CORSARIOS DEL NILO – Steven Saylor
«El reluciente sarcófago, construido en oro macizo, tenÃa incrustaciones de piedras preciosas, destacando entre ellas aquella resplandeciente gema verde llamada esmeralda que se extraÃa de las montañas del sur de Egipto. El sarcófago brillaba bajo el parpadeo de las lámparas, un objeto de sobrecogedor esplendor y valor incalculable…».
Lo bueno que tiene la Historia Universal es que a veces parece un gran parque temático de aventuras sin fin. Cada época nos sorprende, no existiendo ninguna igual aunque los parámetros iniciales sean parecidos: traiciones, glorias militares, asesinatos, bondades sin lÃmite… Pero existe un periodo en el que todos estos elementos confluyeron de manera precisa, encajando sus hitos en un inmenso puzle histórico. Se trata de la crisis y posterior caÃda de la República Romana, iniciada en la época de Sila y finalizada con la muerte de Julio Cesar en el 44 a.C y posterior alzamiento de aquel Imperio de mármol fundado por el sobrino adoptivo del anterior, Octaviano, más conocido por Augusto. Muchos han sido los ensayistas que nos han introducido en aquel mundo, y sobre todo novelistas que igualmente nos han acercado el brillo de aquellos desfiles victoriosos, purgas sangrientas, conquistas gloriosas o amores épicos. Se me vienen a la cabeza, por citar algunos, la epopeya escrita por la fallecida Collen McCullough Señores de Roma, el dÃptico cesariano de Rex Warner, las cartas imposibles de Thorton Wilder en sus Idus de Marzo o los shakesperianos discursos pronunciados en la maravillosa obra teatral Julio Cesar… «pero Bruto es un hombre honesto…».Â
Novelas inmortales que nos retrotraen a otro tiempo, pero que muchas veces adolecen de un grave problema. Y es que al pasar nuestros ojos por sus lÃneas y montar en la máquina del tiempo de nuestra imaginación solemos contemplar algunas veces no a meros hombres mortales sino a dioses de piedra inmaculada. Es decir muchos escritores no descienden al nivel de los ciudadanos de aquel tiempo. El verdadero nervio y ansia de la Historia Universal. Es por ello que agradecemos que a la terna de obras anteriormente mencionadas se le una también las escritas por Steven Saylor, sobre todo las relacionadas con el ciclo Roma Sub Rosa, que narra, a través de las peripecias del detective Gordiano, alias El Sabueso, la caÃda de la Republica Romana desde Sila (80 a. C) hasta el asesinato de Julio Cesar en el 44 a. C. El autor ya lleva muchos años publicando sus libros con un tempo cronológico preciso para cada acontecimiento histórico de entonces. Para quien no lo sepa Gordiano es un hombre ya mayorcito, ancho de hombros, recio, poco elegante que suele llevar los casos más comprometidos de altos dignatarios romanos, como por ejemplo Cicerón. Aunque a veces esos casos le lleven a vivir algunas otras aventuras en que la intriga y el peligro están a la orden del dÃa. No vive en ninguna casa señorial, sino en un barrio humilde de Roma (aunque una vez estuvo una temporada morando en un chalecito a las afueras) lo que le permite conocer los entresijos de la vida mundana que hay a su alrededor. Gracias a ello Steven Saylor puede no solo mostrarnos el mundo del patriciado sino también adentrarse en las callejuelas más sórdidas de la Subura, conocer como sobrevivÃan el romano de a pie dÃa a dÃa, o introducirnos en las peligrosas tabernas de una encrucijada del Aventino. El estilo detectivesco de Gordiano y su familia, que a veces le acompaña en sus casos, no es pedante ni relamido, ni tampoco grosero en plan cine negro, sino más bien intermedio utilizando sobre todo lo que uno de los personajes de Mundodisco llamarÃa «cabezologÃa» o sentido común. Por tanto en esta serie de libros comenzado por Sangre Romana, el realismo es impresionante, pudiendo ver los hitos históricos como por ejemplo la ya mencionada dictadura de Sila; la revuelta de los esclavos de Espartaco; el consulado de Cicerón y la conjuración de Catilina; el juicio contra Celio Rufo, y las intrigas de Clodia y Catulo; el asesinato de Clodio y el juicio de Milón; o las guerras civiles entre Pompeyo y Cesar, posterior dictadura de éste último, e incluso su asesinato. A la vez que los personajes novelados como Gordiano y su familia van envejeciendo, pareciendo algunas veces que nos encontramos ante una crónica vÃvida de la crisis republicana.
Esta saga de novelas ha vendido a lo largo de los años cientos de ejemplares, pero con el tiempo el propio autor se ha cansado de vivir en la espesa sociedad romana. Asà pues ha decidió dar un giro nuevo a su escritura y ha querido hacer una nueva saga, más bien dirÃa precuela, centrando su foco en las aventuras que viviera el joven Gordiano antes del 80 a. C. Steven Saylor las ha comenzado en el 93 a. C cuando cumple éste diecisiete años y decide hacer junto a su amigo el poeta AntÃpatro de Sidon un tour por el oriente del Mediterráneo. Se trata de la anterior novela Las Siete Maravillas. Ahora la editorial La Esfera de los Libros publica la segunda parte de esta precuela romana con Corsarios del Nilo en donde Gordiano, que ya está prometido con su esclava Bethesda (*Atención spoiler: en la posterior serie original de Roma sub Rosa, ya forman familia) se enfrenta a una dura prueba en donde no solo peligrará su vida sino también el amor que siente por su amada. Nos encontramos en el año 88 d. C y por todo el oriente se recrudece la guerra entre Roma y el rey MitrÃdates del Ponto. En estos años, entre el 89 y el 88 es cuando este rey, hecho a prueba de venenos, obtiene sus mayores victorias en el Egeo y Asia Menor. El mundo romano en aquella zona se tambalea. En concreto en el 88 MitrÃdates conquista la isla de Cos, obtiene el tesoro egipcio que habÃa depositado en la isla y de paso secuestra al hijo del rey Ptolomeo que en esos momentos gobierna aquel don del Nilo conocido como Egipto. Y es precisamente en esos momentos en que ambos Ptolomeos, IX y X, cuando Bethesda, que está pasando unos dÃas tranquilos con su amado Gordiano en AlejandrÃa, es secuestrada y no porque la consideren un rehén importante sino porque es confundida con la esposa de un rico comerciante alejandrino. Para recuperarla nuestro protagonista ha de adentrarse en el mundo de aquellos piratas y mercenarios del Nilo y mediante su única arma, la inteligencia, sonsacar a sus captores para averiguar dónde está su amada esclava y rescatarla antes de que los captores pierdan interés por ella y la maten. Una carrera contrarreloj que hará que el lector no pierda detalle en ningún momento.
Como es normal Steven Saylor plasma en esta nueva novela, un buen número de datos históricos de primer orden, como las revueltas producidas por el conflicto sucesorio ptolomeaicos (menuda familia esta de los Ptolomeos); el robo del sarcófago de Alejandro Magno, que según parece era todo de oro y posteriormente fue fundido según nos informa Estrabón; o el entorno de las guerras provocadas por MitrÃdates. Y a la vez el autor trufa toda su obra con todo tipo de detalles sobre la vida cotidiana en AlejandrÃa, la composición de la ciudad, como eran sus barrios, las costumbres egipcias no solo en la ciudad sino también a lo largo del Nilo… un mundo apasionante al alcance de los lectores que deseen disfrutar de un thriller histórico de primer orden. En cuanto a lenguaje Steven Saylor, nunca fue un escritor de estilo alambicado, al contrario, el lector que se adentra en esta novela y en las otras de la serie observa que es sencillo, directo a la vez que entretenido. Sigue, por tanto, la máxima del clásico Horacio y del especial Keating: Enseñar deleitando. Asà pues lo único que me queda decirles es que se animen a leer Corsarios del Nilo, que como dice el autor es una novela del Mundo Antiguo, que seguramente les cautivara y les animara a conocer a este peculiar detective romano. Se lo aseguro.
Y por cierto, antes de terminar… ¿sabÃan por que la saga de las novelas de Steven Saylor tiene el sobrenombre de Sub Rosa? Déjenme que les despida con esta curiosidad: según parece en el antiguo Egipto la rosa era uno de los emblemas del dios Horus, y por tanto una de sus advocaciones era ser el dios de los secretos. Asà pues era norma y costumbre que se pusiera el sÃmbolo de una rosa presidiendo todas las asambleas que se producÃan señalando que todo lo que se dijera allà era alto secreto. Es por ello que podemos traducir Roma sub rosa como «Roma bajo el secreto» o «Roma Secreta», indicando que se nos va hablar de la otra Roma, aquella que muy pocas veces sale en los libros de Historia y que en verdad era el pulso vibrante de la Ciudad Eterna.
¿No les recuerda un poco de esto al Nombre de la Rosa?
Ayuda a mantener Hislibris comprando CORSARIOS DEL NILO de Steven Saylor en La Casa del Libro.
Buenas, Balbo, ¡enhorabuena por la reseña! Solo un comentario a la mención de la rosa y del libro de Umberto Eco:
Stat rosa pristina nomime, nomina nuda tenemos
Asà termina El nombre de la rosa, con el conocido verso (tuneado) acerca del «ubi sunt» de Bernardo de Cluny:
Nunc ubi Regulus aut ubi Romulus aut ubi Remus?
Stat Roma pristina nomine, nomina nuda tenemus
Y es que de tantas cosas… ¡tan solo tenemos el nombre! Ah la fugacidad de la rosa. Ah las palabras y sus significados. Ah la semántica…
Ah, del poeta Javileré…!
Interesante. .. ;-)
Es curioso Javi. Siempre que me acuerdo de las Rosas y los secretos, no sé por qué, pero normalmente me vienen a la cabeza imágenes de laberintos impresos en el suelo de algunas catedrales góticas.
A mÃ, Balbo, fugacidad. Belleza. Tópicos. Y nombres de obras clásicas de las cuales solo nos ha llegado eso: sus nombres.
Excelente Balbo, y grácias por la curiosidad de la Rosa, siempre se aprende algo nuevo y me has hecho leer las apostillas de Umberto eco al Nombre de la rosa. Por ahà tengo el libro, dudando si leerlo o no, atraido siempre por su portada y relegándolo finalmente. Le daré una oportunidad gracias a ti.
Me quedé con Gordiano en el triunfo de César del año 46 a.C., y las precuelas por ahora me han interesado poco. Si salen en bolsillo, más adelante, quizá les eche un vistazo…
Pardiez, reseña llena de evocaciones. Y de reflexiones. A mà las sagas de detectives a lo largo de la historia, sin dejar de haber leÃdo unas cuantas, no terminan de seducirme. ¡Pero que seductoramente lo presenta Balbuinus de York!
En el castillo de Eltz la sala de los consejos la presiden la rosa y el loco. Puede hablarse con libertad dentro, pero debe callarse fuera.
Siempre llevaré con orgullo mi rosa blanca y pura. ;-)
¡Las rosas blancas siempre florecerán en York!
Uro, te recomiendo que veas este video. Te gustará:
https://www.youtube.com/watch?v=Qa0FCodaOjU
Me pasa lo mismo que Farsalia, llegué hasta el Triunfo de César.
Urogallo está serie se centra más en el contexto que en el detective en sÃ, que se usa un poco como testigo de los momentos finales de la República romana, precisamente eso señala el autor en sus comentarios de sus libros.
Si la envidia es un pecado capital me declaro pecador, admirado Balbo. Sus reseñas siempre logran lo que una buena reseña debe lograr: el placer de leerla, las ganas de leer el libro reseñado, y la complicidad de los hislibreños. Algún dÃa espero volar a esas alturas. A mÃ, personalmente, las novelas históricas y las novelas negras me pierden. Asà que si las mezclamos, en un buen producto de la calidad, puedo llegar a enloquecer como el Guasón en un depósito de pólvora. Saludos!!!
Gran video Balbo, y gran consejo APV
Yo me repito, pero nada podrá mejorar la novela de la serie sobre Catilina. Y a mà las precuelas me interesaban, hasta que leà la primera de ellas (no recuerdo el tÃtulo, es aquella en la que conoce a la egipcia revoltosa) y me llevé un chasco morrocotudo. Como Farsi, igual un dÃa si ponen el libro en edición de bolsillo me animo.
Buena reseña, Balbo. Con Gordiano me quedé en la quinta de la serie y no porque no haya querido leer las siguientes, que sà querÃa, pero es que, en la ONCE no grabaron más.
Te doy la razón Valeria. El tercero «el enigma de Catilina» es el más profundo y completo. Y el más gordo de todos ;-)
Si el Enigma de Catilina está bastante bien.
Ese personaje nada claro que fue Catilina, y un Cicerón menos heroico de lo que se nos ha presentado.
Hay que decir que la serie presenta algunos momentos interesantes no tan conocidos del final de la República: el juicio de Milón, Marco Celio,…
O la guerra civil en Italia en los primeros meses del año 49 a.C.: la carrera hacia Brundysium y la huida de Pompeyo a Epiro.