EL CAPITAN OLANO – Edward Rosset

EL CAPITAN OLANO - Edward RossetEl autor, Edward Rosset, (1938) nació en España de padre inglés y madre española. Hizo su servicio militar en la R.A.F. Británica en 1960 como radio telegrafista. Estuvo destinado en El Adem, Libia, durante dos años y medio. Establecido hoy en el norte de España como profesor de inglés, ha escrito diversas obras, en inglés y en español.

Con El capitán Olano, Rosset recupera de las sombras la figura histórica de Lope de Olano, natural de Azcoitia, que acompañó a Colón en su tercer viaje, así como a la expedición de Nicuesa, conoció a Ojeda y al cartógrafo Juan de la Cosa, fue compañero de Balboa y uno de los primeros en mirar por primera vez, con él, el Océano Pacífico.

Pero ante todo creo que conviene aclarar una cuestión. El capitán Olano se nos presenta como una novela histórica. Histórica lo es por los cuatro costados, sin duda: Rosset nos muestra tal cantidad de información y exhibe una montaña de datos que nos deja francamente impresionados. Pero en cuanto a que sea una novela, no queda tan claro. Es decir, si entendemos por novela una ficción literaria, con introducción, nudo y desenlace, como los cánones desde Aristóteles vienen entendiendo por ello, en ese caso realmente no tenemos tal. Tenemos un reportaje histórico dramatizado, escrito en lenguaje de hoy y con espíritu divulgativo, para que puedan leerlo mentes no muy exigentes y un gran público, en fin.  Una especie de documental histórico en el que solo hay de ficción las pequeñas escenas cotidianas no descritas en ningún archivo, carta o documento conservado, y que Rosset imagina y nos describe en un lenguaje muy llano y sencillo. Diálogos entre amigos, entre familia, breves escenas de amor, comidas, luchas, ajusticiamientos, muertes, etc.

Todo lo cual es muy interesante, porque la obra nos presenta un fresco histórico de modo que podemos entrar cómodamente en esos años emocionantes pero a la vez crueles y terriblemente dramáticos, caóticos y llenos de novedades, que supusieron los primeros años inmediatamente después del descubrimiento llevado a cabo por Cristóbal Colón. Incluso llega a ser abrumador por la cantidad de narraciones de las distintas expediciones, con toda suerte de datos, nombres de los navegantes, gobernadores, clérigos, veedores, tesoreros, y los distintos cargos de principales y acompañantes, con las cantidades recaudadas, los detalles de las tripulaciones, de las encomiendas, los nombres de cada cacique indio, los de los nuevos asentamientos conforme se iban descubriendo… y que, debido a la ausencia de mapas nos vemos constantemente necesitados de buscarnos un atlas histórico y tenerlo al lado mientras leemos, porque si no, corremos el riesgo de perdernos, como se perdían muchas de las expediciones en aguas procelosas o en selvas vírgenes, pantanos pestilentes o islas desiertas.

Rosset nos narra, a modo de extensísimo reportaje, tanto sobre los dos últimos viajes de Colón, sus problemas con la administración de los territorios descubiertos, y su retorno encadenado, así como las siguientes expediciones: la de Ojeda y Juan de la Cosa, de de Ledesma, de la Nicuesa -donde Olano se encuentra como oficial-, y otras muchas más que realmente nos ofrecen una perspectiva de una tierra –y un mar- en permanente ebullición, constantemente asistiendo a desplazamientos de exploradores y tropas.

Pero, a diferencia de la colonización de Norteamérica, -por poner un ejemplo- en la que los primeros pobladores europeos iban con la firme convicción de establecerse y quedarse a vivir en aquella nueva tierra de promisión,  la idea que se desprende de toda esta efervescencia descubridora y exploradora, no es tanto la de colonización como la del expolio.

Es decir: los exploradores y toda aquella tropa de soldados, aventureros, administradores y clérigos, perecían tener un único objetivo: el oro. Muchos de ellos, provenientes de familias ilustres o nobles pero sin fortuna, aspiraban a hacerla con el rubio metal indiano. Otros, que por el contrario venían de bajos niveles sociales, como pastores, labradores o incluso algunos perseguidos por deudas, trataban de solucionar su vida con el sueño americano, probar fortuna y volver.

Lo cierto es que lo que vemos es que pocos iban con la idea de establecerse allí, al parecer. En un primer momento, que es la época elegida por Rosset para esta obra, desde 1491 hasta 1517, muerto Olano y muerto Balboa, así como el rey Fernando, los expedicionarios iban a buscar minas de oro. También trataban de ir descubriendo nuevas tierras, sí, pero tierras de donde pudieran extraer riquezas: oro, perlas, maderas, productos nuevos, todos para enviar a España; pero sobre todo, y por encima de todo, fue como una primera fiebre del oro; una locura colectiva en la que sus Católicas Majestades buscaban recomponer las destrozadas arcas del reino tras acabar la guerra contra el moro; los exploradores, conseguir riquezas, prebendas y honor (por este orden); los gobernadores, poder y riquezas; y la tropa, en general, salir del lastimoso estado en que se encontraban en una España asolada por las guerras de tantos años, y regresar cargado de riquezas, con un título nobiliario o con un cargo en la administración: futuro resuelto. O de lo contrario, morir en el intento, como fue el caso de muchísimos de ellos.

Pero no solo murieron por los desastres naturales, la precaria navegación, las deficiencias de los barcos, carcomidos por la broma, los huracanes del Caribe, no. Las rencillas entre ellos eran continuas; las traiciones, delaciones, rebeliones de todos contra todos eran continuas. La lejanía de la autoridad regia, la tardanza en llegar de las órdenes y contraórdenes, los malentendidos, la malversación, la corrupción a gran escala, todo ello conllevó desastres peores que los generados por la Naturaleza. Porque lo que se conseguía por un lado se echaba a perder por el deseo de poder y las rencillas entre los gobernadores y los exploradores, los cargos designados desde la lejana metrópoli hacían y deshacían a su aire y conspiraban entre sí hasta arruinar las enormes posibilidades que se abrían para España en aquellas tierras. La pátina religiosa con la que se teñían las órdenes reales, era tergiversada por capitanes intrépidos y crueles que consideraban a los indios como otros animales más de las selvas tropicales. Por otra parte, los indios se defendían del mejor modo que sabían,  y sus flechas, emponzoñadas de curare, eran tan temibles como los arcabuces y los cañones españoles.

Todo este conjunto produce una sensación de caos tremenda. Y ésta es la idea central que se desprende de esta obra. Tras una breve introducción de los momentos finales de Olano en el sitio de Acla en 1516, volvemos a los años finales del siglo anterior y vamos teniendo noticias de la gestación y desarrollo de cada expedición, luego de las intrigas y las luchas internas en La Española y  más tarde, en Tierra Firme; asistimos a los continuos descubrimientos de nuevos territorios y los gravísimos problemas que van surgiendo para mantener los nuevos asentamientos; asistimos, con Balboa y Olano, al descubrimiento del Pacífico, o gran Mar del Sur. Zweig ya nos habló, con bellísimas palabras, de esos emocionantes momentos. Rosset nos reproduce de modo sencillo y con lenguaje llano lo que imagina que pudieron pensar aquellos bravos hombres, porque lo eran,  aunque estuvieran tentados por el oro. Había que ser muy valiente para lanzarse de ese modo a lo desconocido, a un mundo tan nuevo que trastocaba todas sus coordenadas, físicas y mentales, incluso sus ideas de la vida y la muerte. Lope de Olano y Vasco Núñez de Balboa fueron exponentes destacados, que Rosset toma como protagonistas centrales, aunque son tantos los personajes de esta historia que se nos cuenta que es poco menos que imposible seguir un hilo argumental en ella. Predomina el efecto de conjunto, la visión general de un hervidero humano y un hermosísimo y a la vez terrible Nuevo Mundo.

EL CAPITAN OLANO
EDWARD ROSSET
Prólogo de De la Quadra-Salcedo
Edhasa, 2010

Ariodante
Enero 2011

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19 comentarios en “EL CAPITAN OLANO – Edward Rosset

  1. Dronne dice:

    Entonces al escoger esta novela para regalarle a mi hermano, lector reciente y ocasional, esperando encontrar ritmo rápido y acción dentro de un contexto histórico he metido la pata completamente?

    Ojala hubieras publicado tu reseña antes… No se me da bien esto de regalar libros.

    Saludos y agradecimientos.

  2. ARIODANTE dice:

    No, por cierto, Dronne: acción y ritmo rápido los tiene, llámesele novela o reportaje histórico, que lo de menos, creo, es el nombre. Pero quizás no sea el producto adecuado para un «lector reciente y ocasional». Si tu hermano es aficionado a la historia, aquí tendrá entretenimiento y aprendizaje; si lo que quiere es pasar un rato sin pena ni gloria, mejor le hubieras regalado «Cada siete olas» de Glattauer, que es un intercambio de mensajería electrónica con cierta gracia. este libro no tiene naada que ver.
    Y si mi reseña no ha salido antes, no ha sido por mí, que cuando leo un libro lo reseño y envío inmediatamente, sino por la natural espera que ha debido soportar por la cantidad de prolíficos reseñadores que en esta casa abundan.

  3. Rodrigo dice:

    Una reseña muy en tu línea marinera, Ario, con la particularidad de que esta vez nos llevas a una época distinta.

    Se trata por lo que dices de una novela coral o polifónica, como suele decirse. ¿Dirías que resulte por esto una lectura farragosa? ¿Quedan muchos cabos sueltos entre tantas historias entrelazadas?

  4. David dice:

    Yo llevo la mitad de este libro y estoy completamente de acuerdo con la reseña: es bastante caótico. Con muy buena intención Rosset nos da gran cantidad de datos de personajes, lugares, fechas y sucesos pero llega un momento en que uno se pierde entre tanta expedición, tanta visita a Castilla y tantos pleitos y traiciones.

    Al pedir como regalo este libro (jeje) pensaba que iba a ser una biografía más centrada en el personaje del título y en su experiencia vital en el Nuevo Mundo esperando que aportase muchos más detalles, digamos, personales o más íntimos de lo que podría ser la vivencia de alguien que deja su tierra ntala para irse a lugares lejanos llenos de peligros y de incertidumbres. Pero Olano es uno más de los muchos protagonistas que aparecen en el libro, por ejemplo los Ojeda, Núñez de Balboa, Bobadilla, Ovando, Nicuesa, Pizarro, Roldán, Bartolomé Colón, etc, etc… incluyendo, claro está, a su hermano Sebastián.

    Este libro es prácticamente un ensayo histórico pero con diálogos y alguna licencia literaria más. Aún así al que le guste esta temática lo encontrará apasionante sólo por trasladarse mentalmente a aquellos escenarios.

  5. ARIODANTE dice:

    Sí, la época me ha fascinado muchísimo.
    No, la lectura no es farragosa, pasa de una cosa a otra con bastante rapidez, pero intenta abarcar demasiado, en mi opinión.
    El problema es que tengo pocos conocimientos de todas esas expediciones y la verdad, a veces marea su lectura. Te haces un lío con los nombres y los datos. Le hubiera hecho falta a la edición unos buenos mapas y además, un listado de personajes al final. Que en realidad eran personajes históricos, ojo, la gran mayoría. De ahí que resulte a la vez interesantísimo, pero me da la impresión de que por querer abarcar tanto, no ha profundizado mucho y nos pone la miel en los labios, obligándonos a buscar más información en ora parte. Me hubiera gustado más novelación y menos cantidad de datos.

  6. ARIODANTE dice:

    Exacto, David (nuestros posts se han cruzado), yo también pensaba que el protagonista absoluto sería Olano y no es así, casi a veces parece que hable más de Balboa, por ejemplo. Sin embargo, no deja de ser un libro documentadísimo y con mucho interés, dentro de la línea que hemos dicho aquí.

  7. Darklyes dice:

    Gracias por otra buena reseña Ariodante.

    La verdad es que a mí me gusta mucho este escritor y procuraré en breve hacerme con el libro.

    Saludos

  8. Darklyes dice:

    Por cierto, se me olvidó comentarlo antes.

    ¿Que os parecería preparar una entrevista con Edward Rosset? Entre todas las personas interesadas podríamos reunir una buena batería de preguntas que hacerle al autor. Estoy seguro de que tiene un montón de cosas interesantes que contar acerca no solo de sus libros, sino de diferentes aspectos de la historia de España y de la conquista y exploración de América, de las que me consta que es un gran conocedor.

    ¿A ti que te parece Ariodante?. Por supuesto también tendría que ser Javi el que diera su visto bueno, como jefe máximo de Hislibris.

    Ahí queda la sugerencia a la espera de que comentéis si os parece buena idea.

    Un saludo a tod@s

  9. ARIODANTE dice:

    Mira, Darklyes, yo ya le sugerí a nuestro amado jefe JLR, que organizase un Cervezas y Libros marinero, con Luis Delgado, Rosset y, por ejemplo, Juan Granados, autor de la serie de Sartine, no sé si la conoces. Pero, por ahora, nada sabemos del tema.
    Me parece bien la idea que propones.También sugerí esa idea de una entrevista colectiva para Luis Delgado, que podría ampliarse al sr. Rosset. Ahí queda todo ello, yo no tengo poder decisiorio, así que… Cuando salga de la barahúnda del concurso, nuestro amado jefe veremos qué decide, tras leer nuestras sugerencias.

    1. Javi_LR dice:

      Cuando salga del concurso… me meteré en otro ;o)

      Yo pienso que el encuentro para mediados de febrero del C&L habría de hacerse muy marinero, sí. En cuanto tenga un respiro, se lo pido formalmente a los autores interesados.

      Salud

  10. ARIODANTE dice:

    Jajaja! Ya sé, Javileré, ya sé; luego empezarás con el Aniversario…y si no, te buscarás cualquier otra complicación. Luis Delgado, si no se pone enfermo, cuenta con él, porque ya se lo dije y aceptó encantado. A Juan Granados se lo sugerí y tampoco puso pegas, pero se mantuvo a la espera. Rosset no sé lo que dirá, pero supongo que si no tiene compromisos, también aceptará.
    Si a alguno de vosotros se le ocurren otros participantes, que hable ahora. ..o que calle para siempre!
    Balbo, ¿No tienes nada que objetar o sugerir?

  11. Balbo dice:

    A mi me parece bien. Podria contactar con el Sr. Rosset y a ver que le parece y como tiene su agenda. No seria mala idea.

    1. Javi_LR dice:

      Pues… ¡a toda vela!

  12. Hola Ariodante: He leído con sumo interés tu reseña sobre mi libro El Capitán Olano y veo que has hecho un gran trabajo. Has leído el libro a fondo y lo has desmenuzado a conciencia. Te felicito, porque tu análisis es muy exacto. Tienes razón al decir que más que una novela es una ficción literaria…, la verdad es que recabé muchísima información sobre aquel período y me daba mucha pena desperdiciarla. De hecho lo que tenía ante mí me daba para escribir un ‘tocho’ de más de mil páginas. Reconozco que la información que he dado en el libro es un tanto densa, pero no por eso deja de ser apasionante.
    Me hace gracia lo de la ‘fiebre del oro’ y los personajes que mencionas. Me trae a la memoria el día en que presenté LOS VIRACOCHAS en Trujillo. Un grupo de mujeres al fondo de la sala se mostró indignada porque en la portada se decía que los conquistadores no eran ni dioses ni héroes, sino hombres crueles y codiciosos. El alcalde tuvo que intervenir en mi defensa asegurando que eso era así en gran parte. Pizarro no pertenecía precisamente al ‘club de las Hermanitas de la Caridad”.
    Yo puedo asegurar, después de haber leído y escrito tanto sobre el tema, que entre los conquistadores había buena gente -como por ojemplo Olano y Balboa-, pero desgraciadamente abundaba la mala hierba, como Pedrarias y muchos de sus capitanes.
    Estoy seguro que los lectores quedarán satisfechos de una lectura apasionante sobre aquellos años y aquellas gentes que realmente ‘escribieron la HISTORIA’.

    Edward Rosset

  13. Balbo dice:

    Opino igual que usted señor Rosset, ya que en el mundo de los Descubridores y Conquistadores habia de todo, como en la viña del Señor. Los habia con buenas intenciones y los habia codiciosos. Tengo ganas de leer su libro ,seguro que me encantara. En la presentacion de Madrid nos quedo con la miel en los labios.
    Un abrazo.

  14. ARIODANTE dice:

    Me alegro que le haya gustado mi reseña, Sr. Rosset. Porque efectivamente, he leído su libro con gran interés, ya que el tema me resulta muy atractivo. Por supuesto que entre los conquistadores había de todo, es obvio. Pero lo que me parece también muy cierto es que eran tiempos duros y los hombres que abrían camino en la conquista de América debían ser duros también. Claro que hay quien quiere ver la conquista bajo un filtro rosado, de dioses y héroes, pero no es mi caso. Seguiré leyendo sus libros encantada.
    Pero le sugiero, Sr. Rosset, que hable con la editorial, a ver si le hacen caso e incluyen mapas. Y un listado de personajes. Para su próximo libro.

  15. Darklyes dice:

    Pues yo acabo de hincarle el diente a «La Conquista del Amazonas» del señor Rosset. En el libro se cuenta, novelada, la gesta de Orellana, uno de los hombres de Francisco Pizarro y sus aventuras en el gran rio Amazonas. Dije que iba a intentar dejar la conquista durante un tiempo pero nada, no tengo palabra. Llevo unas 90 páginas y me está gustando. !Me pido la reseña!

    Por lo demás, no sé si podré estar en ese encuentro de cervezas y libros marinero que se está fraguando. La verdad es que mi agenda está un tanto apretada pero haré lo buenamente posible.

    Sr. Rosset: Pues la verdad es que la anécdota de su presentación de Los viracochas en Trujillo puede parecer curiosa pero a mí no me extraña nada. Suelo ir bastante por allí y Pizarro es poco menos que un Dios por aquellos lares. Hay personas que conocen un poco más profundamente la historia y saben de los desmanes que cometieron él y sus hombres pero hay otros que simplemente no quieren saber nada del tema. Comprensible también porque figuras como la de Pizarro y Orellana (sobretodo el primero) atraen a muchos turistas a la localidad y la han convertido en un punto de referencia para los aficionados a la historia en todo el mundo.

    Por cierto, tengo entendido que este año que comienza, el 2011, va a ser el año de Orellana pues se celebra el quinto centenario de su nacimiento y se van a celebrar en Trujillo muchos actos conmemorativos al respecto.

    Como dije antes intentaré hacerme con «El Capitán Olano» en cuanto pueda. Cuando lo lea os dejaré por aquí mis impresiones al respecto.

    Un saludo para el señor Rosset, y por supuesto para todos vosotr@s.

  16. David dice:

    Hola a todos,

    Pues ya me terminé el libro del Sr. Rosset. La segunda parte (de mi lectura) es mucho más amena que la segunda ya que se narran muchas de las expediciones emprendidas para la conquista del Darién y la principal: la del descubrimiento del Mar del Sur. También se narra la época del gobierno de Pedrarias y sus enfrentamientos con Balboa, un episodio negro de la conquista.
    Felicitar al autor por su magnífico trabajo, sobre todo de documentación, que debió de ser tremebundo y su esfuerzo en introducirnos en aquella época con muy buenas descripciones de las tribus de nativos, los poblamientos españoles y todo lo que ocurría en ellos, así como de las descripciones de las expediciones y los sufrimientos de sus participantes. Muy interesante, nos da una verdadera visión de lo terrible que debió de ser aquello.

    Por otro lado y haciendo referencia a la propuesta de Darklyes sobre hacer una entrevista al autor me gustaría proponer dos preguntas (por si se lleva a cabo):
    1 – ¿Por qué se eligió como título del libro «El capitán Olano» cuando no es el protagonista principal? Aunque de una manera u otra siempre está alrededor de la acción.
    2 . ¿Por qué tanto ensañamiento con Pedrarias? Es el personaje maldito del libro y por cualquier motivo por mínimo que sea se le denigra, insulta y humilla. Desde luego que Balboa no tuvo ningún reparo en huir por deudas, hacerse polizón, derrocar a Enciso y mandar a una muerte segura a Nicuesa, entre otras florituras. No era un alma bendita, desde luego, como creo que no lo es nadie que se mete en semejantes aventuras.
    Tuve la oportunidad hace unos meses de leer un libro muy interesante que habla sobre la rivalidad Balboa-Pedrarias y en él se ofrecen documentos en el que se demuestra que ni Balboa era tan maravilloso ni Pedrarias tan «furor domini», como le llamó el Sr. de las Casas.
    Evidentemente hay que tener en cuenta que el libro está financiado con dinero de los descendientes de Pedrarias, que deben de estar hasta el gorro de oir tanto improperio contra su ascendiente y se han lanzado a limpiar su nombre, pero los datos que ofrece me parecen serios y bien fundamentados.
    ¡Ah! el nombre del libro es «Leyenda negra y leyendas doradas en la conquista de América. Pedrarias y Balboa» de Bethany Aram.

    ¡¡Un saludo para todos y a por otro libro!!

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