio de la campaña de Napoleón más de un siglo atrás. La campaña estaba preparada semanas atrás, pero Hitler esperó. ¿Por qué esperó? Primero, a ver si conseguía una (ilusoria) rendición de Gran Bretaña, que le dejara las manos libres en el este. No fue así. Segundo, se empantanó en Yugoslavia. Los oficiales de su Estado Mayor le apremiaron para invadir Rusia antes de que empezara el verano. Los objetivos eran lejanos, y no desconocía Hitler el duro invierno ruso, no esperaba llegar a eso. Pero las tropas sólo estaban equipadas con uniformes de verano. Y los pertrechos sólo estaban preparados para una campaña corta. Hitler confiaba en el factor sorpresa (como así fue inicialmente) y en tomar rápidamente Moscú y Leningrado, antes de encaminarse al Cáucaso, fuente del petróleo que necesitaba. La fecha inicial se fue posponiendo semana tras semana. Finalmente, se tomó el 22 de junio.
El frente ruso fue enorme desde un buen principio. No entraré en detalles. 3.000.000 millones de soldados en un frente de cientos de kilómetros, con tres columnas y tres objetivos, etc. Para los detalles, los múltiples libros de historia de la II Guerra Mundial. A Stalin la invasión alemana le cogió totalmente por sorpresa. Confiaba plenamente en la vigencia del Pacto de No Agresión de 1939, y la invasión alemana fue una puñalada por la espalda de la que tardó semanas en recuperarse. Semanas que los alemanes aprovecharon para sitiar Leningrado (en un asedio que duró casi tres años), dirigirse hacia Moscú y enviar una columna al Cáucaso (que posteriormente se entretendría en Stalingrado). Los alemanes avanzaron tranquilamente en unas primeras semanas. Hitler tenía como objetivo Moscú. Tomada la capital, pensaba, la Rusia soviética caería. Pensaba que la Blitzkrieg de occidente triunfaría en el Este. No fue así.
Una vez los rusos empezaron a reaccionar, al mismo tiempo, empezaron las dificultades de los alemanes. La línea del frente había avanzado tanto que era dificil mantener los suministros asegurados. Con las lluvias del otoño, los caminos se convirtieron en barrizales, los tanques se quedaban atascados. Las municiones se acabaron poco a poco. Empezó el frío, y los hombres solo iban equipados con uniformes (y botas) de verano, incapaces de hacer frente al frío ruso. La llanura era amplia hasta donde se veía el horizonte, eso empezó a hacer mella en la moral de los invasores, que avanzaban por un panorama llano que nunca tenía fin (sucedió con las tropas romanas de Lúculo en la campaña contra Tigranes de Armenia, veinte siglos atrás). Y los rusos empezaron a contraatacar: era el inicio de la Gran Guerra Patriótica para ellos.
Hasta aquí puedo llegar ahora. Antes de pasar la línea de Stalingrado, las cosas tal vez hubieran sido diferentes, y la línea de lo real y lo imaginario aún no se ha bifurcado. En este momento, el otoño de 1941, los alemanes dan por sentada una victoria. Los rusos aún no han reaccionado del todo a la ofensiva alemana. Hitler se aprovechó de un cierto momento de relativa "tranquilidad" en el resto de escenarios bélicos para jugar la carta de Rusia. Aprovechemos este momento, fijemos aquí el momento de una nueva historia de la II Guerra Mundial. A partir de aquí, siguiendo yo, o con comentarios vuestros, intentemos imaginar una posible victoria nazi. Las cosas en 1941 no están decididas, no es imaginable en este momento una derrota del Eje, como fue imaginable en 1943, por ejemplo, tras la rendición de Paulus en Stalingrado, la derrota en el Norte de Africa (dejando el camino libre para el desembarco en Italia) o la intervención norteamericana en Europa, una intervención que no será total hasta el desembarco de Normandía de junio de 1944.
Antes de seguir con esta historia alternativa, historia ficción, una puntualización por mi parte. Personalmente, creo que la campaña de Rusia era inevitable. Entraba de lleno en los planes de Hitler, no sólo desde su concepción ideológica de la búsqueda del lebensraum, el espacio vital, que la nueva Alemania necesitaba, sino ya incluso desde el mismo momento de la firma del pacto nazi-soviético o Pacto de No Agresión de agosto de 1939. La campaña rusa fue planificada por Hitler y su estado mayor con meses de antelación, ya incluso habiendo caído los países del Benelux y Francia, y habiendo iniciado la Batalla de Inglaterra.
1. ¿Una campaña realizable?
Las complicaciones de Hitler.
Las cosas se complicaron en la Batalla de Inglaterra. La fuerza naval alemana, aunque poderosa, no podía competir con la británica. No así los submarinos germanos, los lobos grises, las unidades U, que complicaron la vida de británicos y estadounidenses (una vez estos entraron en guerra), ya desde 1940. Pero la Luftwaffe no pudo acabar con el poder aéreo de la RAF británica, y los ingleses pudieron capear el temporal de una invasión alemana por mar (impensable ya) y de una serie constante de bombardeos de las principales ciudades alemanas.
Hitler ansiaba dejar el escenario bélico occidental resuelto, y no le hacía ascos a una paz con Gran Bretaña. Tal vez una interpretación mal entendida de estos deseos del Führer condujo a Rudolph Hess a lanzarse en paracaídas sobre las costas de Escocia, creyendo que podría mantener conversaciones de paz con los ingleses. Fuera lo que fuese tras los pasos de Hess, Hitler renegó de él. Y tal vez se equivocó, pues cerró la puerta a un compromiso con los ingleses; compromiso que, no obstante, Churchill se habría negado a aceptar, más aún desde que a finales de 1941 EEUU entró en guerra. La torpe declaración de guerra de Alemania a EEUU propició que los planes de Hitler en Rusia se estancaran, obligándole por otra parte a conducir la guerra en varios escenarios de guerra al mismo tiempo, estrategia que resultó fatal a la postre: pues una vez que los estadounidenses entraron de pleno en la guerra europea (y como colofón, el desembarco de Normandía de 1944), Alemania empezó a retroceder en picado, sobre todo porque Rusia pudo acometer con más fuerza (ocupado Hitler en el Oeste) el contraataque en el Este.
Meterse en Rusia tal vez no fue el error de Hitler. Pero jugar con varios escenarios de guerra a partir de 1943, sí fue un gran error. Los rusos actuaron a la defensiva incluso poco después de Stalingrado, pero una vez se abrió, parcialmente, el segundo frente aliado en Italia (primero en Sicilia y luego en la península italiana, provocando la caída de Mussolini), actuaron al contraataque, pues los alemanes no pudieron actuar a la vez con eficacia en dos frentes a la vez.
Stalingrado fue el límite de la expansión alemana en el Este. Realmente fue un jarro de agua fría para los planes de Hitler. Pero no fue un punto final. Aún Alemania en febrero de 1943 era un rival poderoso, y controlaba una parte importante del territorio ruso: los rusos no echarían a los alemanes de su territorio hasta después del verano de 1944, si no me equivoco. Pero sus posibilidades de victoria final ya habían desaparecido, e invadiendo Rusia Hitler había quemado sus naves. No se podía llegara ningún acuerdo por este lado. Y en el Oeste, con la unión de Gran Bretaña y EEUU, tampoco. Además de los problemas con la Resistencia en Francia, el tinglado italiano y los Partisanos en Yugoslavia. Desde luego, a estas alturas Alemania ya no podía vencer. Otra cosa, si nos ponemos en la óptica del momento, es que fuera totalmente derrotada.
¿Una victoria alemana?
Todo ello nos lleva a la pregunta que nos ha pasado por la cabeza a muchos de nosotros: ¿habría ganado Alemania la II Guerra mundial si no se hubiera metido en Rusia? Pues probablemente sí, y es tal vez lo que otra persona que no fuera Hitler habría hecho. Pero, repito, la conquista de Rusia era para Hitler un paso ineludible para la creación de la Alemania de los Mil Años. La necesidad de un espacio vital, descrita en el Mein Kampf era perentoria, tal vez no a corto plazo, pero sí a medio término. Las conquistas alemanas de los años 1940-1941 (y ahora estoy especulando) se podrían enmarcar desde un punto de vista defensivo: un cordón en la Europa occidental y central que salvaguardara las fronteras alemanas en esta zona frente a Gran Bretaña, que quedaría aislada en caso de no ser conquistada (como así fue). Los planes secretos de Hitler eran varios, y los rumores llevan a magnificar en exceso sus intenciones. Recuerdo haber leído (no sé si en la biografía Hitler-Stalin, vidas paralelas, de Alan Bullock, o en el Hitler (1936-1945), de Ian Kershaw) que los planes más megalómanos de Hitler llegaban a una conquista de toda Rusia (!), contactar las tropas alemanas con Japón y desde allí iniciar una conquista de EEUU, para poder así culminar la conquista del mundo (!!!). Me suena a fantasía de algún apasionado de la ciencia-ficción, a la par que un objetivo tan irrealizable como imposible.
Meterse en Rusia en 1941 sin haber solucionado el escenario occidental fue el error de Hitler. Porque dejó casi a la mano de Dios (en este caso de Rommel) el escenario del norte de África, donde los triunfos de Montgomery a lo largo de 1942 expulsaron a los alemanes de esta zona, preparando el terreno para el desembarco en Sicilia y la conquista aliada de Italia. Dejar a Gran Bretaña aislada del resto de Europa, con el Canal de La mancha fuertemente vigilado por los submarinos U alemanes, no fue suficiente. Un estratega de mayor valía se habría dedicado a destruir el poderío británico como fuera, desde luego no habría declarado la guerra a EEUU, permitiendo que los británicos encontraran su tabla de salvación en la intervención estadounidense en Europa. Eisenhower, enviado a Europa, preparó ya desde 1943 el objetivo deseado por todos, en especial por los rusos: la obertura de un segundo frente en las costas de Francia. La RAF británica pagó con creces la Batalla de Inglaterra, pero siguió al frente de la salvaguarda de las Islas Británicas, y pronto reaccionó iniciando los bombardeos de las ciudades alemanas. Göring aquí fracasó por completo, si bien Hitler no lo destituyó y lo mantuvo al frente de la aviación alemana, negándose a reconocer ningún error.
Invadir Rusia en 1942, tal vez, con una Gran Bretaña aislada por completo, sin meterse en la boca del lobo declarando la guerra a EEUU, manteniendo controlado el escenario de la Europa central (tal vez liquidando la resistencia yugoslava e impidiendo más aventuras de opereta de Mussolini) e intentando mantener el papel en el norte de África,... hubiera dado quizás más alas a una posible victoria final alemana. Igual de complicado, pues estoy dando por supuesto que se habrían dado las circunstancias en el mejor de los casos, con todo a favor de Alemania, algo que nunca sucedió. Siempre hubo escenarios bélicos que se resistieron a la Wehrmacht, siempre hubo algo que falló. Pero la fuerza inicial que entró en Rusia el 22 de junio de 1941, 3 millones de soldados, desborda toda mi capacidad de imaginación. ¿Qué ejército no podría hacer hazañas de tal calibre con esas fuerzas? Rusia no supo reaccionar en las primeras semanas, y ahí radicó el éxito del avance alemán. pero una vez llegó el otoño, las cosas se complicaron para los alemanes. No estaban preparados ni equipados para hacer frente a una larga campaña. Stalingrado fue un error táctico de principio a fin. Las cosas se les complicaron en el Oeste y en el norte de África. La maquinaria de guerra alemana, según el relato de Albert Speer (ministro de armamento alemán) iba a marchas forzadas: lo que en 1943 se necesitaba, no estaría listo hasta 1945, lo de 1944 hasta 1946. Speer tuvo que contemporizar con unos objetivos de guerra que estaban por encima de las posibilidades de la industria armamentística alemana. El combustible de tanques y aviones comenzó a escasear pronto, así como las municiones. Las famosas "bombas inteligentes" V1 y V2 apenas pudieron cambiar nada, pues entraron tarde en la guerra, cuando Alemania ya estaba defendiendo sus fronteras. Demasiadas cosas fallaron. Una estrategia global era algo que incluso al estado mayor alemán se le escapaba.
2. ¿Una victoria posible?
Hitler tuvo varios momentos de lucidez estratégica a lo largo de la guerra, no vayamos a considerar que por Stalingrado se debe juzgar la evolución de todo el conflicto mundial. La campaña de Francia fue algo espectacular, y seguramente Hitler ni siquiera esperaba un triunfo tan apabullante, pero lo logró. En muchas ocasiones se nos ha hablado de un Hitler totalmente opuesto a su estado mayor.... y ello puede ser cierto para el último período de la guerra, cuando incluso algunos militares (con Stauffenberg a la cabeza, y se dice que con la complicidad de Rommel, quién sabe...) intentaron asesinarlo mediante un atentado. Pero Keitel, ese mariscal de campo y jefe del estado mayor que fue casi el perro faldero de Hitler, estuvo con el Führer hasta el final, y con él muchos de sus generales, que incluso con Berlín rodeado por los rusos aún veían una salida y una victoria final... es lo que hace la desesperación.
Lo posible y lo imposible.
Si Hitler pretendía dominar Europa, la campaña de Inglaterra debió ser fundamental, y a ella debió dirigir todos sus esfuerzos una vez caída Francia y la ventana atlántica europea. Y así lo pensó Hitler. Pero, ¿con qué objetivo? ¿La destrucción de Gran Bretaña o la consecución de una paz? Ambas cosas eran igual de ilusorias, pero desde luego la segunda era momentáneamente factible. El papel de los ingleses en Europa en la primavera de 1940 fue desastroso, y la evacuación de Dunkerque fue más una huida que un aplazamiento (y no como después de Normandía se intentó ver). Con casi toda la Europa continental en manos de los alemanes, Gran Bretaña se retiró a su insularidad para lamerse las heridas y esperar que llegara su turno. Y así fue. La Batalla de Inglaterra fue espectacular. Pero para Hitler se quedó a medias. Pues, imposibilitado de invadir por mar las Islas Británicas, el bombardeo de Londres y otras ciudades no satisfizo sus esperanzas de obligar a los ingleses a firmar un acuerdo de paz, aunque fuera temporal.
La marina de guerra alemana, la Kriegsmarine, no estaba a la altura de la Royal Navy, y Hitler lo sabía, a pesar de los esfuerzos de los almirantes Raeder y Döenitz de propulsar la construcción de buques de guerra. Pero Hitler no consideraba la marina un elemento esencial, si bien dió cierta importancia a la construcción de submarinos, los temibles lobos grises. El hundimiento del Graf Spee en aguas del Rio de la Plata, en Argentina, magnificado en exceso por Churchill (alguna hazaña británica había que exaltar para subir la moral inglesa, claro está) convenció en parte a Hitler de que la marina no era primordial en su estrategia global. Desde luego, una vez que en 1933 Hitler llegó a la cancillería alemana y todos los ejércitos fueron aumentados en soldados y medios, la marina recibió su trozo de pastel, pero no da la sensación de que los almirantes alemanes estuviesen satisfechos. No es que menospreciara la guerra marítima, pero Hitler desde luego no la ponía al mismo nivel que la guerra terrestre, o incluso la aérea. Ojo, no es que diga que Hitler pasaba de la Kriegsmarine, sino que dedicaba más esfuerzos a la Wehrmacht y la Luftwaffe.
Imaginemos, por un momento, que tras la caída de Francia, Hitler decide el todo por el todo y se arriesga a una campaña global contra Gran Bretaña. Una campaña que incluyera ataques aéreos, incursiones marítimas (mediante submarinos en el Canal de la Mancha y el Mar del Norte) y los preparativos de un desembarco naval... que es en cierto modo lo que Hitler intentó. Primero, barridos aéreos sobre las costas británicas y Londres. Imaginemos que la Luftwaffe no falla, que sus aviones abaten la mayor parte de los cazas de la RAF y se hacen dueños de los aires... como al principio sucedió, pero vayamos más allá, e imaginemos que los ingleses no sólo pierden la supremacía aérea sino que incluso pierden la mayor parte de sus aviones, pongamos un 80% en diversos raids. Estoy imaginando mucho, pues ello necesita de mucha pericia por parte de los aviadores alemanes, unas líneas de ataque seguras, suministros constantes de municiones, desidia británica (que no fue el caso) y mucho azar, que nunca falta en casos como estos. En estas circunstancias, Gran Bretaña queda aislada por mar y aire. Ha de luchar sola...
Con o sin EEUU... ¿una guerra total contra Gran Bretaña?
¿Sola? ¿Y las ayudas bajo mano de los EEUU? Recordemos que EEUU a lo largo de 1940 mantuvo conversaciones con los británicos y destinó mucha ayuda en dinero, armamento y alimentos, a pesar de su neutralidad, a Gran Bretaña. El 11 marzo de 1941 Roosevelt firma la Ley de Préstamos y Arriendos: mediante esta ley, EEUU vendía armamento a los países aliados; los países compradores podían comprar armamento, pagarlo y transportarlo ellos mismos a sus respectivos países. Se montaron enormes convoyes, que viajaban desde las costas estadounidenses a los puertos británicos a través de un océano Atlántico en el que operaban con enorme efectividad los submarinos U alemanes. EEUU no podía, siendo un país neutral, intervenir en las operaciones militares, y no podía defender los convoyes británicos. Pero aun teniendo estas ayudas, Gran Bretaña estaba virtualmente SOLA, desde junio de 1940 a la declaración de guerra alemana a EEUU el 11 de diciembre de 1941. Y eso debió aprovechar Hitler... y no lo hizo.
Debió, en una estrategia centrada y directa, preparar un desembarco en Inglaterra, aunque solo hubiera sido una bravata. Los ataques aéreos, contundentes y sin descanso (lo que suponía un esfuerzo brutal de la industria aeronáutica alemana sin precedentes), habrían allanado el camino. Atacar, atacar y atacar. Sin descanso. Hasta que los ingleses claudicaran... algo realmente inimaginable, teniendo abierto el escenario bélico del Norte de África, pero aquí estaba Rommel picando sin cesar. Si Rommel hubiera tenido el mismo apoyo en África que el que tuvo Göring en la Batalla de Inglaterra, las cosas tal vez hubieran sido diferentes, y la retirada alemana de El-Alamein tal vez se habría convertido en un victorioso avance, una toma de Alejandría, El Cairo y el Canal de Suez y una expulsión de los británicos del norte de África... algo que cuesta imaginar. Estamos hablando de un esfuerzo bélico sin descanso, con unas industrias de municiones, aviones, tanques, aviones, etc., que no descansasen nunca; con unas líneas de comunicación en el Mediterráneo seguras, lo cual implica también destruir las flotas británicas de Malta y Gibraltar, por ejemplo, y no intervenir en berenjenales como Grecia y Yugoslavia. Estamos hablando de una estrategia global contra Gran Bretaña que necesariamente implica olvidarse de una invasión de Rusia... cosa fácil, mientras siga vigente el Pacto de No Agresión con los rusos, algo que por el momento Stalin no está dispuesto a romper. Estamos hablando de mantener Europa bajo control (controlando también las bravatas de Mussolini), y dedicar todo el esfuerzo bélico a un objetivo único: destruir a Gran Bretaña u obligarla a firmar la paz.
Imaginemos pues que durante ese tiempo en que Gran Bretaña estuvo sola, de junio del 40 a diciembre del 41, Alemania golpeara sin cesar a Gran Bretaña. Imaginémoslo, por encima del sentido común y de lo contradictorio del planteamiento. Nada de campaña rusa, nada de los tropiezos de Grecia y Yugoslavia. Imaginemos que en unas circunstancias tales, incluso Hitler consigue el apoyo de Franco, prometiéndole quién sabe qué. Imaginemos que en esto momentos un ejército alemán cruza los Pirineos y se dirige a Gibraltar, asediada por tierra, mar y aire. Imaginemos una operación contra la base británica de Malta, que es tomada y sirve de enlace para transportar tropas y armas al ejército africano de Rommel. Imaginemos una presencia alemana en el Mediterráneo Oriental, acosando mediante submarinos y buques de guerra la flota británica, arrinconándola en Chipre, pongamos. Imaginemos la toma de El Cairo por Rommel en el verano de 1941 por ejemplo, y el control del Canal de Suez, rompiendo las comunicaciones del Imperio Británico del Oeste con el Imperio Británico del Este (la India, Australia, Nueva Zelanda, etc., acosadas por una ofensiva japonesa, como así fue en el caso de Singapur y Malasia). Imaginemos una Gran Bretaña acosada por todos lados, virtualmente sola, a pesar de la ayuda económica y armamentística de los EEUU. ¿Qué habría pasado? Tal vez no hubiera hecho falta un Pearl Harbor para que EEUU entrara en el conflicto mundial: un convoy estadounidense hundido, una provocación alemana, etc., quien sabe si no habría sido Roosevelt quien declarara la guerra a Alemania en diciembre de 1941... y no al revés. Porque los estadounidenses habrían entrado en la guerra, seguro, aunque no sé bajo qué pretexto. Lo cual me lleva a concluir de nuevo con la inutilidad de los esfuerzos alemanes... o no.
Una paz forzada... y pactos de no-agresión.
Imaginemos, sigamos imaginando. Antes de que EEUU entrara de motu propio en el conflicto; imaginemos que Gran Bretaña, acosada, sola, al borde de una invasión marítima, decide entablar negociaciones de paz. Imaginemos que la misión "secreta" de Hess, tirándose en paracaídas en Escocia, tiene un objetivo real, y que Churchill (a pesar de su tozudez y del sentido común de la perspectiva histórica) decide negociar, obligado por una opinión pública que no ve más que fracasos en la conducción de la guerra. Imaginemos que Hess, en nombre de Hitler, y Churchill, a espaldas de los EEUU, negocian, como mínimo un armisticio. ¿Bajo qué términos? ¿Con qué contrapartidas? ¿Qué sacan los alemanes, qué conservan los británicos? Se pueden mencionar mil cosas. Imaginemos que Hitler se muestra prudente y exige simplemente el abandono de los británicos de cualquier tipo de intervención en la Europa continental, que se reduzcan a ser lo que son, un imperio marítimo y colonial, que se olviden de Europa. Pierden las plazas y bases del Mediterráneo. Pierden el Norte de África, se les da ciertas garantías de paso por el Canal de Suez, pero pierden su control (ahora nominalmente en manos de un Egipto soberano, en la práctica bajo dominio alemán). Nada, que los británicos se ciñan a sus posesiones de la Commonwealth en América, Asia, Oceanía y el África sub-sahariana, y que dejen Europa en manos de Alemania.
¿Es factible? ¿Qué dirían los EEUU? Recordemos que allí no las tenía todas Roosevelt acerca del apoyo de su pueblo en una intervención en un conflicto mundial. Imaginemos que Roosevelt decide entablar ciertas negociaciones con Alemania... no tenemos por qué darle a los yanquis en este momento ese cliché anti-nazi que el cine y la literatura dieron a partir de 1941. Existía un partido nazi norteamericano, un lobby aislacionista poderoso que clamaba en contra de toda intervención estadounidense en un conflicto que, decían, no tenía nada que ver con EEUU. Imaginemos que Hitler y Roosevelt firman un pacto de no-agresión similar al que alemanes y rusos firmaron en 1939, pero con una seguridad por ambas partes de que no se romperá, pues ni Alemania estaría dispuesta a una guerra con EEUU, ni éstos (emperrados en un aislacionismo revigorizado) estarían interesados en meterse en un conflicto en la lejana y vieja Europa.
Imaginemos la Navidad de 1941: Alemania ha derrotado Gran Bretaña, obligándola a firmar una paz, no humillante pero sí forzada. EEUU no interviene en el conflicto europeo; otra cosa es que hubiera una guerra contra Japón, pues ambos se disputaban el control del Pacífico (y las Filipinas, por ejemplo). Pero tal vez una guerra en Asia sería otro cantar, tal vez con nulas relaciones con el conflicto europeo...
¿Y ahora qué? ¿La campaña rusa? Quién sabe si en el nuevo 1942 la invasión alemana de Rusia habría tenido más éxito. Tampoco los rusos se habrían quedado de brazos durante este período y tal vez no les hubiera pillado por sorpresa una invasión que, ante el panorama de una Europa ya bajo dominio alemán, era el paso siguiente (y lógico) a realizar. Eso ya es seguir especulando a un nivel ya superior... _________________ Web personal
Registrado: 07 Dic 2010 Mensajes: 3209 Ubicación: Mirando al mar
Publicado: Lun Feb 14, 2011 1:27 pmTítulo del mensaje:
Jesús, José y María. Espero que haya ido un corta y pega, porque si no tus teclas tienen que estar echando humo. _________________ ¿Por qué razón escriben los escritores? No lo saben muy bien, pero se darían cuenta si supieran que algún día, en la soledad de una habitación silenciosa llena de cosas de abuela, una niña abrirá su libro y quedará fascinada por lo que encuentra dentro.
Registrado: 26 May 2010 Mensajes: 8987 Ubicación: AUERSTADT - 14.10.1806
Publicado: Lun Feb 14, 2011 8:00 pmTítulo del mensaje:
- Gracias por compartir esta magnífica reflexión Farsalia.
En mi humlde opinión hay varias consideraciones:
¿La derrota de la URSS significaría tomar Moscú, Leningrado y Stalingrado ?
Las fábricas ya habían sido desplazadas hacia el interior. Los rusos habrían seguido luchando.
En cuanto all aplazamiento de la invasión no creo que hubiera sido beneficioso, los soviéticos
aprendieron rápidamente las tácticas alemanas, un año ó dos adicionales de estudio les
habría permitido por ejemplo desarrollar sus divisiones acorazadas y dotarlas de conexión por radio.
Aunque hubiera habido una paz negociada con Gran Bretaña creo que la entrada de EEUU en la guerra era inevitable.
Tarde ó temprano el monstruo americano respaldará a Europa y su enorme capacidad de producción e investigación inclinarán la balanza.
Así sin mucho rigor, para empezar a debatir. _________________ LA PATRIE EN DANGER
Publicado: Lun Feb 14, 2011 8:34 pmTítulo del mensaje:
farsalia escribió:
Oculto:
Hace años escribí algo parecido, sin demasiado rigor (por supuesto ), y por ese afán de dejar un poco suelta la imaginación y darle a la tecla.
Una victoria nazi... sin Stalingrado
Bien, si Hitler no hubiera invadido Rusia, ¿qué habría pasado? Para encarrilar este tema, primero esbozaré unos prolegómenos, para luego adentrarme en el tema de una posible victoria de Alemania, si es que es posible imaginarlo, y en qué manera. Tengo muy presente que esto es historia alternativa, historia ficción.
Prolegómenos
Realmente, si todo hubiera ido a su favor, no debería haber invadido Rusia en 1941, más adelante quien sabe, pero en el 41, no. Después de la campaña de Francia, media Europa estaba a los pies de Hitler. Habiendo caído Francia, los Países Bajos, Bélgica, Dinamarca, Noruega; teniendo como aliados a Italia y los países del centro de Europa (Bulgaria, Rumanía, una Eslovaquia virtualmente suya), sólo Yugoslavia, Grecia y Gran Bretaña resistían. España era neutral (o no beligerante), como Suiza y Suecia. Y Gran Bretaña, tras caer Francia, era el enemigo al que batir, lógicamente.
Lógicamente, si las cosas hubieran ido bien para Hitler y Alemania, el único objetivo habría debido ser abatir a Gran Bretaña, y así fue inicialmente. Imposible desde un principio un desembarco en las islas, Göring le garantizó a Hitler que la Luftwaffe destruiría la RAF británica y sería fácil hacer que los ingleses se rindieran. La RAF resistió y Gran Bretaña, aunque no se salvó de ser bombardeada, dejó de ser un enemigo al que batir enseguida. Pasó la oportunidad, también porque otros escenarios de guerra requerían la atención de Alemania. Grecia y Yugoslavia, por ejemplo, por culpa de Mussolini y sus bravatas, ocuparon la mente de Hitler. El norte de África también fue un escenario más, si se quería derrotar allí a los ingleses, y usarlo posteriormente como base. Mientras estuvo Rommel allí, y las cosas fueron bien, Hitler no tuvo excesivos motivos para preocuparse. Los alemanes se metieron en Grecia, fue un paseo; con Yugoslavia, las cosas no fueron tan fáciles. Y de pronto vino el siguiente paso en los planes de Hitler: Rusia.
Rusia: 22 de junio de 1941. Hitler, tan aficionado a los elementos simbólicos, quiso atacar Rusia ese día, recordando el inicio de la campaña de Napoleón más de un siglo atrás. La campaña estaba preparada semanas atrás, pero Hitler esperó. ¿Por qué esperó? Primero, a ver si conseguía una (ilusoria) rendición de Gran Bretaña, que le dejara las manos libres en el este. No fue así. Segundo, se empantanó en Yugoslavia. Los oficiales de su Estado Mayor le apremiaron para invadir Rusia antes de que empezara el verano. Los objetivos eran lejanos, y no desconocía Hitler el duro invierno ruso, no esperaba llegar a eso. Pero las tropas sólo estaban equipadas con uniformes de verano. Y los pertrechos sólo estaban preparados para una campaña corta. Hitler confiaba en el factor sorpresa (como así fue inicialmente) y en tomar rápidamente Moscú y Leningrado, antes de encaminarse al Cáucaso, fuente del petróleo que necesitaba. La fecha inicial se fue posponiendo semana tras semana. Finalmente, se tomó el 22 de junio.
El frente ruso fue enorme desde un buen principio. No entraré en detalles. 3.000.000 millones de soldados en un frente de cientos de kilómetros, con tres columnas y tres objetivos, etc. Para los detalles, los múltiples libros de historia de la II Guerra Mundial. A Stalin la invasión alemana le cogió totalmente por sorpresa. Confiaba plenamente en la vigencia del Pacto de No Agresión de 1939, y la invasión alemana fue una puñalada por la espalda de la que tardó semanas en recuperarse. Semanas que los alemanes aprovecharon para sitiar Leningrado (en un asedio que duró casi tres años), dirigirse hacia Moscú y enviar una columna al Cáucaso (que posteriormente se entretendría en Stalingrado). Los alemanes avanzaron tranquilamente en unas primeras semanas. Hitler tenía como objetivo Moscú. Tomada la capital, pensaba, la Rusia soviética caería. Pensaba que la Blitzkrieg de occidente triunfaría en el Este. No fue así.
Una vez los rusos empezaron a reaccionar, al mismo tiempo, empezaron las dificultades de los alemanes. La línea del frente había avanzado tanto que era dificil mantener los suministros asegurados. Con las lluvias del otoño, los caminos se convirtieron en barrizales, los tanques se quedaban atascados. Las municiones se acabaron poco a poco. Empezó el frío, y los hombres solo iban equipados con uniformes (y botas) de verano, incapaces de hacer frente al frío ruso. La llanura era amplia hasta donde se veía el horizonte, eso empezó a hacer mella en la moral de los invasores, que avanzaban por un panorama llano que nunca tenía fin (sucedió con las tropas romanas de Lúculo en la campaña contra Tigranes de Armenia, veinte siglos atrás). Y los rusos empezaron a contraatacar: era el inicio de la Gran Guerra Patriótica para ellos.
Hasta aquí puedo llegar ahora. Antes de pasar la línea de Stalingrado, las cosas tal vez hubieran sido diferentes, y la línea de lo real y lo imaginario aún no se ha bifurcado. En este momento, el otoño de 1941, los alemanes dan por sentada una victoria. Los rusos aún no han reaccionado del todo a la ofensiva alemana. Hitler se aprovechó de un cierto momento de relativa "tranquilidad" en el resto de escenarios bélicos para jugar la carta de Rusia. Aprovechemos este momento, fijemos aquí el momento de una nueva historia de la II Guerra Mundial. A partir de aquí, siguiendo yo, o con comentarios vuestros, intentemos imaginar una posible victoria nazi. Las cosas en 1941 no están decididas, no es imaginable en este momento una derrota del Eje, como fue imaginable en 1943, por ejemplo, tras la rendición de Paulus en Stalingrado, la derrota en el Norte de Africa (dejando el camino libre para el desembarco en Italia) o la intervención norteamericana en Europa, una intervención que no será total hasta el desembarco de Normandía de junio de 1944.
Antes de seguir con esta historia alternativa, historia ficción, una puntualización por mi parte. Personalmente, creo que la campaña de Rusia era inevitable. Entraba de lleno en los planes de Hitler, no sólo desde su concepción ideológica de la búsqueda del lebensraum, el espacio vital, que la nueva Alemania necesitaba, sino ya incluso desde el mismo momento de la firma del pacto nazi-soviético o Pacto de No Agresión de agosto de 1939. La campaña rusa fue planificada por Hitler y su estado mayor con meses de antelación, ya incluso habiendo caído los países del Benelux y Francia, y habiendo iniciado la Batalla de Inglaterra.
1. ¿Una campaña realizable?
Las complicaciones de Hitler.
Las cosas se complicaron en la Batalla de Inglaterra. La fuerza naval alemana, aunque poderosa, no podía competir con la británica. No así los submarinos germanos, los lobos grises, las unidades U, que complicaron la vida de británicos y estadounidenses (una vez estos entraron en guerra), ya desde 1940. Pero la Luftwaffe no pudo acabar con el poder aéreo de la RAF británica, y los ingleses pudieron capear el temporal de una invasión alemana por mar (impensable ya) y de una serie constante de bombardeos de las principales ciudades alemanas.
Hitler ansiaba dejar el escenario bélico occidental resuelto, y no le hacía ascos a una paz con Gran Bretaña. Tal vez una interpretación mal entendida de estos deseos del Führer condujo a Rudolph Hess a lanzarse en paracaídas sobre las costas de Escocia, creyendo que podría mantener conversaciones de paz con los ingleses. Fuera lo que fuese tras los pasos de Hess, Hitler renegó de él. Y tal vez se equivocó, pues cerró la puerta a un compromiso con los ingleses; compromiso que, no obstante, Churchill se habría negado a aceptar, más aún desde que a finales de 1941 EEUU entró en guerra. La torpe declaración de guerra de Alemania a EEUU propició que los planes de Hitler en Rusia se estancaran, obligándole por otra parte a conducir la guerra en varios escenarios de guerra al mismo tiempo, estrategia que resultó fatal a la postre: pues una vez que los estadounidenses entraron de pleno en la guerra europea (y como colofón, el desembarco de Normandía de 1944), Alemania empezó a retroceder en picado, sobre todo porque Rusia pudo acometer con más fuerza (ocupado Hitler en el Oeste) el contraataque en el Este.
Meterse en Rusia tal vez no fue el error de Hitler. Pero jugar con varios escenarios de guerra a partir de 1943, sí fue un gran error. Los rusos actuaron a la defensiva incluso poco después de Stalingrado, pero una vez se abrió, parcialmente, el segundo frente aliado en Italia (primero en Sicilia y luego en la península italiana, provocando la caída de Mussolini), actuaron al contraataque, pues los alemanes no pudieron actuar a la vez con eficacia en dos frentes a la vez.
Stalingrado fue el límite de la expansión alemana en el Este. Realmente fue un jarro de agua fría para los planes de Hitler. Pero no fue un punto final. Aún Alemania en febrero de 1943 era un rival poderoso, y controlaba una parte importante del territorio ruso: los rusos no echarían a los alemanes de su territorio hasta después del verano de 1944, si no me equivoco. Pero sus posibilidades de victoria final ya habían desaparecido, e invadiendo Rusia Hitler había quemado sus naves. No se podía llegara ningún acuerdo por este lado. Y en el Oeste, con la unión de Gran Bretaña y EEUU, tampoco. Además de los problemas con la Resistencia en Francia, el tinglado italiano y los Partisanos en Yugoslavia. Desde luego, a estas alturas Alemania ya no podía vencer. Otra cosa, si nos ponemos en la óptica del momento, es que fuera totalmente derrotada.
¿Una victoria alemana?
Todo ello nos lleva a la pregunta que nos ha pasado por la cabeza a muchos de nosotros: ¿habría ganado Alemania la II Guerra mundial si no se hubiera metido en Rusia? Pues probablemente sí, y es tal vez lo que otra persona que no fuera Hitler habría hecho. Pero, repito, la conquista de Rusia era para Hitler un paso ineludible para la creación de la Alemania de los Mil Años. La necesidad de un espacio vital, descrita en el Mein Kampf era perentoria, tal vez no a corto plazo, pero sí a medio término. Las conquistas alemanas de los años 1940-1941 (y ahora estoy especulando) se podrían enmarcar desde un punto de vista defensivo: un cordón en la Europa occidental y central que salvaguardara las fronteras alemanas en esta zona frente a Gran Bretaña, que quedaría aislada en caso de no ser conquistada (como así fue). Los planes secretos de Hitler eran varios, y los rumores llevan a magnificar en exceso sus intenciones. Recuerdo haber leído (no sé si en la biografía Hitler-Stalin, vidas paralelas, de Alan Bullock, o en el Hitler (1936-1945), de Ian Kershaw) que los planes más megalómanos de Hitler llegaban a una conquista de toda Rusia (!), contactar las tropas alemanas con Japón y desde allí iniciar una conquista de EEUU, para poder así culminar la conquista del mundo (!!!). Me suena a fantasía de algún apasionado de la ciencia-ficción, a la par que un objetivo tan irrealizable como imposible.
Meterse en Rusia en 1941 sin haber solucionado el escenario occidental fue el error de Hitler. Porque dejó casi a la mano de Dios (en este caso de Rommel) el escenario del norte de África, donde los triunfos de Montgomery a lo largo de 1942 expulsaron a los alemanes de esta zona, preparando el terreno para el desembarco en Sicilia y la conquista aliada de Italia. Dejar a Gran Bretaña aislada del resto de Europa, con el Canal de La mancha fuertemente vigilado por los submarinos U alemanes, no fue suficiente. Un estratega de mayor valía se habría dedicado a destruir el poderío británico como fuera, desde luego no habría declarado la guerra a EEUU, permitiendo que los británicos encontraran su tabla de salvación en la intervención estadounidense en Europa. Eisenhower, enviado a Europa, preparó ya desde 1943 el objetivo deseado por todos, en especial por los rusos: la obertura de un segundo frente en las costas de Francia. La RAF británica pagó con creces la Batalla de Inglaterra, pero siguió al frente de la salvaguarda de las Islas Británicas, y pronto reaccionó iniciando los bombardeos de las ciudades alemanas. Göring aquí fracasó por completo, si bien Hitler no lo destituyó y lo mantuvo al frente de la aviación alemana, negándose a reconocer ningún error.
Invadir Rusia en 1942, tal vez, con una Gran Bretaña aislada por completo, sin meterse en la boca del lobo declarando la guerra a EEUU, manteniendo controlado el escenario de la Europa central (tal vez liquidando la resistencia yugoslava e impidiendo más aventuras de opereta de Mussolini) e intentando mantener el papel en el norte de África,... hubiera dado quizás más alas a una posible victoria final alemana. Igual de complicado, pues estoy dando por supuesto que se habrían dado las circunstancias en el mejor de los casos, con todo a favor de Alemania, algo que nunca sucedió. Siempre hubo escenarios bélicos que se resistieron a la Wehrmacht, siempre hubo algo que falló. Pero la fuerza inicial que entró en Rusia el 22 de junio de 1941, 3 millones de soldados, desborda toda mi capacidad de imaginación. ¿Qué ejército no podría hacer hazañas de tal calibre con esas fuerzas? Rusia no supo reaccionar en las primeras semanas, y ahí radicó el éxito del avance alemán. pero una vez llegó el otoño, las cosas se complicaron para los alemanes. No estaban preparados ni equipados para hacer frente a una larga campaña. Stalingrado fue un error táctico de principio a fin. Las cosas se les complicaron en el Oeste y en el norte de África. La maquinaria de guerra alemana, según el relato de Albert Speer (ministro de armamento alemán) iba a marchas forzadas: lo que en 1943 se necesitaba, no estaría listo hasta 1945, lo de 1944 hasta 1946. Speer tuvo que contemporizar con unos objetivos de guerra que estaban por encima de las posibilidades de la industria armamentística alemana. El combustible de tanques y aviones comenzó a escasear pronto, así como las municiones. Las famosas "bombas inteligentes" V1 y V2 apenas pudieron cambiar nada, pues entraron tarde en la guerra, cuando Alemania ya estaba defendiendo sus fronteras. Demasiadas cosas fallaron. Una estrategia global era algo que incluso al estado mayor alemán se le escapaba.
2. ¿Una victoria posible?
Hitler tuvo varios momentos de lucidez estratégica a lo largo de la guerra, no vayamos a considerar que por Stalingrado se debe juzgar la evolución de todo el conflicto mundial. La campaña de Francia fue algo espectacular, y seguramente Hitler ni siquiera esperaba un triunfo tan apabullante, pero lo logró. En muchas ocasiones se nos ha hablado de un Hitler totalmente opuesto a su estado mayor.... y ello puede ser cierto para el último período de la guerra, cuando incluso algunos militares (con Stauffenberg a la cabeza, y se dice que con la complicidad de Rommel, quién sabe...) intentaron asesinarlo mediante un atentado. Pero Keitel, ese mariscal de campo y jefe del estado mayor que fue casi el perro faldero de Hitler, estuvo con el Führer hasta el final, y con él muchos de sus generales, que incluso con Berlín rodeado por los rusos aún veían una salida y una victoria final... es lo que hace la desesperación.
Lo posible y lo imposible.
Si Hitler pretendía dominar Europa, la campaña de Inglaterra debió ser fundamental, y a ella debió dirigir todos sus esfuerzos una vez caída Francia y la ventana atlántica europea. Y así lo pensó Hitler. Pero, ¿con qué objetivo? ¿La destrucción de Gran Bretaña o la consecución de una paz? Ambas cosas eran igual de ilusorias, pero desde luego la segunda era momentáneamente factible. El papel de los ingleses en Europa en la primavera de 1940 fue desastroso, y la evacuación de Dunkerque fue más una huida que un aplazamiento (y no como después de Normandía se intentó ver). Con casi toda la Europa continental en manos de los alemanes, Gran Bretaña se retiró a su insularidad para lamerse las heridas y esperar que llegara su turno. Y así fue. La Batalla de Inglaterra fue espectacular. Pero para Hitler se quedó a medias. Pues, imposibilitado de invadir por mar las Islas Británicas, el bombardeo de Londres y otras ciudades no satisfizo sus esperanzas de obligar a los ingleses a firmar un acuerdo de paz, aunque fuera temporal.
La marina de guerra alemana, la Kriegsmarine, no estaba a la altura de la Royal Navy, y Hitler lo sabía, a pesar de los esfuerzos de los almirantes Raeder y Döenitz de propulsar la construcción de buques de guerra. Pero Hitler no consideraba la marina un elemento esencial, si bien dió cierta importancia a la construcción de submarinos, los temibles lobos grises. El hundimiento del Graf Spee en aguas del Rio de la Plata, en Argentina, magnificado en exceso por Churchill (alguna hazaña británica había que exaltar para subir la moral inglesa, claro está) convenció en parte a Hitler de que la marina no era primordial en su estrategia global. Desde luego, una vez que en 1933 Hitler llegó a la cancillería alemana y todos los ejércitos fueron aumentados en soldados y medios, la marina recibió su trozo de pastel, pero no da la sensación de que los almirantes alemanes estuviesen satisfechos. No es que menospreciara la guerra marítima, pero Hitler desde luego no la ponía al mismo nivel que la guerra terrestre, o incluso la aérea. Ojo, no es que diga que Hitler pasaba de la Kriegsmarine, sino que dedicaba más esfuerzos a la Wehrmacht y la Luftwaffe.
Imaginemos, por un momento, que tras la caída de Francia, Hitler decide el todo por el todo y se arriesga a una campaña global contra Gran Bretaña. Una campaña que incluyera ataques aéreos, incursiones marítimas (mediante submarinos en el Canal de la Mancha y el Mar del Norte) y los preparativos de un desembarco naval... que es en cierto modo lo que Hitler intentó. Primero, barridos aéreos sobre las costas británicas y Londres. Imaginemos que la Luftwaffe no falla, que sus aviones abaten la mayor parte de los cazas de la RAF y se hacen dueños de los aires... como al principio sucedió, pero vayamos más allá, e imaginemos que los ingleses no sólo pierden la supremacía aérea sino que incluso pierden la mayor parte de sus aviones, pongamos un 80% en diversos raids. Estoy imaginando mucho, pues ello necesita de mucha pericia por parte de los aviadores alemanes, unas líneas de ataque seguras, suministros constantes de municiones, desidia británica (que no fue el caso) y mucho azar, que nunca falta en casos como estos. En estas circunstancias, Gran Bretaña queda aislada por mar y aire. Ha de luchar sola...
Con o sin EEUU... ¿una guerra total contra Gran Bretaña?
¿Sola? ¿Y las ayudas bajo mano de los EEUU? Recordemos que EEUU a lo largo de 1940 mantuvo conversaciones con los británicos y destinó mucha ayuda en dinero, armamento y alimentos, a pesar de su neutralidad, a Gran Bretaña. El 11 marzo de 1941 Roosevelt firma la Ley de Préstamos y Arriendos: mediante esta ley, EEUU vendía armamento a los países aliados; los países compradores podían comprar armamento, pagarlo y transportarlo ellos mismos a sus respectivos países. Se montaron enormes convoyes, que viajaban desde las costas estadounidenses a los puertos británicos a través de un océano Atlántico en el que operaban con enorme efectividad los submarinos U alemanes. EEUU no podía, siendo un país neutral, intervenir en las operaciones militares, y no podía defender los convoyes británicos. Pero aun teniendo estas ayudas, Gran Bretaña estaba virtualmente SOLA, desde junio de 1940 a la declaración de guerra alemana a EEUU el 11 de diciembre de 1941. Y eso debió aprovechar Hitler... y no lo hizo.
Debió, en una estrategia centrada y directa, preparar un desembarco en Inglaterra, aunque solo hubiera sido una bravata. Los ataques aéreos, contundentes y sin descanso (lo que suponía un esfuerzo brutal de la industria aeronáutica alemana sin precedentes), habrían allanado el camino. Atacar, atacar y atacar. Sin descanso. Hasta que los ingleses claudicaran... algo realmente inimaginable, teniendo abierto el escenario bélico del Norte de África, pero aquí estaba Rommel picando sin cesar. Si Rommel hubiera tenido el mismo apoyo en África que el que tuvo Göring en la Batalla de Inglaterra, las cosas tal vez hubieran sido diferentes, y la retirada alemana de El-Alamein tal vez se habría convertido en un victorioso avance, una toma de Alejandría, El Cairo y el Canal de Suez y una expulsión de los británicos del norte de África... algo que cuesta imaginar. Estamos hablando de un esfuerzo bélico sin descanso, con unas industrias de municiones, aviones, tanques, aviones, etc., que no descansasen nunca; con unas líneas de comunicación en el Mediterráneo seguras, lo cual implica también destruir las flotas británicas de Malta y Gibraltar, por ejemplo, y no intervenir en berenjenales como Grecia y Yugoslavia. Estamos hablando de una estrategia global contra Gran Bretaña que necesariamente implica olvidarse de una invasión de Rusia... cosa fácil, mientras siga vigente el Pacto de No Agresión con los rusos, algo que por el momento Stalin no está dispuesto a romper. Estamos hablando de mantener Europa bajo control (controlando también las bravatas de Mussolini), y dedicar todo el esfuerzo bélico a un objetivo único: destruir a Gran Bretaña u obligarla a firmar la paz.
Imaginemos pues que durante ese tiempo en que Gran Bretaña estuvo sola, de junio del 40 a diciembre del 41, Alemania golpeara sin cesar a Gran Bretaña. Imaginémoslo, por encima del sentido común y de lo contradictorio del planteamiento. Nada de campaña rusa, nada de los tropiezos de Grecia y Yugoslavia. Imaginemos que en unas circunstancias tales, incluso Hitler consigue el apoyo de Franco, prometiéndole quién sabe qué. Imaginemos que en esto momentos un ejército alemán cruza los Pirineos y se dirige a Gibraltar, asediada por tierra, mar y aire. Imaginemos una operación contra la base británica de Malta, que es tomada y sirve de enlace para transportar tropas y armas al ejército africano de Rommel. Imaginemos una presencia alemana en el Mediterráneo Oriental, acosando mediante submarinos y buques de guerra la flota británica, arrinconándola en Chipre, pongamos. Imaginemos la toma de El Cairo por Rommel en el verano de 1941 por ejemplo, y el control del Canal de Suez, rompiendo las comunicaciones del Imperio Británico del Oeste con el Imperio Británico del Este (la India, Australia, Nueva Zelanda, etc., acosadas por una ofensiva japonesa, como así fue en el caso de Singapur y Malasia). Imaginemos una Gran Bretaña acosada por todos lados, virtualmente sola, a pesar de la ayuda económica y armamentística de los EEUU. ¿Qué habría pasado? Tal vez no hubiera hecho falta un Pearl Harbor para que EEUU entrara en el conflicto mundial: un convoy estadounidense hundido, una provocación alemana, etc., quien sabe si no habría sido Roosevelt quien declarara la guerra a Alemania en diciembre de 1941... y no al revés. Porque los estadounidenses habrían entrado en la guerra, seguro, aunque no sé bajo qué pretexto. Lo cual me lleva a concluir de nuevo con la inutilidad de los esfuerzos alemanes... o no.
Una paz forzada... y pactos de no-agresión.
Imaginemos, sigamos imaginando. Antes de que EEUU entrara de motu propio en el conflicto; imaginemos que Gran Bretaña, acosada, sola, al borde de una invasión marítima, decide entablar negociaciones de paz. Imaginemos que la misión "secreta" de Hess, tirándose en paracaídas en Escocia, tiene un objetivo real, y que Churchill (a pesar de su tozudez y del sentido común de la perspectiva histórica) decide negociar, obligado por una opinión pública que no ve más que fracasos en la conducción de la guerra. Imaginemos que Hess, en nombre de Hitler, y Churchill, a espaldas de los EEUU, negocian, como mínimo un armisticio. ¿Bajo qué términos? ¿Con qué contrapartidas? ¿Qué sacan los alemanes, qué conservan los británicos? Se pueden mencionar mil cosas. Imaginemos que Hitler se muestra prudente y exige simplemente el abandono de los británicos de cualquier tipo de intervención en la Europa continental, que se reduzcan a ser lo que son, un imperio marítimo y colonial, que se olviden de Europa. Pierden las plazas y bases del Mediterráneo. Pierden el Norte de África, se les da ciertas garantías de paso por el Canal de Suez, pero pierden su control (ahora nominalmente en manos de un Egipto soberano, en la práctica bajo dominio alemán). Nada, que los británicos se ciñan a sus posesiones de la Commonwealth en América, Asia, Oceanía y el África sub-sahariana, y que dejen Europa en manos de Alemania.
¿Es factible? ¿Qué dirían los EEUU? Recordemos que allí no las tenía todas Roosevelt acerca del apoyo de su pueblo en una intervención en un conflicto mundial. Imaginemos que Roosevelt decide entablar ciertas negociaciones con Alemania... no tenemos por qué darle a los yanquis en este momento ese cliché anti-nazi que el cine y la literatura dieron a partir de 1941. Existía un partido nazi norteamericano, un lobby aislacionista poderoso que clamaba en contra de toda intervención estadounidense en un conflicto que, decían, no tenía nada que ver con EEUU. Imaginemos que Hitler y Roosevelt firman un pacto de no-agresión similar al que alemanes y rusos firmaron en 1939, pero con una seguridad por ambas partes de que no se romperá, pues ni Alemania estaría dispuesta a una guerra con EEUU, ni éstos (emperrados en un aislacionismo revigorizado) estarían interesados en meterse en un conflicto en la lejana y vieja Europa.
Imaginemos la Navidad de 1941: Alemania ha derrotado Gran Bretaña, obligándola a firmar una paz, no humillante pero sí forzada. EEUU no interviene en el conflicto europeo; otra cosa es que hubiera una guerra contra Japón, pues ambos se disputaban el control del Pacífico (y las Filipinas, por ejemplo). Pero tal vez una guerra en Asia sería otro cantar, tal vez con nulas relaciones con el conflicto europeo...
¿Y ahora qué? ¿La campaña rusa? Quién sabe si en el nuevo 1942 la invasión alemana de Rusia habría tenido más éxito. Tampoco los rusos se habrían quedado de brazos durante este período y tal vez no les hubiera pillado por sorpresa una invasión que, ante el panorama de una Europa ya bajo dominio alemán, era el paso siguiente (y lógico) a realizar. Eso ya es seguir especulando a un nivel ya superior.
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Glub... _________________ —Vengo por un anticipo
—Creo que se ha confundido, es la oficina de al lado
—Disculpe, es mi primer día
Publicado: Mar Feb 15, 2011 4:56 pmTítulo del mensaje:
Obviamente, Davout, coincido con tus consideraciones. De hecho, al tratarse de un ejercicio de historia alternativa/historia ficción, no se tienen en cuenta muchos elementos, como la preparación ya antes de junio de 1941 de la campaña rusa, el hecho de que pasara lo que pasase con los Blitz contra el Reino Unido Roosevelt no iba a abandonar su alianza con Churchill o que el Este era un escenario ineludible para Hitler. Lo que escribí tiene sus buenos siete años, en un ejercicio más de imaginación que de posible alternativa. _________________ Web personal
Registrado: 02 Mar 2007 Mensajes: 12322 Ubicación: Gades in pectore
Publicado: Mar Feb 15, 2011 5:03 pmTítulo del mensaje:
Lo curioso hubiera sido ¿qué hubiera pasado si Japón hubiera ganado la parte de la guerra que le tocaba? Imaginense un mundo todo japones... ahora estariamos haciendo la ceremonia del te. _________________ Viento del Este y niebla gris anuncian que viene lo que ha de venir (Mary Poppins)
Registrado: 15 Oct 2006 Mensajes: 21722 Ubicación: La Ferriére
Publicado: Mar Feb 15, 2011 5:06 pmTítulo del mensaje:
Balbo escribió:
Lo curioso hubiera sido ¿qué hubiera pasado si Japón hubiera ganado la parte de la guerra que le tocaba? Imaginense un mundo todo japones... ahora estariamos haciendo la ceremonia del te.
Y usariamos sus medios de predicción...
_________________ —Tienes la palabra de un oficial romano —dijo—. Vale más que un juramento.-
Publicado: Mar Feb 15, 2011 5:35 pmTítulo del mensaje:
Balbo escribió:
Lo curioso hubiera sido ¿qué hubiera pasado si Japón hubiera ganado la parte de la guerra que le tocaba? Imaginense un mundo todo japones... ahora estariamos haciendo la ceremonia del te.
No imagino a los japoneses extendiendo su cultura por las tierras de los gaijins..
Registrado: 15 Oct 2006 Mensajes: 21722 Ubicación: La Ferriére
Publicado: Mar Feb 15, 2011 5:37 pmTítulo del mensaje:
saporo escribió:
Balbo escribió:
Lo curioso hubiera sido ¿qué hubiera pasado si Japón hubiera ganado la parte de la guerra que le tocaba? Imaginense un mundo todo japones... ahora estariamos haciendo la ceremonia del te.
No imagino a los japoneses extendiendo su cultura por las tierras de los gaijins..
Bueno, la extenderían a su manera.
_________________ —Tienes la palabra de un oficial romano —dijo—. Vale más que un juramento.-
F.A.Q.
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), y por ese afán de dejar un poco suelta la imaginación y darle a la tecla.
Espero que haya ido un corta y pega, porque si no tus teclas tienen que estar echando humo.
