BANU QASI, LOS HIJOS DE CASIO – Carlos Aurensanz

BANU QUASI, LOS HIJOS DE CASIO - Carlos AurensanzAunque lo desarrollaré más abajo, vaya por adelante un breve resumen:

– Valor narrativo (argumento, trama, personajes), 9.
– Valor lírico (lenguaje, estilo, ritmo), 7.
– Rigor histórico, 9.

Ya es una discusión enquistada y sin solución aparente: la novela histórica, ¿debe potenciar el aspecto literario sobre el histórico o viceversa? Hay un gran abanico de posturas intermedias, con diversos grados de exigencia, y por supuesto hay dos extremos irreconciliables, con los partidarios del «bueno-sólo-es-una-obra-de-ficción» encumbrando a Dan Brown y los ultrapuristas leyendo y disfrutando de soporíferos pestiños. Por ello, al juzgar una novela, es preciso separar los aspectos literarios y los historicistas y que sea el lector de la crítica quien decida si es buena o no.

En términos globales, estamos ante una magnífica obra. El rigor y la calidad literaria están equilibrados, y nos introduce en una época poco explotada por la literatura comercial, evitando ser «una de romanos» o «una de templarios». Tal vez me haya impresionado más por haberla leído justo después de otra ubicada en el mismo espacio y tiempo, y en la que los personajes eran anacrónicos y pillabas un gazapo o más por página. De todos modos, vaya por delante que seré especialmente crítico precisamente porque la obra es muy buena, y que mis opiniones son enteramente discutibles. Además, como suelo decir, «si nos dejaran, todos corregiríamos a Homero».

Valor narrativo.

La obra cuenta la historia de Musa ibn Musa, un caudillo muladí en el Al Ándalus del siglo IX. No sigue el esquema habitual de «introducción-nudo-desenlace», ni falta que hace; es un esquema apropiado para novelas policíacas, de misterio, de amor (incluyendo las que se ambientan, como un simple decorado, en un escenario histórico), pero que se ajusta mal a las biografías, sagas y grandes horizontes. El autor inicia la novela en el momento del nacimiento del protagonista, y termina con su muerte; la distribución de los momentos álgidos sigue el curso de los hechos tal y cuando sucedieron, y no las directrices de la «poética». Ya va siendo hora de echar siete llaves al sepulcro de Aristóteles.

La historia es interesante y está bien reconstruida. El equilibrio entre la épica y las escenas de la vida cotidiana resulta adecuado. Rellena huecos en los aspectos íntimos, pero huye de especulaciones para aquellos momentos sobre los que no hay fuentes históricas, recurriendo a las elipsis con prudencia para no contar mentiras o aburrirnos con «este año fue feliz, y también al siguiente, y también otro más».

Los personajes son creíbles, ajustados a su tiempo. No hay buenos angelicales ni malvados demoníacos, al menos entre los actores principales. Los individuos actúan movidos por lo que consideran correcto, que no tiene por qué coincidir con un bien absoluto y objetivo ni con lo que es correcto para otro sujeto. El honor, el orgullo herido o el derecho a gobernar son razones tan válidas como el bienestar del pueblo o el cumplimiento del deber, haciendo que cada personaje se comporte tal y como cabría esperar en el siglo IX.

Hay un buen balance entre la narración omnisciente y los diálogos, y éstos son creíbles, sin engolamientos ni uso inadecuado de los registros del lenguaje. Los interludios en estilo epistolar están bien colocados, y permiten «ponernos al día» en temas como política, intrigas palaciegas o «moda y sociedad», de un modo que no resultaría apropiado para el narrador o los diálogos.

El sentido épico-bélico está al 50%. No hay narraciones espectaculares de batallas, cosa que a mí, particularmente, me la refanfinfla. Al fin y al cabo, ¿qué puede decirse al respecto que no se haya escrito ya? ¿Es necesario repetir por enésima vez lo del miedo, las heces en los muslos, el peso del escudo, el soldado que vomita de miedo, etc, etc? ¿De cuantas formas puede sujetarse una lanza o empuñarse una espada? Puede que algún lector eche de menos esas descripciones, pero desde luego no es mi caso.

Valor lírico.

En general, acaba mejor que empieza, lo cual no es malo.

El lenguaje es culto, pero no artificioso. Huye de cultismos que suelen emplearse mal (un error frecuente entre escritores «de Ciencias»). Es claro, conciso, sin largas parrafadas pretenciosas, con una agradable estructura de sujeto-predicado-complemento-punto (una virtud de escritores «de Ciencias»). Huye tanto del vulgarismo fácil como de la ultracorrección inverosímil.

La estructura de párrafos y episodios se ve lastrada por una excesiva fragmentación, sobre todo al principio, pero esto se corrige conforme avanza el texto, alcanzando un ritmo adecuado una vez sobrepasado el primer tercio.

Otro lastre son las notas a pie de página, señalando de dónde se ha extraído un texto o en cuál se ha inspirado. Que no, Carlos, de verdad, que no hacía falta, que te creemos, que ya se nota que te has informado bien y que todo está documentado. Estas notas, como en el caso anterior, se van reduciendo en la evolución de la obra, de modo que hacia la mitad están en su punto.

Las palabras comunes en árabe o romance, así como los topónimos, son algo que me parece bien. Añaden «sabor» al texto y nos ayudan a ambientarnos. En general están bien escogidas, aunque pecan de un error frecuente: el descuido en género y número. No puede decirse «una qamis» y «unas qamis», por ejemplo, como si las palabras extranjeras fuesen invariables. También hay una cierta confusión con los términos «ibn» y «banu». Ya he dicho que es un error frecuente: casi todos decimos «espaguetis», ignorando que el término italiano ya era un plural; incluso los medios de comunicación, esos faros de cultura, han hecho de las suyas con palabras como «talibán» (plural de «talib»). Del mismo modo, cabría esperar que los topónimos árabes fuesen empleados sólo por los árabes, evitando la aparente equivalencia intercambiable de «Banbaluna-Pampilona» o «Sarrantiya-Cerretania». De nuevo (ya parece una constante), esto mejora en la evolución del texto.

Finalmente, al inicio de la obra parece que el autor está demasiado impaciente por contarnos todo lo que sabe. Algunas cosas están metidas con calzador, o con el narrador menos apropiado. Episodios como el del halcón o la Jornada del Foso hubiesen quedado mejor en manos del narrador omnisciente que en boca de un contador de historias. Pero este fallo desaparece casi enseguida.

Parece, en resumen, que Aurensanz ha mejorado su estilo de capítulo en capítulo, prometiendo un magnífico autor para su segunda novela. O tal vez debería decir «aún mejor autor».

Rigor histórico.

Aquí debo quitarme el sombrero, aunque se me vea la calva.

Soy un enemigo acérrimo de los apéndices bibliográficos, pero en este caso debo quedarme calladito y mono. Suele ser una constante que las novelas están peor documentadas cuanto mayor es el apéndice en que el autor se justifica (excusatio non petita, acusatio manifesta). Una novela histórica es un trabajo de investigación, como una tesis doctoral; así es que, si no eres capaz de citar cien referencias bibliográficas, más vale que te calles. Pues, para cerrarme la boca, Aurensanz ha superado con creces las cien referencias y no hace patéticos intentos de justificación. Bien.

La precisión no alcanza sólo a la macrohistoria, con reyes y batallas, sino también a la microhistoria. No hay gazapos en gastronomía, botánica, vestimenta… Siendo muy muy puristas, podríamos encontrar dos chorradas (y no es frase hecha, es que son dos) que en absoluto suponen un falseamiento de la época ni una divulgación de errores. Me ha resultado particularmente impresionante la descripción de remedios y enfermedades, donde se demuestra la excelente formación en Salud Pública que tienen los veterinarios. Agradezco especialmente la referencia al tifus y su transmisión, evitando el error típico de confundirlo con la fiebre tifoidea (incluso en revistas como «La aventura de la Historia»).

Una excepción es el capítulo de la invasión normanda, donde la aventura se sobrepone a la solidez. Pero es eso, una excepción, y no debe manchar el excelente trabajo desarrollado en el resto del libro.

Otro valor añadido es que el libro huye tanto del mito de la «comunión de las tres culturas» como de la falacia del enfrentamiento a muerte. Ni paraísos de tolerancia (como si nunca hubiera existido una «noche toledana» o un impuesto de capitación) ni épica de reconquista, sino relaciones creíbles dentro de un marco de realpolitik.

Ya hemos dicho que los personajes se comportan de un modo verosímil. Ello incluye actuar según los valores propios del siglo IX y no del XX/XXI. En ese aspecto debo felicitar al autor, que ha evitado el anacronismo moral, más peligroso que el de los hechos. Sólo hay algo que no me gusta (y, como siempre, es discutible): la relación de afecto entre Abderramán y Musa. En la antigüedad era habitual disfrazar los motivos políticos con motivos personales: el favor de un monarca a un vasallo útil y capaz se mencionaba en términos amistosos; la incapacidad del soberano para castigar a un vasallo díscolo se transformaba en magnanimidad; la aceptación de un hecho consumado se convertía en perdón. No dudo de que las fuentes consultadas se refieran a dicha amistad, pero a mí me resulta poco creíble. Es más probable que el emir se moviera por los poderosos argumentos de la realpolitik; al fin y al cabo, como dice el refrán valenciano, «amor d’amo es com aigüa en cistella» («amor de amo es como agua en cesta»). Pero, como siempre, yo no estaba allí para verlo, por lo que nada es imposible, y el autor tiene perfecto derecho a crear un vínculo de afecto entre señor y vasallo si lo cree oportuno para su obra.

Y ya acabo, que casi me ha salido una reseña tan larga como la novela.

En resumen: compradla, que os gustará.

Ficha técnica.
Título: Banu Qasi. Los hijos de Casio.
Autor: Carlos Aurensanz.
Editorial: Ediciones B, colección Histórica. Barcelona, 2009.
Cartoné, 807 páginas.
PVP: 22,50 euros.

[tags]Banu Qasi, Carlos Urensanz, Musa ibn Musa, Al Andalus[/tags]

 

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42 comentarios en “BANU QASI, LOS HIJOS DE CASIO – Carlos Aurensanz

  1. Vorimir dice:

    Grandísima reseña Josep. Siempre me había picado la curiosidad la novela, y por lo que veo es un acierto hacerse con ella y leerla.

  2. richar dice:

    Saludos,

    a mi también me tienta, la verdad. Me gusta la pinta que tiene, lo que comentas, Josep, y el hecho de que trate temas menos trillados. Creo que caerá.

    Un saludo,
    Richar.

  3. Javi_LR dice:

    Mira que partir de la premisa de: los que defienden la ficción encumbran a Dan Brown… Te voy a dar un capón por sofista.

    Una cosa me ha llamado la atención, Josep. Haces referencia a que elude el manido «introducción-nudo-desenlace», debido, sobre todo, a que es una novela, digamos, biográfica, pero a mí se me ocurre preguntarte qué es la narración de una vida. ¿Acaso no es un manido «introducción-nudo-desenlace» toda ella, llena de otros manidos «introducción-nudo-desenlace»? No sé, yo no enterraría aún a Aristóteles, y menos en estas lides.

    En cuanto a las notas a pie de página, ya sabéis lo que opino de ellas. Me resisto a ellas, me resisto a ser condescendiente con ellas a no ser que formen parte de la narración, que sean notas necesarias del traductor o sean una edición crítica.

    Un saludo, Josep.

  4. JJSala dice:

    Fantastica reseña.

    Gironella leyó más de mil libros para documentar » Un millón de muertos».

    Saludos

  5. jerufa dice:

    Felicidades, Josep, por la reseña. Es muy atractiva de leer y sugerente para adquirir.
    Y aunque te quejes de que te haya salido un poco «larguita», es de agradecer porque la desmenuzas con mucho arte. Cuentas lo necesario para saber si te haces o no con la obra.
    ¡Ah, otra cosa!, me ha encantado eso de los defectos y las virtudes de los escritores de Ciencias.
    Muy acertado y muy sabrosón.

  6. Gracias por tu crítica, Josep.
    A mi me has demostrado con ella que tu criterio es sólido y merece tenerse en cuenta, tanto en los aspectos positivos como en lo aspectos que se podrían mejorar. Cuando terminas de escribir algo, sabes perfectamente dónde están esas cosillas con las que no has quedado plenamente satisfecho… y las has clavado. Coincido casi plenamente con tus apreciaciones. Enhorabuena por tu afinadado juicio.
    Ten por seguro que, como dices, apreciaciones como la tuya ayudarán a mejorar con la segunda…
    Un abrazo.

  7. Laurence dice:

    Enhorabuena Josep por una reseña tan clara, tan bien estructurada y tan de verdad. Creo que no te lo había dicho hasta ahora, pero cuando te leo la mitad de las veces termino siempre con una sonrisa y eso es de agradecer. Esta obra me tocó la fibra sensible desde que Carlos la anunció en el foro y por fin el gordito de rojo me la ha traído hace sólo unos días. Si ya le tenía ganas antes, después de leer tu reseña estoy impaciente por hincarle el diente. (Ahhh, y de paso me he anotado otra recomendación que has hecho por ahí que también me ha tentado muchíiiiiisimo).

    Y, por spuesto, felicitar a Carlos Aurensanz por la obra que nos brinda para que la disfrutemos y por la más que buena acogida que está teniendo en el «mercado».

    Bueno, y aunque supongo que habrá mensajes abiertos para felicitar las fiestas, el Año Nuevo y demás, con el permiso de Josep, y amparándome en el estado febril y griposo que estoy sufriendo, os felicito a todos y que el Nuevo Año siga trayendo Salud, seguir con los nuestros y más libros y tiempo con los que disfrutar.

    Saludos.

  8. Josep dice:

    ¡Ay! Leñe con los capones del jefe… Tendré que escribir cien veces «no me meteré con el Sabio de Estagira». ¿O era con Alcuino de York?
    Gracias por felicitarme, pero no tiene mérito: es fácil reseñar una buena novela.
    Lo de los defectos y las virtudes de los escritores de Ciencias… ¡Pues qué os voy a contar quer no sepáis! Hay por ahí algún comentario mío donde pongo semiverduzco a alguien, y que ya me ha causado alguna recriminación.
    Gracias, Carlos, por tomarte a bien la reseña. Dice mucho de ti.
    Y os dejopaso, que el reseñador no debe ser el protagonista de la reseña, salvo para contestar los comentarior si procede.

  9. Lacedemonia dice:

    Bueno, Josep, como te dije en cierta cena que compartimos hace unas semanas, lo de la bibliografía no tiene siempre por qué ser una excusatio. No niego que puede usarse el recurso para aparentar, pero hombre, un voto de confianza… La bibliografía no sólo sirve para citar fuentes, sino para recomendarlas a todo aquel que quiera ampliar conocimientos, ¿no? Además, si lo piensas, el novelista histórico que cita fuentes está en cierto modo abriéndose la camisa y ofreciendo el pecho al pelotón de fusilamiento. A ver si Dan Brown, ya que lo nombras, nos aclara alguna vez la bibliografía que usa para extraer sus «datos»…
    Por lo demás has hecho una buena crítica. Felicidades. Redobladas para el autor.

  10. Eguarás dice:

    Enhorabuena Carlos.
    Un fantástico trabajo en cuanto al contenido de la novela, su documentación y ambientación. Realmente me ha emocionado, soy de Tarazona y a lo largo de todo el relato he seguido paso a paso el recorrido por las distintas ciudades en las que se ambienta la novela. Muy interesante también, la influencia de nuestros ríos sobre la vida de los personajes, tanto el Queiles como el Ebro, la muerte de Musa en Tarazona junto a las aguas del Queiles ha sido el broche de oro para tu novela. La convivencia entre las tres culturas existentes en nuestros pueblos y su respeto mutuo ha quedado plasmado en tu libro. Felicidades por tu trabajo y que tus proyectos futuros tengan el mismo éxito.

  11. hasper dice:

    Creo que se debiera revisar la cronología de los Reyes de Navarra y se encontrará que sólo ha habido un Iñiguez y ha sido Garci Iñiguez, hijo de Eneko Jiménez a su vez hijo de Jimeno y Oneka, el cual fue llamado posteriormente Eneko y de sobrenombre Aritza, conocido posteriormente en el ámbito castellano como Iñigo Arista.

  12. hasper dice:

    No he leído la obra de Aurensanz, solamente he hecho el comentario anterior por un reportaje aparecido en Deia, el 15.1.2010 y es ahí donde se hace referencia a Enneco Iñiguez diciendo que luego será Iñigo Arista y por eso hago mención a que Iñigo Arista fué realmente Eneko Jimenez (hijo de Jimeno, señor de Sangüesa y de Oneka) y éste tuvo un hijo al que llamó Garci y de apellido Iñiguez para reconocerle como hijo de Iñigo.

    El primer de Navarra (Reino de Pamplona en esa época) fué Eneko Jimenez (Iñigo Arista), el segundo su hijo Garci Iñiguez y el tercero el hijo de este último Fortún Garcés.

    Con estos se acaba la Dinastía Iñiga dando lugar a la Dinastía Jimena.

  13. Javier dice:

    Hola, Hasper. En algunas fuentes aparece el padre de Iñigo Arista como Iñigo Jimeno, y por lo tanto su hijo podría ser tambien Iñigo Iñiguez.

    De hecho en las fuentes latinas aparece como Enneco Enneconis, y en las fuentes musulmanas como Wanaqo ibn Wanaqo, es decir, Iñigo, hijo de Iñigo. Posiblemente el autor haya manejado también estas fuentes.

  14. Alfred Holanda dice:

    Pero, ¿de qué va la novela?

  15. Josep dice:

    Es la vida de Musa Ibn Musa, caudillo muladí de la frontera norte de Al-Ándalus, que gobierna un pequeño condado (bajo el control de su fanmilia desde los visigodos) y tiene relaciones a veces buenas y a veces malas con vascones, francos, cordobeses y asturianos. Gran estadista y hábil estratega, consigue crear un poderoso estado.
    Básicamente.

  16. Angel arnedano dice:

    Desde el primer momento me enamoró, no solamente por ser de la misma zona donde se desarrollan los acontecimientos, sino por su rigor histórico que coincide en casi todo con los textos de Luis G. de Valdeavellano.

  17. MAGAR dice:

    Soy un apasionado de la historia y en una primera tacada, a este libro le quedan 100 páginas menos. Felicito al autor por el rigor histórico, por el ritmo narrativo y por la sencillez de su prosa. Pero me queda una duda, que agradeceré alguién me aclare. Siempre pensé que Iñigo Arista tuvo tres hijos con Oneca Velasco de Pamplona y en esta obra, el nombre es Toda. ¿Es fruto del caracter novelado de la obra o es que estoy equivocado?
    Volviendo a la obra: en estas 100 páginas debo destacar el relato del encuentro de los Banu Qasi con Iñigo Arista por su emotividad.

  18. Urogallo dice:

    Por cierto que ya lo he visto en bolsillo. Una edición en tapa dura bastante maja.

  19. barbastro dice:

    estoy leyendo el libro, y quiero dejar mi comentario.
    por la portada da muy buena impresion.
    la lectura,parece una novela,donde los buenos son buenos y los malos son muy malos.
    los nombres tanto de (personajes como de pueblos y regiones), llegan al punto de aburrir y de dejar de seguir leyendo.
    espero no molestar, pero es mi opinion.

  20. sain dice:

    kaixo,
    primeramente felicitar al escritor por darme la oportunidad de leer esta magnifica obra, soy un simple ciudadano y no tengo criterios técnicos.Pero me ha emocionado su lectura. Creo que existe una errata en la página 193 del libro cuando comienza en el último párrafo»Por fin Amrús dio..» creo quese refiere a Yusuf( en la edición ZETA limitada)
    Un saludo y que si es posible nos deleites con más obras.

  21. Charo dice:

    Pues una reseña magnifica hace poco que inicie la lectura de esta novela y ya me estaba encantando ,ahora voy a disfrutar aun mas si cabe de su lectura

  22. daalla dice:

    Excelente reseña. Me ayuda a comprender algunos aspectos del libro que acabo de terminar de leer. Por cierto que debo felicitar también al autor de un libro tan interesante como instructivo.

  23. Valeria dice:

    No hace mucho tiempo que la he acabado, y tras dejar unos días para ver el poso de la lectura diré que me ha parecido una buena novela, pero demasiado «espesa», que no larga. Al final el exceso literario le pasa factura. Sus grandes valores son el rigor histórico, que cita Josep, y que acredita por parte del autor un profundísimo estudio de la época, y un escenario muy novedoso y atractivo en un campo tan trillado como es el de la novela histórica. Lo que menos me ha gustado a mí es el exceso descriptivo, la reiteración en desmenuzar líricamente cada momento, que afectaba en gran medida al ritmo narrativo, y que hace que desees pasar de largo por encima de ciertos párrafos, omitiendo su lectura, para ver qué es lo que va a pasar.

  24. Enhorabuena, Carlos, por tus fascinantes novelas. Veo que en las mismas no existía Tauste todavía, algo lógico porque nunca ha aparecido en las fuentes. Sin embargo, te sugiero que busques en Google la noticia «Hallada en Tauste la tumba islámica más antigua de Aragón», «Tauste en los siglos XI al XIII» y «Zagr-Alandalús». Quizá encuentres algo fascinante e inexplorado hasta ahora para tus siguientes novelas. Estaríamos encantados de poder quedar contigo y cambiar impresiones. Correo: jaimecarbonel@coaatz.org

  25. Pingback: Anónimo
  26. iñigo dice:

    Llevo un cuarto del libro y en principio me parece entretenido… quizás si entra a describir en exceso situaciones, hechos o actos que no tienen importancia para la narración y por ello de la sensación en no avanzar en la lectura.
    Sin embargo tengo cierta simpatía por la novela ya que soy navarro y todo me suena, territorio, pueblos, zonas geográficas… y por ello me mantiene entretenido e interesado por el devenir de la novela. Conforme vaya leyendo y acabando el libro comentaré más sensaciones.

  27. iñigo dice:

    Terminado.
    En general me ha parecido un libro hasta su primera mitad, en exceso largo. Sin embargo, el libro gana conforme avanza la historia, siendo su segunda parte, las últimas 350-400 páginas muy superiores a las primeras.
    He hecho un seguimiento de su narración con el libro de José Mª Lacarra «Hª del Reino de Navarra en la Edad Media» y la verdad es que históricamente Aurensaz realiza un buen estudio de la historia de los Banu Qasi y del reino de Pamplona.
    Quizás dos detalles: El primero, el salto que realiza en el tiempo, saltándose la primera batalla de Albelda, y en segunda el protagonismo que personifica en el obispo de Pamplona Willesindo, como el causante de las diferencias entre Muza y su sobrino García Iñiguez, rey de Pamplona.
    Estas son dos lagunas, que quedan dentro de la libertad del autor, y no me parecen importantes en exceso…
    Si quizás la utilización del fuego griego en Córdoba, contra los vikingos… quizás esta licencia si sea un pelín excesiva.
    Un libro bien documentado… quizás un poco extenso en páginas, sobre todo en su segunda mitad. Tengo en pendiente la segunda parte, con la que me enfrentaré en breve.

  28. iñigo dice:

    Quería decir que le sobran páginas en su primera mitad no en su segunda mitad, que en general es de lectura agil y entretenida, comparada con las primeras páginas del libro.

  29. Gracias por tus comentarios, Iñigo.
    Como dices, Lacarra es una referencia en el estudio de esta época, así como Sánchez Albornoz, pero ninguno de los dos dispuso de toda la información de la que han dispuesto historiadores posteriores, como Martín Duque, Alberto Cañada Juste, Julia Pavón Benito o Jesús Lorenzo. Precisamente la excelente monografía de Cañada Juste es la columna vertebral de la documentación que manejé.
    Respecto a la utilización del fuego griego, es algo basado en sólidas referencias bibliográficas:
    El historiador Ibn Qutiyya refiere que las naves que mandó construir Abd al Rahman II tras el ataque normando a Ishbiliya (Sevilla) en 844 fueron ya equipadas con fuego griego (Ibn Qutiyya, Ta’rij, 83/53).
    Por Ibn Hayyan sabemos que las naves de la flota andalusí que se enfrentaron a los normandos en el segundo ataque de 858 contaban con proyectiles incendiarios, (niyam al-naft) (Ibn Hayyan, Muqtabis II, 309). El término niyam al-naft se puede traducir aquí, según el profesor Makki, como «botella de nafta». En este episodio los andalusíes consiguieron quemar dos naves normandas con todo lo que llevaban a bordo.
    El mismo Ibn Hayyan señala que Abd al Rahman III dotó de nafta a las embarcaciones de Al Jazzira (Algeciras) en 914, y que en el año 935 veinte brulotes con fuego griego iban en la expedición contra el país de los francos (Ibn Hayyan, Muqtabis V, págs. 58 y 248 respectivamente).
    El uso del fuego griego en Al Andalus está acreditado pues desde el ataque normando de 844, precisamente el momento donde aparece citado en la novela. Otra cosa es la circunstancia concreta de su introducción y de su utilización que, por supuesto, pertenecen a la ficción literaria.
    La estructura de la segunda parte es más ágil, con capítulos más cortos y numerosos. Espero que la disfrutes.
    Un abrazo.

  30. iñigo dice:

    Yo también. La verdad es que después de la buena sensación que me he llevado al finalizar la primera, en un tiempo me pondré con la segunda.
    Gracias por tu aclaración al respecto del fuego griego, veo que los estudios sobre el tema son más que fiables.
    Un tema que me ha llamado la atención es el alejamiento de García Iñiguez y de su tío Musa. ¿A qué se debe semejante situación?
    Yo entiendo que la presión del reino de Asturias, con Orduño I (además de emparentar vía matrimonio), llevó al rey de Pamplona a plantearse una nueva situación; además de que los Banu Qasi, tras su participación en Sevilla y la concesión de la dirección sobre la Marca Superior, les acercaba más todavía a las buenas relaciones con el emirato de Abderramán II.
    Pero se me escapará sin duda, alguna razón superior a estas, ¿hasta que punto la razón religiosa estaba por encima de las razones territoriales o viceversa?.

  31. El alejamiento entre los dos personajes que comentas fue real, es un hecho constatado, puesto que García Iñiguez colaboró activamente con Ordoño I frente a su pariente musulmán.
    En la novela hay que dar una explicación a este hecho que sea convincente, coherente y además atractiva para la historia. Y la razón religiosa es muy tentadora, por muchos motivos: porque es muy probable q

  32. porque es muy probable que fuera el desencadenante, porque permite jugar con personajes como el obispo Willesindo, porque me permite introducir el tema de la intolerancia religiosa, etc. Además ese cambio se produce en una sola generación, y justo en el momento de la muerte de Iñigo, que posiblemente había antepuesto la relación de sangre a las consideraciones religiosas en su relación con los musulmanes del Ebro. No creo que las razones territoriales fueran determinantes, porque precisamente había sido la colaboración de los Banu Qasi (contra Ludovico y contra el emirato) la que había permitido que germinara en suelo vascón en primitivo reino de Pamplona.
    Un saludo, Iñigo.

  33. iñigo dice:

    Muchas gracias por tu atención. Te deseo lo mejor para la tercera parte, que ya estás preparando.

  34. JAVILISO dice:

    Acabo de terminar de leer este libro y me ha gustado mucho, tanto por su estilo narrativo tan claro como directo como por la ausencia de artificios y recursos literarios tan innecesarios a veces… vamos, que se entiende todo muy bien y a la primera.
    Por otra parte, me gustaría destacar su gran riqueza en todo lo referido a la llamada micro-historia. Este libro, es una auténtica delicia en cuanto a la exposición que hace de temas relacionados con la botánica, la gastronomía o la medicina de la época…tan solo tiene algunos «peros» en lo que se refiere a la heráldica y la vexilología (por ejemplo, en esa época los emblemas existentes en el bando cristiano eran sólo puramente militares, herencia de la Roma Imperial, y religiosos, no denotaban, en ningún caso, territorialidad y ni siquiera, aun, linaje o dignidad ya que la heráldica, como tal, no nace hasta el siglo XII y la asociación a territorialidad es un proceso lento y muy posterior a partir de los siglos XV y XVI) y algún otro pequeño detalle sobre armas de ese momento (los musulmanes de al-Ándalus apenas utilizaron la maza como arma de guerra, excepto los mercenarios cristianos que pudiesen tener entre sus filas) o un breve comentario que habla de catedral de Jaca en esa época, cuando Jaca no fue sede episcopal (no lo había sido ni siquiera en tiempos de los visigodos) con catedral propia hasta el siglo XI…pero son todo pequeños detalles que no desmerecen, en absoluto, un libro muy recomendable.
    saludos

  35. sagemenn dice:

    Acabo de terminar el primer libro, y aun a falta de continuar con los siguientes me atrevo a opinar sobre lo ya experimentado.

    Esta novela me produce sentimientos encontrados, muy bien de rigor y de ambientación histórica, así como de documentación. Pocas novelas lo están tanto como esta, se nota un trabajo arduo y cuidado detrás de todo esto. Celebro la idea de la toponimia en la lengua original (es uno de los motivos que me llevó a leer este libro)

    On the other hand, que dicen los británicos, los personajes me parecen mas bien planos, abundan los personajes buenos sin una mácula no ya de maldad, sino ni siquiera de segundas intenciones. Noy hay trasfondo en la mayoría de ellos.

    Las descripciones de las batallas o las razzias son casi nulas si exceptuamos la de Tablada con los al-majus y quizá algo la toma de Pamplona por el ejército del emir, pero muy poco en realidad para un libro de cerca de 800 páginas.

    La actuación del protagonista principal Musa, no se me hace creíble en muchas ocasiones para un cuasi monarca de la baja edad media, siempre es magnánimo con sus enemigos e incluso tiene eternos remordimientos por haber engañado una sola vez a su mujer. Su amistad siempre es eterna y desinteresada y su lealtad a los suyos superlativa…. vamos, un santo varón

    En general le falta dramatismo a muchas de las escenas, no a las de familia pero sí a las militares. En ese sentido hubiera preferido más ocasiones similares por ejemplo al cuasi ahogamiento de Musa niño, ahí está bien, pero echo de menos algún diálogo desgarrado con un enemigo, de los sabemos apenas el nombre, pero ni siquiera tienen una sola frase en la novela.

    La novela para mí podría haber sido una gran obra por historia, contenido, etc… pero se queda en muy normalita, una pequeña decepción

  36. Ignatius dice:

    Seguramente es pronto porque solo llevo unas 50 paginas pero la verdad es que esta novela me da muy malas vibraciones…Todo el dramón que se monta el autor con el ahogamiento de los dos niños me parece de lo más artificioso, poco creíble y cansino. Por el amor de Dios, o de Alá, que estamos en el año 800 de nuestra era y la gente moria en guerras continuas, matanzas, asaltos y demás divertimentos acompañados de enfermedades y epidemias…¿y me montan todo este drama porque mueren ahogados dos niños con todo el pueblo en estado de shock?. Creo que ni en la actualidad, donde afortunadamente la vida humana tiene mucho más valor se armaria tanto revuelo por esa desgracia…Para colmo se nos presenta un protagonista, Musa, que parece ser la bondad personificada. Menudo berrinche pilla el niño por la muerte de los dos chicos…y eso que uno de ellos era más enemigo que amigo…No sé, seguiré leyendo pero, pese a que solo he leído comentarios positivos de esta novela no me espero nada bueno ( el único negativo que he leído es el último escrito aquí por sagemenn, con el que estoy bastante de acuerdo y desgraciadamente confirma mis peores temores sobre la evolución de la novela)

  37. Sofia dice:

    Muchas gracias por el análisis, me lo anoto

  38. Juan dice:

    Acabo de leer 200 páginas y es mentira lo que dicen, es un libro infumable, el estilo literario es de novel, el rigor histórico no existe por ningún lado, salvo que lo que cuentan historiadores del caché del profesor Gonzalo Martínez Díez sea mentira. Además se le ve el plumero ideológico al señor Aurensanz desde lejos. Otro que pretende plasmar una asombrosa e inexistente convivencia pacífica entre las tres religiones que sólo existió en un selecto y reducido número de intelectuales cordobeses y el reino de Navarra no surgió como reducto del vasquismo tal y como hoy es entendido. Lo dicho, no hagáis caso a las críticas de palmeros amigos del escritor, si queréis leer algo bueno sobre la época, ahí está El puente de Alcántara.

  39. Ignatius dice:

    Me alegra ver que por lo menos no soy el único que piensa que esto es una novela mediocre…Como veo que en su día solo la comenté cuando llevaba pocos capítulos (y que razón tenia con las malas vibraciones que ya me daba), voy a comentarla un poco más ampliamente…aunque reconozco que no fui capaz de llegar hasta el final.
    A mi me pareció una novela soporífera e irritante a partes iguales. Y lo de «novela» es un decir porque el autor parece desconocer los mínimos mecanismos literarios para crear un argumento novelesco. Así, se pierde en interminables descripciones de cualquier cosa y en situaciones que argumentalmente no llevan a ninguna parte y luego los acontecimientos que podrían ser interesantes nos los cuenta como de pasada…las batallas, por ejemplo, se las ventila en dos frases y arreglado. Claro, que uno puede pensar que la parte fuerte y consistente que le da interés a la novela son los personajes…pues no, porque los personajes son más planos que una tabla de planchar (el protagonista , Musa, es tan, tan bueno que da nauseas) y sin el menor asomo de matices o profundidad psicológica. Si, seguramente el autor es un gran conocedor de la vida y costumbres en la España musulmana de tan remoto siglo y el libro puede ser bastante didáctico en ese aspecto, pero esto se supone que es una novela y tiene que tener algo más…El resultado es una novela sin el menor ritmo narrativo donde se suceden las paginas y paginas de relleno (y anda que no tiene paginas) y que debería acabar con la paciencia de cualquiera…Y digo debería porque viendo las opiniones mayoritariamente positiva de aquí y de otros sitios incomprensiblemente para mi esta «novela» parece gustar bastante…Yo desde luego no la recomiendo en absoluto.

  40. Josep dice:

    Como autor de la reseña, debo hacer algunos comentarios:
    1.- Respeto, como no puede ser menos, las opiniones de quienes dicen que la novela no les ha gustado. No es perfecta, y no a todos nos gustan los mismos libros.
    2.- PERO desconocía al autor antes de escribir esta reseña. Y quienes me conocen saben que soy cualquier cosa menos un «palmero» (de hecho, tengo fama de todo lo contrario).
    3.- Citar como fuente histórica fiable «el puente de Alcántara» es para reir hasta quedar sin aliento…

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