AL SUR DE GRANADA – Gerald Brenan

Al Sur de Granada - Gerald BrenanMe sonríe más que ningún otro aquel rinconcillo, donde la miel no desmerece la del Himeto y la verde oliva compite con la de Venafro, donde la primavera es larga y donde Júpiter otorga tibios inviernos… (Horacio, Odas, Libro II, 6)

Conocí a Gerald Brenan allá por el 2003, cuando el director de cine Fernando Colomo estrenó Al sur de Granada en un frío mes de Enero. Al ir a ver el film en verdad no me esperaba gran cosa pero cuando salí del cine tuve la sensación de haber conocido a una gran persona que me había descubierto una parte de España bastante desconocida para mí. He de decir que lo bueno de esta película es que recoge bastante bien las vivencias de Gerald Brenan, aquel de quien Nieves Concostrina nos dice que “diseccionó España como pocos”. Pero de lo que ahora les quiero hablar no es de la cinta de Fernando Colomo (de eso ya habrá otra ocasión) sino del libro de memorias de Brenan, Al sur de Granada y de cómo este reconocido hispanista británico supo poner en todos los mapas del mundo a La Alpujarra, bella zona de nuestro país acunada por los hielos eternos y puros de Sierra Nevada y más abajo por el dorado calor africano del milenario Mediterráneo.

Desde hace centurias España ha sido objeto de una especie de fascinación romántica por parte de los viajeros europeos que han querido conocer las rarezas y misterios ocultos que se encierran en las grandes distancias recorridas por el Quijote o en el abismo de los ojos garzos de una gitana en un cortijo andaluz. Muchos son los que han acudido al embrujo de nuestro país, y pocos han sido los que se han podido resistir a venir desde Francia, Inglaterra, Alemania y hasta de Estados Unidos. Dumas, Irving, Merimee, Andersen… son un pequeño ejemplo de la increíble nómina de grandes literatos que han pisado nuestra vieja piel de toro. Pero entre todos ellos quisiera destacar uno. A quien podemos considerar el último romántico que quiso conocernos y que a diferencia de los anteriores se quedó entre nosotros hasta el final de sus días: Gerald Brenan (Sliema, Malta, 7 de abril de 1894 – Alhaurín el Grande, Málaga, 19 de enero de 1987). Según parece nuestro autor, tras terminar la cruel carnicería de la Primera Guerra Mundial, sangría que actualmente cumple cien años, como todo buen soldado volvió a su tierra natal contento de haber sobrevivido además de haberlo hecho como un héroe al ser condecorado. Pero al llegar a Londres en 1919 aquella sonrisa entre labios, se le congeló al observar como la sociedad que le abría los brazos le acogía de manera fría. Se hallaba encerrado en un mundo anquilosado, hermético y mentiroso, lleno de tabúes irracionales. Brenan se refugió en su hogar permitiendo que solamente le visitaran sus amigos. Se estaba ahogando en aquella sociedad y en un amor desdichado con la pintora Dora Carrington y por eso un día decidió romper todas las cadenas y buscar un lugar más liberal en donde el aire fresco barriera la suciedad y las telarañas que se arracimaban en los oscuros rincones de su mundo isleño. Y lo encontró en un país meridional en el que esperaba encontrar un sol deslumbrante que estuviera lleno de esperanza y retos: España.

Con unos pocos libros, y algo de dinero, el 13 de Enero de 1920 Gerald llega a un pequeño pueblo de la Alpujarra granadina y por algo más de 120 pesetas de la época consigue alquilar una casa en donde, sintiéndose verdaderamente libre, comenzará a tomar notas que con el tiempo se convertirán en el magnifico ensayo titulado Al sur de Granada (1957) Este ejemplar es algo difícil de clasificar pues por sus anotaciones podemos tomarlo como una mezcla de libro de antropología, historia o etnología. El autor, seducido por el lugar nos relata como es la vida de aquel pueblo y sus alrededores en aquellos años. Nos habla del ambiente salvaje del campo, las costumbres ancestrales que observan los ciudadanos de Yegen, su folklore más íntimo y codificado y las fiestas en donde las mujeres y los mozos se requiebran buscando la promesa de un beso apasionado al amparo de una lumbre que arroja chispas candentes a un cielo de amor veraniego.

Pero en todos los años que don Gerardo (como es conocido allí) pasa en Yegen, hasta 1934, este enamorado de España no se dedica solamente a ser un bon vivant entregado al aroma del azahar y el tomillo pues su afilada pluma también sabe captar cual es la historia, y la economía en que viven aquellas gentes. Aunque en un principio se maravilla con la espontaneidad de los alpujarreños y el modo premecanico en que viven, pronto se da cuenta de los terribles dramas que asolan al campesino andaluz. Nos habla del atraso que soportan (al igual que aquellos años en otras zonas del país como Extremadura) por culpa del olvido institucional del gobierno central, y el maltrato y brutalidad con la que los caciques tratan a sus subalternos.

Gerald Brenan recoge todo lo que ve, el lenguaje que oye y nos deleita con las jugosas sorpresas que se lleva al chocar su mente inglesa con la efervescencia de las ideas españolas. Como por ejemplo cuando una vez va a recoger agua a la fuente y las mujeres se asombran de que un hombre haga en trabajo milenario para el que ellas están enseñadas desde la más tierna infancia. Y como el hombre no puede estar solo en su “cueva” decide invitar a sus amigos con el fin de inaugurar un nuevo hogar literario, al igual que el Arlés de Van Gogh. Allí acuden: Ralph Partridge, Dora Carrington y Lytton Strachey. Incluso en 1923 le visitaron Leonard y Virginia Wolf. Pero no todo el tiempo estuvo en Yegen sino que algunas veces tuvo que acudir a Inglaterra en donde se enamoro de la poetisa Gamel Woolse casándose con ella en Roma. Con el tiempo se trasladan a vivir a Churriana (Málaga) junto con su hija Miranda Helen (anteriormente llamada Elena) habida con una criada, Juliana Martín Peregrina, con la que tuvo un affaire en Yegen.

En mi opinión el valor esencial de Al sur de Granada es haber situado en el mapa, como ya he indicado antes, la región de La Alpujarra. Gracias a don Gerardo podemos observar su historia y costumbres de manera maravillosa y con una prosa deslumbrante asequible a todo el mundo. Gerald Brenan supo “calarnos” desde el primer minuto en el que puso sus pies en España y como buen hispanista supo buscar nuestras raíces a través de sus libros, como por ejemplo el mencionado en esta reseña o el clásico de la literatura contemporánea El laberinto español, en que desmenuza y analiza las causas que arrastraron a los jóvenes de aquella época a embarcarse en la peligrosa aventura de la Guerra Civil Española. Al sur de Granada es una joya de la antropología y la etnología, y Gerald siempre será recordado por aquellos lares como el hombre que amó a nuestro país, a pesar de su oscura idiosincrasia, y a nuestra cultura como nadie. Don Gerardo murió en 1987 y actualmente sus cenizas residen en el Cementerio Inglés de Málaga junto con los restos de su esposa. Él siempre lo quiso así, pues no podía soportar estar en ningún otro sitio en el que no recibiera los aires de su amado Yegen.

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6 comentarios en “AL SUR DE GRANADA – Gerald Brenan

  1. Derfel dice:

    A mi me pasó igual que a ti, Balbo: conocía Brenan por la película y, acto seguido, me compré el libro, que me encantó, en una época que me tocó bastante ir por Andalucía.

    No sé donde leí que una de las cosas que caracterizaron a GB es que su amor por España nunca se tiño de una actitud paternalista o indulgente, sino que aceptó a los españoles tal y como éramos.

    Interesantes libro y autor, sin duda.

  2. Uro de Garnata dice:

    Pués el que escribió eso debía tener en cuenta que si estaba teñida de una confusión considerable.

    Historia amable cuyas localizaciones recorrí hace años. Siempre resulta agradable encontrarse con quienes comparten mi mística pasión por Andalucia.

  3. Vorimir dice:

    Aquí uno que «estudió» el BUP en un instituto con su nombre. Y es que no solo era un enamorado de Granada, Málaga también formó parte de su vida durante cinco décadas (desde los años treinta hasta su muerte). Vivió en el barrio malagueño de Churriana -periférico a Málaga ciudad- y en Alhaurín el Grande (pueblo vecino al mio), visitando otros pueblos de la comarca del Guadalhorce. Siempre me ha interesado su figura y sus libros, pero lamento decir que aun no he leído nada. Gracias Balbo por recordarme los deberes.

  4. ARIODANTE dice:

    Buena reseña, Balbo! También yo llegué al libro después de una película, «Carrington». Pero antes me leí su Autobíografía, en la que habla de sus relaciones con el grupo de Bloomsbury.

  5. ARIODANTE dice:

    Buena reseña, Balbo! También yo llegué al libro después de una película, «Carrington». Pero antes me leí su Autobiografía, en la que habla de sus relaciones con el grupo de Bloomsbury.

  6. ARIODANTE dice:

    Uy, perdón! Ha salido repe..

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