EL VIOLONCHELISTA DE SARAJEVO – Steven Galloway

EL VIOLONCHELISTA DE SARAJEVO, Steven Galloway22 muertos en una cola del pan. La novela no puede empezar de un modo más dramático. Se trata de una de esas noticias que los que tenemos cierta edad pudimos leer en los periódicos, o ver en las noticias televisivas. En Sarajevo, ciudad cercada a causa de un conflicto tan complejo como brutal, ni siquiera los civiles están a salvo de la barbarie. Así, un día cualquiera, por error, suerte o voluntad, un obús de mortero cae en medio de quienes hacen cola para conseguir algo de pan, matando a 22 personas.

El acontecimiento es presenciado, desde la ventana del piso donde vive, por un violonchelista, que decide que, sentado en medio del cráter dejado por la explosión, tocará el adagio de Albinoni, una vez al día, un día por cada una de las víctimas mortales.

Dicho esto, y a pesar de este inicio, el protagonista de esta novela no es el violonchelista. No es tan siquiera el personaje principal. El violonchelista es un punto de anclaje, y en torno al extraordinario acontecimiento que protagoniza va a desarrollarse la historia de los tres personajes principales, tal vez cuatro, como luego explicaré.

Kenan, que va a por agua para su familia, Dragan, que marcha en busca de un lugar donde le den de comer y Flecha, la francotiradora, que combate en las calles de la ciudad.

La novela se articula mediante capítulos que narran las vivencias de los tres personajes, cada uno de una edad distinta, cada uno con su causa, su familia, sus amigos y sus enemigos; y sobre todo, su humanidad. Así mientras acompañamos a Dragan hacia un mercado, leemos como Kenan recorre media ciudad con sus bidones a cuestas, caminando hacia la depuradora de agua y nos agazapamos junto a Flecha cazando sus blancos por la ciudad, todo ello, siempre en torno al violonchelista y su homenaje, casi suicida, a las 22 víctimas.

El hilo de la narración no es temporal. Las historias de los personajes, aunque se entrelazan, no se corresponden temporalmente. Una dura un día, otra dos y la tercera varios. El hilo narrativo lo lleva mas bien el ritmo de la historia, las dudas, las situaciones y el peligro, para llegar al punto en cada uno de los tres elige su camino. Un camino que responde a todas sus incertidumbres, humanas y morales.

Me falta el cuarto personaje: Sarajevo. La ciudad en que tan terribles hechos acontecien es coprotagonista de la novela: sus edificios derruidos, sus puentes batidos por el fuego de los francotiradores, el túnel bajo el aeropuerto, por el que entran las mercancías, sus civiles que tan sólo quieren vivir otro día, sus mafiosos corruptos, las ambulancias…

El Violonchelista es una novela corta, que sin embargo describe magníficamente los ambientes: las ruinas, la falta de electricidad, el miedo de las personas; de una forma muy directa y con un estilo sencillo. ¿Qué se le puede decir a un amigo de toda la vida con el que uno se cruza en estas circunstancias? ¿Qué piensan los hombres y mujeres parapetados mientras observan a uno de ellos cruzar un puente batido por los francotiradores?

Del autor poco puede decirse, ya que, nacido en 1975, sólo tiene otras dos novelas, anteriores a esta, en su palmarés Finnie Walsh (2.000) y Ascension (2003). Actualmente es profesor de escritura creativa en la Universidad de la Columbia Británica y la Universidad Simon Fraser.

En definitiva un buen libro sobre las personas y la guerra, sobre hombres y mujeres que tratan de sobrevivir al desastre, no sólo físicamente, sino también con su integridad moral lo mas indemne posible. Un libro lleno de magníficas descripciones y de situaciones perfectamente dibujadas. Una fantástica composición, para leer en adagio.

Opino.

Y un saludo a todos.

Steven Galloway.
EL VIOLONCHELISTA DE SARAJEVO.
El Aleph 2008

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17 comentarios en “EL VIOLONCHELISTA DE SARAJEVO – Steven Galloway

  1. Balbo dice:

    Excelente reseña Koenig, muy vivida y directa. Desconocia el libro, parece interesante e intenso. Me la apunto para leerla en breve. Gracias por el articulo. ciao

  2. Clío dice:

    Que bien y que sentida te ha salido esta reseña, Koenig, no sé si leeré el libro, pero la reseña me ha gustado y mucho.

  3. Koenig dice:

    Quiero hacer notar, por si nadie se ha dado cuenta antes, que he querido hacer un pequeño homenaje a mi amigo y oponente Pepe y a su musiquilla, donde pone «Adagio de Albinoni».

    Por lo demás agradezco los comentarios y me reafirmo en que el libro es, realmente, muy interesante.

    Saludos.

  4. juanrio dice:

    Me das una sorpresa, Koenig. Cuando he visto este libro por las librerías siempre he pensado que era algo oportunista. Encima como el famoso Adagio se me hace bola de tanto haberlo oído….Gracias por abrirme los ojos.

  5. Richar dice:

    mmm… muy intereante… Koenig, la historia del violonchelista tocando 22 días consecutivos la misma pieza, ¿es verdad? Y siendo así (o no), ¿qué papel juega esta escena en la novela? Es decir, aparte de los 3 personajes y la ciudad, el violonchelista aparece de vez en cuando, los personajes se cruzan con él, la gente se para a escucharle,…

    Gracias,
    Richar.

  6. Koenig dice:

    http://en.wikipedia.org/wiki/Vedran_Smailovi%C4%87

    http://www.elviolonchelistadesarajevo.com/descargas/articulo_swati-chopra_es.pdf

    Del artículo de Chopra me gustaría quedarme con una frase en concreto, dicha por el violonchelista a un periodista: «Me pregunta si estoy loco por tocar el violonchelo. ¿Por qué no pregunta si están locos ellos por bombardear Sarajevo?»

    Con respecto a la segunda pregunta. Aparece, mas o menos, según los personajes. Pero él no es un personaje, no habla y nadie habla con él. Es mas bien una situación.

    Por otro lado, a quien parece que no le gustó el libro, es al Violonchelista.
    http://entertainment.timesonline.co.uk/tol/arts_and_entertainment/books/article4083037.ece

    Saludos.

  7. Richar dice:

    Joer, gracias Koenig por los enlaces. La verdad es que la historia tiene su miga… en cuanto a las fotos de él tocando entre las ruinas -que usó ayer Nuru para la cabecera- pensé que serían de una peli o similar, pero viéndolas en la página de la wikipedia, me he quedado alucinado, porque parece realmente un montaje, algo artificial… y el tío, con sus bigotes y todo emperifollado tocando… ufff….

    Saludos,
    Richar.

  8. Ascanio dice:

    Es normal que se te haga una bola con el Adagio, juanrio, porque creo que es la pieza más solicitada y tocada en las bodas.
    Hola, Koenig. Nos has contado una historia muy curiosa, oye; y además nos la has contado muy bien, con musiquita y todo. Pero no sé qué pasa últimamente, que no me tira nada de lo que reseñas; mecachis, qué mala pata. Leéte y reseña algo que me llame más la atención, hombre, por ejemplo, mmm… a ver… ¿Cinco miradas sobre la novela histórica? Me han dicho que está bastante bien, aunque tú eres bastante reticente a reseñarla, o eso cuentan…

  9. Koenig dice:

    Por supuesto que soy reticente, Ascanio.
    Ya sabes que no me gusta hablar bien de los amigos. O eso cuentan…

  10. Aretes dice:

    No estoy de acuerdo.

    Por fin una historia de guerra que no va de batallas ni armamentos, sino de personas.
    A mí me impactó mucho la guerra de la antigua Yugoslavia.¿Por el hecho de que ocorruriera en Europa? Quizás. Conocí a gente que vino de allí, gente tan cercana a nosotros, culturalmente hablando, que daba qué pensar.

    Apuntado queda.

    ¿De verdad la gente pide el Adagio para casarse? Demasiado triste ¿no?

  11. Richar dice:

    Por recoger el hilo que ha abierto Aretes respecto a conocidos que vivieran la guerra de Yugoslavia, mi único contacto en ese sentido es el de un amiguete del pueblo, que estuvo allí en no sé qué brigadas con misiones super peligrosas (en serio, no recuerdo el nombre porque son las típicas siglas, pero vamos, que le iba el mambo).

    Las tres anécdotas con las que me quedé son de esas que retratan bastante a los españoles desde hace tiempo, nuestro caracter, nuestra pillería… las otras historias más duras he preferido olvidarlas.

    Primera anécdota: tras el invierno y el consiguiente deshielo, mandan a ciertas patrullas a quitar minas de las carreteras secundarias, pasos de montaña, etc. Los yankis (o los que fueran, no recuerdo, pero vale cualquier país menos el nuestro), hacían la búsqueda con todo tipo de artefactos y precauciones, y una vez localizada una mina, montaban un dispositivo, acordonaban y toda la mandanga prevista para su desactivación. Los españoles iban en su carromato blindado, con un par de tíos a pie unos cuantos metros por delante, y cuando éstos localizaban una mina (a ojo, yo qué sé), se echaban todos para atrás, y por orden le iban disparando con los rifles hasta que uno la volara. Y olé.

    Segunda anécdota: campamento general donde están los diferentes contingentes de varios países. Los españoles, por supuesto, fatal de abastecimiento, sin nada, y tal. El resto, todos perfectamente equipados, abastecidos y completitos. Los alemanes, después de varios días, no entendían qué estaba pasando con su gasolina, que cada vez tenían menos pero no les salían las cuentas. ¿A dónde ha ido a pararrrr nuestrrrra gasolinen? Evidentemente, al lado español, que por las noches se dedicaban a hacer incursiones para coger prestadas ciertas cosas que necesitaban. Y olé.

    Terecera y última anécdota: la mejor de todas. Día de descanso, partidillo de fútbol entre soldados espaoles e italianos. Un balón, un campo de fútbol cutre improvisado, y a uno de los lados, un campo -de minas- vallado y tal. Primera mitad, empate a cero. Tensión, alguna entrada dura. Segundo tiempo, gol de España, 1-0. Toma spaguettis. Sacan de centro los italianos, y el primer español que coge el balón, le mete una patada estilo fútbol americano y lo manda a… al campo de minas, of course. Fin del partido. España 1, Italia 0. Así es la vida :-)

    En fin, que a veces hay pequeñas historietillas que nos pueden hacer sonreir en mitad de una mierda de guerra.

    Un saludo,
    Richar.

  12. Ascanio dice:

    Para el momento de la comunión, Aretes.

  13. juanrio dice:

    Menos mal que en mi boda no hubo música. Ni comunión. Si a alquien se le ocurre pinchar el Adagio lo lanzo por la ventana…..Por cierto que, uno que es un ignorante, el otro día me entere que las marchas nupciales más famosas eran partes de operas….

  14. Koenig dice:

    Muy buenas las anécdotas Richar, aunque me ha quedado una dudilla, por aquello de todos los detalles que no recuerdas. ¿Seguro que era en Yugoslavia?

  15. Richar dice:

    mmmm… joer, ahora me haces dudar (esa memoria que tengo) pero sí, fue en Bosnia. Año 94-95, puede ser, ¿no? Joer, al final me vas a generar un trauma memorístico :-)

    Saludos,
    Richar.

  16. Koenig dice:

    Pues que no se te olviden las reseñas que tienes pendientes. Je, je.

  17. Myky dice:

    A mi me gustó mucho, da otra visón de la guerra completamente diferente a lo que estamos acostumbrados, la de la población civil prácticamente pasiva y que ante la guerra tienen que hacer una vida cotidiana y sobrevivir sin más, no se sienten grandes héroes ni grandes sufridores, unicamente supervivientes
    La parte que menos me encaja es la de Flecha, pero supongo que la podría para darle algo de acción. Pero para historias de francotiradores tenemos Stalingrado

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