SAN QUINTÍN – Juan Carlos Losada
Pocas cosas hay mejores en esta vida que encontrarte un libro que no esperas, en un lugar donde no has ido a comprar libros, que te llame la atención en ese primer momento y que finalmente acabe deparándote unas cuantas horas de buena lectura. Así fue con este libro. Cuando lo vi, valorando exclusivamente el nombre del autor y después del grato recuerdo que conservo de su historia sobre “Los generales de Flandes”, que ya reseñé en Hislibris, ya sabía que no saldría de allí sin el libro. Todo un acierto, he de decirles.
La idea directriz del libro, al igual que la otra obra de Losada que acabo de comentar en el párrafo anterior, se basa en la vida de un personaje para narrar la historia, los hechos y las situaciones de una época. En concreto, la excusa para narrar los acontecimientos y batallas es la vida de Lamoral Egmont. Una buena parte del libro se construye en torno a la batalla de San Quintín, que narra magistralmente el autor. De hecho, me parece excelente la forma en que construye y transmite las batallas y los asedios. Además, el libro adjunta algunos mapas muy sencillos pero muy útiles. Supongo que todo el trabajo que Losada hizo para el libro “Batallas decisivas en la Historia de España” le preparó para contar las batallas con tanta agilidad y maestría.
La época en la que Felipe II se hace cargo del Imperio Español es el centro del libro. Las guerras con Francia e Italia, especialmente con la primera, y los orígenes de las revueltas en Flandes son los temas centrales. Con esto espero que ustedes se hagan una idea sobre el tema del libro. El fin de la Edad Media queda atrás y empiezan nuevos tiempos, a los que no todos se adaptan al mismo ritmo.
Por último, si tuviera que colocar al libro dentro de un género, no sabría cómo hacerlo con justicia. Por una parte la excusa es una biografía aunque, salvo pinceladas a lo largo de libro, no podemos decir que se trate de ello. Sin duda es un ensayo histórico, pero por la forma en la que está escrito y por lo amena que resulta su lectura, podría hasta decirse que es casi una novela histórica; eso sí, muy histórica. Creo que lo más justo sería calificarlo como un libro educativo. Sin duda. La lectura de este libro por parte de cualquiera le llevará a conocer una época y una historia sin esfuerzo alguno, disfrutando sensiblemente. Por lo tanto, lectura muy recomendable para todos ustedes, a unos por amena y a otros por introductoria de un tema y una época. Recuerden lo de introductorio y generalista, pero también lo de entretenido y ameno.
(Existe en Hislibris otra reseña del mismo libro realizada por Koenig)
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Buenas reseñas las dos (la tuya y la de Koenig) y parece que coincidís.
Por mi parte aplaudo la novela, que ya es hora de que se narren las grandes victorias de nuestra historia y no sólo las derrotas, por gloriosas que sean algunas.
Anda, pues yo tengo el libro por casa y no me había llamado excesivamente la atención. Jo, la reseña de Koenig es del Pleistoceno hislibreño, qué tiempos :-)
Gracias en cualquier caso por la recomendación y queda anotada en la lista de próximas lecturas.
Un saludo,
Richar.
Leí este libro ya hace mucho tiempo, al poco de salir a la venta.
Se centra en la figura de Lamoral de Egmont, noble de los Países Bajos que lo ha catalogado como el último caballero. Mucho que decir sobre ese término, en una epoca en que la caballerosidad tipo Edad Media había muerto hacía más de un siglo, en el más estricto sentido de la palabra.
Si bien es cierto la importancia de la caballería mandada por Egmont en la batalla de San Quintín, la victoria no debe dársela ni a el solo, ni siquiera una parte definitiva en ella. Fue en las últimas etapas de la batalla (que no en la toma de la ciudad) donde la caballería atacó a la caballería francesa y, posteriormente, a las tropas en retirada del marical y condestable francés Anne de Montmorency. Si hay mérito a la victoria sería al comandante en jefe de las tropas de su Majestad, Manuel Filiberto de Saboya.
Pero quiero centrarme en el libro. Que aunque como han dicho toma gran parte de el de la batalla, dedica mucho a las años posteriores y los inicios de la rebelión en los Países Bajos y posterior muerte de Lamoral de Egmont a manos del Tribunal de los Tumultos. Y es aquí donde el autor, creo, deja de ser bastante objetivo.
Si fue ajusticiado fue con justa causa. En los momentos de mas peligro, antes de la llegada del Duque de Alba, las tropas realistas al mando de la Regente, Margarita de Austria, pasaban por grandes peligros y son estos caballeros, Lamoral de Egmont, Horn y el posterior cabecilla de la rebelión, Guillermo de Orange, los encargados de dar tropas a la Regente, cosa que no hicieron hasta que vieron que las fuerzas rebeldes perdían, amén, de haber dejado en sus territorios donde eran Estatuder formarse con total impunidad a las mismas, incluso formación delevas y quema de propiedades eclesiales. Por tanto, ¿caballero quien va contra su señor natural? Lo dudo.
Por tanto el subtítulo de fiel caballero sobra y, no solo eso, deja por mal las posteriores actuaciones de las bravas y leales tropas españolas encargadas de sofocar una rebelión en territorios dependientes de la Corona Española.
Si pretende ser una obra educativa (muy novelada, eso sí) muchas cosas hay que tener en cuenta, pero ciertas, objetivas (con todo mi respeto por el autor y su obra que me parece buena) no deberían dejarse pasar.
Bastante mal nos tratan fuera con mentiras y medias verdades, como para y, con perdón: «echar mierda sobre nuestro propio tejado», máxime cuando no es cierto.