A SANGRE Y FUEGO – Manuel Chaves Nogales

A sangre y fuego«De todos los cientos de relatos o novelas que se han escrito de la guerra civil acaso ninguno puede compararse a A sangre y fuego, de Manuel Chaves Nogales. A su lado muchas de las páginas de tantos otros -Foxá, Max Aub, Neville, Baroja, Borrás, Petere, Barea- parecen oscurecerse faltas de nervio o sobradas de retórica guerrera. Ni han contado lo que él contó ni lo contaron de la misma manera». Esto lo dice Andrés Trapiello, que no es Dios pero en cuanto a recomendaciones es lo más parecido a lo infalible que conozco. Comparto el hartazgo por historias de la guerra, pero ya que el otro día vimos que aún hay cosas que se salvan de ese subgénero a menudo odioso y casi siempre cargante que es el guerracivilismo, me atrevo a hacer una recomendación que no creo que nadie lamente.

«Su prólogo, por ejemplo, debería figurar, íntegro, en todos los manuales de historia, de periodismo y de literatura, como modelo de probidad y de tino, tanto más cuanto que fue concebido en medio del desastre, sin tiempo para componer la figura, corregir el tiro o enmendarlo, como luego se hizo a menudo”, sigue Trapiello, y es verdad, porque el libro en cuestión se escribió en 1937, si bien no se publicó en España hasta 2001, gracias precisamente al autor de estas citas. Y no es casual que haya sido rescatado desde la literatura y no desde la política, porque un libro basado en perfiles humanos más que políticos, que intenta no ser maniqueo y que habla de los “idiotas y asesinos” que se daban “con idéntica profusión en ambos bandos” no parece dar mucho juego político ni a unos ni a otros.

Pero el caso es que el libro interesa en parte porque Chaves Nogales no era precisamente apolítico, sino un hombre de izquierda que se definía liberal pequeñoburgués, antifascista y antirrevolucionario por temperamento, fiel a la república parlamentaria. Aunque se llamase “trabajador intelectual”, no era cualquier periodista, sino “camarada director” del diario republicano de mayor tirada una vez comenzada la guerra, y como tal pudo ver suficiente como para escribir las nueve historias, él dice que rigurosamente verídicas, que componen este libro apto para estómagos fuertes. En él hay sufrimiento, y mucho, pero sobre todo hay crueldad y estupidez: las hay en las bombas cayendo sobre las colas del pan en Madrid, en los señoritos jerezanos cazando obreros a caballo, en los anarquistas practicando el bandidaje por Levante, en los quintacolumnistas, los milicianos, los moros, los legionarios y en general en todos los que pasan por escena.

Con todo, creo que el gran interés del libro es el retrato que del Madrid ocupado o de los comités obreros hace un intelectual republicano en 1937. Desconozco si alguien de la derecha ha hablado de los suyos con la franqueza con que Chaves Nogales retrata a la izquierda desde la izquierda (¿quizá Antonio Bahamonde en “Un año con Queipo de Llano”? No sé porque no lo he leído), pero si no existe habría que inventarlo. Este sevillano escribe desde París sin intención de influir en el resultado de la guerra, sino tan sólo para dejar constancia de su tristeza por un país carcomido por el odio y lo que él llama el pecado contra la inteligencia, o en sus palabras, “contra el Espíritu Santo”. No es propaganda, ni puede utilizarse para hacerla. Quien lo escribe lo hace desde una retirada equidistancia, palabra maldita que suena a tibieza o cobardía, pero que él defiende como la incapacidad de identificarse con las bombas de Franco o el terror rojo. Un lujo por el que se paga un alto precio, que Chaves cifra en la Patria.

El libro es duro, triste y revelador, como lo es la frase que lo cierra, que además puede ayudar a entender por qué pasó más de sesenta años metido en un cajón:

“Daniel, convertido en un miliciano de la revolución, luchó como los buenos. Y murió batiéndose por una causa que no era suya. Su causa, la de la libertad, no había en España quien la defendiese”.

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23 comentarios en “A SANGRE Y FUEGO – Manuel Chaves Nogales

  1. David L dice:

    Que buena pinta tiene este libro; parece que se está poniendo de moda «resucitar»viejas publicaciones, aunque éste no sería una reedición ya que fue escrita en 1937, pero ve la luz en el 2001. Entrando ya de lleno en el contenido de la reseña, me han llamado la atención dos aspectos que comentas sobre el libro en cuestión:

    1) la palabra «maldita» en la GCE: «equidistancia»; parece un vocablo imposible para muchos cuando se menciona a nuestra Guerra Civil española y, sinceramente, creo que para sus adentros fueron y son una gran mayoría los equidistantes, aunque quede políticamente incorrecto según el ambiente en donde te muevas. Manuel Chaves tuvo la libertdad de poder hacerlo gracias a su lejanía de los escenarios políticos y militares de la guerra, en España le hubiera sido imposible poder situarse en esa «sospechosa equidistancia».

    2) sí creo que hay entre la derecha alguien que ha hablado con cierta franqueza sobre sus compañeros ideológicos, aunque finalmente se plegara durante cierto tiempo a una concepción política que estaba lejos de su credo político, su nombre: Josep Pla.

    Sólo quería hacer este par de apuntes. Muy buena reseña Javier.

    Un saludo.

  2. Arauxo dice:

    Chapó, Javier. Una excelente reseña sobre un libro que o bien resulta interesante o bien lo haces interesante tú con tu comentario.

    Aunque sabes de mis aficiones y mis preferencias, de Manuel Chaves Nogales sí sé algo, por su condición de sevillano. Durante la etapa que vivió en su ciudad natal -algo menos de las tres primeras décadas de su vida, que coinciden en el tiempo con las primeras del siglo XX- colaboró en varios medios de comunicación de corte liberal sevillanos y cordobeses. Y escribió además varios libros sobre la Historia o la ciudad de Sevillla. Y por si la gente no lo sabe y para sorpresa de muchos defensores del progresismo «verde» y «civilizado» más políticamente correcto, escribió también la más famosa y amena biografía que se haya escrito nunca sobre Belmonte.

    Un saludo, Javier. Y perdona los toscos comentarios de este aprendiz.

  3. javier dice:

    Hola a los dos. Parece obvio que la equidistancia tiene miga porque supone poner a una misma altura dos bandos que jamás hubieran aceptado estar al mismo nivel moral que su adversario. Remite además a una supuesta imparcialidad que no acaba de parecerme creíble, pero tampoco necesaria, aunque ese ya es otro tema. En cualquier caso, la equidistancia de Chaves es más una huída ante el terror que una propuesta conciliadora. Dicho de otro modo, más que con distancia, miraba con asco.

    David L, supongo que tienes razón en lo de Pla, pero he leído poca cosa. Me lo apunto. El de Bahamonde que mencionaba en el post lo leí después de escribir esta reseña, y aunque tiene interés por el relato de lo ocurrido en Sevilla en los primeros meses de la guerra, no deja de ser un escrito de propaganda, así que no me parece comparable al de Chaves. Si acaso, en que ambos autores fueron testigos de lo que cuentan, pero por lo demás son libros muy distintos.

    Arauxo, no eres la primera persona que me recomienda el de Belmonte, así que habrá que echarle un ojo. No me gustan los toros, pero disfruté como un enano de un libro taurino como «Palco de Sombra» de Benítez Reyes, así que me lo apunto también. Por cierto que hay por ahí un libro con un par de apariciones de Chaves con muy buena pinta: un reportaje sobre la Semana Santa en Sevilla durante la República y una entrevista que realizó a Joseph Goebbels, ni más ni menos. Te diré que me sorprendió (con vergüenza, pues me hizo ver que me había tragado el topicazo sevillano) que Chaves es lo más alejado al barroco que pueda uno imaginar: es una escritura limpia, desapasionada y, como alguien decía, «muy gris». Una gozada.

    Saludos.

  4. Arauxo dice:

    Hombre, Javier, es que en Sevilla no todo es barroco. También tenemos… tenemos… (Dios mío ¿Qué más tenemos?) ¡¡Ah, sí!! ¡A don Manuel Ruiz de Lopera!

  5. javier dice:

    Por cierto que me he pasado allí la Semana Santa y no he conseguido verle. Barroco sí, y vino para varias bodas y hasta hooligans, pero de don Manuel, ni rastro. Habrá que volver…

  6. Arauxo dice:

    Mira que eres malvado, Javier…
    Y… ¡Mira que no avisar!

  7. Dronne dice:

    La novela que comentas no la he leido, pero leyendo tu artículo me he acordado de un libro que he leido hace poco relacionado con el mismo tema, se llama «Dias de llamas» de Juan Iturralde.

    A mi me ha gustado bastante, también trata sobre Madrid en la guerra y me llegó a causar una sensación de agobio bastante intensa.
    Me parecio bastante real, me parecio que refleja el Madrid de la guerra desde un punto de vista muy humano y equidistante, aprovechando que ha aparecido la palabra y entendiendola como imparcialidad a la hora de contar hechos…

    Jejeje no se, yo lo vi bastante imparcial, si alguien ha leido esta novela y me quiere dejar su impresion, yo al menos la recomiendo.

    Y en cuanto al libro que has reseñado, me lo apuntaré, así que muchas gracias por la misma.

    (A Manuel Ruiz de Lopera mas le vale aparecer poco por las calles, por la cuenta que le trae)

  8. javier dice:

    Hola Dronne, no he leído el libro que comentas, pero he leído buenas críticas.

    Ya que lo mencionas de nuevo, acerca del tema de la equidistancia, la imparcialidad, de cómo se ha contado la guerra y de hasta cómo nombrarla te recomiendo «La guerra que nos han contado. 1936 y nosotros» de Juan Izquierdo y Pablo Sánchez León. Ante tanto paralelismo fácil, los autores cuestionan si basta con compartir idioma y palabras con nuestros abuelos para compartir sus significados.

    En fin, ya puestos, y puesto que te interesa el tema, tengo también apuntados unos cuantos que no he leído pero que parece ser que merecen mucho la pena. Ahí van, por si les quieres echar un vistazo: “Herrumbrosas lanzas» de Juan Benet, “La fea burguesía” de Miguel Espinosa, “Jugadores de billar” de José Avello, “Los vencidos” de Antonio Ferres y “El paraíso perdido” de Antonio Pérez Ramos.

    Arauxo, ya nos tomaremos algo.

    Saludos

  9. Arauxo dice:

    Así lo espero, Javier.

    Y, por cierto, hace mucho tiempo que tengo interés en la novela de Benet que has citado, Herrumbrosas lanzas. ¿Porqué no te animas a leerlo -o tú mismo, Dronne- y nos regalas una reseña?

  10. javier dice:

    La idea es buena, aunque tengo tres o cuatro ladrillos pendientes. Todo se andará. Saludos.

  11. jerufa dice:

    Pues parece que no hubo suerte.

  12. tierrez dice:

    este hombre hace una mención espuria a la Columna de Hierro del Levante. Me remito para ello a los estudios de Abel Paz y de Miguel Amorós. Es un libro que estoy deseando adquirir.

  13. JOSE ANTONIO dice:

    Chaves Nogales es un escritor bastante interesante. La biogragía sobre Belmonte es buenísima. (no importa que no te gusten los toros). Tiene un libro sobre la revolucion rusa que os recomiento encarecidamente. (una auténtica joya literaria)

    1. mujik dice:

      el libro al que te refieres es «El maestro Juan Martínez que estuvo allí» y coincido totalmente en que es una joya deliciosa y que recomiendo vivamente a los interesados en los primeros años de la revolución rusa. Juan Martínez, por lo que nos cuenta Chaves, fue un bailarín flamenco que actuó por media Europa acompañado por su mujer Sole en los años previos a la primera G.M. Esta le sorprendió cuando estaba en Turquía y en el torbellino de aquellos años tuvo que emprender una azarosa huida que le llevó hasta Ucrania y Rusia donde se vio atrapado por la revolución de 1917 y la cruenta guerra civil que le siguió. Logró sobrevivir gracias a que siempre mantuvo consigo un pequeño maletín donde guardaba su atuendo flamenco y sus preciados zapatos de taconear, lo que le permitía ganarse el sustento y los favores de blancos y rojos a los que encandilaba con su figura exótica y su picaresca personalidad.

      Según nos cuenta, además de bailar, durante un tiempo trabajó como crupier y prestamista y logró acumular una fortuna en joyas que acabó cambiando por hogazas de pan durante las épocas de hambre y penuria extrema.

      El personaje lo descubrió Chaves en un bar de París donde le contó su rocambolesca historia. No queda claro si fue real o se lo inventó (yo no he encontrado ninguna referencia de él en internet) pero las peripecias de todo tipo que nos cuenta en este libro nos hace ver el lado humano de aquellos terribles acontecimientos que los grandes libros de historia suelen soslayar.

      Lo recomiendo vivamente. Está escrito en una prosa ágil y absorbente que te hace leerlo de un tirón (no llega a 150 pag) y te deja con la sensación de querer saber más de este fascinante personaje.

  14. azañista dice:

    Manuel Sanchez Nogales, militante de izquierda republicana no fue un traidor a la Republica, fue un quemao de la pseudoizquierda ( psoe,anarcos,pce, y demas morralla), leed e informaros, viva la republica española.

  15. David dice:

    He descubierto recientemente a Chaves Nogales y leido «A sangre y fuego» asi como la biografia de Belmonte del mismo autor. El comentario de Javier es fiel al texto y comparto -modestamente- su contenido.
    Sin duda, Chaves Nogales fue ante todo partidario de la «tercera España», la de la libertad, aquella que segun el, era mayoritaria pero que se perdio en las fauces de Berlin, Roma y Moscu. Me pregunto, aunque consta como novela, si los escenarios que se citan son ciertos, los nueve relatos del libro constan como basados en hechos reales. Gran literatura.

    De la biografia de Belmonte, solo puedo decir que me ha parecido sublime.

  16. Andrés dice:

    Libro interesante, con una visión diferente de la guerra civil. Tal vez el hecho de que sean 9 relatos me ha restado un poco ya que cuando te haces con uno acaba y empieza otro.

    Te das cuenta que a parte de la causa de unos u otros las barbaridades se sucedieron.

  17. daniel dice:

    Como bien comentas el prologo es excelente y deberia ser de obligada lectura en las escuelas. Se me puso la carne de gallina.

    Debio pasarlo muy mal viendo como la insensatez lo destruia todo. Habla de como ambos asesinaron a los intelectuales de los otros bandos.

    Fue editor del periodico obrero, hasta que por mantenerse imparcial le amenazaron.

    Ni izquierda ni derecha eran su patria. Ni la mia.

  18. mULLINER dice:

    Es para decirme aquello de «a buenas horas, mangas verdes», pero lo siento, ha sido hoy al buscar libros de Chaves Nogales cuando encontré esto. Tengo y he leído la biografía de Belmonte y a pesar de que detesto los toros me ha parecido excelente. Voy a probar con «A sangre y fuego» a ver si me gusta tanto como decía. Y conste, en general no me gustan los libros históricos, pero esto no es una norma inflexible.

  19. Maroto dice:

    Me gustaria leerlo solo para ver la clase de incongruencias que redacta, a titulo literario… si tanta grima le hacia sentir la guerra civil y el genocidio posterior, que no hubiese apludido tambien la matanza de toros, cigual como libro de ciencia ficcion estaria bien,, pero para saber mas de la historia y del genecidio de la guerra civil, existen otros libros mas imparciales….no solo escritos por libertarios como miguel amoros, aunque no estaria mal que se echaran algunos un repaso al libro «Maroto el Heroe, una biografia del anarquismo andaluz», no siempre la historia es como algunos la cuentan sobre todo si es de detras de las barreras.

  20. JORGE dice:

    Acabo de terminar el libro y las nueve historias son realmente excelentes. Se podría escribir un libro con cada una de ellas, pero Chavez Nogales es un escritor que cuenta las cosas de una manera directa, excepcional, sin retorica. Me habían hablado muy bien de este libro y ha cumplido sobradamente mis expectativas. Es de una crudeza extrema pero imagino que no hay otra forma de contar las guerras.
    Recomiendo su libro «Juan Belmonte matador de toros», es una biografía novelada genial y a mi no me gustan los toros.

  21. Caballero dice:

    Supongo que algunos anotaremos este libro como obligado con la excelente publicidad que les está haciendo Pérez-Reverte en la presentación de su nuevo libro: La guerra civil contada a los jóvenes. A la buena opinión de Pérez-Reverte se suma la de Trapiello, la del reseñador y la de varios hislibreños así que no me queda otra opción que buscarlo y ponerlo en la cima de la pila. Lo complicado será encontrarlo en este lado del océano… veremos si hay suerte.

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