DURRUTI EN LA REVOLUCIÓN ESPAÑOLA – Abel Paz

Durruti en la Revolución española. Abel PazHace más de dos años que tenía este libro en mi bilblioteca sobre la Guerra Civil española, pero sus más de 700 páginas y la tipografía de las mismas me echaban para atrás a la hora de decirme a emprender su lectura. Ahora, una vez leído, me doy cuenta que tendría que haber sido un libro prioritario entre mis lecturas. Ha merecido la pena darse el atracón de letras que trae este magnífico libro sobre la figura de Durruti escrito por Abel Paz.

El libro se divide en cuatro bloques:

1) EL REBELDE ( 1896-1931); en este bloque descubrimos la gestación en la personalidad de Durruti de la conciencia social y el paso adelante que da el protagonista al implicarse de lleno en la acción armada para conseguir, como mínimo, la caída de la Monarquía. Junto a Ascaso, el otro gran líder del anarquismo español, forman un tandem con la suficiente energia como para llegar a preparar un atentado contra el Rey Alfonso XIII durante una visita de éste a París. Ambos fueron detenidos en Francia y condenados a prisión. Durruti había unido definitivamente su vida a la causa de la revolución y ya no habría vuelta atrás.

2) EL MILITANTE (1931-1936); esta segunda parte es interesantísima. Una vez establecida la República en España, las difeferencias dentro del anarquismo se acentuarían. Por una parte, estaban los partidarios de asimilar a la CNT en las esctructuras del Estado al estilo de la UGT( casos como Angel Pestaña o Joan Peiró), es decir, partidarios de orientar a la CNT-FAI hacia posiciones más sindicalistas. Por otro lado, los Ascaso, García Oliver, y Durruti eran más conscientes de la personalidad revolucionaria del sindicato, y para ello eran favorables a una mayor potenciación de su vertiente anarquista. La revolución debería ser el único objetivo a conseguir. Para ello habría que pasar por encima de la clases burguesas, ya fueran de izdas o de derechas, estuvieran en Monarquia o en República. La revolución obrera estaba por encima de estas cuestiones coyunturales.

3) EL REVOLUCIONARIO ( 19/07/1936 al 20/11/36); penúltima parte de esta biografía. Entramos ya de lleno en la lucha callejera en Barcelona en los primeros días de la sublevación. Una vez vencida ésta, la CNT-FAI alcanzaba su sueño dorado aquel verano de 1936: poner en marcha la tan anhelada revolución obrera. Pero una vez más las discrepancias internas hicieron su aparición, malogrando en cierta manera la victoria en las calles de toda Cataluña. Las tensiones con el gobierno de la Generalitat, con el Gobierno Central de Largo Caballero, la lucha en el frente de Aragón y la muerte en la ciudad Universitaria terminan de completar este bloque.

4) LA MUERTE DE DURRUTI; en este último apartado, el autor se dedica a desmenuzar como si fuese un novela de intriga las diferentes versiones que sobre la muerte de Durruti han llenado libros y libros durante más de 70 años. Todavía hoy no está clara la forma y manera de la muerte de Durruti. Lo único seguro es que Buenaventura Durruti, el anarquista más importante de la Historia de España, cayó en Madrid aquel 20 de noviembre de 1936 y, con su muerte, también el anarquismo empezó a cavar su propia fosa.

Un saludo.

Autores: Abel Paz
Editores: La Esfera de los Libros
Año de publicación: 2004
País: España
Idioma: Español
ISBN: 9788497341974
739 páginas.

[tags]Durruti, Anarquismo, Abel Paz[/tags]

ampliar

Compra el libro

     

50 comentarios en “DURRUTI EN LA REVOLUCIÓN ESPAÑOLA – Abel Paz

  1. Daniel-Ditirambo dice:

    Saludos David L.

    Siendo chileno, no me había animado para adentrarme en la guerra civil española, hasta ahora, que movido por las opiniones que me ha tocado leer en Hislibris, viajo justamente en la página 288 de La Guerra Civil Española, de Antony Beevor, libro por el que opté estimando que posee la mínima objetividad necesaria, en atención a lo polarizado que aun es el tema.

    Pasé hace poco el capítulo la defensa de Madrid, donde muere Durruti, tempranamente el el desarrollo del conflicto y se aprecia ya que su liderazgo no podría ser reemplazado.

    Del tema no ha dejado de llamarme la atención la fuerza que tuvo en anarquismo en la España de los años 30, doctrina política que en otras partes -Chile por ejemplo- tuvo su época de apogeo entre los años 1906 a 1920, en especial en los movimientos obreros del salitre, de hecho un anarquista español de nombre Manuel Vaca en 1915 intentó matar a un general que nueve años atrás reprimió una huelga minera.

    No es lo único que me ha llamado la atención de la España de los 30, como son la naturaleza mayoritantemente agraria de su economía y sistema social en el campo con aun elementos feudales y que a esas alturas del siglo XX, no estaba separada la Iglesia del Estado, esto me permite entender mejor la lucha política y sus actores.

    En fin, estoy empezandoa vislumbrar el drama de esa guerra civil y del clima de odio que la precedió, la impregnó y que la sucedió, marco dentro del cual Durruti parecería un hombre atemporal y anacrónico en la historia mundial de los movimientos anarquistas, si no fuese por dicho contexto.

  2. solharis dice:

    Es que no es exagerado decir que en España el anarquismo jugó un papel más importante que en cualquier otro país y no se explica sólo por el atraso. El sindicato anarquista CNT, con más de un millón de miembros, fue un fenómeno único e importantísimo. Es una opinión mía pero el anarquismo fue un obstáculo casi insuperable para las ambiciones de los comunistas.

    El tema es tan interesante como la reseña. Aunque también a mí me intimidan 700 páginas, David L. En fin, ya veremos.

  3. David L dice:

    Yo no conozco ningún país en donde el comunismo libertario haya llegado alguna vez a aplicarse de la manera que se hizo en España durante la Guerra Civil española. A mí me resulta realmente increíble pensar que el anarquismo fuera capaz de llegar a ocupar puestos de Gobierno en un país de Europa occidental en años tan avanzados como los años treinta. ¿Os podéis imaginar esta situación en G. Bretaña o Francia? Claro está que para que entender la fuerza del anarquismo en España hay que conocer un poquito la Historia de nuestra nación. Una parte del país, sobre todo en las zonas más industrializadas, sustituyó a finales del siglo XIX el predicamento y el culto a una Iglesia Católica, omnipresente en todos los aspectos políticos sociales del país, por otra “fe” muy distinta: la revolución obrera anarquista. ¿Quién podría haber imaginado ( aunque sus militantes rondaran los 2 millones de afiliados) que los miembros de la CNT-FAI llegarían a ocupar carteras ministeriales como la de Justicia o la de Sanidad? Sólo en un acontecimiento revolucionario como el que se produjo tras el golpe de Estado militar de 1936 hizo posible esta utopía. Para conseguir alguna vez estar preparados en caso de que se llegara a ese punto fue para lo que Durruti luchó, utilizando la violencia física, durante los años 20 y 30 contra la Monarquía primero, y contra la República más tarde. La historia del anarcosindicalismo en el mundo estará ligado para siempre a la Historia de España y a figuras como Buenaventura Durruti.

  4. Rodrigo dice:

    En Chile el anarquismo fue un fenómeno menor, aunque con una buena cuota de protagonismo en la movilización obrera. Como señalaba Daniel, tuvo cierto peso entre los mineros del salitre -cuya extracción y exportación constituía a principios del siglo XX la principal fuente de riqueza del país-, pero también entre algunos gremios artesanales. Inicialmente, la difusión del ideario anarquista corrió por cuenta de inmigrantes. De hecho, fue un español, Manuel Chinchilla, quien fundó las primeras agrupaciones anarquistas en Chile, reclutando adeptos entre tipógrafos de Santiago y Valparaíso a partir de 1890.

    En los años ’20, el ideario anarquista sedujo a una parte del movimiento estudiantil y a algunos intelectuales, más que nada escritores.

    Durante varias décadas los anarquistas disputaron el liderazgo sindical con comunistas, socialistas y radicales. La tuvieron difícil durante la dictadura de Ibáñez del Campo (1927-1931). Se ‘extinguieron’ sin pena ni gloria.

    Curiosidad: Durruti y los hermanos Francisco y Alejandro Ascaso protagonizaron el primer asalto a un banco en Chile, el 16 de junio de 1925.

    Ciertamente, muy interesante la reseña, David L.

    Saludos.

  5. juanrio dice:

    Interesante reseña sobre un controvertido personaje de nuestra historia David L.

    Para mi lo más sorprendente del anarquismo español es su desaparición. Pasa de ser el sindicato con más afiliados a ser algo residual en estos momentos. Durante la dictadura prácticamente no tiene relevancia y actualmente se encuentra dividido y por lo tanto carente de referentes políticos. Sorpresas de la historia

  6. Sito dice:

    Mejor que cayera al comienzo de la guerra. Si llega a ver lo que pasó después de 1939, se muere de la pena, o lo hubiesen fusilado probablemente.
    Interesante reseña.

  7. Krieg dice:

    Sito,
    ¿Morirse de pena? que fin más romantico……, para mi era un vulgar terrorista, no muy respetuoso con la vida de los que no opinasen como el.

  8. David L dice:

    juanrio:»Durante la dictadura prácticamente no tiene relevancia y actualmente se encuentra dividido y por lo tanto carente de referentes políticos. »

    No creas que la CNT de los años Treinta era una organización solidamente unida. Ya antes de la llegada de la II República existían, por decirlo de alguna manera, tres corrientes dentro del movimiento anarcosindicalista:

    1) Los partidarios de Durruti, favorables a utilizar las acciones violentas para llevar a cabo la ansiada revolución obrera.

    2) Los más afines a Angel Pestaña y Peiró, partidarios estos de potenciar la vertiente sindicalista frente a la anarquista. Todo lo contrario de lo que pensaba Durruti, Ascaso y compañía.

    3) Los partidarios de orientar el sindicato anarquista hacia una vertiente del bolchevismo, eran los llamados confederales blocheviques. Entre éstos figuraban hombres como Andres Nin o Maurin.

    Ya en 1933, Angel Pestaña fundaría el Partido Sindicalista fuera de la CNT. El objetivo era tutelar al sindicato cenetista al estilo de lo que hacia el PSOE con la UGT.

    Así que ya veis que la división viene de lejos.

    Un saludo.

  9. Sito dice:

    Pues la verdad Krieg es que desconozco si fue terrorista, y la verdad es que los anarquistas me caen fatal (el anarquismo mejor dicho). Aquellos años fueron duros para todos y todos cometieron barbaridades, no puedo juzgar a esta persona porque no conozco su vida.

  10. Arauxo dice:

    Voy a aprovechar que el Pisuerga pasa por Valladolid para reivindicar un cambio de ritmo. Y después diré –o más bien recordaré a los desmemoriados- porqué aprovecho este Pisuerga que nos brinda David L.

    En algún lugar del foro he leído la reflexión que Ariodante proponía sobre la creciente velocidad que parece haberse apoderado de Hislibris en los últimos tiempos (y no me refiero sólo a los de la Nueva Era Javierística…). Decía Ariodante:

    …publicar reseñas con tan poco tiempo entre unas y otras, produce en nosotros los lectores una cierta ansiedad; porque no te da tiempo a leerlas todas, porque apenas has empezado con una y sus comentarios, ya está saliendo la siguiente; creo que las reseñas deberían salir más espaciadas y que nos diera tiempo a digerirlas, comentarlas, etc

    En mi opinión, era una crítica muy acertada que no ha obtenido el eco que merecía y que, a mi entender, se hace acreedora de una mayor reflexión, aquí, en la página principal. Su análisis ha sido aparentemente rebatido con argumentos de orden práctico que aludían sobre todo al trepidante ritmo al que brotan las novedades editoriales, así como a la necesidad que tenemos de mantenernos en el «candelero de la actualidad» literaria.

    No digo que dicho argumento carezca de lógica, desde luego que no, pero… no acaba de convencerme. Creo que lo que ganamos en celeridad lo perdemos en deleite; es como si viajáramos en AVE: llegamos pronto a nuestro destino, pero no disfrutamos del paisaje. O dicho de otro modo, optamos por la cantidad en perjuicio de la calidad. Y creo que ese es un precio demasiado elevado.

    Ahora publicamos reseñas a diario. Y gracias a eso tenemos muuuuuuuuchas más reseñas… con 4 comentarios cada una (y, por consiguiente, un debate superficial, por muy afortunadas que sean las escasísimas intervenciones), excepto en un puñado de reseñas en las que acaba centrándose el debate. La mayoría de los libros, de las reseñas, de las cuestiones se abordan inmediatamente, rápidamente… y tan rápido como se abordan se abandonan, se cierran y se olvidan. Frente a esa realidad incuestionable, puede alegarse que siempre ha habido temas que interesan a más gente y otros que atraen a muy pocos. Y posiblemente eso es verdad, pero es una verdad incompleta. Porque muchas veces, el interés que el público o el lector -o simplemente la persona- demuestra hacia algo depende de las oportunidades que se le ofrezcan y de las circunstancias que las rodeen.

    A mí me cuesta mucho trabajo entender que la reseña de un libro sobre Durruti interese sólo a 7 comentaristas de Hislibris -incluyendo entre los mismos al reseñador- y que genere tan sólo 9 –interesantes- comentarios. Es verdad que aun es pronto, porque la reseña se ha publicado el día 12 y puede dar bastante más de sí. Pero el ejemplo puede valer también para reseñas algo más antiguas sobre Aníbal, Séneca, Ana Bolena, Isabel II o Napoleón, cuyos “debates” se han cerrado con apenas una docena de comentarios.

    Si he elegido esta de Durruti, es porque me parece una inapelable prueba del delito. ¿Cómo ninguno de nosotros –ni siquiera de los más veteranos- ha citado el enlace (https://www.hislibris.com/?p=166) de la otra reseña sobre Durruti (El corto verano de la anarquía. Vida y muerte de Durruti, de Hans Magnus Enzensberger que Hislibris conserva, como los buenos caldos, en lo más oscuro de su bodega? ¿Cómo nadie ha recordado los excelentes debates que allí mantuvieron Javier, Nando y Clavileño –a los que podrían unirse las aportaciones del propio Richar, Compluto, Coñá y Puro…- y lo mucho que aprendimos de ellos los que apenas sabemos cuatro cosas de estos tiempos? ¿Cómo es posible, digo, que una –relativamente- nueva biografía de Durruti pase casi inadvertida en Hislibris?

    Cambio.

  11. Arauxo dice:

    Sigo.

    Algo no cuadra. Y además de no cuadrar, no es deseable. Por supuesto, siempre podremos pensar que la situación de Oriente Medio, la biografía de Alejandro Magno o las memorias de Albert Speer despiertan más interés que el anarquismo español durante los años 30. Y ello podrá servirnos de consuelo. Pero será un argumento pobre y un pobre consuelo, igual que justificar la telebasura por el elevado índice de audiencia que congregan (y que conste que sólo utilizo el ejemplo a los efectos de comparar audiencia e interés, no vaya a ser que alguien me acuse de haber insultado a Albert Speer…)

    Porque no es ningún secreto –y te presento por ello mis disculpas, David L- que en mis intereses personales –y no digamos ya en mis conocimientos- la biografía de Durruti y la Historia de la última fase del anarco-sindicalismo español nunca han ocupado un lugar de privilegio. Pero la lectura de la excelente reseña que en su día publicó Javier y del debate de altura que mantuvieron los comentaristas subsiguientes lograron despertar en mí bastante interés hacia este personaje y su trayectoria (cosa que me ha impulsado ahora a clicar en esta otra). Y lo mismo puedo decir con respecto a otras excelentes reseñas casi míticas, como la de los Amos de la Muerte (lástima que no te prodigues, Germánico…)

    Vamos demasiado rápido. Y eso nos obliga a seleccionar los asuntos de nuestro “interés particular”, en perjuicio de aquellos otros temas hacia los que no sentimos una atracción especial (por supuesto, con las obligadas excepciones pertinentes, como las de Urogallo o Koenig, cuyo interés es universal y cuyo saber, enciclopédico) y que tal vez pudieran llegar a interesarnos si tuviéramos más tiempo para poder leer, escribir, comentar…

    Creo que es una lástima, la verdad. Estamos apostando por la cantidad y no por la calidad. Y eso va en prejuicio no sólo de los comentarios, sino de las propias reseñas. Casi siempre, realizar una reseña implica un notable esfuerzo que merece un cierto respeto y un cierto reconocimiento. No podemos (o no deberíamos) publicar reseñas como quien hace churros o buñuelos, arrinconándolas tan pronto como ven la luz. No es que no le demos una oportunidad al debate o al intercambio de ideas, no es ya que no demos tiempo para analizar las reseñas, para comentarlas; es que no tenemos tiempo ni para leerlas. Y eso es, sencillamente, un desperdicio.

    La reseña es nuestro “producto estrella”, en el que cada uno de los reseñadores intenta volcar su talento, sus conocimientos, su intuición, su dedicación, su tiempo, su buen hacer. Es verdad que a las editoriales le interesan sus libros y sus ventas. Y valoran las reseñas como meros instrumentos de mercadotecnia. A nosotros -cómo no- también nos interesan los libros, pero escribimos reseñas y comentarios, que deberían interesarnos per se y no como meros instrumentos. La reseña –y el comentario que suscita- es nuestra humilde aportación a este fascinante mundo de los libros. Ellas –las editoriales- venden; nosotros, reseñamos. Cada reseña merece, en mi opinión, algo más que la efímera gloria de un solo día. Merece, cuando menos, tiempo para leerla y, sobre todo, la oportunidad de digerirla y asimilarla.

    Si el objetivo es colgar muchas reseñas sobre novedades para que las editoriales estén contentas y nos citen como blog de referencia, me parece estupendo. Pero… ¿realmente queremos y creemos en ese objetivo?

    Un saludo y mis más sinceras disculpas a David L y a los demás comentaristas de esta reseña por utilizarla para una reflexión espuria como ésta.

    Cambio y corto.

  12. Arauxo dice:

    Algúna paranoia cursivil, pero en fin…

  13. Arauxo dice:

    Y un prejuicio que debiera haber sido perjuicio

  14. Ascanio dice:

    Y un algúna que no debiera ir acentuada…
    Pero te lo perdono, porque he intentado añadir algo a lo que has dicho, y no se me ocurre nada más. Ah, sí: Amén.

  15. juanrio dice:

    Gracias Arauxo. Has escrito lo que a mi me hubiera gustado escribir si supiera como, y si además tuviera tu experiencia en hislibris, lamento no haber llegado antes para conocer esas reseñas con más poso, no sólo por su calidad, ya que creo que cada día se publican magníficas en esta página, si no con más tiempo para degustarlas, animarte a hacerte con el libro, leer los comentarios de los demás poco a poco.

    Quizas la explicación a estas reseñas diarias sea que cada vez hay más gente con interes y capacidad para escribirlas y si no se hiciera a diario tendriamos reseñas hasta el siglo XXII.

    Y ahora me voy a leer la reseña de «El corto verano de la anarquia»

  16. Koenig dice:

    Alguna, pero ninguna grave. :-)

    En primer lugar, y por alusiones, desmentir el amable piropo de Arauxo, que califica mi saber como enciclopédico. De eso nada pues ni se tantas cosas ni están tan bien ordenadas.

    Dicho esto, es muy interesante lo expuesto por Arauxo. Tanto que si bien voy a aportar peros a su razonamiento, no voy a decantarme aún. Ya se sabe, las respuestas llegan pronto, pero las conclusiones es mejor que tarden algo mas.

    Es cierto que el ritmo de reseñas ha aumentado desde que yo estoy en hislibris. Pero se me ocurre que esto pudiera no ser negativo del todo.

    Veamos.

    Por un lado muchas se quedan en muy escasos comentarios. Es cierto. Me ha pasado en algunas reseñas y lo he visto en muchas reseñas. Personalmente me cuesta horrores entrar en una reseña para decir ¡Que bonito! Soy consciente de que mi comportamiento es antipático y me disculpo por ello. Pero en muchos casos me pasa que no se me ocurre nada que decir. Normalmente porque lo dicho ya está muy bien dicho.

    Ahora bien, por otro lado sería interesante saber si ha descendido o aumentado el número de comentarios. Especialmente el de comentarios de calidad. Porque se me ocurre que este es el mejor indicativo de la «salud» del blog. No si todas las reseñas: buenas o malas (que las habrá), interesantes o aburridas (según la persona) o livianas o densas (que cada cual se expresa como sabe); reciben un interés similar.

    Por otro lado me entra la duda de si un descenso del ritmo supondrá un aumento del interés por la reseñas. Y pongo un ejemplo. Imaginemos que pasamos a publicar tres reseñas por semana. Ritmo que tuvo hislibris si mi memoria no me falla, y de ellas dos tratan sobre historia militar, o sobre griegos y romanos (por ejemplo). Se me ocurre que habrá gente interesada en dichos temas, pero también que habrá gente que no. Y estos no interesados ¿leeran o no leeran? ¿intervendrán o no intervendrán?¿acabarán aburriéndose de hislibris?

    Sigamos con mi ejemplo (el que quiera :-) ). Para evitar el caso de repetirnos en un solo tema, vamos a distribuir las posibilidades en una decena de temas distintos: griegos, romanos, edad media, moderna, contemporánea, arte, historia militar, obras generales, naval, sagas (entiendase tanto en novela como en ensayo). Con ese ritmo de tres reseñas por semana ¿Cuanto tardará uno en leer la reseña de ese libro por el que siente curiosidad? ¿Hasta cuando esperará? ¿Tendrá paciencia? ¿Y si a alguien tan sólo le interesa el tema medieval?

    Todo esto me lleva al siguiente planteamiento. Es cierto que hislibris tiene un ritmo de reseñas rápido. Pero por otro lado también es cierto que hislibris tiene, gracias a eso, una oferta muy amplia. Cualquier aficionado a la novela histórica o a la historia encontrará en hislibris una reseña de actualidad que le interese. Estoy casi seguro de ello. Y eso me parece muy positivo.

    A esto hay que añadir un detalle mas. Recuerdo que en tiempos había que esperar hasta un mes para que uno viera su reseña publicada. Esta espera podía significar, a mi me ha pasado, una pérdida de inmediatez cuando había debate. La memoria es infinita, pero los caminos de acceso a la misma no. Recuerdo haber repasado libros reseñados para contestar a alguna pregunta (especialmente de Cavilius :-) ). En cambio. Si tarda poco en salir la reseña, tiene la ventaja de que las ideas que uno se hizo y los sentimientos que provocó la obra reseñada, el porque de los comentarios, las gracias, las felicitaciones o las críticas, están mas presentes y son mas fáciles de explicar o debatir.

    Por otro lado lo que si deberíamos cuidar es cómo se plantean las reseñas. Tanto desde el punto de vista del reseñador, que puede incidir en cuestiones concretas que puedan suscitar debate, como desde el punto de vista de los interesados, que pueden plantear teorías y preguntas que muevan ese debate ¿Que ese día no está el ánimo para ello? Bueno, tampoco se puede obligar a nadie (tal vez un poco al autor de la reseña) ¿Que esas ideas son interesantes y mueven a debatir? Magnífico.

    En fin. Opino.

    Saludos.

  17. Casio dice:

    O calibrar cuántas reseñas quedan en la recámara y, según el caso acelerar o refrenar . Y es que, ¿es necesario establecer un ritmo inamovible de reseñas a la semana?

  18. Aretes dice:

    Y digo yo, Arauxo ¿se te ha olvidado lo de abrir hilos en el foro?. Esto se podría debatir allí, que si no del pobre Durruti no van a hablar ni familiares en el futuro

  19. Javi_LR dice:

    Las reseñas han de salir, sea como sea. Lo peor de todo es escribir un texto y tener que esperar dos meses a verlo publicado. Si en estos cuatro últimos no hubiésemos editado a un ritmo de seis semanales, algunos escritos se habrían quedado más de cuatro meses criando polvo.

    Creo que los comentarios no van a aumentarse por una disminución en las publicaciones. Alguien interesado en una novela de Grecia no va a aportar gran cosa en una referente a la II Guerra Mundial, por ejemplo (o puede que sí). Si se espacian, la temática en vez de repetirse cada diez días se repetirá cada veinte.

    Recuerdo muchas buenas reseñas de hace uno o dos años que se han quedado con 15 o 20 comentarios, y otras que permanecieron durante mucho tiempo con un número muy similar y, de repente, por un comentario acertado o una pregunta, se multiplicaron. Esto ha sido así siempre. Hoy por hoy, los comentarios se han multiplicado por tres. ¿Que son menos interesantes? Bueno, no lo sé; en algunos casos sí pero en otros no. Hislibris evoluciona y la masificación del sitio trae cosas buenas y malas. Entonces, ¿deberíamos apostar por la calidad y no por la cantidad?, ¿quién lo mide?, ¿quién se atreve a hacer un escrito que puede ser calificado como «no publicable por no tener calidad»? Yo me atrevo, desde luego, tanto a lo uno como a lo otro, pero repito: ¿es ese el espíritu de Hislibris? Ahora, como antes, hay reseñas buenas y no tan buenas, que interesan más o menos. En cuanto a la calidad de los mensajes, pues eso ha de ser cada uno lo que pueda aportar.

    Creo que Casio tiene razón, el ritmo se tiene que adecuar al número de reseñas. O empezar a descartar algunas, cosa que nunca se hizo (corregidme si me equivoco) y que no casa mucho con el espíritu de Hislibris.

    En cuanto a las editoriales, por supuesto que no debemos de aclimatarnos a lo que a ellas les interesa, pero conservar un pequeño equilibrio no está mal. De hecho, no caigo en la cuenta de la cantidad de entradas últimas que hacen referencia a libros muy alejados del marasmo comercial, incluso muchas de ellas descatalogadas.

    De todas formas, opino que es un debate muy interesante y constructivo, pensando un servidor de ustedes que de aquí deberían salir unas líneas generales para aplicar en un futuro.

    Hay soluciones, y ya finalizo, que pueden aplicarse; se me ocurre que Hislibris podía quedarse como sitio en donde escribir reseñas que salgan de nuestras entrañas (Hmmm… «Reseñas con entrañas»), largas, elaboradas y cuidando las formas, y un subdominio o similar en donde poder mostrar novedades y escritos más cortos y rápidos. Pero volvemos a lo de siempre, ¿no es ir un poco cotra el espíritu hislibreño?

    Y siento mucho que sea en tu reseña, David L.

  20. David L dice:

    No pasa nada Javier, si sirve para mejorar Hislibris bienvenido sea este debate en esta reseña. Entiendo a Arauxo, aunque confieso que me gusta más este sistema de publicaciones más rápidas. Dos meses para la publicación de una reseña me parece demasiado tiempo,( con ésto no quiero criticar que richar lo hiciera mal, al revés, le estaremos siempre agradecidos por crear Hislibris), esa tardanza hace perder frescura a la hora de debatir sobre el mismo.

    Siguiendo el hilo del debate, creo que ha sido Krieg quien ha comentado que Durruti fue un terrorista. Sobre este hecho nadie puede dudar que Durruti fue un hombre de acción: atracos, atentados con muertes, intento de regicidio contra la figura de Alfonso XIII, etc(…). Principalmente las acciones más violentas se produjeron durante la Monarquía, regimen al cual querían derrocar a toda costa. Ahora bien, el hecho de que llegara la República no contentó a los sectores más afines a Durruti, los miembros de la FAI.. Para estos últimos la lucha armada no acababa con la llegada de una República democrática, si acaso, los medios y los objetivos variarían algo, pero no lo sificiente como para adaptarse a la vida parlamentaria.

    Un saludo.

  21. Urogallo dice:

    No me parece para nada el lugar indicado, pero allá vamos.

    Cuanto más rápido, mejor. Y ojalá llegue el día que las publiquemos tan rápido, que puedan aparecer al día siguiente de enviarlas, ¡O el mismo día!.

    Y respecto a los comentarios:

    ¿Para qué queremos comentarios gratuitos?.

    A quienes les interese el libro comentarán igual. ¿Le aportará algo a la reseña de Durruti mi comentario?. Lo dudo.

    Mejor habría estado esta reseña con sus pocos comentarios, pero centrados en el libro, que con los 30 o 40 que pueda sacar de este debate pararelo.

    Puertas de Fuego lleva siglos publicada, y sigue dando comentarios.

    Pobres libros, que necesiten estar siempre en la portada para que la gente hable sobre ellos ( Y muy posiblemente sin haberlos leido).

  22. Javichu dice:

    La figura de Durruti es muy interesante, como lo es el fenómeno del anarcosindicalismo en España durante el primer tercio del S. XX. Es cierto que en toda Europa había movimientos anarquistas, pero solían ser grupos marginales que realizaban actividades terroristas (algunas muy sonadas). Sin embargo en España fue un sindicato que en su momento álgido superó el millón de afiliados, y eso es algo a tener en cuenta.

    Y ahora es donde me meto en un charco, a ver a quién salpico… Creo que el anarquismo (y el anarcosindicalismo, que no siempre es lo mismo) fue muy nocivo para la República. Si bien es cierto que fue una de las fuerzas fundamentales que la gestaron, no es monos cierto que fue la fuerza política que más mino su estabilidad (ojo, hablo de fuerza política, no incluyo a los militares en esta definición). La «recomendación» de la CNT a sus afiliados de que se abstuvieran en las elecciones de 1933 dio como consecuencia la victoria de la derecha y la consiguiente formación de gobierno por los partidos conservadoras. Después, como buenos demócratas, hicieron lo posible por derrocar ese gobierno. Al comienzo de la guerra civil la inicial reticencia de los grupos sindicales anarquistas de integrarse en el ejército para hacer la guerra por su cuenta ayudaron a que el fallido golpe de estado (porque los objetivos del golpe no se consiguieron) no pudiera ser contenido y degenerara en una guerra (aunque a fuerza de ser justos su intervención en las ciudades también ayudo a evitar que el golpe triunfase). Y no olvidemos que cuando los comunistas se convirtieron en el grupo más importante dentro del gobierno de la república aniquilaron todo el movimiento anarquista con el fin de conseguir la unidad en el esfuerzo de guerra (bien es cierto que querían la unidad bajo su mando).

    Como diría Koenig, opino

  23. pepe dice:

    Creo que este lugar es tan bueno como cualquier otro para discutir sobre la marcha de Hislibris. El comentario de Arauxo tiene que ver con un síntoma que a estas alturas todo el mundo había advertido ya: lo que esta página que gana en número de reseñas lo pierde en en número -pero también en vitalidad y empuje- de los comentarios posteriores. El asunto no es nuevo, y no es fácil averiguar cuáles son las causas, pero se me ocurren algunas reflexiones.

    En primer lugar es un hecho que hay demasiadas reseñas, lo que resulta un tanto sorprendente por el trabajo que entrañan. No son tantas, como ya se ha dicho, las que suscitan el interés de cada uno en particular, de manera que no creo que sea ése el problema. Es innegable también que mucha de la gracia y el ingenio de que hacen gala los comentaristas se destina a alimentar los hilos del Foro. Se ha impuesto en la página principal un cierto academicismo que ve con malos ojos aquellos comentarios -digamos frívolos- que se apartan del tema de la reseña en cuestión. El que quiere hacer un chiste sobre Isabel la Católica o sobre Hitler se lo calla, no vaya a ser que algún guardian de la ortodoxia lo llame al orden, o lo escribe en El Foro, en el mejor de los casos. Así se ha perdido mucha de la frescura que tenían antes los hilos y se han vuelto más aburridos.

    Para terminar, seguramente existan ideas geniales que puedan mejorar mucho las cosas. Mientras aparece alguna, sugiero que cada uno intente hacer la mitad de lo que esté a su alcance, que con eso será más que suficiente. Un ejemplo: hay que procurar no crear problemas a Javi y a su equipo. Están trabajando mucho a costa de echar tiempo y esfuerzo que quitan de su familia y de su trabajo y tengo la sensación de que, algunas veces, no se lo ponemos fácil.

  24. Urogallo dice:

    Creo que a lo mejor me equivoco ( pero seguro que no) cuando recuerdo que fue precisamente Richar el que nos aconsejó descargar el blog de comentarios no relacionados con el libro en favor del foro.

    Si podemos hacer chistes sobre Isabel la católica en el blog, ¿Para qué queremos el foro?.

    Orgullosamente sentencio, claro.

  25. Aretes dice:

    Vamos a ver… que llevo hablando con mi otro yo y no nos ponemos de acuerdo.

    ¿Son muchas reseñas? Esta bien para llevar un ritmo adecuado a si sale un libro o si se ha leído recientemente. A veces sobresatura, pero es cuestión de elegir la que interese más.

    ¿Los comentarios son pocos? Me pasa como a Koenig. Excepto si se trata de un estreno como reseñador (aún recuerdo mi primera) me cuesta entrar para decir solo lo obvio sin que esto aporte nada a la página.

    Otra cuestión es ¿se deben reseñar todos los libros? Hay algunos que creo que no merecen la pena. Por su escaso interés, por su calidad…

    Y la última más interesante para mí: Los comentarios. La vida de una reseña no es la semana que dura en la página principal, son los comentarios que suscita. En ese sentido sí noto una cierta pereza, a lo mejor ocasionada por la cantidad, por la seriedad que hemos instaurado en la PAPI…
    En eso es en lo que creo que se basa Hislibris, en sacar todo el jugo a cada tema. El reseñador abre el juego, pero hay que apostar y jugar con las cartas. Y eso es responsabilidad de todos.

  26. Ascanio dice:

    A mí, esto de que las reseñas sólo duren un día me recuerda a sistema que siguen las librerías con respecto a las novedades. Los libros (a no ser que sean reediciones o clásicos de toda la vida) sólo duran en las estanterías una semana. Luego son rápidamente sustituidos por otros, y los pobrecillos vuelven a las editoriales de las que salieron (igual Aquiles me saca del error) como un pobre estudiante frustrado que no ha superado el examen de ingreso en «los más vendidos». Algo parecido sucede aquí.
    Cuando la reseña va descenciendo puestos (rápidamente) a medida que van pasando los días, y desaparece de la página de inicio, pronto cae en el olvido. Sí, ya sé que hay hilos como el de Puertas de Fuego, que siempre tienen movimiento, pero…¿realmente esos comentarios valen la pena? No hay más que ver cómo cuando un troll entra en una reseña «olvidada», ésta rápidamente se reactiva. La pena es que esto lo dejemos en manos de los troles.
    Creo que no hay que pedir que las reseñas duren dos días o dos meses: hay términos medios. Por ejemplo, si me voy de vacaciones un puente, al ritmo que vamos ahora, sé que me voy a perder 4 ó 5 libros, que difícilmente voy a recuperar. ¿Cómo sé si una reseña me despierta interés sobre un tema si ni siquiera me da tiempo a leerla?
    Y sí, me parece que este hilo es apropiado. Precisamente porque es un hilo serio, y porque hay muchos veteranos (pepe) que no entran en el foro.
    Por cierto, pepe, respecto a la pérdida de espontaneidad de la PAPRI, estoy totalmente de acuerdo contigo.

  27. Germánico dice:

    Yo no me sé ningún chiste sobre Isabel la Católica…

  28. Urogallo dice:

    Yo creo que no nos perdemos absolutamente nada, por que las reseñas siguen ahí para quién quiera leerlas.

    Si lo que pretendemos es mantenerlas siempre en portada para que motiven comentarios forzados por el aburrimiento y la falta de reseñas nuevas…mal camino llevamos.

  29. Ascanio dice:

    No, no es eso, Uro, porque es materialmente imposible. Lo que digo, sencillamente, es que por lo menos te dé tiempo a advertir que hay una reseña nueva.

  30. Clío dice:

    Ahora sé porqué ni Arauxo ni tú, comentasteis nada en la de Bach, os pasó inadvertida, y yo malpensada creyendo que no os interesaba la música barroca, yo que esperaba una gran sábana (de matrimonio) de Arauxo!

  31. Urogallo dice:

    Buen momento para recuperarla.

    Yo sigo creyendo que ya que las reseñas no desaparecen, que se publique una ( o más) al día, no tendría por que afectar para nada a sus lecturas.

    ¿Sólo podemos leer la última reseña?.

  32. Huguete dice:

    -¡Señor ministro de defensa (de la ortodoxia)!
    -Susórdenes.
    -Muévame diez batallones de comentarios pendejos al Foro.
    -Con todo el respeto, excelencia, no tenemos tantos comentarios.
    -El maldito imperialismo, ¿verdad?
    -Sí, ilustrísima: impera la formalidad, imperan la mesura y la austeridad, la corrección y la prudencia.
    -¿Y la imaginación?
    -Poca…
    -¿Y la quimera, la fábula o la fantasía?
    -No me haga reir, Excelencia …

  33. Aretes dice:

    Tampoco es eso… ¡Ese no sabe buscar!

    Funcionarios….

  34. Javi_LR dice:

    No sé quién podría moderar un comentario así, desde luego, snif…

    De todas formas, como todo en esta vida:
    para gustos… las especies de Carmencita.

  35. Ascanio dice:

    O las de marca Hacendado, que para el caso es lo mismo y son más baratas.

  36. Javi_LR dice:

    Lástima de ritmo… Ese neutro. Lástima, lástima.

  37. Arauxo dice:

    ¿Una reseña de Bach? ¿UNA RESEÑA DE BACH? Mmmm… Me voy. Que tengo mucho que leer como para estar por aquí perdiendo el tiempo leyendo tonterías.

    Por cierto: a este paso y siguiendo la estela de Pepe, creo que voy a abrazar la ideología de Durruti. Que ya está bien de formalismos, de mercantilismos y de academicismos, pordió…

    ¡Viva Bakunin!

  38. Rodrigo dice:

    Gustándome la variedad, creo que el actual ritmo de publicación de reseñas es satisfactorio. Me refiero a que este ritmo convoca el interés de un mayor número de personas que si cada reseña permaneciese varios días en cabecera antes de aparecer la siguiente. Hay tantos períodos o momentos históricos y tantos temas de interés, y son tan variadas las formas de abordarlos –ensayo, novela, reportaje, etc.- que es difícil que todos ellos, temas y formatos, nos resulten igualmente relevantes. Tratándose de gustos y afinidades, es evidente que la diversidad entre quienes disfrutamos del blog (de modo habitual o esporádico) es enorme. Así pues, en mi opinión, la publicación de seis reseñas por semana garantiza en buena medida el principio –opción, en realidad, que se puede asumir como principio- de ‘cubrir’ dicha diversidad. Un día se presenta un libro sobre griegos y/o romanos, al día siguiente otro sobre la España imperial, al subsiguiente esotro sobre alguno de los conflictos del siglo XX. Genial. Hay para todos los gustos, y cada cual interviene en el hilo que le suscite interés, sea para comentar el libro, el tema o la reseña misma. O, rizando el rizo, para comentar los comentarios de los demás.

    Conviene tener en cuenta –si ya se ha hecho, pido disculpas por la redundancia- el que incluso dentro de un tema que a uno pueda resultar cercano o más atractivo que otros, no todos los libros son igualmente interesantes. Creo que la página sacrificaría mucho de su brillo actual si se ralentizase la publicación de reseñas, en aras de una (posible) profundización en los comentarios. La espera de alguna temática de interés personal podría prolongarse por semanas, lo cual resultaría tedioso; sobre todo para alguien de preocupaciones escasamente enciclopédicas como un humilde servidor (sin ánimo de ironizar).

    Saludos afectuosos.

  39. marbenes dice:

    Como no puedo estar más de acuerdo con Koenig, Urogallo, David_L y Rodrigo, y tampoco lo expresaría mejor, vaya únicamente mi comentario, por si hay recuento de votos, a favor de este actual ritmo de reseñas ;-)

  40. chema dice:

    Volviendo a Durruti ¿cuánto hay de leyenda en su figura? Su trayectoria antes del conflicto armado no puede decirse, en mi opinión, que fuese muy destacada. Era uno más del nutrido grupo de anarquistas que adquirieron cierta relevancia en los años veinte y treinta. Al estallar la guerra se visualiza su liderazgo y se ponen de manifiesto sus condiciones de hombre de acción. Tampoco podemos decir que fuese un gran estratega militar, ni un consumado táctico. Sabía guiar a sus hombres y obtuvo cierto éxito militar en Aragón. Pero estamos en las primeras semanas de guerra y un grupo entusiasta, con alta moral, podía manejarse bien en esos combates iniciales. Pero tengo la impresión de que a Durruti no le gustaba la guerra. No le interesaba demasiado. En cuanto obtuvo el dominio de un teritorio empezó a poner en práctica la revolución y se empezó a olvidar de la guerra. De hecho, Durruti nunca quiso ir a Madrid a poner en práctica el No pasarán. Costó mucho convencerle y sólo accedió cuando comprendió los beneficios propagandísticos que eso le reportaría. Durruti estuvo unas semanas en el frente de Madrid y es uno de los personajes más retratados de toda la contienda. Toda esa propaganda fue intensamente utilizada en los meses posteriores a su muerte y ha sobrevivido al ostracismo al que han estado sometidos otros anarquistas o el anarquismo en general.
    Las circunstancias de su muerte están en el centrto de todo el encumbramiento propagandístico al que fue sometido. Los cierto es que Durruti murió de la forma menos heróica que se pueda imaginar. Un disparo accidental al descender de su automóvil en una visita al frente acabó con su vida. Parece que el disparo procedía de uno de los miembros de su séquito, al que se le disparó el naranjero que portaba. El naranjero era un clónico de un subfusil alemán fabricado en un taller semiartesanal, sin seguro, peligroso de manejar. Otras versiones hablan de que fue al propio Durruti al que se le disparó el arma, pero nadie recuerda que Durruti utilizase este subfusil, ni hay fotos suyas con un naranjero en las manos. Fue una muerte accidental. Inmediatamnete se elaboró una historia oficial del suceso en el que el líder anarquista aparece muerto por disparos del enemigo. Su funeral en Barcelona fue la apoteosis de la escenficaciòn de la muerte del héroe caido en combate. Juan García Oliver, líder anarquista, cuenta en sus memorias que el sargento Manzana y el doctor Santamaría, que acompañaban al Durruti cuando sufrió el disparo, le confesaron la historia del disparo accidental y que él les hizo jurar que nunca lo revelarían. Ambos sobrevivieron a la guerra, pero nunca más se supo nada de ellos.

  41. cavilius dice:

    Interesante debate, pardiez. ¿Y de qué estáis hablando, me hace alguien el favor?

  42. Rodrigo dice:

    De si es mejor que se publiquen tres reseñas a la semana en vez de seis.

    Sobre algo hay que discutir, ¿no?

  43. cavilius dice:

    Por supuesto, por supuesto. ¿Y quién va ganando?

  44. Rodrigo dice:

    ¿Quién mejor que un griego para hacer el recuento, Cavi? Ignacio da el ejemplo, ejem…

  45. David L dice:

    Durruti ya se había mostrado en los años 20 como un hombre de acción; política podían hacer bien poquita, ya que durante toda la Monarquía, más en concreto durante la Dictadura de Primo de Rivera, fueron perseguidos y detenidos sin muchas vacilaciones. En 1920 la policía descubrió que éste y otros compañeros suyos preparaban un atentado contra Alfonso XIII en San Sebastián. Si mal no recuerdo, de ésta consiguió escapar. En 1926 volvió a preparar un nuevo atentado contra el Monarca, esta vez sería en París aprovechando la visita del Rey a la capital francesa. La policía gala detuvo dos días antes de la llegada de Alfonso XIII a Durruti y sus cómplices. Hasta la llegada de la República, Durruti fue un hombre perseguido y acosado por las Fuerzas del Orden, ya que su historial delictivo abarcaba desde atracos hasta atentados políticos. Una vez instaurado el nuevo regimen político, el acoso y control policial hacia Durruti no bajo la guardia. Fueron muchos los lugares en donde se le detenía preventivamente aunque sólo fuera por unos días. La República también llegó a deportar fuera de la península al propio Durruti. Todos estos actos hicieron de este anarquista revolucionario un peso pesado dentro de la organización.

    Creo que fue por mediación y consejo de García Oliver por lo que Durruti acudió al frente de Madrid, ya que éste no era muy partidario de abandonar el frente de Aragón, más que nada porque tampoco la unidad antifascista entre las distintas columnas que cercaban la región aragonesa mantenían un criterio común a la hora de afrontar el ataque a Zaragoza y Huesca.

  46. David L dice:

    El propio Lister reconoce en sus memorias de guerra que a los tres días de la llegada de Durruti al frente de Madrid, éste ya había dejado caer la intención de que sus hombres fueron retornados de nuevo al frente de Aragón. Su posterior envío a uno de las zonas de combate más duras del Madrid asediado, la Ciudad Universitaria, terminaron de hacer ver a los anarquistas de la columna Durruti que la capital de España no era el frente tranquilo de Aragón.

    Un saludo.

  47. juanrio dice:

    David L, ten en cuenta que Lister y Durruti, o los anarquistas, no eran precisamente amigos. Que el frente de Aragón y el de Madrid eran distintos es indudable, pero creo que la mayor importancia de la columna Durruti era la propagandistica, por la fuerza que tenía el personaje.

  48. David L dice:

    De eso no hay duda. La eficacia de las columnas anarquistas en los inicios de la GCE no resultó del todo exitosa. Una cosa era combatir en las calles de Barcelona o Madrid, y otra muy distinta tener que hacerlo en campo abierto y con un mínimo de orden y sentido militar. La columna Durruti pensaba que iba a llegar a la misma capital maña y levantar al proletariado de la ciudad( Zaragoza era uno de los bastiones de la CNT-FAI) y de ahí en un paso a Madrid. Bujaraloz, a unos 70 km de Zaragoza, creo que fue lo más cerca que estuvieron de la capital.

    Un saludo.

  49. APV dice:

    En realidad avanzaron más, en Bujaraloz instaló su cuartel general, pero las milicias llegaron a unos 20 Km de Zaragoza.

    Aunque sus planes eran primero tomar Zaragoza y Huesca y después marchar a enlazar con el norte.

  50. Arturo dice:

    Durruti no fue el unico lider politico del anarquismo español. No se nos puede olvidar las figuras de Salvador Segui, Francisco Ascaso y de Juan Garcia Oliver.
    En youtube hay documentos muy interesantes.
    Por otro lado el anarquismo en España sigue vivo, muy vivo aunque dividido (CGT realmente no es anarcosindicalismo puro)

    «Vivan los reyes de la pistola obrera de Barcelona»

Responder a David L Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Hislibris te informa de que los datos de carácter personal que nos proporciones rellenando el presente formulario serán tratados por Ediciones Evohé, S.L. como responsable de esta web. La finalidad de la recogida y tratamiento de los datos personales que te solicitamos (nombre y correo electrónico) es únicamente gestionar los comentarios que realices en este blog y jamás serán compartidos con terceros (salvo requerimiento legal). Legitimación: Al marcar la casilla de aceptación estás dando tu legítimo consentimiento para que tus datos sean tratados conforme a las finalidades de este formulario descritas en la política de privacidad. Como usuario e interesado te informamos de que los datos que nos facilitas estarán ubicados en los servidores de Factoría Digital (proveedor de hosting de Hislibris) dentro de la UE. Ver política de privacidad de Factoría Digital. Podrás ejercer tus derechos de acceso, rectificación, limitación y suprimir los datos en hislibris@hislibris.com e info@edicionesevohe.com, así como el derecho a presentar una reclamación ante una autoridad de control.