ESPADA DE HONOR (Sword of Honour). TRILOGÍA SOBRE LA II GUERRA MUNDIAL – Evelyn Waugh.

 

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ESPADA DE HONOR. TRILOGÍA SOBRE LA II GUERRA MUNDIALLa trilogía Espada de Honor está compuesta por: Hombres en Armas (1952), Oficial y Caballero (1955) y Rendición Incondicional (1961). Waugh revisó las tres obras en 1965 y las editó de modo unitario como Sword of Honour, modificando algunas partes y haciendo pequeños cambios, reestructurando capítulos o secciones. Publicada por Ed. Cátedra por primera vez en España en su totalidad, cada novela ha ido viendo la luz de modo independiente, estando cada una introducida por un magnífico y muy completo análisis a cargo de Carlos Villar, que nos entronca la obra en la trilogía y a su vez, en la totalidad de la obra waughiana, acotando toda una serie de autorreferencias que el autor se hace a lo largo de estas páginas, así como referencias literarias en general.

Hay mucho de autobiográfico en esta trilogía, de hecho, en la introducción se diseccionan muchos de los personajes y hechos que están encubiertos en la obra, como el del sacerdote-espía, vividos personalmente por Waugh, como su participación en los Comandos, en la enloquecida retirada de Creta, y su contradictoria estancia en Yugoslavia. La versión desencantada y pesimista que nos presenta Waugh de la guerra no muestra un panorama arrolladoramente violento o de injustificada crueldad con unas situaciones fuertemente dramáticas, no; Waugh utiliza un tono completamente diferente: recurre a la ironía, y a mostrarnos la parte absurda, banal y fútil de toda la maquinaria cotidiana, de las bambalinas del teatro bélico. De hecho, la guerra que nos presenta Waugh es, en cierto modo, su guerra: la guerra que él vivió. Reglamentaciones absurdas, cambios constantes de órdenes y contraórdenes, contraposición entre lo que está ocurriendo en el escenario real europeo y la vida diaria en los cuarteles de adiestramiento, completamente ajena a la lucha en el frente. Los militares están más concentrados en la continuación de la vida civil, las relaciones familiares o amistosas, las visitas al club o al Bellamy’s, donde tienen lugar periódicamente los encuentros entre los distintos personajes, en torno a una copa.

Por otra parte, Waugh es un escritor católico —converso, para más inri—; en Gran Bretaña, ser católico implica un carácter militante, de minoría, ya que la fe anglicana es mayoritaria. Y en la época de Waugh, también conlleva una cierta posición política. En general, todos los escritores que comparten esa fe están marcados por la militancia. Recordemos Chesterton, Graham Greene, C.S. Lewis, Edith Sitwell… Por otra parte, su procedencia de clase media con aspiraciones le lleva a un continuo intento de desprestigiar a los aristócratas (casi todos los oficiales británicos provenían de la aristocracia), a la vez que inconscientemente trasluce un fuerte deseo de ocupar su lugar. Todo ello se respira en su obra literaria, y mucho más en esta trilogía que se apoya directamente en su experiencia personal vivida en la guerra. Retazos de Retorno a Brideshead, escrita precisamente en la primera mitad de 1945, tras un accidente de paracaidismo —accidente que se reproduce en Rendición Incondicional—, pueden entresacarse de diversos tramos de la Trilogía. También se traslucen sus relaciones conflictivas con las mujeres.

En cuanto a la técnica, la formación literaria de Waugh era victoriana, no modernista (como lo fue el Grupo de Bloomsbury). En palabras de Villar, «buscaba estilizar la narración hacia una objetividad deshumanizada y un uso económico de la perspectiva narrativa cercana a la cinemática». Waugh es un escritor muy sólido, y el panorama que nos presenta de la participación en la guerra de la oficialidad británica oscila entre los vapores del whisky y el té de las cinco, entre el mantenimiento de las distinciones de clase llevado a extremos increíbles: la obsesión por las ordenanzas, a la vez que al contrario, la desesperada huida de todo tipo de responsabilidad de algunos de los personajes, entre el valor y el pánico, entre las copas de champagne y el hambre y la sed atenazadoras, entre la vida y la muerte…, en suma, pintan un fresco desalentador de la gran contienda.

Evelyn Waugh, (Londres, 1903, Somerset, 1966), escritor británico, novelista, de origen social medio, nacido protestante y converso al catolicismo en 1930, casado de segundas nupcias con Laura Herbert, tras una desafortunada experiencia matrimonial previa. En la década del 29 al 39 realizó múltiples viajes: Mediterráneo, África, Suramérica, Abisinia…, de los que produjo reportajes periodísticos o se inspiró para algunas de sus novelas. Incorporado a filas en la II Guerra Mundial, es destinado a Yugoslavia en el 44; en el 47 visita Estados Unidos. Alcanzó la fama con su obra Retorno a Brideshead, que fue llevada a la pantalla televisiva; es un autor que ha diseccionado la sociedad británica, satirizando a la aristocracia, hacia la que siente una doble atracción/repulsión; su corrosiva crítica, de tendencia conservadora, añora los valores perdidos tras las guerras.

 

I. HOMBRES EN ARMAS (Men at Arms, 1952)

El primer libro de la trilogía, está dividido a su vez en tres partes, precedidas de un prólogo: Apthorpe Gloriosus, Apthorpe Furibundus, Apthorpe Inmolatus. Podría pensarse que Apthorpe es el protagonista, pero no es así. Guy Crouchback es el protagonista de toda la trilogía. Apthorpe es el pretexto; es un compañero de armas, oficial como Guy, bastante peculiar en su comportamiento y en sus hazañas, con algunos secretos inconfesables (su enorme y oculta impedimenta, sus tías ficticias, su pasado ignoto) y que por azar aparece ligado a Guy en las situaciones más diversas. La amistad que les une es superficial pero en algunos momentos parece crearse un vínculo mayor entre ellos.

Tras un prólogo que introduce la historia de la antigua familia Crouchback, de rancio abolengo, y la de la persona e historia particular de Guy, la acción comienza en la soledad de una mansión italiana, desde donde, al recibir la noticia de la guerra, el ultimo vástago de los Crouchback decide marchar e incorporarse a filas, a pesar de haber sobrepasado la edad para ello. Se nos describe el largo proceso de incorporación, a base de casualidades, encuentros y desencuentros, la fase de adiestramiento militar en Inglaterra, y finalmente, su entrada en acción en una misión en la costa africana de Dakar. La misión resulta ser un fiasco, y los singulares acontecimientos que la acompañan implican a Guy en un proceso de investigación militar por supuestas «irregularidades».

La ingenuidad del personaje central, Guy, que concibe la guerra como una contienda del Bien contra el Mal, de la Democracia contra la Tiranía, paulatinamente va deviniendo en un pesimismo profundo, y la aparición de personajes secundarios cargados de obsesiones, subterfugios, traiciones y lealtades, colorea el cuadro gris que se presenta al principio. El brigadier tuerto Ritchie-Hook, homenaje al fiero pirata peterpaniano; el enloquecido oficial Apthorpe, cuyo pasado africano le une a Guy, pero las descomunales borracheras y la obsesión por sus posesiones le lleva a continuos conflictos; Virginia, la ex esposa de Guy y ex de otros muchos guys, encarnando la infidelidad femenina; el inútil y tramposo Trimmer, que reaparecerá en Oficiales y Caballeros con un cambio de identidad; Leonard, en su eterno oscilar entre el Ejército y su familia; todos ellos conforman un paisaje penoso, mostrado en el detalle minucioso de lo cotidiano y absolutamente trivial, para hacernos ver la decadencia de una sociedad cuya desintegración no solo deberá a la guerra, sino a sus propios mecanismos internos, caducos y obsoletos.

En Hombres en armas el tono es uniforme: ingenuo, superficial, casi diríamos colegial: la instrucción y el adiestramiento militar es equiparada a la instrucción en la escuela, así el ánimo y la actitud de soldados y oficiales, siempre atentos al humor del jefe de turno. Waugh tiene unos temas recurrentes: la inocencia perdida, la amistad y la lealtad, el amor traicionado, el pasado histórico honorable, el refugio en la fantasía y en la religión. El objeto de la ironía waughiana no solo se concentra en la guerra, sino que se amplía a la alta sociedad victoriana británica, a la que mentalmente pertenece, pero que le produce un terrible malestar.

 

II. OFICIALES Y CABALLEROS (Officers and Gentlemen, 1955)

Oficiales y caballeros es la segunda parte de la trilogía y se subdivide en dos partes: Guerreros felices (Happy Warriors) y En el ajo (Into the picture), separadas por un brevísimo Interludio. A lo largo de sus páginas seguimos de modo polifónico y coral, las distintas trayectorias y enfoques de la guerra: desde la preparación y adiestramiento de los comandos británicos, los traslados, las interminables instrucciones, los contactos de oficiales y tropa, entre el Londres del blitz y la brumosa isla en Escocia, pasando por el breve intermedio relajador que supone el viaje en barco hasta El Cairo dando un incomprensible rodeo por Sudáfrica; y finalmente, la inmersión en el avispero de la batalla de Creta en la primavera de 1941, en la que los alemanes infringen un severo castigo a las tropas británicas, donde el caos y el desastre rodean al personaje central, Guy, y a muchos de sus compañeros, que reaccionan de formas diversas, incluidas la traición y la huida, mezcladas entre el valor y el honor.

Entre la primera y la segunda parte del libro hay una diferencia muy marcada de tono. Mientras que en Guerreros felices el tono es jocoso, frívolo, distendido, en la segunda, traducida En el ajo (en el sentido de «en el meollo» «metidos hasta el cuello» o algo así), el tono se va agriando, efectivamente, al entrar en contacto con la guerra real, los disparos, las bombas, los boches; los personajes van sintiéndose abandonados, abrumados por el caos y el desorden, por la muerte y las urgencias físicas insatisfechas. La concepción de la guerra de caballeros (gentlemen) desaparece y el «sálvese quien pueda» es frase desgraciadamente común.

Hay, pues, una serie de temas importantes que recorren la obra, como muy bien señala Carlos Villar: el del encanto fatal (encandilamiento con ciertos personajes que luego se revelan como falsos), el tema de la traición; el papel de la propaganda en la guerra, las situaciones límite: el hambre que llegan a sufrir hasta casi enloquecer. Y entre los motivos recurrentes, el agua, con distintos simbolismos, los accidentes, la liturgia cristiana (católica). El uso constante del «contrapunto» en su obra, nos sugiere la influencia del cine en ella; no es el único autor al que ha influido mucho la técnica cinematográfica: el uso y el abuso del flash-back e incluso el flash-forward, el montaje, cortar/pegar, son efectos acusados por gran parte de la narrativa del siglo XX. Esta obra, que a su vez ha sido llevada a la pantalla, aunque para televisión, puede considerarse como un documento que nos ayude a comprender una época y una sociedad marcadas por la tragedia de dos grandes guerras, ejemplarizados en una larga lista de personajes a cual más peculiar.

 

III. RENDICIÓN INCONDICIONAL (Unconditional Surrender, 1961)

Tercera parte de la Trilogía, la novela está a su vez estructurada en tres partes: Espada de Estado, Fin de ligne, y Deseo de morir, más un prólogo, Los años de la Langosta, en el que nos pone al día de lo sucedido hasta el momento, y un epílogo, Festival de Gran Bretaña, en el que nos cuenta qué ha sido de los principales personajes tras la guerra. Guy ahora es el capitán Crouchback; sus movimientos están insertos en el habitual desfile de personajes secundarios, colegas del ejército británico o americano, esposas, amantes, familiares, etc. Ian y Kerstie Kilbannock, el tío Peregrine, Virginia, Da Souza, Jumbo Trotter, Ritchie-Hook, el general Whale, Ludovic…

En Espada de Estado, Waugh revolotea alrededor del famoso regalo que el monarca británico hace a Stalin, una magnífica y enjoyada espada, que es expuesta al público en la Abadía de Westminster, y que será entregada por Churchill al líder soviético en Teherán. El autor la considera un símbolo del nuevo y peligroso rumbo que toma Inglaterra en política exterior al aliarse con Stalin. Guy pasa una temporada “en conserva” —para variar— tras el retorno de Creta, en una absurda oficina londinense sin saber bien cuál es su papel. Waugh hace un repaso de la vida literaria londinense, los clubs, las relaciones sociales… Guy se aburre.

En Fin de ligne, tiene lugar la muerte de Crouchback padre, figura que encarna la autoridad moral a lo largo de la trilogía, y que, al principio de esta novela, le da un toque de atención al hijo por sus juicios excesivamente «mundanos»; el autor hace la descripción del funeral, el reencuentro con viejos conocidos, los recuerdos de la infancia, así como todo el ceremonial católico que una vieja casa aristocrática como los Crouchback deben desplegar, y toda la ceremonia fúnebre católica, descrita con mucha extensión y detalle; Para Guy es un punto de inflexión que le hace replantarse su vida. Después le trasladan a un enloquecido centro de adiestramiento paracaidista, dirigido por un psicótico Ludovic, donde sufre un accidente y es hospitalizado; mientras yace convaleciente en el piso de su tío Peregrine, con una rodilla machacada, es visitado por su ex esposa Virginia, que inicia un acercamiento, dada su angustiosa situación, aunque Waugh lo presenta con una carga de ironía tal que descartamos todo dramatismo y lo miramos con humor.

En El deseo de morir, nuestro hombre es destinado a Yugoslavia, donde debe realizar una misión de intermediario entre los partisanos y los aliados. Es quizás la parte más amarga, tratada con un humor corrosivo, y por la que desfila una serie de personajes que realmente parecen buscar la muerte, incluido el propio Guy, que comprende, a posteriori, que sus intentos de arreglar el mundo son absolutamente infructuosos, y a veces, contraproducentes. El epílogo cuenta qué ha pasado con los personajes principales, y cómo Guy parece salir adelante en su vida civil. El editor nos comenta que en una edición posterior, antes de morir, Waugh cambió el final de la novela cargado de sentido simbólico: el autor quiere darnos a entender que tras la guerra, el poder político de la aristocrática Inglaterra ha sido ocupado por la clase media ascendente. Las cosas ya no van a ser como antes, ciertamente. Pero la actual edición mantiene el primitivo final.

Esta última parte de la trilogía, si bien mantiene esos saltos a los que Waugh nos tiene acostumbrados, de un personaje a otro, de un lugar a otro, pintándonos con su habitual economía literaria el panorama de la fase final de la contienda en Europa, y las contradicciones que Waugh-Crouchback va encontrando en la dirección de la guerra y la posición de Inglaterra tras la conferencia de Teherán, que no le convence en absoluto. En la Conferencia, los líderes angloamericanos dieron su visto bueno a las ansias expansionistas de Stalin, propiciando que se «comiera» una parte de Polonia y la formación de los futuros estados satélites de Este de Europa. El simbolismo de la Espada de Stalin con que comienza la trilogía y con el que acaba, es interesante y llamativo.

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Con esta novela se cierra el ciclo dedicado a la II Guerra Mundial, ciclo que supone el punto más alto en la trayectoria literaria de Waugh, y a partir del cual, lo poco que el autor produjo posteriormente fue de un nivel menor.

Ante todo, es necesario destacar el estudio analítico que Carlos Villar hace en las Introducciones de cada uno de los libros de la Trilogía. Pensada para lectores que van a empezar por leer la novela y después ya leerán la Introducción, nos cuenta la vida de Waugh y sobre todo, su participación en la guerra, que es comparable con los episodios y muchos personajes que desarrolla la trilogía y en qué puntos coinciden y en cuáles divergen. Desgrana Villar los aspectos técnicos, temas, personajes y estructura de la novela, tramas secundarias, motivos recurrentes, etc. En fin, un trabajo completísimo y altamente encomiable.

Igualmente el sistema de notas a lo largo de las tres novelas nos aclara muchos puntos que a un lector no anglosajón podrían ser de difícil entendimiento.

Las detalladas Introducciones que precede a cada una de las novelas suplen bastante bien la carencia que podría suponer el desconocimiento de la evolución de los personajes desde el comienzo de la guerra, además de la ya citada intertextualidad de Waugh que remite constantemente a muchos otros, por alusiones, citas encubiertas o explícitas, y además se alude a personajes reales presentados en la ficción con otros nombres, pero que el lector no británico difícilmente reconocería.

Así pues, estamos ante una magna obra literaria, y un excelente producto editorial. Lástima que solo se haya editado en rústica/bolsillo. Hubiera merecido una edición en un formato más noble.

ESPADA DE HONOR (Sword of Honour). TRILOGÍA SOBRE LA II GUERRA MUNDIAL.
Evelyn Waugh.
(Cátedra, 2010-2011)

Ariodante, Septiembre 2011

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13 comentarios en “ESPADA DE HONOR (Sword of Honour). TRILOGÍA SOBRE LA II GUERRA MUNDIAL – Evelyn Waugh.

  1. Publio dice:

    Enhorabuena por el artículo, Ario, un gusto leerte. Realmente me has despertado las ganas de leer esta trilogía, así que, anotada queda.

  2. Lucía dice:

    Un artículo muy interesante y yo digo como Publico, me entran ganas de leer la trilogía. Hace pocos meses, estuve viendo la miniserie británica «Soldado de honor», basada en esta obra, y lo cierto es que es una película menor, por decir algo suave. Yo sabía que se habían basado en una obra de Evelyn Waugh, pero no me quedaron ganas de leer nada al respecto, en cambio con tu artículo sí has despertado mi interés y tomo nota para próximas lecturas.

  3. Rosalia de Bringas dice:

    Tengo que dar mi más sincera felicitación a Ariodante por el trabajo realizado.
    ¡Me parece estupendo!
    Y, como señala Lucía, ganas dan de ponerse con los libros.

  4. Davout dice:

    Gracias por la reseña Ariodante. Yo al igual que Lucía vi la serie y llegué a la conclusión de que los episodios tan disparatados que presenta debían de ser hechos reales porque era imposible imaginar algo tan esperpéntico. La figura de los oficiales británicos queda también bastante deteriorada. Me ha gustado lo del artículo en PDF Javi.

  5. juanrio dice:

    El primero lo dejé a medias, a pesar de las ganas que tenía de leerlo tras saber que Waugh había sido uno de los británicos que lucharon en la batalla de Creta y haber tenido la suerte de leer su Retorno a Brideshead, pero se me atragantó, creo que no pude con el tono de la novela, posiblemente me perdía algo. Tú artículo me hace pensar que lo que me falló fue el entendimiento de lo que nos quería contar el autor, yo pensaba que quería contar la guerra y es evidente que no se trataba de eso.
    Enhorabuena por el artículo, Ariodante y espero volver a coger la primera con más suerte esta vez.

  6. Hagakure dice:

    Leí Retorno a Brideshead y me pareció muy buena.
    La publicación de esta trilogía es una gran noticia.
    Gracias Ariodante.

  7. Valeria dice:

    Completísima reseña, Ario. Enhorabuena. Deduzco de tu reseña y de lo que he leído por ahí que es más recomendable esta edición por la introducción de Villar que asomarse a las novelas por separado. Aunque supongo que deben ser un porrón de páginas.

  8. ARIODANTE dice:

    Vaya, ¡y yo sin enterarme! No he tenido tiempo apenas para mirar internet estos días, en fin, pues muchas gracias por vuestros comentarios. Me ha costado un tanto conjuntar las tres obras, porque como es lógico, las he ido leyendo conforme se publicaban y claro, hay una distancia y he tenido que repasarlas un poco. Pero merece la pena.
    La verdad es que a mi Waugh es un autor que me gusta en general lo que escribe, y cómo lo escribe, sobre todo la ficción, aunque también tiene algunos libros de viajes interesantes. Pero aquí es que resume su vida y la guerra de un modo espléndido y tiene algunos golpes de humor francamente buenos. Sabía que había una serie de TV británica, pero sólo he conseguido una versión con doblaje ¡italiano! y tras las primeras imágenes, he preferido no verla y guardar el recuerdo del libro.

  9. Davout dice:

    Has hecho bien.

  10. MIKEL dice:

    He leído los tres libros y me han parecido magníficos. Lo que más impacta el continuo espíritu de cachondeo y superficialidad de los oficiales ingleses mientras el resto de Europa se desangra en un guerra brutal. La estancia de Crouchback en el campamento de adiestramiento paracaidista es lo más cómico que he leído en mucho tiempo.

  11. Endeavour dice:

    Gracias por la reseña. La apunto y queda pendiente de lectura.
    un saludo.

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