AQUELLOS HOMBRES GRISES. EL BATALLÓN 101 Y LA SOLUCIÓN FINAL EN POLONIA – Christopher Browning

AQUELLOS HOMBRES GRISES. EL BATALLÓN 101 Y LA SOLUCIÓN FINAL EN POLONIA, Christopher BrowningChristopher Browning, profesor de Historia en la Pacific Lutheran University de Tacoma(Washington), es el autor de este gran libro.

Aquellos hombres grises, es el estudio detallado del Batallón 101 de Reserva de la Policía del Orden participante activo en la Solución Final aplicada en el frente del Este, concretamente en Polonia, tras la invasión alemana de la URSS. Los protagonistas de esta historia, hombres de toda clases sociales ideologías, fueron los tristemente ejecutores de algunas de las matanzas más indiscriminadas que recuerda la Historia. Miles de seres humanos cayeron bajo sus balas de una manera atroz e indiscriminada.

El autor prologa él mismo el libro, dando comienzo al relato explicando muy claramente cómo ha conseguido basarse en fuentes primarias para llegar a plasmar al papel, lo más fiable posible, la participación de estos «hombres corrientes» en el Holocausto judío. Admite que la mayoría de información sobre esta unidad la encontró en la sede central de las Administraciones del Estado (Zentrale Stelle del Landesjustizverwaltungen) en las oficinas de la República Federal de Alemania que coordinan las investigaciones sobre crímenes nazis. La mayoría de hombres que formaron el Batallón 101 provenían de Hamburgo, esto le ayudó a la hora de acercarse con más propiedad al ámbito socio-cultural del mismo. Browning consiguió estudiar los interrogatorios de 210 de los aproximadamente 500 hombres que fueron enviados a Polonia destacados al Batallón 101.

Un apunte que me ha llamado la atención ha sido la advertencia del autor en este prólogo sobre las estrictas normas en la protección de datos que los tribunales alemanes aplican para estos casos. Browning fue obligado a prometer que no utilizaría los nombres verdaderos de los soldados de esta unidad, aunque hecha la ley hecha la trampa: utilizó como apoyo a su base documental los archivos de otros países, aunque utiliza seudónimos para designar a personas en los que solamente los archivos alemanes respondieran de su actuación personal en las matanzas en Polonia.

Entrando ya en lo que son los capítulos que forman este libro, comentar que narra con detalle las implicaciones directas de estos hombres corrientes en el desarrollo de algunas de los asesinatos en masa de judíos más tristemente famosos del Holocausto. Su inicial labor como custodios de los trasportes de la muerte van dejando paso a una implicación más amplia conforme va pasando el tiempo. De vigilantes pasaron a ejecutores. Jozewof (Polonia) fue el debut del Batallón 101 en los fusilamientos masivos de judíos, a partir de este bautizo de fuego y barbarie todo resultó cada vez más rutinario: Lomazy, las deportaciones a Treblinka, las cacerías de judíos en el bosque, la masacre de la Fiesta de la Cosecha, en la que más de 42.000 víctimas judías fueron asesinadas en el distrito de Lublín, forman el terrible historial asesino de este Batallón policial.

El final de este libro está dedicado a rebatir con palabras y hechos las diferencias de criterio, en cuanto a la motivación de esta unidad alemana de policía, con el estudio de otro gran historiador sobre el Holocausto judío: Daniel Goldhagen y su bet seller, Los verdugos voluntarios de Hitler.

Con respecto a mi opinión personal, no puedo por más que alabar este libro del historiador Christopher R. Browning, el cual nos ha dado otra visión sobre los condicionantes sociales, políticos y psicológicos de estos hombres corrientes en la Solución Final. Es un relato duro, no exento de situaciones aberrantes, pero que no deben resultar motivo alguno para que no sean conocidas si uno quiere tomarle el pulso a este terrible destino al que se vieron abocados millones de personas en las matanzas en el Este.

Soberbio es el epílogo de esta historia del Batallón 101. Browning dedica más 60 páginas, siendo el capítulo más largo de todo el libro, a rebatir a Daniel Goldhagen la visión particular de éste sobre las motivaciones personales que llevaron a estos ciudadanos normales, que vivían en una próspera sociedad, a ser partícipes de unos asesinatos tan despiadados contra otros seres humanos. Para terminar este reseña, y sintetizando mucho, apuntar la clara diferencia de criterio entre ambos historiadores: para Browning, la mayoría de las personas fueron atraídas al antisemitismo porque primero lo fueron hacia el nazismo y no al revés; para Goldhagen, el antisemitismo era algo latente a la cultura alemana que aparecía y desaparecía según el momento político.

Para un humilde lector como yo, ambos conceptos podrían fusionarse con ciertas variantes, pero se acercan muy claramente a mi compresión personal sobre el Holocausto judío.

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52 comentarios en “AQUELLOS HOMBRES GRISES. EL BATALLÓN 101 Y LA SOLUCIÓN FINAL EN POLONIA – Christopher Browning

  1. juanrio dice:

    Aciertas de pleno, David. Gran reseña sobre un gran libro.

    Tengo la suerte de haber leído los dos, este y el de Goldhagen, y no hay posible comparación entre ambos. Este es el estudio serio de un historiador que se acerca profundamente a la verdad de los hechos de esa siniestra unidad. Es tremendo leer como hombres anónimos, no especialmente violentos, racistas, algunos ni siquiera nazis, son capaces de cometer y justificar semejante maldad. El de Goldhagen me decepcionó profundamente cuando lo leí y no guardo ningún recuerdo positivo de su lectura.

    Sobre la matanza de Josefow también hay un libro muy interesante, Vecinos, aunque me temo que está descatalogado y te animo a que intentes hacerte con él. Yo lo tomé en prestamo de una biblioteca hace años.

  2. Rodrigo dice:

    Excelente libro, sin duda. La confrontación con la tesis de Goldhagen es formidable.

    Uno de los méritos del estudio de Browning es que ofrece una explicación multicausal al problema de la actuación de aquellos hombres corrientes en las matanzas (precisamente, los diversos condicionantes a que alude David en su reseña). Es una explicación situacional que atiende a las diversas variables del contexto histórico y rechaza el simplismo de cualquier enfoque determinista. Leí el año pasado el libro de Goldhagen, y la verdad es que resulta bastante pobre en comparación con el de Browning

    Buena reseña, David.

  3. Rodrigo dice:

    He coincidido con Juanrio. A propósito, ¿quién es el autor o autora del libro que mencionas, Juan?

  4. juanrio dice:

    Acabo de mirarlo y no está descatalogado, aunque si creo que lo estuvo. Se trata del libro Vecinos de Jan T. Gross (Editorial Crítica) pero, por algún cruce de neuronas propio, confundí Josefow con Jedwabne. Aún así es interesante aunque muy duro de leer.

  5. Rodrigo dice:

    Lo tendré en cuenta. Gracias por el dato, compañero.

  6. Muy buen libro, recomendable.

  7. Cincinato dice:

    Leí el libro hace ya más o menos un año, y como ya se ha apuntado, es un trabajo serio, de un historiador muy serio, desde un punto de vista serio, serio. Todo muy serio, vaya. Tanto, que parece que lo ha redactado un funcionario de esos que pululan tanto por su libro.

    Muchos argumentarán que Goldhagen es menos serio, mucho más sensacionalista, más alarmista, menos… formalista. Pero (al menos en mi caso), cuanto más leo, cuanto más me informo, cuanto más profundizo… más sentido cobran para para mí las tesis de Goldhagen.

  8. David L dice:

    Hola a todos,

    Es notoria la diferencia de criterio entre Browning y Goldhagen al abordar este espinoso tema: el antisemitismo en Alemania. Habría que preguntarse si el antisemitismo en Alemania pasaba a ser una ideología de culto solamente para minorías, o por el contrario, como creo que da a entender Goldhagen, era algo latente en todos los estratos y clases socio-políticas a lo largo de la historia del país germano. Aquí está la clave para poder posicionarse a favor o en contra de las teorías de Browning o de Goldhagen.

    Si tenéis la oportunidad de poder leer el libro que ha mencionado juanrio, “VECINOS”, de Jan T Gross( editorial Crítica, año 2002, 236 páginas, ISBN:84-8432-325-0) podréis comprobar como el antisemitismo llevado hasta sus últimas consecuencias no parecía ser patente de Alemania. En este libro se relata el tremendo progromo que se llevó a a cabo en la pequeña localidad polaca, Jedwadne, el 10 de julio de 1941, en dónde en tan solo unas horas, en un pueblo de menos de 3000 habitantes, más de la mitad de ellos (todos ellos judíos) fueron brutalmente asesinados por los que habían sido durante muchos años vecinos suyos. Polacos que aprovecharon el momento y la situación para dar rienda suelta a su tradicional odio a los hebreos y en dónde, sin colaboración alemana ni tan siquiera presión de éstos, se mostraron con una ferocidad sin límites, hasta el punto de que todo lo que se pueda decir sobre asesinatos tan macabros está fuera de toda compresión humana. Este libro sería de reseña, si puedo me gustaría poder releerlo y dejar mis impresiones en Hislibris, aunque si se anima algún que otro lector bienvenido sea.

    Un saludo.

  9. Germánico dice:

    Tremendo libro, que aporta muchísimo en muy pocas páginas. Tengo que revisar el mío para ver las notas, pero lo que más me impresionó de lo narrado, fue la composición del grupo: policías profesionales y obreros del puerto de Hamburgo… «Ordinary men», como tan crudamente refleja el título original. También merece destacarse un hecho del que Browning habla en un par de ocasiones: negarse a participar en una matanza no tenía mayor castigo que las posibles burlas de algún compañero, o cuatro gritos del sargento de turno… Pues eso: ordinary men…

  10. Rodrigo dice:

    Eso mismo, Germánico, no había sanciones para los que declinasen participar en las matanzas, o para los que pidieran ser reemplazados después de llevar un rato en ellas. Siguiendo a Browning, la presión del grupo podía ser un factor disuasorio, pero el efecto de negarse a participar no pasaba del desprecio de los compañeros, una especie coerción social (aparte del mal rato con el sargento, como dices). Lo otro podía ser el verse impedido de ascender, pero la mayoría de los miembros del batallón no contemplaban seriamente la carrera policial o militar como alternativa a sus empleos u oficios civiles. Algo importante: la negativa a involucrarse en las ejecuciones no se debió, en la mayoría de los casos, a escrúpulos éticos ni a consideraciones políticas, sino únicamente a repugnancia física.

    En cuanto a lo que David dice, me parece que la línea del libro de Gross es atinada. El antisemitismo estaba mucho más arraigado y era más violento en los países de Europa oriental, también en Austria.

  11. Rodrigo dice:

    «Especie DE coerción social», etc.

  12. sito dice:

    Ese dato en el que indicáis que las personas que se negaban a realizar los asesinatos no tenían castigos por parte de los mandos me hace reflexionar mucho sobre este tema.

  13. Germánico dice:

    El cuidado psicológico al participante en las matanzas siempre se practicó por parte de los alemanes: relevos constantes, alcohol antes y después, retirada de los pelotones a petición del participante,… Humanos que eran… De hecho, uno de los factores importantes que se barajó para cambiar los métodos del Exterminio fue el desgaste y el estrés que causaba en los soldados participantes.

  14. Germánico dice:

    Browning dice cosas que yo, desde luego, no pienso discutir, porque, vaya, las comparto. Una de ellas: «El nazismo era cruel porque los nazis eran crueles. Y los nazis eran crueles porque esa ideología atraía a personas crueles». No sé si esto es una tontería o una gran verdad, pero lo comparto. Otra: los miembros de este batallón no fueron seleccionados, como sí lo fueron los de los Einsatzgruppen. Fueron, sencillamente, los que estaban más a mano. Qué buen resultado dieron… Y un párrafo de la página 340:

    «Y en el centro de la zona gris de los ejecutores se encontraban la patética figura de Trapp, que envió a sus hombres a asesinar judíos >, y el capitán Hoffmannn, postrado en la cama con su cuerpo rebelándose contra las terribles acciones que su cuerpo deseaba»…

    «Pero aquellos que mataron no pueden ser absueltos por la idea de que cualquiera en la misma situación hubiera hecho lo mismo. Porque, incluso entre ellos, algunos se negaron a matar, y otros dejaron de hacerlo. La responsabilidad humana es, en última instancia, una cuestión individual»

    «Si los miembos del Batallón de Reserva Policial 101 pudieron convertirse en asesinos bajos esas circunstancias, ¿qué grupo de hombres no lo haría?»

    Creo que ya recuerdo por qué dejé de acercarme a este libro.

  15. sito dice:

    Es un tema muy complejo Germánico. Ya sabes, o creo que es así, que siempre he defendido en este foro al pueblo alemán, no a lo nazis, al ciudadano alemán que se vio metido en un sistema de terror brutal, casi, y digo casi, sin saberlo. (Eso a veces me crea malos entendidos, jjeje)
    En estos días estoy leyendo unos artículos en la revista “La aventura de la historia”, que nos trae y para conmemorar los 70 años de la IIGM diferentes artículos de la contienda. En este mes, de febrero nos trae un artículo de Petain y lo ocurrido durante su mandato. Una de las cosas que más me llaman la atención, es cuando se cuenta como el pueblo francés, si, francés, en la ocupación alemana colaboró activamente en la deportación de judíos y éstos a su vez e aprovecharon ocupando sus pertenecías, al igual que ocurría en Alemania.
    Claro, ante esto yo me pregunto: ¿Fueron los franceses partícipes del Holocausto?, ¿Fueron responsables?……
    y tengo mis respuestas: Creo que no, simplemente las circunstancias del miedo y del terror eran las que eran en esos momentos de la historia que hoy probablemente no podemos entender, y evidentemente no todos los franceses estaban deacuerdo.
    Lo que quiero decir, es que el ser humano en circunstancias extremas podemos ser capaces de lo peor. Espero que me entendáis el planteamiento.

  16. Koenig dice:

    Buenos días

    Buff Sito.

    Creo que en algunos puntos no vamos a estar muy de acuerdo.
    A ver si luego tengo un rato que ahora voy con las comidas familiares, cumpleaños y demás líos similares.

    Saludos.

  17. David L dice:

    Al hilo de lo que comenta Rodrigo, sobre la negativa a participar en las matanzas, me gustaría destacar lo que comenta Browning sobre este aspecto. Según el autor, en los juicios de posguerra a lo que fueron sometidos estos hombres, nunca se encontró un solo documento que llevara impreso un castigo severo ante esa desobediencia. Es más, en los últimos 40 o 45 años ha seguido siendo tarea imposible encontrar un solo papel que diera cobertura legal y moral a estos hombres a la hora de justificar, al menos por obediencia debida, sus crímenes en el frente del este.

    En cuanto al otro tema espinoso, la responsabilidad del Gobierno de Vichy en el Holocausto judío, si aceptamos la teoría de Browning la participación francesa vendría motivada más por el factor situacional( invasión alemana de Francia y el consiguiente derrumbe socio-político francés) que por el antisemitismo ideológico propiamente dicho dentro de la sociedad francesa.

    Un saludo.

  18. Carlos Romeu dice:

    Enhorabuena por la reseña.
    Este libro probablemente sea, junto con «Eichmann en Jerusalén» de Hannah Arendt, uno de los que más y mejor ahondan en las motivaciones de los individuos que participaron en el exterminio nacionalsocialista. Es muy recomendable el epílogo donde se echa mano de otros ejemplos históricos (la Guerra del Pacífico) y de los estudios psicológicos (las experiencias de Milgram) para comprender la dinámica criminal de esos «hombres corrientes». Si no lo habéis leído todavía, no tardéis en hacerlo. Os devuelvo el dinero si no os conmociona. ; )

  19. Koenig dice:

    Buenos días

    Por fin encuentro un ratito.

    Sobre las persecuciones de judíos en Francia, empezar diciendo que en cuestiones de antisemitismo la población francesa de antes de la guerra no era ni mas ni menos racista o tolerante que otras de Europa. El caso Dreyfuss no está tan lejano. E igual que en otros países los judíos estaban integrados en casi todos los estratos sociales.

    A la hora de analizar la guerra, tras la derrota de 1940 y el armisticio, hay dos zonas bien diferenciadas.

    En la zona «ocupada», es decir, bajo control militar alemán, las persecuciones son llevadas a cabo por los propios alemanes principalmente. Esto no excluye la colaboración de los franceses, por supuesto. Por un lado están aquellos franceses que colaboran en la persecución voluntariamente, de forma individual, ya sea por antisemitismo, afinidad ideológica con el nacismo o simple provecho personal. Y por otro lado aquellos franceses que se verán obligados a hacerlo por pertenecer a cuerpos como la gendarmería.
    Probablemente en este sector la resistencia a estas operaciones sea mayor porque se identifica con la resistencia al invasor.

    En la zona «libre» la cosa cambia un poco. Para empezar las persecuciones antijudías las van a llevar a cabo las propias fuerzas franceses, vichystas, pero francesas. Ciertamente habrá individuos que lo hagan con mas fervor y otros con menos. Los primeros acabarán integrándose en cuerpos filonazis, como la «milice».
    Sin embargo habrá mucha menos persecución en esta zona.
    En cambio la resistencia a las persecuciones en esta zona va a ser menor. En primer lugar porque no se identifica con el invasor. En segundo lugar porque los alemanes intercambian judíos por soldados prisioneros de guerra de 1940 que aún permanecen en Alemania. Esto rompe la repugnancia de algunas personas, que prefieren la libertad de un combatiente padre de familia a la de un judío. En tercer lugar porque la colaboración quiere garantizar mejores condiciones de paz con Alemania cuando acabe la guerra. No olvidemos que el armisticio no fue un tratado de paz, sino una cesación de hostilidades a la espera de la paz.

    En ambas zonas hubo resistentes y gente que escondió judíos, sin embargo. Pero para concluír podemos decir que hubo un mayor porcentaje de antisemitismo en los colaboracionistas de la zona ocupada, aunque, así como un mayor porcentaje de resistentes.

    De todos modos, en 1942 Alemania ocupó la zona «libre», y poco a poco ambas zonas pasaron a reaccionar del mismo modo.

    Opino.

    Saludos.

  20. sito dice:

    Entonces Koenig en principio tus argumentos coinciden con mis planteamientos.
    En definitiva como dijo alguien que no recuerdo su nombre: «En tiempos de guerra las ideologías se compran baratas». Creo..

  21. Koenig dice:

    Buenos días.

    Sospecho que lo que se compra, a cualquier precio, es supervivencia.

    Cuando matizaba, sin embargo, tu comentario, iba en dos sentidos.

    En primer que hablar de colaboración «activa» tiene un matiz de diligencia y voluntariedad que no me gusta. De los franceses que colaboraron una parte importante lo hicieron bajo unas circunstancias en que consideraron colaborar un mal menor. Lo cual no deja de ser muy triste y muy deplorable. Pero es menos triste que la actuación de un Darnand o un Touvier.

    En segundo lugar que el pueblo francés no colaboró como tal pueblo en la deportación de judíos. En las zonas de ocupación alemana (norte y oeste hasta 1942 y toda Francia después) la reacción del pueblo francés, o al menos la reacción mayoritaria de las muchas es contra la deportación de judíos.
    Curiosamente los que mas colaboran son los mas «libres», sin que se pueda hablar tampoco del pueblo francés, ya que en dicha zona la persecución fue esporádica antes de 1942, y ya no fue «libre a partir de noviembre de 1942. De hecho fue en la zona de Vichy donde se escondieron, hasta noviembre de 1942, muchos de los judíos huídos de la zona norte. En muchas ocasiones con la connivencia de la autoridad.

    Por eso me preocupa, no he leído el artículo, que en una revista se hable de colaboración activa del pueblo francés. No se, es como si se hablara de colaboración activa del pueblo de Madrid en las matanzas de Paracuellos.

    Opino.

    Saludos.

  22. Germánico dice:

    Colaboración hubo en prácticamente todos los países que sufrieron deportación, y la intensidad de esta vino condicionada en altísima medida por las faciliadades (o el entusiasmo…) dadas por las autoridades del lugar y la propia población. En este sentido, son muy pocos los países que se salvan, si alguno (me parece que Bulgaria y algún otro, pero hablo de memoria). Creo recordar que hace años, el Gobierno francés acordó pagar unas indemnizaciones a descendientes de deportados en su país, reconociendo, al menos implícitamente, las culpas nacionales. Pero insisto: fue un asunto generalizado (las propias islas del canal sufrieron deportaciones de judíos apátridas, siempre los primeros en caer,que no importaron a la población local).

  23. Rodrigo dice:

    Dinamarca e Italia también ofrecen buenos ejemplos de reticencia a colaborar en la deportación de judíos, aparte de Bulgaria.

  24. Rodrigo dice:

    Lo de Dinamarca, tal como lo narran Hannah Arendt y otros autores, es absolutamente conmovedor. Desde el rey para abajo hubo el firme propósito de salvar a su población judía, y la mayor parte de ésta fue trasladada clandestinamente a Suecia. Era una población pequeña, en todo caso.

    Hubo al menos el caso de un general italiano que declaró por escrito que la colaboración en la deportación de judíos exigida por los alemanes era «un atentado al honor del Ejército italiano» (¿en Grecia, tal vez?; no recuerdo bien). Y los nazis se quejaban constantemente del escaso celo puesto por sus aliados italianos en el «saneamiento racial». En ocasiones este escaso celo se transformó en oposición activa a colaborar.

  25. juanrio dice:

    Hablo de memoria, pero creo que tanto los italianos como los hungaros se negaron a deportar a sus conciudadanos judios. A partir de 1944, y una vez tomado el poder por los alemanes en ambas naciones, comienza la deportación masiva de los mismos, aunque supongo que si las habría pero en menor número. De hecho tenemos el testimonio de Inre Kertzes y Primo Levi que fueron deportados en ese año, afortunadamente ambos sobrevivieron.

  26. Richar dice:

    Y una duda que me queda a mi sobre este tema, ¿cómo sabían quiénes eran judíos? Igual es una chorrada como un piano, pero lo desconozco…

    Saludos,
    Richar.

  27. juanrio dice:

    Buena pregunta, Richar. Uno de los medios es que, al menos en Alemania, existe un registro religioso. Creo que sigue existiendo ya que las distintas iglesias se financian, vía impuestos, por sus fieles. No me extrañaria que en los años 30 hubiéra también un registro por raza.

    Ya me has despertado la curiosidad…..

  28. Koenig dice:

    Buenas tardes.

    Se me ocurren varios motivos.

    Las comunidades judías practicantes eran fáciles de distinguir: acudían a las sinagogas, tenían sus propias festividades religiosas, sus tradiciones peculiares, sus apellidos, se casaban entre ellos y se circuncidaban.

    En segundo lugar porque ser judío no era ningún secreto. Supongo que cualquiera podía informar de si tal o cual familia era judía, principalmente otros judíos, simplemente porque los conocían.

    En tercer lugar se valieron del miedo. Cuando se exigió a los judíos que se concentraran en tal o cual sitio, o que se pusieran una estrella de David en el pecho, muchos obedecieron por temor a que les sucediera algo peor que lo que pensaban que iba a sucederles.

    En cuarto lugar hubo una serie de teorías raciales del tipo nariz ganchuda y ojos juntos que si hoy pueden parecernos absurdas entonces pusieron en graves aprietos a quienes tuvieran este tipo de rasgos.

    Y finalmente supongo que no podemos olvidar las denuncias malintencionadas.

    Añadir que lo que sucedió en Dinamarca fue totalmente encomiable y excepcional, mientras que lo de Vichy fue el caso opuesto, excepcional y lamentable y que en general los países satélites o siervos de Alemania se resistieron a deportar judíos. Sin embargo en algún momento la Wehrmacht se hizo con el control de sus territorios, y entonces se pusieron a ello, con la ayuda de los colaboracionistas locales.

    Opino.

    Saludos.

  29. Richar dice:

    Gracias por la aportación de ideas, de las cuales deduzco que no había un elemento sistemático, sino más bien una cantidad de «excusas» como para que no se escapara ni uno, o si acaso, pasarse de largo que quedarse corto.

    Y profundizando un poco en el tema, creo que lo que aportas, Koenig, valdría seguramente para los comienzos de la agrupación y localización (salvo lo de la nariz y demás, que intuyo que sería una excusa barata, a la desesperada), ¿pero y al final?

    Es decir, cuando todos los judíos sabían más o menos de qué iba la cosa si te trincaban (que como poco te mandaban a un campo), intuyo que la identificación se complicaría mucho, o que sería más fácil pasar por no ser judío, ¿no?

    Y lo mismo aplicado a países que no estuvieran tan controlados por los nazis, como comentáis de Italia y demás, ¿fue más fácil para los judíos de estas nacionalidades librarse? Imagino que sí, claro…

    En fin, cuanta duda…

    Saludos,
    Richar.

  30. Rodrigo dice:

    Lo más fácil era identificar a los judíos llamados “apátridas”, muchos de ellos huidos de Alemania y establecidos en países como Holanda, Bélgica y Francia. Fueron los primeros en caer, una vez consumada la invasión alemana. Su solo pasaporte extranjero los condenaba.

    Otro factor era la discriminación legal de la población judía a través de legislación antisemita y de censos. En Francia, en la zona no ocupada, el año 41 se emitió un Estatuto de los Judíos y se realizó un censo de judíos a cargo de un departamento o comisariato de asuntos judíos (no recuerdo el nombre exacto). Pero en Francia hubo mucha reticencia a entregar a los judíos franceses, lo que no impidió que Vichy expropiara propiedades judías de manera intensiva.

    En la zona francesa ocupada por Italia, si no me equivoco, fueron los propios funcionarios del comisariato italiano para asuntos judíos –formado bajo presión alemana- los que posibilitaron la huida de judíos a Suiza, o los pusieron bajo la protección del ejército italiano. En todo caso, Mussolini nunca compartió ni comprendió el fervor de los nazis por la pureza racial. En comparación con la alemana, la legislación antisemita italiana era bastante laxa.

    En cuanto a lo último que señala Koenig, hubo un país nada de reticente a colaborar en el genocidio: Rumania. Los rumanos se aplicaron a masacrar judíos por su propia iniciativa, con un salvajismo que espantó incluso a los alemanes. Lo hicieron en su propio país, y luego en la URSS.

  31. Koenig dice:

    Cierto Rodrigo, Rumanía.

    Aún recuerdo aquel capítulo de «Kaputt», del poco comentado (por aquí) Curzio Malaparte.

  32. Rodrigo dice:

    Mmm…
    Leí «Kaputt» hace mucho, Koenig. No lo recuerdo muy bien.

  33. Rodrigo dice:

    ¡No, no, me confundí! De Malaparte sólo conozco «La piel».

  34. sito dice:

    ¿Ves Koenig?, al final no estamos tan deacuerdo.

    Cuando afirmas que el pueblo francés colaboró, es que colaboró. ¿Por un mal menor?, si, pero colaboró.
    Evidentemente habría oposición, claro, pero a ver quien era el valiente que se oponía abiertamente. Supongo que en Alemania ocurrió algo similar, ¿no?, porque no creo que todo el pueblo alemán estuviera deacuerdo al igual que el francés. Si a los franceses que nacen en Francia y que viven en Francia no se les puede llamar parte del pueblo francés, entonces no se como se le puede llamar.
    Esto es igual que cuando los rusos entraron en Berlín, resulta que nadie era nazi o partidario nazi de repente, que cosas……
    En definitiva, que en aquella época, a ver quien era el valiente que decía abiertamente: ¡No se lleven a esa familia judía porque son alemanes!, porque de valientes están llenos los cementerios, y da igual que fuese en Francia o en otro país porque como bien dices, en tiempos de guerra lo que se compra a cualquier precio es la supervivencia.

  35. Koenig dice:

    Buenos días.

    Releyendo mis mensajes, a lo mejor me ha faltado claridad al utilizar la terminología.
    Realmente lo que pretendía acabar concluyendo es que el «pueblo francés», como tal, no colaboró. Que hubo franceses que colabroraron, por supuesto, que hubo mas o menos según las circunstancias, efectivamente. Pero que el porcentaje total de colaboracionistas no nos permite hablar de un pueblo entero lo tengo claro, porque siempre fueron una minoría.

    Es, como decía mas arriba, como acusar a todos los madrileños de la matanza de paracuellos, perpetrada realmente sólo por unos pocos.

    Si queremos establecer una diferencia con el pueblo alemán, podemos empezar por el hecho de que auparon a Hitler al poder, con sus votos, y fueron muchos. Y a partir de ahí se fue reduciendo el número de aquellos que apoyaban el nacismo, a la vez que aumentaba el número de afiliados al partido nazi. La sociedad, en este sentido, se polarizó.
    También tengo la convicción de que en Berlín, en 1945, había muy pocos nazis entre la población civil. El hecho de que se tomaran medidas tan draconianas como ir colgando o fusilando a todos aquellos que no se hallaban en el frente, a cargo de escuadrones volantes de ejecutores, es una prueba clara de que el propio régimen se consideraba escaso de apoyo. En Berlín, como en Stalingrado, mucha gente murió disparando al enemigo para no ser disparada por su propia gente. Eso no los convierte en nazis, ni en comunistas.

    Para terminar la resistencia en Francia, que en cierto modo fue también minoritaria en sus acciones relevantes, estuvo mucho mas extendida que la colaboración,y a pesar de eso es dificil, según decia yo mismo, decir que el puebl francés resistió.
    Junto a las grandes acciones de resistencia se llevaron a cabo muchas pequeñas cosas, casi insignificantes, pero que eran para el ciudadano de a pie una forma de resistir, de fastidiar si se quiere, a los alemanes en sus objetivos.
    Ejemplos: judíos o mozos refractarios del STO que se escondían en casas de otras personas, o que se echaban al monte, donde eran alimentados por las localidades vecinas.
    Trabajadores que informaban de lo que hacían para los alemanes, como los constructores de las defensas de la costa atlántica. Nada mas fácil para quien ha puesto el cemento que saber el grosor de los muros y pasar la información.
    Vecinos sentados en sus ventanas apuntando los movimientos de tropas para informar a otras personas, que informaban a otras, hasta llegar al BCRA en Londres.
    Un tipo con una bicicleta que va al pueblo de al lado a llevar un par de noticias.
    Un contínuo, aunque escaso, flujo de jóvenes que cruzaron la frontera con España para ir a enrolarse con las FFL.
    Muchas pequeñas acciones que deberíamos decidir si llamamos resistencia o no, porque no tienen el «glamour» de las explosiones, o de las batallas de «Glieres» o «Vercors», o del alzamiento de Paris.

    Opino.

    Saludos.

  36. Germánico dice:

    Una anécdota, en referencia a la ocupación italiana del Sur de Francia: los judíos de las zonas cercanas huían a ella. El caso que cita Rodrigo se dio en los Balcanes, donde igualmente los judíos buscaban amparo en las áreas dominadas por los italianos.

    Y sí, el caso de Dinamarca es conmovedor. En el otro lado tenemos el caso de Holanda. TODOS sus judíos (excepto algunos que formaban parte de matrimonios mixtos) habían sido deportados en 1943… Mucha ayuda en esto tuvo que tener el ocupante, creo.

  37. sito dice:

    Para nada Koenig, si tus mensajes tienen una gran claridad y argumentas de maravilla. La verdad es que te he contestado para picarte un poco, pero solo un poco, jejejj.

    Es un tema espinoso sin lugar a dudas y una época que no me hubieses gustado vivir para nada.

  38. Koenig dice:

    Maldito, así se te caigan los mocos por la barba, hombre.

  39. David L dice:

    Yo también creo que el antisemitismo francés fue más producto de una dirección ejecutada desde el Gobierno de Vichy, que un clamor popular auspiciado por el pueblo llano. Ahora bien, nadie puede negar que 80.000 judíos fueron enviados a la muerte desde el país galo, y que alguien tuvo la responsabilidad de este hecho. Un acontecimiento así no se produce sin una colaboración, ya sea activa o pasiva, de una gran parte de ciudadanos. Funcionarios excesivamente competentes, gendarmes diligentes, y un apoyo desde Vichy sin el que éstos no hubieran podido llevar acabo con éxito esta “misión”. También hay que dejar claro aquí que el mayor golpe antisemita se lo llevaron los judíos de procedencia extranjera, estos fueron las principales víctimas de la política anti-judía llevada a cabo por Vichy. El barniz legal que el gobierno de Petain dio a las leyes antisemitas( más de 164) consiguieron que una gran parte de la población aceptara, al menos con indiferencia, el “problema judío”.

    Un saludo.

  40. juanrio dice:

    Hubo una colaboración activa por parte del Gobierno de Vichy. Entregaron a los republicanos españoles a los nazis, el mismo Largo Caballero estuvo en un campo nazi. También entregaron dirigentes republicanos a Franco con lo que supuso para ellos. El propio Azaña estuvo a punto de acabar aquí.

    Hay un documental, El convoy de los 927, en el que habla de como se entragan esas 927 personas a los nazis. La novela de Irene Nemirowski habla de la actitud de los franceses en los primeros momentos de la invasión nazi y tanto ella como su marido mueren en campos de concentración.

  41. Germánico dice:

    Abundando en el asunto, hay una narración estremecedora en el libro «Auschwitz», de Laurence Rees, en referencia a una deportación. Las autoridades franceses concentraron a las familias en un campo improvisado, y procedieron al envío a Auschwitz (o a la entrega a los alemanes, no lo recuerdo bien; aunque venía a ser lo mismo), por fases, de los judíos adultos, hasta que quedaron sólo los niños. Una enfermera le cuenta al autor las escenas que se produjeron entre los pequeños, con chiquillos de cuatro años intentando hacerse cargo de las necesidades de niños de uno o dos años… No soy nada niñero (me espantan los críos), pero este asunto es de las cosas más atroces que he leído en cuanto a testimonios de la SGM en Occidente.

  42. Koenig dice:

    Buenos días.

    De las cifras que he podido encontrar, y que no doy por seguras hasta que no las compruebe en material impreso:

    – Había en Francia unos 350.000 judíos en Junio del 40.
    – Parece que las deportaciones en serio comenzaron a primeros de 1942. Se crearon campos en toda Francia, algunos provisionales y otros fijos, entre ellos: Gurs, Saint Cyprien, Rivesaltes, Vernet y Milles. Todos ellos vigilados por gendarmes franceses.
    – Fueron enviados a Alemania y exterminados 76.000 judíos.
    + 1/3 de ellos eran franceses, el resto extranjeros.
    + 8.000 de ellos fueron niños.
    + la redada mas importante tuvo lugar en París, entre el 16 y el 17 de julio de 1942. Fueron detenidos 13.000 judíos. La «Raffle du vel d´Hiv».
    + Desde los diferentes campos y puntos de concentración fueron enviados al campo de Drancy, cerca de París, donde se hacían cargo de ellos los alemanes y los enviaban a los campos de concentración y exterminio.
    – Aproximadamente 3/4 de los judíos refugiados en Francia se salvaron.

    Son cifras espantosas :-(

    Saludos.

  43. juanrio dice:

    Esa última frase tuya «Son cifras espantosas» es la que acaba definiendo todo. Cualquier cifra, cuando hablamos de la perdida de una vida, es espantosa.

    No tengo datos y no he leído nada acerca de esto, pero me gustaría saber si hay algún libro sobre la actuación de Suiza y Suecia durante la II Guerra Mundial. Creo que no fué desde luego muy lucida, pero me gustaría hablar con más conocimiento.

  44. Koenig dice:

    Buenas

    Yo leí, tiempo ha, «El Museo Desaparecido», de Hector Feliciano, que implicaba terriblemente a Suiza en el tráfico de obras de arte y joyas expoliadas por los nazis.
    Implicación que no puedo, por supuesto, ratificar ni desmentir ya que es mi única fuente sobre el tema.
    Pero el libro estaba bien escrito, y sonaba convincente.
    Claro que también suenan convincentes los discursos de los políticos.

    Sugiero.

    Saludos.

  45. David L dice:

    Yo conozco otro libro que no deja muy bien parado el papel de Suiza con respecto a los judíos. El título es el siguiente: EL ORO NAZI. Parece ser que este libro sirvió de ayuda al Congreso Mundial Judío en su proceso contra los bancos suizos que habían retenido el patrimonio de los judíos perseguidos por los nazis.

    Un saludo.

  46. sito dice:

    Terrible testimonio Germánico, no me puedo imaginar las caras de espanto de esos niños y desde luego, los niños de 4 años no se pueden hacer cargo de niños de 1, terrible sin lugar a dudas.

  47. juanrio dice:

    El del Oro Nazi, ¿Ziegler? lo tienen en la biblioteca de mi barrio, si me despejo un poco le hecho un vistazo.

  48. David L dice:

    Perdón, se me olvidó poner el autor: EL ORO NAZI, de Jean Ziegler.

    Un saludo.

  49. elzorrogris dice:

    Mi pregunta sobre los hombres del batallon policial 101, que fue de ellos, fueron juzgados, de un capitan que con su mujer ejecutaron a muchos judios, existe algun documento donde dice o ordena Hitler la matanza de los judios, en el campo de auschwitz habia un niño judio que fue adoptado por el comandante de este campo y que este niño ejecutaba a judios, que fue de este niño, que fue de vera wohlauf esposa de capital del batallon policial 101.

  50. chicos, estamos hablando de cosas ocurridas en un mundo en guerra: cuanto estás en la guerra y vistes un uniforme y te dan una orden, cumples esa orden. La que sea, la cumples, porque es tu deber. Los pilotos USA que lanzaron las bombas atómicas no tuvieron ningún problema de conciencia, sabían que mataban a niño, mujeres y ancianos y ya está, lanzaron la bomba. Hoy día sólo queda vivo uno de esos pilotos y ¿saben qué dijo? Pues dijo: «Volvería a hacerlo». Sólo este año, 65 aniversario de Hiroshima y Nagasaki, los USA se dignaron enviar una legación a los actos conmemorativos. El general Curtiss Le May que ordenó los incendios de 60 ciudades de Japón que quizá mataron a medio millón de personas fue el mismo que coordinó el puente aéreo de Berlín para salvar el sitio soviético, y coordinó luego la ‘red’ de bombarderos B52 atómicos que cirundaban la URSS 24 horas al día, prestos a atacar: de haber dado la orden de soltar las bombas y causar 100 millones de muertos en una III Guerra Mundial no se habría arrepentido ni un solo minuto de su vida. Y en Europa, el general británico Harris fue nombrado caballero ‘baronet’ por su éxito al incendiar las ciudades alemanas: Dresde, Hamburgo (45.000 muertos en una sola noche), Berlín, etc. Gorbachov rehabilitó y condecoró al comandante de un submarino que hundió 2 barcos hospitales alemanes matando a más de 10.000 personas ¿qué diferencia hay entre el 101, Le May, el presidete Truman que ordenó lanzar las bombas atómicas, Harris y ese comandante de submarinos? se lo diré: ninguna. Era la guerra.

  51. David L dice:

    Hola Xavier,

    Está claro que lanzar una bomba atómica sobre una ciudad es una acción de guerra muy radical, la muerte de civiles está asegurada, de eso no hay duda, pero, aunque pueda parecer duro, creo que no se acerca para nada a la acción llevada a acabo por los Einsatzgruppen, o los batallones de policía, como el mencionado 101. La acción, o acciones aliadas buscan la derrota y rendición del enemigo; las perpetradas por las mencionadas unidades paramilitares y dirigidas por el poder político-militar alemán tiene como objetivo el exterminio de un grupo humano, en este caso los judíos. Para estos últimos no hay ninguna posibilidad de rendición, para los japoneses o los alemanes sí que existía. Como ves, no es baladí la diferencia entre unos y otros.

    Un saludo.

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