Pongámonos en situación: Berlín, 2 de mayo de 1945, el Reich de los 1000 años acaba de sucumbir frente a las hordas rojas de Stalin. El Imperio que preconizaba Hitler, el Imperio que habría de durar más allá del Tiempo milenario está ahora mismo en manos de fuerzas extranjeras; por un lado, al Oeste, los aliados incluso han tenido la osadía de llegar a Austria e invadir el muy querido Nido del Águila de Hitler; y por el misterioso y vasto Este una furia descontrolada, llegada desde el mismo corazón de la Madre Rusia ha conseguido ocupar Berlín, el corazón de aquel Reich que había asombrado y aterrorizado, por partes iguales, al mundo a principio de los años 40.

La Historia de aquel epílogo a la contienda más sangrienta del siglo XX, El Siglo de la Violencia, es bien conocida por todos nosotros. Ha sido cantada, cual bardos, por muchos escritores y expertos en la materia como por ejemplo Anthony Beevor, Cornelius Ryan, Joachim Fest… los cuales han narrado los episodios de aquella contienda terminal. Artículos, reseñas, más importantes que esta mía, dossieres especializados, nos han contado detalladamente la caída del gigante nazi. Sabemos de memoria el teatro donde se desarrolla la acción, los personales, la trama y el desenlace. Nos ha llegado una sobresaturación de datos históricos que hacen que se pierda de vista el hecho central. Llega el momento en el que el adagio de Tagore se ha hecho realidad: los árboles no te permiten ver el bosque.

Y he aquí por qué esta pequeña presentación de este pequeño gran libro es tan importante. Tengo en mis manos, entregado personalmente por uno de los autores, un gran compañero de fatigas en este mundo de la Historia con mayúsculas, el libro Berlín 1945, editorial Sátrapa, escrito por los autores Francisco Medina, Ignacio Pasamar y Javier Veramendi, con dibujos e ilustraciones de Enrico Ricciardi. En un principio, y es de justicia reconocerlo, tuve miedo de que fuera un refrito más de historia militar de la Segunda Guerra Mundial. Pero desde que me senté en mi sillón favorito de sala de lectura y comencé a ahondar en el libro me fui dando cuenta de que tenía un aire fresco y distinto que empezaba a ser necesario en el mundo de la historia militar.

A diferencia de otros textos especializados en la materia que inciden más en el texto y que de cuando en cuando trufan algún párrafo tedioso con alguna foto, las más de las veces equivocadas o que no tienen nada que ver con lo narrado, los autores de Sátrapa han conseguido un equilibrio magnífico entre texto, ilustración y foto. Es muy difícil encontrar una página que no tenga algún elemento ejemplificador. Los autores nos conducen, nos introducen más bien, a través de una auténtica máquina del tiempo por los vericuetos de la batalla o tema político haciéndonos partícipes y protagonistas de la Historia misma. Gracias a esa unión de elementos (texto, foto e ilustración) podemos erigirnos como soldados de cualquiera de los bandos, reconocer el sabor a derrota o victoria, sentir el miedo ante un tanque que se nos aproxima por el centro de una de las calles de Berlín, o ver con rabia y cansancio ondear la bandera roja con el dorado emblema, en lo más alto del Reichstag.

Otro de los elementos que hacen atractivo al libro es el rigor histórico. Junto con el propósito de deleitar y no aburrir al lector a través de la imagen y el texto, los autores han manejado una ingente cantidad de datos en su justa medida. No encontraremos en el libro suposiciones ni datos que muevan al equívoco. Tampoco datos que muevan a lo políticamente correcto buscando buenos y malos. Mediante una estructura cronológica y directa los autores aportan datos muy precisos no solo del contexto histórico sino también militar. Vemos una información exacta con respecto a los soldados de ambos bandos, armamento, balística, ropa, mapas e incluso el clima que hubo en la cruenta Batalla de Berlín. Se nos sitúa sobre el mapa de la ciudad sabiendo los autores donde conducirnos, haciéndonos conocer cada detalle de la región y no soltándonos aquí o allá, sin ton ni son, nombres y perdiéndonos como paracaidistas amateur en noche cerrada.

En cuanto al propósito de guiarnos cuales Virgilios, ha tenido mucho mérito el ilustrador Enrico Ricciardi. Gracias a él podemos ver de manera visual el quehacer diario de una batalla crepuscular que marcaría el rumbo de la Historia. Con mano firme Enrico no solo ha dibujado con precisión milimétrica los uniformes de cada soldado sino que nos los muestra con viveza, como si cuando les diéramos la vuelta fueran a ponerse en movimiento. Un gran trabajo que se ve reflejado no solo en el dibujo unipersonal de soldado a soldado sino también en los mapas desplegables que aparecen acertadamente y bien elegidos en el libro. Gracias a ellos podemos ver el movimiento directo de las tropas tanto a lo largo de Europa como dentro del micromundo de un Berlín agonizante.

Señores lectores, solo me queda, pues no encuentro ningun pero en tan formidable ejemplar, recomendarles el libro Berlín 1945. Con el libro en la mano pueden echar un vistazo a una pequeña pero decisiva parte de la Historia tanto el diligente lector amateur de ensayo histórico sin ningún miedo a sentirse embarullado ni sometido a cientos de kilos de información, como el experto en temas militares pues el rigor y amenidad del texto no le defraudará. No duden en adquirirlo pues con el tiempo este pequeño libro se convertirá en esencial en cualquier biblioteca histórica que se precie, llegando a convertirse en libro de referencia para cualquier persona que quiera acercarse y sentir la trepidante aventura de una batalla… La Batalla de Berlín.

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Esta entrada fue enviada el viernes, 23 d+02:00 julio d+02:00 2010 a las 13:00 y está archivada bajo Grandes contiendas, Historias especializadas. Puedes seguir las respuestas a esta entrada a través de la fuente RSS 2.0. Puedes dejar una respuesta, o trackback desde tu propia página.