HELLENIKON – Luis Villalón Camacho

HELLENIKON, Luis Villalón CamachoEs curioso eso de ver la vida desde lo alto de un olivo. Se ven muchas cosas, se otean otras tantas e incluso llega el aroma de lo añejo, a veces de lo dulzón, otras de lo amargo. Si le preguntáramos a un viejo olivo, la de cosas que nos diría… Bien, basta ya de extravagancias. Toca reseñar la novela de un autor novel, pero ya curtido en estas lides. No creo que necesite presentación, y posiblemente le dé corte que hablemos de él, así que mejor hagámoslo con su novela.

Iré al grano: no me ha gustado la novela. Vaya manera de empezar la reseña, dirá más de uno… Pero es cierto, no me ha gustado. No me ha gustado el tono de los personajes en sus diálogos (aunque entra dentro de lo habitual en el género), no me ha gustado uno de los temas de fondo (el poder de los dioses de influir en las decisiones humanas), no me ha gustado alguna incongruencia respecto al protagonista, el espartano/plateense/ateniense Arimnesto, o del «inferior» Hypógenes, no me ha gustado el final (que incluso me ha cabreado hasta cierto punto). Pero, sobre todo, no me ha gustado que la novela sea tan corta, apenas 200 páginas quitando apéndices y demás. Porque la cosa da para todo un novelón justamente en aquello que sí me ha gustado de Hellenikon: un repaso a la historia helénica sin entrar en o apenas esbozando lo que esperamos de una novela histórica de esta temática (Maratón, las Termópilas, Salamina, Platea…), con una serie de personajes ficticios (o no) que asumen el protagonismo que habitualmente se llevan los personajes históricos, con una cadencia estilo novela río (aunque demasiado corto este río…), con muchas emociones y sensaciones.

A través de la óptica de Arimnesto, el espartano de Platea, ya desde que al pie de su olivo junto al monte Olimpo ve pasar un ejército inmenso, damos un repaso a la historia griega de los años 510-478 a.C., aproximadamente, con dos epílogos en los años 465 y 427 a.C, respectivamente. Mucha historia – no sólo las guerras médicas, sino también la forja de la democracia ateniense (críticas incluidas) y la consolidación de la sociedad espartana (ilotas que vienen de serie) – en, lamentablemente, tan pocas páginas. Porque el lector, una vez superadas sus manías particulares (y yo tengo muchas), se engancha con la trama, con las andanzas (y nunca mejor dicho) de Arimnesto, con las conversaciones con el viejo Cavílides, el otro gran protagonista de la novela (es imposible no sonreír en la escena con cierto ateniense que va a ser ostraquizado), con el ir y el devenir de los personajes secundarios (Hypógenes, Evandro, Timandro, Sibotas, la nuera de Cavílides, los plateenses), con lo que se nos cuenta de los reyes espartanos Cleómenes y Demarato, etc. Y, sin embargo, al final de la novela, superada la molestia por el propio final, uno se queda con un pensamiento: «ay, qué hubiera sido de la novela si el autor le hubiera añadido cien o doscientas páginas más». Porque hay mucho para contar, siguiendo el estilo de narrar con los hechos históricos en segundo plano, influyendo pero no siendo absolutos protagonistas de la acción.

Hellenikon, el sentimiento de «lo griego», en palabras del autor y de Herodoto. El autor llena la novela de lo griego, quizá hasta incluso demasiado (sigo con mis manías, qué le voy a hacer…). De eso trata la novela, más allá incluso de las reflexiones y las aventuras de Arimnesto o de las críticas de Cavílides al sistema político que le toca vivir, él que parecía más contento con el dominio de los tiranos. Pero, ¿qué es lo griego? ¿Cuál es esa «helenicidad»? El autor nos da su visión, puesta en boca de varios de los personajes. Queda en manos de los lectores decidir si esa versión les convence (a mí, en algunas cosas), no me voy a entretener mucho más. Tampoco quiero en esta reseña robarle al autor de la novela el protagonismo que merece. Porque (y basta ya de quejas) la novela gustará a los habituales del género (sobre todo a los que no son tan tiquismiquis como el que esto escribe, que más le vale dejarse ya de meter la zarpa). Gustará por un estilo ágil, casi lacónico en muchos aspectos, sin aspavientos. Gustará por la temática, enormemente atractiva. Gustará por el modo de contar la Historia de fondo a través de las historias personales de los diversos personajes. Gustará porque se lee con placer a lo largo del relato sin que resulte aburrida. Gustarán varios de los personajes de la novela, posiblemente más los secundarios que el protagonista. Gustará, en definitiva, porque es una buena muestra del género (a pesar de lo que se le pueda criticar), porque ofrece aire fresco en un género en el que lamentablemente se cae en lo habitual y porque, qué carajo, es obra de un hislibreño y nos apetece leer algo de alguien que conocemos (cibernéticamente hablando).

Posiblemente, para ir concluyendo, haya lectores que también se sientan decepcionados por lo que la novela no ofrece, pero desde luego no podrán hacerlo (a grandes rasgos) con aquello que sí ofrece. Disfrutadla, leedla, haced el favor de decirle a quien escribe esta reseña que es un bicho raro y que sus manías son sólo suyas, y que la novela de Luis Villalón Camacho es más de lo que se desprende de su opinión.

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171 comentarios en “HELLENIKON – Luis Villalón Camacho

  1. Arauxo dice:

    Bueno, Farsalia, ya veo que no te ha gustado. Yo no puedo corroborar ni contradecir lo que dices, porque todavía no la he leído. Por eso, en vez de comentar, prefiero preguntar: ¿Qué hay en la novela, además de poca o mucha historia? Nos describes con bastante abundamiento el esqueleto histórico de la novela, su andamiaje, sus escenarios, pero… ¿y la novela misma? ¿Cuál es su alma? ¿Qué hay más allá de los griegos y de su historia? ¿Están vivos sus personajes? ¿Hay tensión dramática? ¿Hay carácter, pulso, fuerza, vigor? ¿Hay un trozo del alma del autor detrás de las bambalinas? ¿Qué historia se esconde detrás de la Historia? ¿Está el Cavilius del hoy y el hombre del presente, que sufre, sueña, llora y ríe, detrás de alguno de los griegos protagonistas? ¿Tal vez de todos? ¿Qué hay más allá de la tramoya? ¿Qué esconden las máscaras?

    Comprendo que no quieras restar protagonismo al autor, pero… ¿Qué más, por Dios? ¡¡Sacia nuestra sed y nuestra impaciencia, por todos los dioses del Olimpo!!

  2. Clío dice:

    Pues mira tensión drámatica hay y mucha, y eso que solo llevo un capítulo y medio……el resto cuando lo termine.

  3. Aretes dice:

    Bueno, ya tenía ganas de ver la correspondiente reseña,
    La novela me atrapó totalmente e iba mejorando según avanzaba. El repaso a la historia que comenta Farsalia, que para eso es experto en el tema, y las pinceladas de los distintos acontecimientos, que discurren al margen de los protagonistas cobran fuerza aún sin meterlos de cabeza en ellos, lo que tiene su mérito y centra la importancia en la difícil tarea de centrar la obra en lo que fue o pudo ser la vida y el pensamiento de un griego más, pero uno auténtico, sin duda. Porque si las costumbres y avatares de los helenos son más o menos entretenidas o interesantes, no hay duda, más notable es el sentir de las civilizaciones, y en el caso de la griega, inseparable del pensamiento, de la influencia de los dioses y de toda esa filosofía, nunca mejor dicho, que les llevaran a ser cuna de múltiples preguntas, la mayoría sin respuesta aún.

    Y todo eso es lo que rezuma en la novela. Por los cuatro costados, pero sin ser un tratado de filosofía. Ambientada en una vida compleja y llena de contradicciones, repartida entre los distintos personajes anónimos (que no tienen desperdicio y serían capítulo aparte), acompañados por los más conocidos que el autor coloca como teloneros, resaltando aún más la fuerza de los primeros.

    Me gusta que sea una novela ágil, que no requiera una gran preparación para seguirla (se agradece la cronología, glosario y mapas aclaratorios), destacaría las páginas en las que se desarrollan simultáneamente dos escenas distintas, el sentido del humor al presentar ciertos acontecimientos o situaciones… y estoy de acuerdo con Farsalia, me hubiera gustado que fuera más larga, no en la historia, pero sí más intensa, de hecho, creo que es de esos libros que aguantan y piden varias relecturas posteriores.

    Me quedo con el “estribillo” como lo calificó Javi en la presentación: “No se puede pretender ocultar algo eternamente” y, Arauxo, creo que lo que no se puede esconder en ésta obra es el alma de Cavilius.

  4. Aretes dice:

    En moderación, claro, eso me pasa por no repasar el texto.
    Perdón por las redundancias y repeticiones, perdón, perdón…

  5. Richar dice:

    Saludos señores,

    como ya dije en la reseña de curistoria, ver que en las páginas de Hislibris se empiezan a reseñar libros de autores que eran antes hislibreños que escritores, me parece la leche. Es una gozada -y un orgullo, imagino que para todos- el ver cómo evoluciona la comunidad de frikis que somos y empezamos a ver obras escritas por hislibreños, concursos de relatos, entrevistas con escritores namber uan y conversaciones casi a diario entre lectores y escritores.

    Yo es que me emociono, oiga…

    Dicho lo cual, he de decir que respecto a la opinión de farsalia, coincido en algunos puntos y en otros no. Los pongo más o menos como se los pasé a cavilius cuando le di mi opinión de la novela:

    1) La trama está muy bien. Un hilo muy bien conducido, bien llevado y serio, no en el sentido de pesado, sino en el de que no tiene ni una pizca de lo que muchas novelas actuales se ven obligadas a recurrir (amores, intrigas, etc, etc…). Una gran demostración de que se pueden crear tramas interesantes sin necesidad de recurrir a los tópicos.

    2) Los personajes principales (Arimnesto y Cavílides) también me han gustado. Quizás me quedé con ganas de más profunidad, o mayor protagonismo por parte de algún otro (especialmente Hypogenes). Es decir, me suele gustar que en una novela haya algún personaje principal, un grupete de secundarios y muchos terciarios (por así decirlo), y en el caso de Hellenikon me quedo con uno principalísimo, otro principal y todos los demás terciarios. No sé si me explico, pero es que hay algunos que tienen mucho potencial, la verdad.

    3) La ambientación y la documentación son perfectas. Se nota quién controla de este tema. Aunque echo de menos alguna referencia a la elaboración de las sandalias que solían usar los espartanos, la verdad :-) Otro gran punto a favor es el muy buen equilibrio entre descripciones-narración-diálogos. No hay nada que me moleste más que un libro saturado de descripciones sólo para que abulte más. Creo que aquí están perfectamente justificadas y con un grado de detalle suficiente, dando protagonismo a lo que en este caso es lo más potente: los diálogos.

    4) En cuanto al uso del lenguaje, también se nota muy cuidado para no caer en anacronismos. Ahora bien, quizás el mayor «pero» que pondría a toda la novela, es el quizás excesivo uso de «tecnicismos». O mejor dicho, el excesivo uso de las cursivas para mostrarlos. Especialmente en las primeras páginas -creo recordar un momento álgido de las cursivas en la expedición espartana contra el santuario de Eleusis, o cuando deserta Arimnesto, no estoy 100% seguro- se hace un poco excesivo, que puede llevar a la sensación de «pedantería» por parte del autor para mostrar que se sabe todas las palabras tal y como se usaban en la época. Sé que no es esa la intención, a pesar de la arrogancia que siempre caracterizó a Cavi, pero hay momentos en los que se me hizo pesada tanta palabra en cursiva, que además mentalmente la lees de otra manera y te hacen perder un poco el ritmo. Sí, ahora que lo pienso, me recordaba un poco a los libros de mis hijas en los que hay que completar palabras vacías en un texto, con la clásica «paradinha» y cambio de entonación. No sé si me explico…

    5) Sobre la longitud del texto -este punto es nuevo, no se lo había mencionado a cavi- estoy en parte de acuerdo con farsalia, ya que con 100-200 páginas más, la novela podría haber tenido más recorrido. Pero tampoco me ha importado, porque lo bueno, si breve, dos veces bueno. Es decir, casi prefiero echar en falta algunas páginas más, que la posible sensación de que le sobran.

    En definitiva, la novela me ha gustado bastante (4 de 5 en mi ranking personal). Ahora bien, quizás, quizás, sea un punto «friki». Espero equivocarme, pero puede que le falte algo para llegar al público más general. Es decir, para los que ya hemos leído unas cuantas novelas históricas o estamos más metidos en ese periodo histórico, esta novela es algo nuevo, diferente, tratando temas tan trillados (Maratón, Termópilas) desde otro prisma, o recurriendo a ciertos aspectos menos conocidos pero también interesantes (guerras contra los ilotas, día a día en Esparta…). Pero para ese público masivo que no está metido en el ajo, puede que la novela «pague» la ausencia de más batallas, personajes principales más conocidos, trama más sencilla y directa…

    Como digo, espero equivocarme, y desde luego que prefiero mil veces que la novela sea como es, pero bueno, es sólo mi percepción personal.

    Un saludo a todos,
    Richar.

  6. Josep, el guardián fallero con moños en la calva y peineta pegada con supertite, dice:

    Personalmente, a mí me gustó mucho. Tiene cosas que no me gustan, como absolutamente todos los libros; ya conocéis una de mis frases favoritas: si nos dejaran, todos corregiríamos a Homero. pero en general me pareció muy buena, y al terminarla me quedé con una sensación similar a la que tuve al terminar «Aníbal», por ejemplo.
    Intervendré un pco más según como vaya la guardia (que igual es mala, por aquello de ser lunes y tras un fin de semana fallero y de clima espléndido).

  7. cavilius el lector dice:

    Acabé de leer la novela hace un par de semanas. A mí sí me gustó, la verdad; me pareció entretenida y con una trama exquisitamente compleja en su sencillez. Por hablar de los diálogos, por ejemplo me parecieron muy directos, lo que la hizo ágil y amena, aunque quizá, puestos a decir algo, echara de menos un narrador que ejerciera de eso, de narrador, en lugar de que la acción, los hechos, las actitudes de los personajes, etc. fueran quienes se «narraran» a sí mismos. Pero esa manera de relatar una historia no me desagradó, modestamente.

    A ver si el autor se pasa por aquí y explica algo, aunque me consta que últimamente tiene menos tiempo que una clepsidra vacía.

    Buena reseña, farsalia.

    Saludos.

  8. pepe dice:

    Hoy he acudido a comer al mismo sitio donde suelo hacerlo todos los días laborables. Voy a ir al grano: no me ha gustado la comida. No me han gustado ni el primer plato, ni el segundo, ni el postre. Ahora bien, reconozco que la comida habrá gustado … a los que acuden habitualmente a comer a ese sitio (¡!) porque es una buena muestra del género, está bien cocinada y se come con placer de principio a fin. Por supuesto, mañana pienso volver.

  9. ignacio el argentino dice:

    El libro espero con ansias conseguirlo en Argentina. Y sin ánimos de pelea, no me ha gustado la reseña de Farsalia. No hacía falta repetir tanto «el no me ha gustado», y la extensión no hace a la obra. Los pilares de la tierra, con cuatrocientas o quinientas páginas menos hubiese estado mucho mejor.
    Esa es mi opinión, saludos.

  10. Atilio, el lector dice:

    Pero no te ha gustado, Pepe, ¿verdad?

  11. Josep, el guardián fallero que sigue de guardia pero ha encontrado un hueco, con moños en la calva y peineta pegada con supertite, dice:

    Voy a ser un poco más duro de lo habitual por una sencilla razón: la novela es endiabladamente buena. Cuando uno lee una burrada en una mala novela (que son la mayoría) se limita a pensar: bueno, una más. Pero aquí tengo la impresión de que los fallos han impedido a Luis pasar la delgada línea que separa un buen libro de una obra maestra. Un poco más, sólo un poco más, y estaríamos ante uno de esos textos que merecen perdurar en la memoria colectiva: tenemos un personaje que es un héroe como la copa de un pino (o de un olivo), una ambientación cuidadosa, una documentación histórica exhaustiva… Podríamos estar ante un “Yo Claudio” o un “Aníbal”.
    Al principio, las descripciones son irreales, oníricas, y los diálogos son artificiosos. Los griegos (incluso un pequeño propietario rural como Cavílides) se expresan como en los diálogos de Platón, y Marduniya habla como salido de Las Mil Y Una Noches, lo cual me resulta un poco incómodo. No obstante, el autor le coge rápidamente el tranquillo a la cosa. Las escenas son cada vez más realistas y los diálogos ganan en solidez y agilidad. Ignoro si es un efecto buscado o una evolución del propio autor, pero el resultado final no es malo: crea una narración de ritmo ascendente, más lenta al principio y paulatinamente acelerada, que ayuda a leerla con rapidez y agrado.
    El castellano es en general bueno, lo que es de agradecer. Personalmente me molestan los leísmos (máxime cuando tanto el autor, barcelonés, como este humilde lector, valenciano, procedemos de zonas no leístas), pero esa es una cuestión de estilo cuya discusión pertenece a otro ámbito, máxime cuando hay grandes defensores del leísmo y de su aceptación (siempre que sea masculino singular y de persona). El autor conoce la lengua de Cervantes y la emplea a la perfección: el lenguaje es rico y no hay cultismos pedantemente mal utilizados.
    La acción está bien llevada. Particularmente me asombra la facilidad con la que el autor puede entrelazar historias simultáneas hasta hacerlas confluir, con una coordinación que sólo puede calificarse de magistral.
    La historia nos narra las vicisitudes de un personaje que merece ser protagonista, recreado a partir de fuentes difíciles de compaginar entre sí. Haber reunido semejante arsenal bibliográfico, y haberlo empleado para crear un personaje coherente, es algo realmente meritorio.
    ¿Qué es lo que no me ha gustado? En primer lugar, algunas inverosimilitudes en la caracterización de los personajes secundarios. Cavílides es un viudo que nunca se ha vuelto a casar, algo extremadamente improbable en un pequeño propietario rural (auténticos coleccionistas de esposas). El mesenio tiene un solo hijo con casi cuarenta años (lo típico de la antigüedad, vamos). Los personajes “terciarios” no es que estén pobremente caracterizados, es que el autor directamente los ha suprimido: todos son hijos únicos; ninguno tiene hermanos y, salvo Licofrón, tampoco hermanas.
    Tampoco me ha gustado el atropello masivo a Arimnesto: otros castigos hubieran servido igualmente a la trama. No puedo decir aquí por qué no me gusta, porque quizá revelase algo que no debe ser desvelado a lectores potenciales (se llama c4g4r el final).
    ¿En resumen? Un nueve sobre diez. Lo que no me ha gustado no llega a empañar el conjunto. Lo mejor es la sensación final al cerrar el libro. Con la mayoría, piensas “mañana la habré olvidado”, pero con “Hellenikon” no es así. Recuerdo que me dije: “voy a dejar de escribir; ¿para qué, si jamás podré crear algo como esto?”.
    Felicidades, Luis, en serio.

  12. Rodrigo dice:

    Me ha gustado en particular el comentario de Josep del millón de nombres. Es que he estado todo el día preguntándome por los méritos estrictamente literarios de la novela, reconcomiéndome la ansiedad por saber de cosas como las que inquietaban a Arauxo. Ya otros comentarios habían adelantado bastante en este sentido; el de Josep acaba por motivarme en derechura a la compra del libro.

    (Uf, maldita distancia, de no ser por ella ya lo tendría en mis manos. Pero pronto, espero, pronto caerá.)

  13. Koenig dice:

    Buenos días.

    Hace tiempo que repito aquella frase de que un libro tiene tantas lecturas como lectores. Y desde luego este es, desde mi punto de vista, un ejemplo (de libro) de ello. Reconozco que cuando leí la reseña ayer por primera vez llegué a preguntarme si mi estimado Farsalia y yo habíamos leído el mismo texto. ¿Será que le, o me, han pasado una edición distinta?.

    Hellenikon es una novela ciertamente con sus defectos y con sus aciertos, lo que no creo es que sea una novela corta para lo que a mí me narró. Hellenikon (¿De lo heleno o de los helenos? Una cuestión interesante), me narró las vicisitudes de una serie de personajes que son del común, en una serie de situaciones que no lo son. Aquello en lo que ellos participan, cómo participan y que pasa después, cuales son las consecuencias. Pero para ellos. Se acerca a lo que sienten sin violar del todo sus sentimientos, y además lo hace de modo ágil y sencillo.

    Para mi este es, de hecho, uno de los grandes aciertos de la novela. Porque la verdad, Temístocles ya nos lo narra J. Negrete en Salamina; Leonidas, no sé vosotros pero últimamente estoy del sujeto hasta el moño que no tengo. Y si nos vamos mas lejos a Aníbal lo narra Haefs; a Escipión, Posteguillo; y a César y otros de su tiempo, McCullough. (Seguro que me dejo unos cuantos)
    Pero ¿Quién le prestó su voz anteriormente a Arimnesto o a Cavílides? Nadie. Parafraseando a Unamuno, Hellenikon sería algo así como “intranovelahistórica”. Porque lo que no me parece que sea, es un tratado de historia o una novela sobre los grandes acontecimientos históricos.

    Y sin embargo no se aleja mucho de los grandes acontecimientos. Sus personajes los viven e incluso participan en ellos. Pero desde la óptica del ciudadano de a pie, ese que solo ve su lado de la batalla. Ese que, si hubiera sido griego en Cunaxa, hubiera festejado su victoria por la noche, para conocer su derrota por la mañana. Que gran tema literario esa decepción (¡Y se me ocurre ahora!).

    Y si la originalidad de tratar personajes comunes no fuera bastante, entonces resulta que el personaje principal es más curioso todavía. El espartano desertor. Ahí tal vez falte saber el momento de su juventud en que ha llegado Arimnesto al convencimiento de que los dioses tienen algo reservado para él. Sin embargo el autor no empieza por ahí, sino que empieza justamente por donde empieza (querido Frodo, has de saber que un mago no llega nunca ni pronto ni tarde, llega exactamente cuando se lo propone). (O algo por el estilo). Y en la misma línea el autor no empieza ni termina mas que cuando él se lo propone. Y puede decirse que cierra el círculo que se abrió en una oscura noche de descubierta. En su momento.

    Andaba por ahí el espinoso asunto de los dioses. Personalmente apenas los he visto. Que el personaje esté convencido de que le hablan no significa que lo hagan. Es como el chiste: “Me ha dicho Dios que soy el amo del mundo”. “¡Mentira! –contesta el otro loco- yo no te he dicho nada”. Pero desde luego esa sensación si es uno de los hilos de la novela. Entonces eran dioses, hoy sería “mi psicólogo me ha dicho…”, pasando por “el Padre recomienda…” en épocas intermedias.

    En fin, termino que me enrollo. Una novela que, creo, se lee bien a pesar de la terminología, con sus diálogos, lacónicos pero bien hilados, que no siempre es fácil conseguir que el tema se desarrolle a la par que los personajes se contestan, y con sus descripciones… escasas. Esas sí. No me hubiera importado conocer el mobiliario de Cavílides, o el color del papel pintado de la pared de su casa.

    En resumen una novela que me ha gustado. Para persas y para medos, para espartanos y para atenienses, para demócratas y para oligarcas, para nueras y para abuelos, para famosos y para menos famosos. Y para los demás también, aunque cada uno la lea a su manera.

    Opino.

    Saludos.

  14. Rodrigo dice:

    Y otro sombrerazo.

  15. Arauxo dice:

    Ahora sí empiezo a enterarme de cómo es la novela. Y empiezo a intuir que el alma de Cavilius se trasluce más allá de las máscaras… Y, curiosamente, al mismo tiempo, empieza a interesarme Hellenikón…

  16. Ascanio dice:

    Ay, qué ganas más despepitantes, apabullantes, acongojantes y descogotantes me están entrando de leer el librejo este…

  17. Aquiles dice:

    1. – INTRODUCCIÓN.

    Hagamos un ejercicio de imaginación (si tenemos, claro): en una novela sobre Santa Teresa de Jesús hay una escena en la que le sobreviene uno de sus afamados éxtasis, de tal suerte que se le aparece, qué se yo, el Arcángel Gabriel, uno de los Apóstoles, el Santo de los asesinos o el mismísimo Espíritu Santo – todos ellos gente de calidad porque en este tema rige el mismo baremo que en las páginas de contactos, «abstenerse gordos y medianías» – y le dice a la susodicha: «oye, Tere, que dice el Jefe que sigas viviendo sin vivir en tí y que mientras tanto vayas fundando un par de conventos o tres». La crítica del Babelia destaca negativamente la presencia de tales entes supraterrenales en la obra por su influencia en las decisiones de la Tere, al tiempo que echa en falta datos tan relevantes como que las chancletas que ésta utilizaba en verano estaban fabricadas con esparto procedente de Valdealgorfa o que se lijaba las ingles con asperón. Pues eso.

    Querido pepe: espero que hayas cumplido tu palabra y hoy hayas vuelto a comer en el garito de siempre. Asimismo, espero que de nuevo te hayan disgustado el primer plato, el segundo, el postre, que el vino estuviera rancio, la botella de agua tuviera bichos en el fondo y que el delantal del camarero estuviera lleno de lamparones. Como no puede ser de otro modo, entiendo que lo que más te ha molestado es que no te hayan servido una ración doble de tanta porquería. Y es que, al fin y al cabo, lo que a tí te gusta es comer mal.

    CONTINUARÁ.

  18. juanrio dice:

    Leyendo tu reseña, Farsalia, no acabo de entender esa sentencia tan rotunda que sueltas al principio , «no me ha gustado la novela», para a continuación darnos señas de cosas que si te han gustado de la misma.

    A mi si me ha gustado. Por supuesto, como a cualquier novela, le he encontrado defectos, pero creo que tiene más virtudes.

    Creo que salvo un pequeño tramo de la novela en la que se cae en un exceso de «erudición», las cursivas que señalaba Richar, la novela tiene de bueno que no pretende convertirse en un ensayo histórico. Es cierto que quien conozca ese periodo de la historia tiene mucho ganado al leer el libro, pero para el que sólo conozca unas pocas pinceladas, y eso es inevitable, es una novela para disfrutar.

    Tiene un ritmo vivo, que te empuja a leer de seguido. Mientras la leía me parecía estar viendola en imágenes. Creo que daría para una buena película si no fuera porque en este país nuestro no hay industria para una película así.

    En cuanto a la longitud de la novela creo que, en general, los autores y los lectores de novela histórica parece que no tengan suficiente con menos de 600 páginas. Todo lo que sea menos que eso les parece una nimiedad y creo que eso si que es un error. Salvo muy contadas excepciones, ni un 1 %, la mayoría de las novelas largas se podrían reducir en al menos un tercio. Cuantas veces leyendo un libro de gran extensión no hemos pasado por páginas y páginas de paja. ¿Es un libro corto? puede ser según se mire. Creo que nos cuenta una historia bien tramada, con un desarrollo ajustado y el final que le corresponde, sin necesidad de segundas y terceras partes, lo que es una moda aburridísima. Prefiero que un libro se me quede corto antes de que se me haga pesado por su longitud.

    Una de las cosas que más he agradecido es el que al final el autor nos cuente en que parámetros históricos se ha movido y cuanto de la novela está basado en ellos y cuanto es ficción.

    Lo que ahora espero, no para mañana, es que el autor siga ejerciendo y nos cuente más historias que seguro que encierra en su cabeza.

  19. farsalia dice:

    Es que no me ha gustado (diálogos engolados, algunas incoherencias en los personajes, el final, etc.), pero, objetivamente, hay elementos que valoro, y que son los que comento.

    Por otro lado, lo que ofrecen de por sí los personajes da mucho juego (aparte de los elementos históricos), y por eso echo de menos más páginas. No 600, pero con 300 ó 350 la cosa habría quedado – en mi humilde- una novela más redonda.

  20. Atilio, el lector dice:

    NO creo que se trate de redondeces o cuadraturas sino que, desde mi humilde punto de vista de lector, personalmente echo de menos más páginas porque, desde un punto de vista egoísta, me hubiera gustado que la novela no acabase o, al menos, no acabase tan pronto.

    La lectura de Hellenikon que, como bien apunta Koenig, bien no pudo ser igual a la de cualquier otro, fue una apurada, apasionada, intensa. Me ha gustado y mucho.

    Me parece inútil echar en falta elementos que escapan a las intenciones de una novela histórica, es cierto pero, al fin y a la postre, novela. No se trata de un ensayo histórico ni mucho menos y en función de lo que pretende ser ha de juzgarse.

    Precisamente, la alusión que hace el título a «lo griego» permite discernir perfectamente el contenido de la novela, describiéndolo. En una novela con ese título, lo realmente importante no es el año en el que transcurrió la batalla de Salamina sino cómo vivieron el común de los griegos dicha batalla. En algunos pasajes, casi que es posible oler el miedo de algunos de los falangistas o de sentir como propio el temblor de las rodillas de tu compañero en la batalla. No es uno el lector pasivo sino, más bien, el ateniense que lucha por su libertad, por la libertad de las ideas.

    Éstas es, en cualquier caso, una humilde e inexperta opinión. Lo único respetable de ella es, como decía Savater, la persona que la formula. El resto, no pretende ser una vaca sagrada que no se puede tocar ni discutir. Para eso están las opiniones, pues, para ser discutidas, cuestionadas.

  21. pepe dice:

    Estimado Aquiles: en efecto, a la una en punto he acudido en devota peregrinación a comer al mismo lugar de costumbre, incomparable templo de la gastronomía en el que, como no puede ser de otro modo, estás invitado cualquier día que quieras hacerme el honor. Por supuesto, los demás distinguidos lectores y lectoras también lo están, si quieren acompañarnos. Durante la comida se debatirán diversas cuestiones de indudable interés como, por ejemplo, el uso del asperón en la higiene conventual o el papel del esparto como auténtico motor de la economía valdealgorfana.

  22. Aquiles dice:

    2. – NUDO

    Con la venia, prosigo con mi exposición. Declaro de principio que pertenezco al pelotón de aquellos a los que Hellenikon les ha gustado. Y mucho. Quiero dejar claro que no es debido a que Cavilius sea un hislibreño, en primer lugar porque lo considero un dato irrelevante que en absoluto es garantía de calidad y en segundo lugar porque hablar positivamente de la obra de un compañero de foro casi resulta incómodo, teniendo en cuenta los últimos acontecimientos sucedidos en la página; pero, del mismo modo que ni se me ocurre prejuzgar negativamente «El quinto infierno» sin haberla leído porque no esté de acuerdo con el comportamiento personal de Jorge Ferraro, tampoco estoy dispuesto a ser especialmente benevolente con esta novela porque su autor me resulte cercano y afable. Así que intentaré argumentar suficientemente mis afirmaciones.
    Hellenikon me gustó de la mejor forma posible, es decir, desde el principio; en mi opinión, el capítulo introductorio es de lo mejor que tiene la obra y cuenta con alguno de esos momentos que suelen quedar grabados en la memoria del lector. Es una novela histórica, sí, porque sucede durante una época muy concreta de la historia de la Grecia Antigua, pero sobre todo es la historia de un hombre – Arimnesto – que pasa la parte de su vida que nos es dado conocer buscando sentido a su existencia, y sucede que cree firmemente que son los dioses quienes guían su camino y tienen la respuesta a todas sus preguntas. Teniendo en cuenta esta predisposición, el hecho de que el episodio crucial de su vida esté marcado por la presencia divina – una presencia que él siente como algo real – no solamente no chirría, sino que obedece a una aplastante lógica argumental y narrativa. Desgraciadamente, no tengo ahora a mano los datos relativos al porcentaje de griegos de aquella época que creían en la intervención de los dioses en la vida humana y de los que pensaban de modo contrario, pero sí me parece muy plausible que al menos unos cuantos de ellos se pudieran sentir guiados por fuerzas externas a sí mismos, llamémoslas dioses o como queramos. Todos los personajes que aparecen a lo largo de la novela, cada uno en su medida, me parecen objeto de un buen trabajo psicológico por parte del escritor, empezando por el propio Arimnesto por quien es muy sencillo sentir un cierto grado de empatía asumiendo sus defectos y virtudes como lo que son: gestos humanos. Además me permito destacar como aspecto positivo algo que no siempre se consigue en una obra de este tipo: Cavilius sabe respetar los esquemas mentales correspondientes a una época tan lejana en tiempo y circunstancias a la nuestra. Desde el protagonista al personaje más nimio, todos parecen estar a la altura debida en lo que respecta a su comportamiento.
    ¿Hay en la novela un exceso de tecnicismos? Creo que sí, fundamentalmente en su primera mitad; lo interpreto como un fallo de autor principiante que quiere tener atados en exceso todos los aspectos de su obra, sin reparar en que no es necesario para que ésta se desarrolle con total soltura. En cualquier caso, no es un dato que lastre el conjunto de la novela ni mucho menos, sobre todo teniendo en cuenta el apartado final en el que hay un glosario de términos aclaratorios. Yo también hubiese querido que fuera un libro más largo, pero lo cierto es que esto obedece más a un deseo personal de seguir leyendo que a la necesidad propia de la obra; en conjunto parece que Cavilius ha contado justamente aquello que tenía pensado contar y con la extensión que ha considerado adecuada. ¿Podría haberse alargado más? sí, claro, pero no sabremos nunca si el resultado hubiese sido mejor, peor o semejante. En cualquier caso, para conocer en profundidad los entresijos históricos de la época en la que se desarrolla, lo más apropiado es acudir a un manual. Disiento con Richar – perdona, colega – cuando argumenta que con algo más de acción y personajes conocidos la novela sería más accesible a un público lector ajeno al conocimiento de la época; de hecho, me parece que lo relatado es suficiente y queda suficientemente claro como para que cualquiera pueda hacerse una idea aproximada de lo que sucedió.

    FIN DE LA SEGUNDA PARTE.

  23. Aquiles dice:

    3. – EPÍLOGO

    Ya me he extendido bastante. Quiero acabar diciendo que me sorprendió la madurez narrativa de Cavilius en su primera obra; la verdad es que no me lo esperaba. Creo que maneja bien los diálogos y los tiempos narrativos, sabe captar la atención del lector y, según mi criterio, remata aceptablemente bien la obra. En resumen, parece tener claro que lo que pretende es escribir una novela, no impartir un curso de doctorado.

  24. cavilius el autor dice:

    Buenas:

    Agradezco a todos los que habéis leído el libro vuestras opiniones, porque, como se dice siempre (y no por eso deja de ser verdad), de lo bueno y de lo menos bueno hay que sacar provecho. Confieso que me siento raro en el papel de autor pero me temo que ya es un poco tarde para echarse atrás, así que tendré que afrontarlo con areté griega y dignitas romana.

    Gracias por tu sinceridad, farsalia. He tratado por un momento de ponerme en tu lugar, es decir, en el de comentar una novela de un autor “de por aquí” (digámoslo así), una novela que además no te ha gustado, y supongo que no es una situación fácil. Así que, repito, te agradezco que hayas dado tu opinión sin disimulo; las cosas son como son y las novelas pueden gustar o no, sea el autor inglés, negro, hislibreño o paticorto; y lo que no es justo ni ético para nadie es decir algo diferente a lo que se piensa, y lo que se piensa, sea lo que sea, es tan respetable en tu caso como en el de cualquier otro. Sinceramente pienso que reseñas como ésta dicen mucho en favor de la honestidad del reseñador y, por supuesto, de Hislibris.

    Y paso ahora a comentar lo dicho hasta ahora por todos los concurrentes, reseñador incluido, claro. Espero no hacerme pesado, porque si hay algo con especial riesgo de convertirse en tostón es un autor hablando de su libro (más aún si es su único libro); y si en algún momento suena pomposo, pedante o vanidoso lo que diga, pido perdón, porque nada está más lejos de mi intención; todo lo que digo lo digo desde la más profunda humildad y modestia, y asumiendo como puedo el papel que me ha tocado desempeñar en este tinglado (tinglado que yo me he buscado, por otra parte).

    Antes que nada he de decir que no he escrito esta novela pensando en agradar a nadie, o preguntándome qué le gustará al lector, o buscando tramas, argumentos, personajes, escenarios o lo que sea, que puedan despertar el interés de alguien. He sido tan egoísta que he escrito la novela pensando en lo que a mí, exclusivamente, me gustaría encontrar en una librería. Por otra parte, creo que esa es la manera más honesta (o la única manera buena) de escribir: hacerlo para uno mismo, y confiar en que haciéndolo así, lo escrito pueda también gustar a más gente. Evidentemente, una cosa es tener esa egoísta pretensión y otra llevarla a término con éxito; pero, y digo esto muy modestamente, las veces que he releído la novela me ha gustado, me ha gustado bastante (el tal cavilius el lector que aparece más arriba así lo corrobora). En cuanto a lo otro, a si ha gustado o no a más gente, pues de eso estamos hablando aquí y para eso son las reseñas. Vamos a ello entonces:

    Sobre las cosas que dices que no te han agradado, farsalia, pues en unos casos no puedo más que aceptarlas, puesto que lo que gusta, gusta y punto, y lo que no, pues lo mismo; y en otros casos, en cambio, se me ocurre plantearte alguna pregunta. Sobre los diálogos no hay más que hablar, tu opinión es tan buena como la de cualquiera. Lo que comentas de las incongruencias de Arimnesto y de Hypogenes pertenece en cambio a aquel segundo tipo de cosas que me generan preguntas. ¿Cuáles son esas incongruencias? Lo pregunto simplemente para, si son ciertas, reconocer que efectivamente es así (no me da ningún apuro, al contrario), y si no lo son, reconocer que no he sabido evitar que el texto pareciera incongruente (vaya, en cualquiera de los dos casos salgo perdiendo; valiente defensor de mi libro estoy hecho). Cambiando de tercio, tengo que decir que la novela tal como yo la tenía planteada en mi cabeza pretendía ser una historia de personajes, de actitudes, de comportamientos ante lo cotidiano y lo no tan cotidiano, todo ello enmarcado en lo que he imaginado que sería la vida en la Atenas (o Esparta, o Platea) de finales del VI y principios del V a.C. Quiero decir que la Historia, la que habla de las guerras médicas, de la democracia, de la esclavitud, de Temístocles, de Leónidas, etc., no juega más que un papel secundario, es el paisaje de fondo, que los personajes a veces tienen más cerca, a veces menos, pero que siempre está allí. Es decir, que me alegra que te haya gustado eso. Aunque desde luego la novela no pretendía (y creo que así te lo ha parecido) ser un manual de Historia griega, tarea para la cual me siento absolutamente incapacitado; pero es lo que tienen las novelas históricas: que la Historia, poca o mucha, ha de estar presente de alguna manera.

    Sobre el papel de los dioses: los dioses no aparecen en ningún momento (salvo una vez casi al final, pero incluso allí ¿aparecen realmente o no? Ah, chi lo sa), pero están presentes continuamente en cada página. Al menos es lo que modestamente he pretendido. ¿Influyen en las decisiones que toman los personajes? Pues es una aporía de difícil solución (como toda aporía, claro), ya que si los dioses existen, evidentemente influyen en tanto que existen, y si no existen, evidentemente también influyen puesto que no existen, ya que de existir, la decisión a tomar por el sujeto en cuestión se vería influida por ellos.

    Lo de “novela río”: confieso que en el proceso de escritura, y una vez se lo comenté a Javi, la novela se me iba abriendo, se me desplegaba, la trama se desdoblaba por múltiples caminos; algo así como quien riega un poco una plantita para que crezca, y empieza a salir de la maceta una hiedra. Así que tuve que coger las tijeras de podar, porque la otra opción, la de seguir regando y seguir viendo crecer a la planta, habría exigido de mí mucho más de lo que yo en aquellos momentos podía dar. Creo que es verdad eso que dices: “ay, qué hubiera sido de la novela si el autor le hubiera añadido cien o doscientas páginas más”; cierto, pero ¿qué habría sido del autor? Ahora que he escrito una novelilla me he dado cuenta de lo duro que es, del esfuerzo físico y mental que requiere, del tiempo que se necesita y de la constancia que exige la tarea. Cuando acabé de escribirla (y no son más que 200 y pico páginas, como bien dices), estaba agotado, física y mentalmente. Y esto no es, obviamente, una justificación ni una excusa para buscar opiniones condescendientes sobre el texto; es más bien la constatación de que escribir es (al menos en mi caso) algo más, bastante más, que ponerse delante de un ordenador y empezar a darle a la tecla. Escribir absorbe, aliena, enferma, convierte en ausente al sujeto no sólo mientras está físicamente ante la pantalla sino en todo momento desde que concibe la idea de escribir una novela hasta que la concluye, e incluso después. Ya digo: al menos en mi caso. Así que sí, Arauxo y Aretes, sí me he dejado parte de mi alma en esto, y espero que se vea por algún lado. Pero no sé si eso es bueno, porque repito que yo he acabado absolutamente agotado. Por eso, cuando me di cuenta de que la novela se multiplicaba en muchos hilos, tramas, argumentos, personajes con más recorrido del previsto, etc., confieso que me asusté tanto que quise dejarlo, pero al final decidí tratar de rematar toda esa dispersión e ir cerrando los afluentes de la trama, o al menos no recorrerlos tanto como probablemente habría sido posible. Opino, modestamente, que la novela tal y como está no admite más páginas, se cierra sobre sí misma, es redonda puesto que empieza y acaba, y en su acabar todo queda finiquitado y rematado; pero es cierto que, de haber querido abundar más en lo ya escrito (en los personajes o en las historias internas, sin necesidad de añadir elementos nuevos), había material para unas cuantas (bastantes) páginas más. Pero entonces estaríamos hablando de otra novela, no de esta.

    Sobre el final, acepto que pueda no gustar a alguien, faltaría más (mi mujer es de esa opinión, sin ir más lejos), pero que llegue a cabrear no lo acabo de ver. ¿Por qué, a qué se debe ese enfado, farsalia?

    Sobre el protagonismo que pueda yo tener y que pueda o no serme robado, la verdad es que no lo quiero, en serio. A Javi pongo por testigo de que mi intención y mi deseo siempre ha sido quedarme atrás, al margen, escondido tras la novela, porque si hay algo que nunca me ha gustado es ser protagonista de nada. Quiero a la novela porque la he escrito yo y es obra mía, pero yo no me quiero más por el hecho de haberla escrito, ni quiero nada para mí por el hecho de llevar un libro debajo del brazo.

    Sobre los personajes y el papel del protagonista: tal y como yo lo veo, la novela no tiene un protagonista. Lo que tiene (a ver cómo lo digo sin que parezca un eufemismo) es un personaje que “ejerce” de protagonista, sobre el cual ser construye la novela, una especie de eje en el que se van apoyando y encaramando el resto de personajes con sus pequeñas historias. Repito: tal y como yo lo veo, es decir, desde un punto de vista completamente subjetivo y partidista. Efectivamente (¿lo dijo richar?), no hay personajes “terciarios”; y no los hay porque los que aparecen poco a poco se convierten en secundarios, a la sombra de un ateniense (Cavílides) y un espartano (Arimnesto) que serían los “secundarios más destacados”. Al menos a mí me gusta entenderlo así; prefiero entender que el personaje protagonista, el que lleva el peso de todo cuanto sucede, sea ni más ni menos que el que menciona el título del libro.

    En cuanto a los diálogos y las descripciones (farsalia, richar, Koenig… ): pues es verdad, descripciones hay pocas y breves, y el gran peso de la novela recae sobre los diálogos. ¿Es algo buscado o casual? Poco importa, ¿no? (en realidad confieso que algo hay de lo uno y de lo otro), lo que importa es si el resultado funciona o no. El “tono” de la novela es, en efecto, más bien lacónico, seco, áspero. En este sentido, se trata de una novela austera, “espartana” (qué gracia), y eso, lo confieso, sí es algo intencionado. La escasez de descripciones no es casual, vaya, y ello quizá haga de la novela un poco escuálida, tan escuálida como los diálogos de un western de Sergio Leone (me acaba de venir a la cabeza la comparación, espero que sea mínimamente acertada).

    Josep, los elogios que me cuelgas me desarman de tal manera que no pienso discutirte esas inverosimilitudes que has encontrado en el texto (aunque ya lo hice por email, como bien sabes, je je). Muchísimas gracias, de verdad.

    Seguiría escribiendo, pero ya dije que no quería ser pesado ni parecer el papá que se le cae la baba hablando de lo bien que su nene toca la flauta en el colegio. Aunque acabo de leer los comentarios de Aquiles, Atilio y juanrio, y se me ocurren más cosas que decir. Si más adelante tengo más tiempo, y fuerzas, ya continuaré.

    Saludos.

  25. Balbo dice:

    Hola hola, he leido la novela y me ha entretenido que es lo que pretendia, que me entretuviera y que me dejara algun poso de conocimiento, pero lo que dice Josep Mil Nombres (es que es muy largo para escribirlo), me parece un poco fanatico al decir que podriamos estar ante un Yo Claudio de Graves o un Anibal de Haefs… Ni tanto ni tan calvo. La novela entretiene y eso es lo que deberia importar, pero tampoco es para escitarse.
    ciao ciao

  26. Koenig dice:

    Buenos días.

    Magnífica exposición Cavilius, aunque corta. Es un magnífico ejemplo de aquello que decía el filósofo (no me acuerdo cual) que «no es lo mismo ser superior que mirar desde arriba».

    Superior.

    Opino.

    Saludos.

  27. Ariodante dice:

    Bueno, acabo de volver de una pequeña salidilla, y me encuentro este berenjenal, ¡maldición! No hay cosa que más me jorobe que tenerme que leer los cincuenta mil comentarios de golpe…no de uno en uno.
    Vamos a ver, la primera en la frente: al margen de que a Farsalia le haya gustado o no…(no me gusta este guiso y además me han puesto poco, eso lo decían en una peli de Woody Allen, ¿no Pepe?), creo que lo mejor que ha podido hacer Farsalia ha sido empezar así. Ha conseguido que la comunidad hislibreña se haya puesto en pie a comentar el asunto. Me parece que si no le ha gustado, lo cual es plausible, no está de más que lo diga. Pero me da la impresión de que sí que le ha gustado. Al menos, una parte. Es decir, entiendo que lo que quiere decir Farsalia es que no es la novela que él hubiera escrito. O que esperaba de ella otra cosa…y se ha encontrado con esto.
    Yo sí que la he encontrado estupenda, (eso ya lo sabe Cavi) y al contrario que Farsalia, no me ha parecido corta. Me ha parecido de la longitud adecuada, equilibrada. ¿Que quieres más? Vuelve a leerla…! Otra cosa de la que discrepo: Hellenikon es una novela, no un tratado de historia. Estoy hasta el gorro de farragosas descripciones que cuando terminas de leerlas has olvidado de qué estábamos hablando. ¿El tema de los dioses? Los dioses flotan sobre la historia. ¿cómo podría ser de otro modo, tratándose de Grecia? Y están donde deben estar. En lo que estoy de acuerdo con Farsalia es que yo también hubiera optado por otro final. Pero ésa es otra historia…
    Tambien coincido con la exposición de Koenig: estamos hasta el gorro de los grandes y archiconocidos personajes. Hellenikon es una ventana por donde entra el aire fresco primaveral.
    Concuerdo con lo que expone Richar, y sobre todo en la excesiva terminología de la primera parte. Me resultó algo farragosa. Sin embargo me pareció homérico el castigo de los persas a Arimnesto, que no lo digo, para no jorobar a nadie (bravo, Josep!).
    Con Josep también estoy de acuerdo, salvo cuando dice que «¿para qué seguir escribiendo?». ¡¡¡Ni se te ocurra, Josep!!! Sois dos tipos de escritores muy distintos, o al menos vuestras dos obras, siendo como son sobre tema helénico, no son comparables, por muchas razones que aqui no voy a enumerar.
    Pero me encantaría leer el segundo libro (de ambos) dentro de un plazo razonable.
    En fin, esta es mi posición (ya no se puede decir que uno opina, porque el galo se enfada…) y a Cavi le mando un cachetillo y un abrazo. Y espero asistir a su presentación en Valencia, ya que me he perdido la de Madrid, con gran dolor de mi corazón.

  28. Arauxo dice:

    En lo que a mí respecta, Ariodante, no me he puesto en pie a defender nada porque no he leído la novela. Ni siquiera la he olido. Pero sí he preguntado al reseñador por las cuestiones que a mí, como simple lector de narrativa, me importan verdaderamente y que -creo- se le han quedado en el tintero. Otra cosa es que haya querido o podido responderme…

  29. Ariodante dice:

    Bueno, Arauxo…lo de «ponerse en pie» es un decir. Yo estaba cómodamente apalancada en mi silloncito mientras lo escribía.
    Quizás tus preguntas las veas respondidas si vas a la2Revelacion ( http://la2revelacion.com/?p=317) y lees mi reseña, que acaba de salir ahora mismito. Y si no es así, luego te contesto. Lo que haga o no Farsalia es cosa suya…

  30. Julio dice:

    Felicidades Caviluis por tu novela, aunque no he tenido aun el gusto de leerla, como Ignacio el argentino, espero que también llegue con Julio el mexicano, saludos

  31. Arauxo dice:

    Pues sí, querida Ariodante, has respondido a la mayoría de ellas. Una reseña hermosa, con enjundia, elaborada y sentida. Gracias, Ario. Estoy seguro de que la novela del tal Villalón este no merece menos. Intentaré ratificarlo por la vía de la experiencia propia.

  32. Nes dice:

    Pues yo no la he leido aun, pero no me puedo resistir a participar por que la tengo y será lo siguiente que lea.

    Ante todo felicidades por la publicación de tu primera novela Cavilius.
    Y ya que no he leido el libro, solo puedo comentar la reseña, y la verdad es que no me da la sensación de que a Farsalia no le haya gustado, al contrario, creo, que igual me equivoco, que hace un doble juego en su reseña para atraer la atención sobre la novela… no se, igual soy un poco retorcido.

    S2

  33. Rodrigo dice:

    En efecto, Ariodante. Lo que haga cada cual es cosa suya: contestar o no a las consultas, atender o no a la réplica del autor, etc. Cada uno escoge el modo de darse a entender, a sabiendas (pues grandecitos estamos todos) de que en este modo va su propio retrato, cosa delicada en un medio virtual de interacción como este que nos depara Hislibris.

    En esta página ha habido ejemplos de lo que no debe hacer un autor al acudir en defensa de su obra, menoscabando la dignidad de quienes la han criticado –reseñadores o comentaristas-, y de paso la suya propia. Pero aquí tenemos un ejemplo de lo contrario, pues la réplica de Cavilius es positivamente modélica: plena de entereza, humildad y donaire. Ojalá todos los autores reivindicasen con similar gentileza el derecho de opinar sin disimulo. Y no creo que su condición de hislibreño merme el honor que se debe a su intervención, pues por más que uno desease lo contrario, no siempre ser miembro de esto que bien podemos tener por comunidad equivale a ser tan cortés y gallardo como Cavilius ha sido –muy en su línea, por lo demás-.

    Hasta ahora he entendido que el ejercicio de reseñar libros en un lugar como éste implica exponerse, o, mejor dicho, dar lugar a una suerte de diálogo a varias voces; diálogo entre el reseñador, el universo de comentaristas y, eventualmente, el autor de la obra reseñada. Puesto que es quien ha abierto los fuegos, el reseñador se debe al diálogo por él suscitado, a sus copartícipes y al medio que los cobija. No creo desbarrar al dar por supuesto que, en el contexto de un diálogo, lo propio de gentes civilizadas es responder a las interpelaciones de los demás; cuestión de mínima deferencia. Pues bien, en Hislibris lo habitual es que esta premisa sea honrada a cabalidad, siendo esta una de las muchas razones por las que tan a gusto me siento aquí. (No menos satisfactorio me resulta el plano de paridad y reciprocidad en que solemos relacionarnos.)

    Pero, como decía al principio, cada cual es dueño de comportarse como le plazca, suponga o no desairar a autores o a contertulios.

    Acaso sea todo cosa de anticuado y quisquilloso (o de tiquismiquis, como graciosamente dirían al otro lado del océano), pero es mi modo de ver las cosas.

    Saludos.

  34. Ariodante dice:

    Rodrigo: estoy completamente de acuerdo contigo. Ni anticuado ni quisquillosos ni tiquismiquis. Has dicho lo que tenias que decir, y ya.

  35. farsalia dice:

    ¿Se han dado cuenta ustedes que no es lo mismo responder un mensaje de 4 líneas que a unoo a varios de unos cuantos párrafos? ¿Que no es lo mismo responder en un foro una línea que aquí varias largas interpelaciones? ¿Que servidor también hace otras cosas, como ustedes, imagino? ¿Que se necesita tiempo, dedicación y ganas, al cabo del día, para responder todos los comentarios? ¿Que todo el mundo trabaja, se divierte, desconecta o lo que sea?

    Yo no suelo prejuzgar a nadie, rogaría lo mismo. Del mismo modo que cuando escribo otras reseñas y nadie comenta nada, no creo que haya faltas de gentileza, cortesía o gallardía.

    Tengo varios comentarios pendientes que hacerle al autor del libro y a otros hislibreños, pero visto lo visto, quizá le enviaré un privado al autor comentando lo que él preguntaba y a los demás que les zurzan. Con toda gentileza, cortesía y gallardía. Saludos.

    Sí, yo también pensaba que todos somos grandecitos.

  36. Javi_LR dice:

    Farsalia, en parte te entiendo, pero ya que tienes admiradores que te preguntan, nada cuesta decir un «ahora no tengo tiempo para contestar» por simple cortesía, y ya está, no pasa nada. Sabes que así se ha hecho siempre y que los comentarios en las reseñas suelen ser vivos y, con frecuencia, impacientes. Por lo demás, te he leído en más de una ocasión lo de «no generalizar», así que no no mandes a zurzir a los demás, porque nada te han hecho, hombre. No te enfades, que tus otras reseñas nada tienen que ver con esta, que es especial para muchos. Tampoco creo que nadie te prejuzgue, porque ya son muchos meses leyéndonos todos los días como para tener elementos de juicio.

    Y a los demás, algo de paciencia y comprensión no nos vendría de vez en cuando mal. No saquemos las cosas de quicio porque no tienen importancia.

    En cuanto al resto de tus reseñas, Farsalia, tenemos que formar tú, yo y otros cuantos la asociación de «Reseñadores Con Apenas Comentarios». RCAC, que suena muy bien. Yo tengo una media de doce, ¿la superas? En cuanto pases de la media de veinte, estás fuera del club, y con esta que has hecho las vas a pasar canutas para la permanencia en tan insigne club.

    Un abrazo a todos.

  37. Ariodante dice:

    Exacto,Javi . Farsalia, lo que dice Javi es muy razonable y procedente. No hay que sacar las cosas de madre. Es cierto que esta reseña, por ser el libro que es y de quien es, es muy especial para todos nosotros. Y quizás ha faltado un poco de diplomacia por todas partes.

    En cuanto a los comentarios que se nos hacen a los reseñadores, la cosa es muy relativa. Es cierto que han habido algunas reseñas donde han confluido un tema interesante y a la vez conflictivo, muchas intervenciones que han ido derivando el tema a otros, y otras en las que simplemente se han convertido en foro y se ha hablado de cocina o de otras cosas que nada tienen que ver con el libro reseñado.

    No es el número de comentarios lo que importa, sino lo que aporten al tema en cuestión o no. O sea que no se trata de tener pocos o muchos, sino los adecuados; y en la medida de lo posible, corresponder a ellos.

    Si resulta que te has ido de vacaciones, pues lo dices y todos lo comprenderán. O estás ocupadísimo con tu trabajo o tus asuntos privados, eso también lo podemos comprender a la perfección. Y no hagamos de esto una montaña.

  38. Rodrigo dice:

    “… A los demás que les zurzan. Con toda gentileza, cortesía y gallardía”.

    Uy. ¿También a las damas? Qué feo…

    Farsalia, ¿tanto te costaba dar alguna prudente señal de que estabas en disposición de responder? Mira que sabes muy bien cómo funciona Hislibris, puesto que eres un señalado hislibreño, y las primeras consultas te fueron dirigidas el lunes (estas consultas me resultaban particularmente interesantes, tanto que de hecho suscribí de modo más explícito que tácito a ellas). Ha habido desde entonces plazo razonable para contestar, más teniendo en cuenta lo rápido que sueles atender a los requerimientos. Por lo tanto, puedo aducir en mi favor –aunque sea pobre defensa- que mi intervención no se ha debido al prejuicio, sino a lo evidente y a lo sabido.

    Que tu enfado y afán de represalia recaigan únicamente en mi persona, Farsalia, que mi comentario fue a título estrictamente personal.

  39. Richar dice:

    Saludos,

    yo también creo que, seguramente porque esta sea una reseña de un libro que a todos nos toca más de cerca, se le está metiendo presión a farsalia desde el primer día. Hay que dar un poco más de cancha y quizás ser menos «agresivos» en las peticiones de aclaración al autor.

    Vamos, digo…

    Saludos,
    Richar.

  40. juanrio dice:

    Yo me pongo en el lugar de Farsalia y le comprendo perfectamente. El ha dado su opinión con la reseña, en mi opinión ha quedado un poco ambigua pero es la suya. Y cada uno de nosotros hemos dado nuestra opinión, los que la hemos leído sobre la novela y los que no sobre el autor.

    Para rematar lo dicho por Cavilius, cuando leí en el enlace el primer capítulo de la novela pense inmediatamente en la película de Leone «Por un puñado de dólares» o Yojimbo en su original japones. Arimnesto tiene la jeta de Eastwood en ese capítulo. Luego engorda, que Don Clint nos ofrece en esas películas unos personajes muy delgaditos.

  41. farsalia dice:

    No saquen las cosas de contexto ni se aferren a un clavo ardiendo: lo que pase con otras reseñas no es el quid de la cuestión ni de mi protesta. Y no me vengan conque «Hislibris es así». Todo es así, y cada uno tiene sus cosas y sus quehaceres, y no vamos sacando las cosas de quicio sólo porque hayan pasado varios días y no les haya contestado como merecen. ¿Qué les podría haber avisado? También, pero ustedes no están en mi cabeza ahora mismo. Así que tengan un poco de paciencia, que esperar al fin de semana no costaba nada, diga el reseñador algo o nada. Que parece que les va la vida en esto…

  42. Ariodante dice:

    ¿Qué tal si seguimos hablando del libro en vez de del reseñador? Esa sería la mejor manera de normalizar las cosas…y no seguir rizando el rizo.

  43. farsalia dice:

    Eso mismo digo yo en la reseña… Ya les comentaré.

  44. Vorimir dice:

    Ojú, haya paz señores. Estoy con Richar y Juanrio, quizás pq el autor es un conocido Hislibreño han entrado más al trapo que normalmente.

    De todas formas, y volviendo a la novela… mis fondos bancarios no están pa muchos trotes, pero en cuanto se repongan pienso hacer un pedido a la Evotheca y así podré opinar de primera mano.

  45. pepe dice:

    Tutear es hablar a alguien empleando el pronombre de segunda persona. Advierte el diccionario que con su uso se borran todos los tratamientos de cortesía y de respeto. Sin embargo, aumenta la sensación de confianza y, entre amigos y conocidos (aunque sea sólo conocimiento digital), es de uso casi obligado en España (no así en hispanoamérica). Cuando en este ámbito se usa el «usted», más que cortesía o formalidad lo que indica es distanciamiento. El plural es cosa distinta, sobre todo cuando es un andaluz o un canario quien lo utiliza. Como no sé cual es la procedencia de Farsalia, ni tampoco sé cual es su intención al usar el «ustedes», voy a concederle el beneficio de la duda y a pensar que es por una cuestión de cortesía y formalidad. En cuanto a la expresión a los demás que les zurzan, aunque el diccionario nos informa de que es indicativa de desprecio o desinterés, se admite su uso informal entre amigos sin que tenga dicho significado negativo. Otorguémosle también aquí el mismo beneficio y pensemos que, cuando escribió tal cosa, estaba acogido a este segundo uso. Dice, por último, que parece que les va la vida en esto. Lleva razón, a ninguno nos va tanto en este asunto. Al autor sólo le va su ilusión y decenas o cientos de horas robadas al sueño o a la familia. Y al editor, su dinero, su prestigio y un número parecido de horas.
    A los demás, en el mejor de los casos, simplemente nuestro cariño a ambos. Por último, si el reseñador no tiene tiempo para responder o quiere tomarse su tiempo para hacerlo, no hay que presionarle porque está en su perfecto derecho. A cambio, si alguien da muestras de impaciencia, dicho reseñador quizá ganaría mucho si sus respuesta fueran menos airadas y dieran más muestras de bonhomía, palabra que viene del francés y significa, entre otras cosas, afabilidad y sencillez.

  46. Josep, superviviente de las fallas, dice:

    A) Pido disculpas si he podido ofender a alguien con mi comentario, o agobiarlo con su extensión.
    B) Lo siento, Balbo, quizá me expresé mal, o me dejé llevar por el entusiasmo, pero no he dicho que la obra SEA, sino que PODRÍA HABER SIDO un Aníbal o un Yo Claudio. Y lo sigo creyendo, sinceramente. Del mismo modo que no hay que pelotear al autor por ser contertulio, tampoco creo que debamos minusvalorarlo por ello. Y ya sabéis que yo suelo ser bastante criticón (y algún disgusto y amonestación me ha costado).
    C) Luis, tú ya me conoces. ¿Nos vemos en Zaragoza?
    D) Vuelvo a estar de guardia.

  47. farsalia dice:

    La bonhomía, la afabilidad, la sencillez… son calles de doble sentido, como casi todo en esta vida.

    Servidor ha tenido la semana muy liada… como ustedes. Servidor quiere responder a los requerimientos de los hislibreños… como todos esperan. Servidor sacará tiempo este fin de semana… como ya he dejado caer. Servidor no ha tenido intención alguna de ser el protagonista de esta reseña… como habitualmente hace.

    Quizá si de tanto en tanto nos pusiéramos en la piel de cada uno, unos en las de otros y a la inversa, y pensáramos un poco en lo que escribimos nos ahorraríamos muchos malentendidos y comentarios fuera de lugar.

    Por otro lado, y cambiando de tercio:

    I

    A mí no me ha gustado la novela, pero no por ello la tengo en mal concepto. No conozco personalmente al autor, y quizá ello facilita las cosas en cierto modo… aunque si lo conociera, y ya se sabe que la confianza da asco, seguramente le diría lo mismo pero de otro modo. Por ello, que no me haya gustado no complica ni simplifica la tarea de la reseña. Porque, objetivamente, todo libro se valora en lo que es, independientemente de los gustos personales. Valoro lo que comentaba en la reseña, quizá no con el detalle que algunos hislibreños querrían, pero tampoco creo que deba entrar en detalle, porque para eso siempre es mejor leer la novela y que cada cual saque sus propias conclusiones, ¿no?

    Dice Ariodante:

    «entiendo que lo que quiere decir Farsalia es que no es la novela que él hubiera escrito»

    No me pasa por la cabeza semejante presunción, pues es el autor el que ha escrito la novela, no yo. Yo no sé cual es la novela que hubiera escrito, soy un lector más que la valora como tal. Y que podrá decir si le gusta o no, y si le gusta algo por qué y si no le gusta, también por qué. Y dejando claro, como hacemos todos, y como Koenig resalta, que hay tantos libros como lectores… e incluso lecturas. Pero aparte de gustarme o no, valoro la novela como lo que es, dentro del género y lo que ello supone. Por eso comento en la reseña que la novela gustará a los habituales de este género, por las razones que comento, y seguramente por muchas más.

    En otro rato, sigo, que es hora de comer.

  48. Germánico dice:

    En mi humilde, parece que los malentendidos se han superado, A ver si no vuelve a torcerse la cosa. Soy de los que opinan que el «reseñismo» es un arte libérrimo, cuasi anarquista, y que mientras no se entre en el engaño o el insulto, el reseñador puede decir lo que le dé la gana, arriesgándose, como mucho, a que alguien le diga que qué caca de reseña; pero considero poco apropiado entrar a juzgar intenciones y demás: cada cual es dueño de sus actos, lo que no quita que con ellos se expone, lógicamente, a que cada cual se forme el concepto del individuo en cuestión juzgando sólo por lo expuesto. Y estamos en lo de siempre: no nos conocemos personalmente, y este mundo de internet es de lo más ambiguo.

    Saludos.

  49. Arauxo dice:

    Yo formulo una propuesta al jefe y a los demás:

    1. Enterremos las hachas de guerra que hayamos podido desenterrar (yo lo haré el primero).
    2. Aceptemos las discrepancias como inevitables en una comunidad tan amplia, con perspectivas tan diferentes.
    4. Volvamos a empezar, porque el libro de Cavi no se merece menos. De modo que: autocensurémosnos por una vez, borremos todos los comentarios que no versen sobre el libro y aquí paz y después gloria.

    Porque no hay derecho a que en la reseña del libro de un hislibreño montemos una trifulca como la que hemos montado. El libro es el que es y la reseña también. Partiendo de esa realidad insoslayable, comentemos lo que queramos en torno a las virtudes y defectos del libro, pero sólo del libro.

    Yo empiezo entonando el mea culpa, porque fui el primero en intervenir y ya empecé tocando las narices. Pido disculpas a todos y a Javi LR que borre todos mis comentarios. Ya pondré algún otro cuando hayamos hecho limpieza.

    Creo que es lo justo.

    Y que conste que a mí no me va el papel de pacificador por encima del bien y del mal. Pero se lo debemos al autor de este libro.

    Por favor, Javi y los demás: volvamos a empezar. Afortunadamente, el mundo cibernético permite aprender de los errores y hacer borrón y cuenta nueva. Volvamos a empezar, por favor, por favor, por favor.

  50. Germánico dice:

    Te has comido el punto 3… Intolerable actitud…

  51. Ascanio dice:

    Es que ya ha empezado borrándose a sí mismo. Encima que el pobre predica con el ejemplo…

  52. Ariodante dice:

    Por cierto, Pepe: ¡¡Felicidades!! aunque sea con un dia de retraso…

  53. cavilius dice:

    Por mi parte no hay problema, farsalia, de debò.

    Germánico, ¿tú en una reseña de griegos? ¿Qué fue de la dignitas, la gravitas, la virtus y todo eso? ¿Ande andarán?

  54. cavilius dice:

    Vaya, se me olvidaba, Josep:

    C) Sí, creo que en Zaragoza nos veremos. Y vuelta a pasar nerviossss…

  55. Clío dice:

    Pero si no se notaron, no….

  56. pepe dice:

    Muchas gracias, Ariodante. Estoy desde hace dos horas peleando con el manual de instrucciones del regalo que me ha dejado el día del padre: una cámara Sony alpha 200, con dos objetivos (18-70 y 75-300). Me animo a dejar este comentario por dos motivos: 1) para agradecerte tu cariñosa felicitación y 2) para demostrar que las aguas han vuelto, en mi caso, al cauce de la intrascendencia. Bueno, en realidad algo sí tiene que ver con la reseña -véase el nombre tan griego del modelo de cámara. Por cierto, antes que lo olvide de nuevo, recuerdo que cuando leí la reseña pensé en felicitar al reseñador por la acertada elección del tema musical del olivo. Aprovecho para hacerlo ahora.

  57. Ariodante dice:

    Vaya, Pepe, ¡qué suerte tienes! A mi en el dia de la madre no me regalan nada ya…como mucho, las inevitables flores,…. que tengo que comprar yo, jajajaja. Prosaicos que son los tiempos.

  58. farsalia dice:

    Es que el tema de Quico el Célio, el Noi i el mut de Ferreries le venía que ni al pelo… ;)

  59. pepe dice:

    Ariodante: no es por aumentar tu envidia pero antes he olvidado mencionar que mi hija Irene también me regaló una estatuilla de Buda pintada a mano en el colegio. Farsalia: efectivamente, no era fácil encontrar un tema musical tan adecuado al asunto en cuestión y las imágenes son además muy hermosas. Hay pocas canciones con olivos como tema principal. Una de ellas es la adaptación musical que hizo Paco Ibánez (y luego Jarcha) del famoso poema de Migue Hernández. Buen fin de semana a todos.

    http://www.youtube.com/watch?v=QxeFEBSAOUs&feature=related

  60. Ariodante dice:

    ¡Vaya por Dios, Pepe! Me dejas sumida en la más profunda desesperación. ¡Una estatuilla de Buda! Justo lo que me faltaría en mi casa, para aumentar mi colección de budas…
    En fin, buen finde!

  61. ignacio el argentino dice:

    Volviendo al libro, cuando estará en Argentina. saludos

  62. Hipatio dice:

    Es muy triste, pero es la primera vez que llego a un hilo de Hislibris a consultar crítica y comentarios sobre un libro determinado, y salgo sin tener pajolera idea de que cosa se cuenta en él. Sí, ya: que se desarrolla en los días de las guerras médicas… que podría ser más extenso, ¡ah! y que el protagonista atiende por Arimnesto.

    Y luego elucubraciones sin cuento sobre a quien puede gustar o no.

    Es como si en una reseña sobre “El Rey debe morir”, nos contaran “va de la época micénica (o heládico reciente si gusta más), podría ser más corto… ¡ah! y el protagonista atiende por Teseo”. (Y eso que Teseo, ya da muchas pistas).

    Una pena, vamos.

    Como dice “Arauxo”: ¿Qué historia se esconde detrás de la Historia? Esta cuestión es principal (pienso) para quien busca información sobre si se compra un libro o no. Porque para la “Historia” con mayúsculas, para empaparnos de Guerras Médicas, tenemos muchos otros y amados textos, empezando por el señorito de Halicarnaso.

    Pero me da la impresión de que Cavilius, en su “historia” (con minúsculas), debe contar muchas y sabrosas cosas, que son las que nos escamotea el reseñador. Bien por incapacidad para la síntesis o por juzgar dichas cosas indignas de su pluma (o teclado).

    En fín, intentaré enterarme de que va el libro por otros medios.

    Ah, y tengo que decirlo… Señor “Farsalia”: si después de hacer una reseña con más lagunas que el Wadi Anas, se pone Vd. como se pone porque se le piden aclaraciones o detalles sobre ella… ¡pues dedíquese a otra cosa, hombre de Dios! (o de Zeus). Dicho sea sin ninguna mala idea, es sólo que me preocupa el estado de su hígado. ;-)

    Volveré por aquí (si me dejan) cuando haya leído “Hellenikon” si es que encuentro por ahí algún texto que me anime a hacerlo. Porque lo malo de esto de leer, es que la vida es muy corta y no se puede uno echar «p’al coleto» todo lo que se publica. Hay que seleccionar, y mucho. ¿Verdad? Y por otra parte: ¿no es esta cuestión (en el fondo) lo que justifica la existencia de la admirada página “Hislibris”?

    Desde Chamberí, con dolor.

  63. Javi_LR dice:

    Hipatio, reseñas como esta hay decenas en Hislibris, incluso muchas que son bastante menos explícitas. Siempre he sido de la opinión de que muchas veces se encuentran más cosas acerca de la obra en los comentarios que en la reseña en sí, que con frecuencia funciona simplemente como punto de partida para los comentarios. Cada reseñador tiene su estilo y es respetable al ciento por ciento.

    Farsalia, por otra parte, ya ha dado los motivos oportunos que explican que no ha tenido tiempo esta semana para contestar y que lo hará en breve. En hislibris nunca (o casi nunca) se ha criticado al reseñador por lo que ha dejado de escribir, por la sencilla razón de que esto no es profesional y cada uno escribe como puede o quiere lo que quiere o puede. Después, los comentarios suelen tener los matices suficientes como para que, si alguien echa en falta algo en la reseña, lo encuentre después o incluso lo diga y lo exponga, porque esto, y no otro asunto, es lo que justifica Hislibris: el intercambio de pareceres acerca de un libro en torno a una reseña que, por lo demás, a veces se queda en pura anécdota, siendo lo realmente importante lo que se dice después. Si tienes alguna duda acerca de la novela, seguro que alguien te responderá de mil amores.

    Por otra parte, encantado de volver a verte por aquí en un futuro, leas o no leas Hellenikon.

    Un saludo.

  64. Richar dice:

    Sin ir más lejos, mis reseñas son un ejemplo de lo anterior, que dicen más bien poco y sólo son un inicio para escuchar el resto de opiniones. Y estoy preparando otra de esas, que lo sepáis :-)

    En cualquier caso, Hipatio, no estoy de acuerdo en lo que dices, porque si la reseña ha podido no satisfacer tu curiosidad acerca de la novela, tienes un buen puñado de comentarios extra que complementan a la misma, entre otros el del propio autor… vamos, que digo yo que se cuenta bastante por este hilo, o al menos lo suficiente sin destripar toda la novela.

    Saludos,
    Richar.

  65. farsalia dice:

    II

    Arauxo preguntaba hace unos días:

    “¿Qué hay en la novela, además de poca o mucha historia? Nos describes con bastante abundamiento el esqueleto histórico de la novela, su andamiaje, sus escenarios, pero… ¿y la novela misma? ¿Cuál es su alma? ¿Qué hay más allá de los griegos y de su historia? ¿Están vivos sus personajes? ¿Hay tensión dramática? ¿Hay carácter, pulso, fuerza, vigor? ¿Hay un trozo del alma del autor detrás de las bambalinas? ¿Qué historia se esconde detrás de la Historia? ¿Está el Cavilius del hoy y el hombre del presente, que sufre, sueña, llora y ríe, detrás de alguno de los griegos protagonistas? ¿Tal vez de todos? ¿Qué hay más allá de la tramoya? ¿Qué esconden las máscaras?”

    No he querido destripar la trama de la novela en la reseña, así que te recomiendo su lectura, pues seguramente hallarás esas respuestas que buscas. Hay mucha Historia en ‘Hellenikon’, pero sin que fagocite la historia de Arimnesto, el protagonista. Y esa es una de las cosas que valoro positivamente de la novela; algo que en tantos y tantos ejemplos del género se deja a un lado. Sobre si hay un trozo del alma del autor a lo largo del texto, quienes mejor lo conozcáis podréis decirlo con mejor juicio que yo, aunque es cierto que de tanto en tanto se intuyen ‘caviliadas’… Cavílides, y que me (nos) corrija el autor, podría ser una buena muestra, pero incluso el propio Arimnesto, o Hypógenes o Tomandro.

    Aretes comenta:

    “estoy de acuerdo con Farsalia, me hubiera gustado que fuera más larga, no en la historia, pero sí más intensa, de hecho, creo que es de esos libros que aguantan y piden varias relecturas posteriores.”

    Estoy cada vez más de acuerdo con lo último que dices: una relectura, pasado un tiempo, permitirá ver más matices en esas 200 condensadas páginas. Y eso es también algo positivo: una relectura significa que, gustos aparte, el texto lo merece. Quién sabe si en una segunda lectura mi gusto se ve alterado, como suele pasar con tantas cosas…

    Richar decía en sus comentarios:

    “4) En cuanto al uso del lenguaje, también se nota muy cuidado para no caer en anacronismos. Ahora bien, quizás el mayor “pero” que pondría a toda la novela, es el quizás excesivo uso de “tecnicismos”. O mejor dicho, el excesivo uso de las cursivas para mostrarlos.”

    El uso de tanto tecnicismo en cursiva es algo que, personalmente, creo que lastra el relato, le resta frescura y naturalidad a los diálogos o las descripciones. Se agradece el glosario final, pero me hastía –y en una novela, más aún- ir adelante y atrás para saber qué narices es tal término.

    Comenta Richar también:

    “espero equivocarme, pero puede que le falte algo para llegar al público más general. Es decir, para los que ya hemos leído unas cuantas novelas históricas o estamos más metidos en ese periodo histórico, esta novela es algo nuevo, diferente, tratando temas tan trillados (Maratón, Termópilas) desde otro prisma, o recurriendo a ciertos aspectos menos conocidos pero también interesantes (guerras contra los ilotas, día a día en Esparta…). Pero para ese público masivo que no está metido en el ajo, puede que la novela “pague” la ausencia de más batallas, personajes principales más conocidos, trama más sencilla y directa…”

    Sí, es algo diferente y nuevo, poco trillado, dentro del género. No soy tan pesimista: creo que el hecho de no ser “una novela histórica al uso más” convierte a ‘Hellenikon’ en un producto (si se me permite en término) muy atractivo no sólo para los habituales del género (que solemos ser muy críticos de por sí), pero también puede picar la curiosidad justamente de aquellos no habituales que suelen huir despavoridos de libros de más de 600 páginas… aunque yo le sigo echando de menos un centenar más al resultado fional. ;)

    A diferencia de lo que opina Josep, no creo que ‘Hellenikon’ deba compararse a libros como ‘Aníbal’ de Haefs o ‘Yo, Claudio’ de Graves. Flaco favor le haríamos a Luis Villalón si le pusiéramos el listón tan alto en una primera novela, que bastante le habrá supuesto de por sí. También es cierto que autores como Haefs o Graves tenían ya de por sí un largo proceso de escritura, no sólo de literatura, y que se dedicaban justamente a eso, a escribir, que el amigo Cavilius irá adquiriendo con el tiempo si se sigue dedicando a esto. Creo que, gustos aparte, hay que valorar ‘Hellenikon’ en su justa medida, ayudando al autor a mejorar lo que los lectores creen que es mejorable, y animándole a seguir en la senda. Yo valgo para leer y escribir algo de ensayo, pero no para construir una novela, por eso animo a los que sí valen, como Luis/Cavilius, a que sigan en la senda.

    Me voy a comer, sigo en otro momento…

  66. farsalia dice:

    III

    Cavilius autor comenta:

    “Lo que comentas de las incongruencias de Arimnesto y de Hypogenes pertenece en cambio a aquel segundo tipo de cosas que me generan preguntas. ¿Cuáles son esas incongruencias? Lo pregunto simplemente para, si son ciertas, reconocer que efectivamente es así (no me da ningún apuro, al contrario), y si no lo son, reconocer que no he sabido evitar que el texto pareciera incongruente (vaya, en cualquiera de los dos casos salgo perdiendo; valiente defensor de mi libro estoy hecho).”

    Empezando a la inversa, en el caso de Hypogenes me pareció que se le presentaba, como personaje, con detalle y evolucionaba (y crecía), como tal, con mucho vuelo… para luego desaparecer prácticamente hasta el final de la novela, sin mayor trascendencia (opino, que conste). No sé, como si el autor (y especulo) no supiera después donde ubicarlo en el resto de la trama. De Arimnesto me chocaba esa reflexión contante acerca de los dioses, cuando en el fondo tales pensamientos poco tenían que ver con sus decisiones y con sus actos. Arimnesto da mucho juego en la novela –por eso hubiese querido más texto, para ver cómo seguía evolucionando, cómo afrontaba los cambios en su condición civil y personal.

    “Sobre el papel de los dioses: los dioses no aparecen en ningún momento (salvo una vez casi al final, pero incluso allí ¿aparecen realmente o no? Ah, chi lo sa), pero están presentes continuamente en cada página. Al menos es lo que modestamente he pretendido. ¿Influyen en las decisiones que toman los personajes? Pues es una aporía de difícil solución (como toda aporía, claro), ya que si los dioses existen, evidentemente influyen en tanto que existen, y si no existen, evidentemente también influyen puesto que no existen, ya que de existir, la decisión a tomar por el sujeto en cuestión se vería influida por ellos.”

    Sí, se reflexiona sobre la influencia de los dioses, se remarca constantemente, ¿pero realmente los personajes sólo divagan o actúan en función de tales pensamientos? ¿Podemos hablar de libre albedrío? No sé, me chirriaba constantemente en la lectura tanto pensar y hablar de los dioses, cuando sobre todo me parecía que los personajes actuaban teniendo claro lo que su conciencia les dictaba, no en función de un temor hacia los dioses.

    “Lo de “novela río”: confieso que en el proceso de escritura, y una vez se lo comenté a Javi, la novela se me iba abriendo, se me desplegaba, la trama se desdoblaba por múltiples caminos; algo así como quien riega un poco una plantita para que crezca, y empieza a salir de la maceta una hiedra. Así que tuve que coger las tijeras de podar, porque la otra opción, la de seguir regando y seguir viendo crecer a la planta, habría exigido de mí mucho más de lo que yo en aquellos momentos podía dar. Creo que es verdad eso que dices: “ay, qué hubiera sido de la novela si el autor le hubiera añadido cien o doscientas páginas más”; cierto, pero ¿qué habría sido del autor? Ahora que he escrito una novelilla me he dado cuenta de lo duro que es, del esfuerzo físico y mental que requiere, del tiempo que se necesita y de la constancia que exige la tarea. Cuando acabé de escribirla (y no son más que 200 y pico páginas, como bien dices), estaba agotado, física y mentalmente.”

    Te entiendo perfectamente, pero, como lector, queda esa espina clavada, ese pensar que la novela hubiera quedado más redonda con un centenar o centenar y medio más de páginas. De ese modo, los personajes hubieran evolucionado más, las tramas personales se habrían desarrollado con mayor detenimiento, surgiendo otras subtramas, etc. Pero, claro, hablo como lector; por eso, entre otros aspectos, lo que no me ha gustado de la novela es que sea tan corta, tan abrupta en algunas resoluciones de situaciones y personajes. Aunque entiendo que el autor tiene una vida más allá de la literatura, y más si no vive de ello. Pero, ay, piensa este lector, ay…

    “Sobre el final, acepto que pueda no gustar a alguien, faltaría más (mi mujer es de esa opinión, sin ir más lejos), pero que llegue a cabrear no lo acabo de ver. ¿Por qué, a qué se debe ese enfado, farsalia?”

    No quisiera desvelar nada que aquellos que no hayan leído la novela (lógicamente) no conocen. De los dos finales, me disgustó el primero. Entiendo que un personaje decida sacrificarse en un momento determinado, y en función de los motivos que sean, pero, ¿tiene que llevarse a los demás consigo, sin haberles preguntado, sin considerarlo siquiera? Hasta entonces, ese personaje actúa de una manera, toma decisiones que cambian su vida en diversos momentos; pero, en esa situación final, toma una decisión que, personalmente, creo que entra en conflicto con todo aquello con lo que ha pensado, en lo que ha actuado e incluso en lo que ha sobrevivido. Me molestó que el personaje asumiera un rol que, opino, no le pega, no ha sido el que estuviera tras varias de sus decisiones.

    “El ‘tono’ de la novela es, en efecto, más bien lacónico, seco, áspero. En este sentido, se trata de una novela austera, “espartana” (qué gracia), y eso, lo confieso, sí es algo intencionado. La escasez de descripciones no es casual, vaya, y ello quizá haga de la novela un poco escuálida, tan escuálida como los diálogos de un western de Sergio Leone (me acaba de venir a la cabeza la comparación, espero que sea mínimamente acertada).”

    El tono lacónico no me disgustó, pero sí que parecía que los personajes estuvieran interpretando un papel en un escenario, más que viviendo sus propias vidas. No sé, iba leyendo y en ocasiones incluso recitaba algunos diálogos para ver cómo sonaban en mis oídos –no en público, desde luego, jajaja–, y no me gustaba cómo sonaban esos diálogos; no todos, desde luego, No tanto por la aspereza y el laconismo, que le pegan a un personaje como Arimnesto, sino por lo, en ocasiones, artificioso que sonaba en varios personajes a la vez (Marduniya, los éforos, el plateense que ahora no recuerdo su nombre, etc.). Ojo, que es una percepción personal, nada más, pero no sé, no me convencían.

    Dice Ariodante:

    “Vamos a ver, la primera en la frente: al margen de que a Farsalia le haya gustado o no […] creo que lo mejor que ha podido hacer Farsalia ha sido empezar así. Ha conseguido que la comunidad hislibreña se haya puesto en pie a comentar el asunto. Me parece que si no le ha gustado, lo cual es plausible, no está de más que lo diga. Pero me da la impresión de que sí que le ha gustado. Al menos, una parte. Es decir, entiendo que lo que quiere decir Farsalia es que no es la novela que él hubiera escrito. O que esperaba de ella otra cosa…y se ha encontrado con esto.”

    No pretendía hacerlo, la verdad: escogí, para variar un poco con la “rutina” habitual de mis reseñas, un estilo diferente, resaltando aquello que no me gustaba en primer lugar y, después, valorar aquello que me parecía positivo de la novela y que creo que gustará en todo tipo de lectores. Ya he comentado antes que no me refiero a lo de “la novela que yo hubiera escrito”, pues me parecería una presunción por mi parte, creo que incluso fuera de lugar.

    Comenta Nes:

    “Y ya que no he leido el libro, solo puedo comentar la reseña, y la verdad es que no me da la sensación de que a Farsalia no le haya gustado, al contrario, creo, que igual me equivoco, que hace un doble juego en su reseña para atraer la atención sobre la novela… no se, igual soy un poco retorcido.”

    Pues no, jeje, no era esa mi intención, pero parece que el resultado ha sido así, aunque no creo que haga falta: la curiosidad y el morbo que despertaban la publicación dela novela de Luis ya eran suficientes alicientes para que los hislibreños se interesaran por ella.

  67. Ariodante dice:

    ¡Ja ja ja! No saben los que te pedían respuestas a quién se las estaban pidiendo…Y me alegro mucho de leerlas.

    Veamos, por partes: lo que dices de Hypogenes lo comparto. Me quedé un tanto despagada cuando el personaje, que prometía, se va diluyendo. Es cierto que podría haber dado algo más de juego.

    Otra cosa: cuando dije lo que «la novela que tú hubieras escrito», es un decir, por supuesto. Hasta ahora no conozco que tengas una vena literaria de ficción…Quería decir el típico condicional contrafáctico: «si tú hubieras escrito esa novela, entonces habrías puesto… bla bla bla.»

    Tampoco el final de Arimnesto me acaba de convencer, pero creo que por distinta razón que a tí. Como no quiero desvelarlo, se lo dije a Luis directamente. Pienso que los dioses no necesitan verse. Los dioses están en todos, ya lo decía Tales de Mileto: todo está lleno de dioses. ¿Libre albedrío, dices? En Grecia eso ni se imagnaba…

  68. Richar dice:

    Buenas respuestas, farsalia.

    Por cierto, que leyendo uno de los libros de Osprey (creo que el de Maratón) esta mañana, juraría haber visto que un tal Arimnesto dirigió a las tropas plateenses tanto en Maratón como en Platea diez años después… ¿coincidencia?

    :-)

    Saludos,
    Richar.

  69. farsalia dice:

    Hislibreños de poca fe, si es que cuando me pongo… xD

    Que se diga que los dioses está en todo no significa que influyan en todo… Ya pongo lo de libre albedrío entre interrogantes. Aunque también tengo en cuenta que se trata de una novela, no de un ensayo, con lo cual ya se sabe lo de las licencias… Luego está la credibilidad: como lector de novelas históricas, espero licencias, pero también credibilidad; y en ese sentido me chocaba tanto el tema de los dioses y su presencia constante y contante (quien quiera ofrendas…), como si lastrara en parte el «libre albedrío» de los personajes de una novela como la que tenemos entre manos.

  70. Josep, el que no sabe expresarse por escrito, dice:

    Querido Farsalia: repito que no he dicho que la obra SEA, sino que PODRÍA HABER SIDO un Aníbal o un Yo Claudio. Creo que la novela no es perfecta (ninguna lo es), pero que tenía potencial (tanto por sí misma como por el autor) para haber salido mucho más redonda. Aún así, es más lo que me ha gustado que lo que no, y sigo manteniendo mi puntuación de 9 sobre 10.
    A ver si escribiéndolo tres veces queda ya claro de una vez, que a veces me explico peor que el Claudio de Graves con un polvorón en la boca…

  71. farsalia dice:

    Pues en lo del potencial coincidimos, pero yo personalmente considero injusto comparar la novela de Cavilius con las de los autores citados. Injusto porque es como si le pusiéramos el listón demasiado alto de buenas a primeras. Pero, bueno, en todo caso, sobre percepciones personales, ya se sabe… ;)

  72. Valeria dice:

    Hace un par de semanas que me he leído Hellenikón. Y ahora, de regreso a Hislibris tras un paréntesis de casi cinco días, desintoxicada de páginas impresas, ordenadores personales y foros, pues me toca hablar del libro. Porque yo he venido aquí a eso, a hablar del libro reseñado. Que no es mío, porque no lo he escrito yo, pero ya lo he hecho un poco mío porque lo he leído. Este es “mi” Hellenikón, pues, como dice Koenig, cada libro tiene tantas lecturas como lectores.

    Cuando leí la novela no conocía personalmente al autor. No pretendía leerla sin el lastre de los afectos o simpatías cibernéticos, pero tampoco quería ponerle cara y voz a Luis Villalón. Era mejor así. Los médicos en quirófano se convierten en seres de un mundo sin rostro, con sus mascarillas, gorros, guantes. Supongo que si te anestesia tu tío Pepe, aunque tenga la mascarilla reglamentaria, la cosa cambia. Pretendía leer el libro sin demasiadas interferencias.

    Dicho esto, las primeras sensaciones fueron contradictorias. Las primeras dos hojas me engancharon, me parecieron increíbles. Sin embargo, en los primeros capítulos empecé a percibir algo: notaba como una contención de sentimientos, de vocabulario, de sensibilidad. Parecía que me estaban negando algo. La historia era creíble, el lenguaje apropiado, los personajes se materializaban… pero yo sentía que al relato le faltaba lo que Arauxo llamó un trozo de alma del autor. Como si el autor –ese sin cara ni voz- sólo me diera una parte, pero no todo lo que esperaba. Y de repente…. no sé cuando pasó, aunque yo lo achaco al fiuncho, perdón, al hinojo. De repente “conecté” completamente. Encontré lo que echaba de menos: espíritu, garra, sentimientos, humanidad, pasión, un torrente de sensaciones.

    Acabó muy bien. La valoración final es muy positiva. A mí el libro me ha gustado.

    Y no es que esperase muchos personajes femeninos en una historia de griegos, pero sí me hubiese gustado un poquito más de espacio para alguna mujer en la historia. Igual en la poda el autor se llevó por delante alguna florcilla para fortalecer el tallo. También he agradecido mucho que la novela relatase vivencias de personajes anónimos, y no nuevas gestas de titanes. Al fin y al cabo, ¿qué sería de Leónidas sin los trescientos? Los que murieron sin que nadie recordase su nombre, los remeros de Salamina, los maratonomacos…. son en mi opinión tanto o más atractivos literariamente hablando que aquellos cuyos nombres nos legó la Historia. Y me ha encantado la manera en que el autor ha tejido en su creación hilos tan tenues (los datos históricos sobre Arimnesto) para trenzar un tejido tan resistente.

    Sobre los dioses: ¿qué queréis que os diga?, Hellenikón, lo griego –o los griegos- sin dioses sería como ver la saga de Star Wars y no creer en la fuerza.

    Y si, también es un punto a tener en cuanta (sobre todo en las primeras páginas) lo de los palabros técnicos. Yo agradezco infinito los glosarios, pero no me gusta que mis lecturas avancen como los coches en un atasco: avanzo (leo), freno (busco), avanzo, freno. Por eso me estudio el glosario de un golpe, para ver si así puedo frenar un poco menos. Supongo que eso me pasa por saber más de dignitas que de areté.

  73. Ariodante dice:

    Valeria, has vuelto con las pilas a tope… me alegro de leerte, y comparto tus opiniones, en general. Besitos!

  74. juanrio dice:

    Siendo cierto que no existen, prácticamente, los personajes femeninos en el libro creo que esta no existencia debe ser cercana a la realidad. No creo que el papel de la mujer en esa época tuviera mucha relevancia social más allá de las sacerdotisas. También es verdad que cada uno lo lee con unos ojos y aunque no quepa hablar de literatura por géneros, si hay una literatura desde los distintos puntos de vista. Recuerdo vivamente Intimidad de Hanif Kureischi que es una novela totalmente masculina y difícil de entender desde un punto de vista femenino.

    Con este rollo quiero decir que yo no he echado de menos la presencia de mujeres en el libro, que no se si esa presencia le hubiera aportado algo más a la novela. Pero, dicho esto, le recomiendo al autor, que vanidad la mía, que en su próxima novela tenga en cuenta que se deja fuera de la historia al 50% de la población.

  75. Arauxo dice:

    Lo de las cuotas está empezando a ser una enfermedad contagiosa, incurable y purulenta…

  76. Valeria dice:

    Estais mezclando, creo yo, dos temas diferentes. Yo no pido cuota femenina. No me parece que deba haber personajes femeninos porque sí, porque si no queda feo, políticamente incorrecto o literariamente cojo. No. Yo he comentado, y por si no me he explicado bien trato de aclararlo, que me parece que algún personaje femenino se inició con pretensiones de desarrollarlo un poco más, o se planteó inicialmente de otra manera, y sin embargo se optó finalmente por la poda. Efectivamente, el papel de la mujer en Grecia era el que era. Y el de los ilotas también.

  77. juanrio dice:

    Te he entendido perfectamente, Valeria,posiblemente el que no se ha explicado bien he sido yo. No he notado lo mismo que tu con los personajes femeninos, no me ha parecido que se le hubieran caído al autor. En muchas novelas históricas se meten personajes femeninos porque si, independientemente de que en la época en que se situe la historia, el papel de la mujer casara con el personaje que se quiere introducir o no. De hecho leyendo historia uno se da cuenta de que los personajes femeninos que destacan eran seres excepcionales, porque si no lo fueran no habríamos oido hablar de ellas.

    Para mi es una lástima leer una novela en la que se ve que el autor ha hecho un gran trabajo de documentación y rechina un personaje fuera de tono. Ese personaje fuera de tono suele ser el femenino principal y eso, bajo mi punto de vista, lastra la novela.

  78. Valeria dice:

    Estoy de acuerdo. Se cometen grandes desaguisados en las novelas (y quizás eso se note especialmente en las históricas) con los personajes femeninos. Y reconozco que yo misma soy muy crítica al respecto.

  79. Ariodante dice:

    Como yo abrí la puerta al tema en la reseña, insisto: no es que haya echado en falta más desarrolllo de los personajes femeninos; sólo lo expuse como un hecho:en Grecia las mujeres y los esclavos estaban casi al mismo nivel y en esta novela queda manifiesto. Pero es lo que toca, y otra cosa hubiera resultado inconsistente.

  80. Josep, el candidato a políticamente incorrect, dice:

    Comentemos el personaje de Keyra Knigthley (pseudo-Ginebra) en la infumable «Arturo», y otros personajes de cuota, dado que toda película que se precie debe tener, al menos, una mujer (en rol masculinísimo) y un miembro de una minoría étnica. A esta novela le fala que Arimnesto sea negro y Marduniya sea un hermafrodita.
    He dicho.
    Y, como dijo el gran maestro Perich, «usar la ironía es peligroso; si te entienden se enfadan, y si no quedas como un g*******s».

  81. Ariodante dice:

    JAJAJAJAAJAJA!!!! ¡Qué bruto eres, Josep! jajajaajaaaa! Me muero de risaaaa!!!Marduniya hermafrodita, jajajaj!!!!
    Oye, te veo mañana en la Casa del Libro.

  82. cavilius dice:

    Buenas:

    De nuevo gracias a todos por los comentarios. Como lo que no quiero es hacerme pesado, intentaré no enrollarme mucho y comentaré cuatro cosillas que se van diciendo por aquí, incluidas las que ha comentado farsalia en respuesta a lo que pregunté. Y lo hago sólo a título de intercambio de pareceres, claro, así que espero que no parezca otra cosa.

    Sobre el uso de palabras griegas: cuando leo una novela histórica, a mí me suele gustar encontrar términos propios del idioma originario de los personajes porque creo que ayudan a dar ambiente. Esos términos han de ser más o menos inteligibles y comprensibles por el contexto de la novela, porque si no, es verdad que la lectura se hace lenta; supone evidentemente un esfuerzo inicial (sólo inicial) entender esas palabras y acostumbrarse a ellas, pero una vez hecho ese esfuerzo la lectura no tiene por qué estar lastrada por ellas. Opino al revés que tú, farsalia, creo que el texto gana frescura y naturalidad precisamente por usar palabras originarias. Una vez hecho ese esfuerzo que mencionaba, claro. En mi novelilla he intentado que el contexto fuera suficiente para que se entendieran los términos que aparecen (al menos en grado suficiente para no perder el hilo de la historia), pero la mayoría estáis coincidiendo en que sobreabundan esos términos… Hum, bueeeno, vale, podría ser, aceptamos barco…

    Sobre las incongruencias: en el caso de Hypogenes, no veo que el que la novela no le haga un seguimiento más cercano sea una incongruencia. Quiero decir que el personaje aparece y desaparece y vuelve a aparecer cuando al autor (que soy yo mismo) le interesa; se presenta, hace lo que le toca y luego hace mutis por el foro hasta que le vuelve a tocar salir a escena. Y cuando no aparece no es que se “diluya”, es que no le toca actuar. De hecho es lo que sucede con todos los personajes: entran y salen y vuelven a entrar varias veces en la novela (unos más que otros, lógicamente), y ni siquiera Arimnesto tiene una continuidad total (hay periodos de su vida en los que no se sabe dónde está, porque tampoco hace falta saberlo para seguir el hilo de la novela). ¿Que Hypogenes es un personaje “con mucho vuelo” y parece que esté desaprovechado? Pues me lo tomo como un elogio porque ese tipo es, modestamente lo digo, creación mía; la verdad es que no era ése uno de los personajes que me tentaba para contar más cosas sobre él (en cambio sí lo era Timandro, por ejemplo). Y en el caso de las incongruencias de Arimnesto, me temo que tampoco las veo; es más, pienso exactamente lo contrario de lo que tú has percibido, farsalia: que sus acciones están siempre determinadas por los dioses o así lo interpreta él, que es lo que cuenta. Pero no hay que darle más vueltas: lo que cada lector (incluido yo) perciba y entienda en cuanto al comportamiento de los personajes y su participación en la novela será siempre coherente a los ojos de cada uno y deberá ser siempre respetable a los ojos de los demás.

    Sobre el papel de los dioses en la novela: libre albedrío, uf, ¿y eso qué es? En cualquier caso, y releyendo palabra por palabra la frase que empleas (“tanto pensar y hablar de los dioses, cuando sobre todo me parecía que los personajes actuaban teniendo claro lo que su conciencia les dictaba, no en función de un temor hacia los dioses”), la verdad es que me parece muy acertada para algunos de los personajes, y además es real como la vida misma: a Dios rogando y con el mazo dando y esas cosas. Real como nuestra vida misma, y también real como la vida de los griegos, probablemente. Sin embargo, sí que hay un par de personajes en la novela, Arimnesto y Timandro, para los que esa apreciación no me parece válida. Pero en fin, estamos en lo de siempre: que todo es opinable. Afortunadamente.

    Sobre lo “abrupto” de algunas resoluciones de situaciones: sí, eso es verdad, algunas escenas se resuelven de una manera muy tajante y poco sutil. Así es en la novela, y así es a veces en la vida. De todos modos, repito lo que dije en el otro comentario: que el proceso de creación de la novela haya sido como haya sido no tiene que afectar al resultado final, y mucho menos a la valoración de éste. Quiero decir que la novela no está “a medias” porque se haya escrito en X tiempo en lugar de en el doble o el triple. Y si lo parece, no es esa la intención.

    Sobre el enfado por el final: vuelvo a estar en desacuerdo contigo, farsalia: el comportamiento de Arimnesto creo que le cuadra perfectamente. Y ahora voy a hacer algo que está muy feo pero es que no tengo tiempo de rescribirlo con otras palabras (pero para qué iba a hacer eso, después de todo) y total, como ya soy importante, pues lo hago: voy a citarme a mí mismo, porque me parece que viene bien como explicación de lo que quiero decir:

    …forma parte de la naturaleza del héroe (y aquí “héroe” tiene el sentido que debe tener, el sentido en el que son héroes esos personajes que citas y muchos otros) buscar su destino inexorablemente, y en esa búsqueda puede hacer el bien o hacer el mal, puede ayudar a sus semejantes o perjudicarles, puede salvar vidas o acabar con ellas; porque sus miras, sus objetivos, están más allá (al margen, por encima, en otro plano) del camino que va recorriendo para alcanzarlos. El aforismo de Heráclito el oscuro que dice “anduve buscándome a mí mismo”, o la sentencia grabada en la entrada del templo de Apolo en Delfos que reza “conócete a ti mismo”, son frases con un profundo sentido “heroico”, al margen de las interpretaciones morales que puedan tener. El Arimnesto de la novela se pasa toda su vida buscándose, y en la medida en que se va encontrando, se va conociendo a sí mismo. Pero ¿es una búsqueda arbitraria o qué criterio es el que la delimita? En el caso de Arimnesto el criterio está claro: son los dioses los que le guían, unos dioses que, pese a que siempre están presentes (“todo está lleno de dioses”, dijo el filósofo Tales), nunca aparecen explícitamente en la novela. Porque así ha de ser, porque así son ellos, así es la divinidad, que nunca se muestra y siempre que se manifiesta lo hace a través de señales, de signos (y aquí de nuevo viene al pelo el filósofo oscuro: “aquel cuyo oráculo está en Delfos ni habla ni oculta nada sino que se manifiesta con señales”).

    Sobre el papel de las mujeres: creo que exageráis. Aparecen cuatro mujeres en la novela. Cierto que apenas hablan ni participan en nada, pero eso es el ideal en una mujer, ¿no? Esteeee… no, perdón, quería decir que así eran las cosas en Grecia. A mí también me chirrían las historias amorosas metidas con calzador en algunas novelas con la única finalidad de dar un toque romántico a la historia. Claro que habría enamoramientos entre griegos y griegas, pero es que en la novela no los hay, no proceden, qué le vamos a hacer.

    Y hasta aquí hemos llegado, que se me acabó el tiempo otra vez.

    Saludos.

    PD: ignacio, lo de Argentina que te conteste Javi, que él es el que lleva el libro de contabilidad.

    PD2: Antes de que se me olvide: ¿qué es una “caviliada”? ¿Falta algún guión en esa palabra? ¿Ein?

  83. farsalia dice:

    Gracias por tus respuestas, Cavilius/Luis, no estoy de acuerdo con ellas, pero donde hay autor no manda lector, jejeje. De todos modos, si todos opináramos igual, qué aburrimiento. Y aquí no se puede decir lo que decía Robert de Niro en ‘Una historia del Bronx’: «no hay nada más triste que el talento malgastado». No, aquí no…

  84. cavilius dice:

    Bueno, si no estás de acuerdo con las respuestas no hay problema, puedo pensarme otras…

  85. farsalia dice:

    No, hombre, tampoco quiero darte la tabarra… xD

  86. cavilius dice:

    O te puedo decir lo mismo pero con otras palabras…

  87. Daniekes dice:

    Ni se te ocurra decirlo en griego, que te conozco :p

  88. Aretes dice:

    «El ideal de una mujer».

    Creo que la prisa o el miedo te ha hecho decir algo erróneo. El ideal de una mujer, lo sabe cada una y no creo que puedas ni imaginar el ideal de ninguna que esté siquiera cerca por mucho que te esforzaras.

    La mujer ideal, o el ideal de mujer, es otra cosa, querido.
    Y dice mucho de uno el que tenga cada cual.

    Saludos también.

  89. Aretes dice:

    Hombre, Cavi, que es martes….

  90. Aretes dice:

    Rectifico y pido mil disculpas. Ha sido una salida de tono que no debía haber escrito.

    Ahora, en la novela, no creo que el papel femenino esté mal representado. Todo lo contrario. Al menos las dos que tienen más relevancia creo que muestran con bastante realidad lo que debía ser la vida de una mujer en esa sociedad.
    Una callada y aceptando lo que le llega sin más.
    La otra, incluso a veces hace sonreir, reina de su casa.

    Y sin grandes diálogos, lo que hace que uno se las imagine de una forma más cercana de lo que podría resultar un personaje más definido.

  91. Richar dice:

    Oye cavi, y ahora que veo que estás en el limbo de los grandes autores de best-sellers, ¿¿¿¿¿ya no respondes a mis preguntas??????

    Está bien, te lo perdono esta vez, pero vuelvo a la carga: vi en uno de los libros de Osprey que hubo un tal Arimnesto que lideró las tropas plateenses en las batallas de Maratón y Platea, cosa poco común por la gran distancia en el tiempo. ¿Cómo se te ocurrió rescatar esto para la novela?

    Gracias majo :-)

    Un saludo,
    Richar.

  92. cavilius dice:

    Acepto la reprimenda, Aretes; y de las mil disculpas no te acepto ni una, mira. Acepta tú en cambio una mía, anda…

    Richar, en el limbo he estado siempre; se está muy bien, nadie te molesta y se ve un paisaje muy bonito. En cuanto a tu pregunta, es que desde que te oí decir que lochagos, enomotarca y ouragós eran los delanteros del Panathinaikós, ya no te hago ni caso. Bueno, en realidad es que se me había pasado tu comentario. De hecho, seguramente se me habrán pasado más cosas que se han escrito en este hilo, así que pido perdón si ha sido así.

    El viajero Pausanias, en su Periegesis, escrita en el siglo II d.C., se refirió a un tal Arimnesto como el general de los plateenses en la batalla de Platea y en la de Maratón (IX 4.2), y que yo sepa es la única fuente que le hace participar en esta batalla. En la de Platea ya le habían colocado Plutarco (en su Vida de Arístides 11.5) y Herodoto (IX 64.2 y IX 72.2). La verdad es que, antes de tener en mente la referencia de Pausanias, me conformaba con poner a Arimnesto sólo en Platea y encontraba incluso un poco forzado «meterle» en Maratón sólo porque a mí me interesaba. Pero cuando localicé la cita de Maratón en la Periegesis, me dije «vaya, parece que los dioses me están marcando el camino…»

    Saludos.

  93. Richar dice:

    Leñes, ¿osea que tu personaje ya se llamaba Arimnesto y comandaba las tropas plateenses en la batalla de Platea, antes de «descubrir» esta coincidencia? válgame el cielo… qué agradable coincidencia debió ser.

    Gracias majo.

    Un saludo,
    Richar.

  94. cavilius dice:

    Sí, richar, parece increíble pero así fue.

    Pero ¿fue realmente una coincidencia? ¿Ein?

  95. juanrio dice:

    Está claro que no fue una coincidencia. Los dioses te llevaron hasta él.

  96. cavilius dice:

    Va, como tengo un poco de tiempo, voy a decir lo mismo de antes pero de otra manera:

    …ocrab somatpeca ,res aírdop ,elav ,oneeeub ,muH …sonimrét sose nadnubaerbos euq ne odneidicnioc siátse aíroyam al orep ,)airotsih al ed olih le redrep on arap etneicifus odarg ne sonem la( necerapa euq sonimrét sol nareidnetne es euq arap etneicifus areuf otxetnoc le euq odatnetni eh allilevon im nE .oralc ,abanoicnem euq ozreufse ese ohceh zev anU .sairanigiro sarbalap rasu rop etnemasicerp dadilarutan y arucserf anag otxet le euq oerc ,ailasraf ,út euq séver la onipO .salle rop adartsal ratse éuq rop eneit on arutcel al ozreufse ese ohceh zev anu orep ,salle a esrarbmutsoca y sarbalap sase rednetne )laicini olós( laicini ozreufse nu etnemetnedive enopus ;atnel ecah es arutcel al euq dadrev se ,on is euqrop ,alevon al ed otxetnoc le rop selbisnerpmoc y selbigiletni sonem o sám res ed nah sonimrét sosE .etneibma rad a naduya euq oerc euqrop sejanosrep sol ed oiranigiro amoidi led soiporp sonimrét rartnocne ratsug eleus em ím a ,acirótsih alevon anu oel odnauc :sageirg sarbalap ed osu le erboS

    .sámed sol ed sojo sol a elbatepser erpmeis res árebed y onu adac ed sojo sol a etnerehoc erpmeis áres alevon al ne nóicapicitrap us y sejanosrep sol ed otneimatropmoc la otnauc ne adneitne y abicrep )oy odiulcni( rotcel adac euq ol :satleuv sám elrad euq yah on oreP .atneuc euq ol se euq ,lé aterpretni ol ísa o sesoid sol rop sadanimreted erpmeis nátse senoicca sus euq :ailasraf ,odibicrep sah út euq ol ed oirartnoc ol etnematcaxe osneip ,sám se ;oev sal ocopmat euq omet em ,otsenmirA ed saicneurgnocni sal ed osac le ne Y .)olpmeje rop ,ordnamiT are ol ís oibmac ne( lé erbos sasoc sám ratnoc arap abatnet em euq sejanosrep sol ed onu esé are on euq se dadrev al ;aím nóicaerc ,ogid ol etnematsedom ,se opit ese euqrop oigole nu omoc omot ol em seuP ?odahcevorpased étse euq ecerap y ”oleuv ohcum noc“ ejanosrep nu se senegopyH euQ¿ .)alevon al ed olih le riuges arap olrebas atlaf ecah ocopmat euqrop ,átse ednód ebas es on euq sol ne adiv us ed sodoirep yah( latot dadiunitnoc anu eneit otsenmirA areiuqis in y ,)etnemacigól ,sorto euq sám sonu( alevon al ne secev sairav rartne a nevleuv y nelas y nartne :sejanosrep sol sodot noc edecus euq ol se ohceh eD .rautca acot el on euq se ,”ayulid“ es euq se on ecerapa on odnauc Y .anecse a rilas racot a evleuv el euq atsah orof le rop situm ecah ogeul y acot el euq ol ecah ,atneserp es ;aseretni el )omsim oy yos euq( rotua la odnauc recerapa a evleuv y ecerapased y ecerapa ejanosrep le euq riced oreiuQ .aicneurgnocni anu aes onacrec sám otneimiuges nu agah el on alevon al euq le euq oev on ,senegopyH ed osac le ne :saicneurgnocni sal erboS

    .etnemadanutrofA .elbanipo se odot euq :erpmeis ed ol ne somatse ,nif ne oreP .adiláv ecerap em on nóicaicerpa ase euq sol arap ,ordnamiT y otsenmirA ,alevon al ne sejanosrep ed rap nu yah euq ís ,ograbme niS .etnemelbaborp ,sogeirg sol ed adiv al omoc laer néibmat y ,amsim adiv artseun omoc laeR .sasoc sase y odnad ozam le noc y odnagor soiD a :amsim adiv al omoc laer se sámeda y ,sejanosrep sol ed sonugla arap adatreca yum ecerap em euq se dadrev al ,)”sesoid sol aicah romet nu ed nóicnuf ne on ,abatcid sel aicneicnoc us euq ol oralc odneinet nabautca sejanosrep sol euq aícerap em odot erbos odnauc ,sesoid sol ed ralbah y rasnep otnat“( saelpme euq esarf al arbalap rop arbalap odneyeler y ,osac reiuqlauc nE ?se éuq ose y¿ ,fu ,oírdebla erbil :alevon al ne sesoid sol ed lepap le erboS

    .nóicnetni al ase se on ,ecerap ol is Y .elpirt le o elbod le ne ed ragul ne opmeit X ne otircse ayah es euqrop ”saidem a“ átse on alevon al euq riced oreiuQ .etsé ed nóicarolav al a sonem ohcum y ,lanif odatluser la ratcefa euq eneit on odis ayah omoc odis ayah alevon al ed nóicaerc ed osecorp le euq :oiratnemoc orto le ne ejid euq ol otiper ,sodom sodot eD .adiv al ne secev a se ísa y ,alevon al ne se ísA .litus ocop y etnajat yum arenam anu ed nevleuser es sanecse sanugla ,dadrev se ose ,ís :senoicautis ed senoiculoser sanugla ed ”otpurba“ ol erboS

    :riced oreiuq euq ol ed nóicacilpxe omoc neib eneiv euq ecerap em euqrop ,omsim ím a emratic a yov :ogah ol seup ,etnatropmi yos ay omoc ,latot y )odot ed séupsed ,ose recah a abi éuq arap orep( sarbalap sarto noc olribircser ed opmeit ognet on euq se orep oef yum átse euq ogla recah a yov aroha Y .etnematcefrep ardauc el euq oerc otsenmirA ed otneimatropmoc le :ailasraf ,ogitnoc odreucased ne ratse a ovleuv :lanif le rop odafne le erboS

    .)”selañes noc atseifinam es euq onis adan atluco in albah in sofleD ne átse olucáro oyuc leuqa“ :orucso ofosólif le olep la eneiv oveun ed íuqa y( songis ed ,selañes ed sévart a ecah ol atseifinam es euq erpmeis y artseum es acnun euq ,dadinivid al se ísa ,solle nos ísa euqrop ,res ed ah ísa euqroP .alevon al ne etnematicílpxe necerapa acnun ,)selaT ofosólif le ojid ,”sesoid ed onell átse odot“( setneserp nátse erpmeis euq a esep ,euq sesoid sonu ,naíug el euq sol sesoid sol nos :oralc átse oiretirc le otsenmirA ed osac le nE ?atimiled al euq le se oiretirc éuq o airartibra adeuqsúb anu se¿ oreP .omsim ís a odneiconoc av es ,odnartnocne av es euq ne adidem al ne y ,esodnácsub adiv us adot asap es alevon al ed otsenmirA lE .renet nadeup euq selarom senoicaterpretni sal ed negram la ,”ocioreh“ oditnes odnuforp nu noc sesarf nos ,”omsim it a etecónoc“ azer euq sofleD ne olopA ed olpmet led adartne al ne adabarg aicnetnes al o ,”omsim ím a emodnácsub evudna“ ecid euq orucso le otilcáreH ed omsirofa lE .solraznacla arap odneirrocer av euq onimac led )onalp orto ne ,amicne rop ,negram la( álla sám nátse ,sovitejbo sus ,sarim sus euqrop ;salle noc rabaca o sadiv ravlas edeup ,selracidujrep o setnajemes sus a raduya edeup ,lam le recah o neib le recah edeup adeuqsúb ase ne y ,etnemelbaroxeni onitsed us racsub )sorto sohcum y satic euq sejanosrep sose seoréh nos euq le ne oditnes le ,renet ebed euq oditnes le eneit ”eoréh“ íuqa y( eoréh led azelarutan al ed etrap amrof…

    .recah a somav el éuq ,nedecorp on ,yah sol on alevon al ne euq se orep ,sageirg y sogeirg ertne sotneimaromane aírbah euq oralC .airotsih al a ocitnámor euqot nu rad ed dadilanif acinú al noc salevon sanugla ne rodazlac noc saditem sasoroma sairotsih sal naírrihc em néibmat ím A .aicerG ne sasoc sal nare ísa euq riced aíreuq ,nódrep ,on …eeeetsE ?on¿ ,rejum anu ne laedi le se ose orep ,adan ne napicitrap in nalbah sanepa euq otreiC .alevon al ne serejum ortauc necerapA .siáregaxe euq oerc :serejum sal ed lepap le erboS

    .zev arto opmeit le óbaca em es euq ,odagell someh íuqa atsah Y

    .sodulaS

    .dadilibatnoc ed orbil le avell euq le se lé euq ,ivaJ etsetnoc et euq anitnegrA ed ol ,oicangi :DP

    ?niE¿ ?arbalap ase ne nóiug núgla atlaF¿ ?”adailivac“ anu se éuq¿ :edivlo em es euq ed setnA :2DP

    Más o menos…

  97. Ascanio dice:

    …odaredom nayah et euq añartxe em on ,ivaC ,otnaS soiD

  98. Daniekes dice:

    Si es que no hay que darle cuerda……. ;-)

  99. Thersites dice:

    snılıʌɐɔ ‘uóıɔǝuʇɐ ɐl ɹɐɯɐll ɐɹɐd ɹɐʇuǝʌuı ǝnb sǝqɐs ou ɐʎ ‘oƃǝnl ǝpsǝp

  100. Valeria dice:

    dêmêns,dêmentis.

  101. Clío dice:

    Menos mal que no se necesita espejo para leer, ¿cómo haceis eso chicos?

  102. cavilius dice:

    Pues apretando las teclas, claro.

    Thersites, tienes toda la razón pero tampoco hacía falta ser tan duro…

  103. Clío dice:

    Imagino que así será, pero tendrá una técnica distinta a la normal, digo yo! en fin….

  104. Akawi dice:

    ¡¡ Ay Señor, Señor!!
    Cavi ¿Se te han subido a la cabeza las últimas novedades que has vivido?

  105. Germánico dice:

    Se dice «bebido», Akawi.

  106. Akawi dice:

    Eso es, bebido, ¿tal vez sean los viajes los que le marean? Ja, a, ja,….

    Cavilius perdona, es qué si no le doy la razón al isleño se me enfada.

  107. Akawi dice:

    Hace un par de días terminé de leer la novela Hellenikon, y sin temor a equivocarme, me parece un estupendo relato.

    Me ha gustado mucho este libro.

    ¿Por qué? Porque nos cuenta, no sólo la larga vida del protagonista, sino que nos relata como viven los griegos de esa época, cómo piensan, cómo actúan, sus sentimietos, sus preocupaciones y su relación con los dioses.

    Farsalia dijo: » No me ha gustado uno de los temas de fondo (el poder de los dioses de influir en las decisiones humanas). Pero yo le pregunto: ¿Qué civilización de esa época o anterior, no sentía esa influencia divina? ¿La egipcia, la asiria, la romana? En esto no le entiendo.

    Flaco favor nos haría si en el libro no aparecieran los dioses, cuando es sabido que, para cualquier duda consultaban el oráculo. Es decir, a los dioses los tenían siempre muy presentes.

    El texto va suavemente trascurriendo entre unos y otros personajes, que desaparecen y emerjen para hilar una magnífica trama donde destaca el peso de la culpabilidad de Arimnesto y la negativa de Calívides a aceptar los cambios políticos que, al final desembocaban en guerras y en pérdidas para el pueblo llano, como él era.

    Al igual que me gusta la personalidad que le ha dado a los jóvenes de la novela. Evandro con la furia en las venas por luchar por los enemigos de su pueblo, en contraposición con la postura de su padre y el joven Sibotas, que como cualquier jóven cree poder cambiar la política social ejercida contra los esclavos ilotas.

    En cualquier libro que se hable de espartanos, los ilotas tienen que ir de su mano. Eso es un hecho.

    Sobre la extensión del texto, pienso que es un relato que el autor tiene en su cabeza antes de empezar a escribir, y sabe lo que quiere contar y hasta dónde, ni más, ni menos. Si hubiera escrito doscientas páginas más, ya no estaríamos hablando de Hellenikon, sino de otra novela.

    Como ya he dicho una excelente novela, con sus sentimientos, sus intrigas y un poco de irónia, basada en la clásica Grecia y sus Mitos.

    Un abrazo.

  108. Akawi dice:

    ¡u¡fff, perdón…! Emergen, quise decir. Un lapsus.

  109. cavilius dice:

    Gracias, Akawi, me alegro de que te haya gustado. Me alegro de verdad.

    Caramba, Thersites, después de tres días, ahora acabo de descubrir lo que decía tu comentario…

  110. farsalia dice:

    Comenta Akawi:

    «Farsalia dijo: ” No me ha gustado uno de los temas de fondo (el poder de los dioses de influir en las decisiones humanas). Pero yo le pregunto: ¿Qué civilización de esa época o anterior, no sentía esa influencia divina? ¿La egipcia, la asiria, la romana? En esto no le entiendo.»

    Sentir, lo que se dice sentir, sentimos incluso hoy día la influencia del dios católico, aunque eso no quiere decir que dirija nuestros actos…

  111. Koenig dice:

    «Sentir, lo que se dice sentir, sentimos incluso hoy día la influencia del dios católico, aunque eso no quiere decir que dirija nuestros actos…»

    Sospecho que habrá gente que tampoco esté de acuerdo con eso.
    :-)

    Saludos.

  112. juanrio dice:

    Hoy día, para mí, la única influcencia que admito de los dioses o de las religiones es la cultural. Indudablemente de unas más que de otras y de algunas en absoluto. Lo que no guian ni los dioses ni las religiones son mis actos. Dudo que guien los actos de mucho creyentes, como para que influyan en los descreidos….

  113. farsalia dice:

    Of course, Koenig, of course… ;)

  114. Clío dice:

    Pues yo también he acabado la novela, y como ya dije por ahí me ha parecido una gran tragedia, en el sentido más clásico: por su estructura, por el sino de los personajes, por su final…. A mi modesto entender, ni le sobra ni le falta nada, tiene la justa medida. Me han gustado y me parecen originales los monólogos de los personajes contándonos sus inquietudes, sus pensamientos…..la mezcla de unos pensamientos con otros. No digo nada del tema femenino, que ya ha quedado claro y además en toda tragedia clásica que se precie incluso los papeles de mujer los hacia un hombre.
    Cortas y contundentes las descripciones de las batallas, me quedo con el dulzor del hinojo en Maratón y la batalla final de Arimnesto con los mesenios, sublime.
    Por ello y mucho más que ya se ha dicho, me ha gustado y mucho tu novela, Cavilius o mejor en este caso, Luis, y estoy convencida de que las Pitias te auguran un gran futuro como escritor.

  115. Akawi dice:

    Farsalia contesta:

    …»Sentir, lo que se dice sentir, sentimos incluso hoy día la influencia del dios católico, aunque eso no quiere decir que dirija nuestros actos»…

    El la novela no dice que sean los dioses los que guíen sus pasos, entiendo yo, sólo comenta que el protagonista así lo cree y lo siente.

  116. farsalia dice:

    Lo bueno de este intercambio de opiniones es la variedad de lecturas y percepciones que cada uno tiene. ;)

    Justamente, Luis/Cavilius comenta que no, que en dos personajes esa percepción mía no la ve así, aunque en algunos otros sí. Yo disiento, veo a los personajes demasiado «mediatizados» (toma anacronismo…) por los dioses, por su influencia e incluso en sus actos. También veo que se trata de una novela, que ya se sabe, hay licencias literarias y eso, aunque personalmente creo que chirría.

  117. cavilius dice:

    Gracias por tus deseos, Clío. A ver si puedo pasarme un día de estos por casa de las Pitias y me dan su oráculo por escrito…

    Pues sí, Akawi, en efecto: en ningún momento aparece Apolo o Zeus o cualquier otro dios en la novela (salvo en aquella ocasión que ya mencioné y con la salvedad que dije) hablando o tomando parte de la acción. Los dioses están presentes porque se habla de ellos o se piensa en ellos; y en tanto que se habla o se piensa en ellos (con mayor o menor fervor, con más o menos credulidad, con mucho o con poco respeto), intervienen en la novela.

    No sé si entiendo la licencia literaria de la que hablas, farsalia: ¿consiste en que casi todos los personajes tienen a los dioses siempre en la cabeza pero luego actúan como si no fuera así? Si es eso, a mí no me parece en absoluto una licencia; pero vaya, que no hay problema en que a ti sí. Sólo que no lo entiendo.

    SAludos.

  118. farsalia dice:

    Posiblemente me explico fatal. Me refería a que los personajes tienen los dioses en la cabeza y algunos de ellos actúan como les place, con lo cual la influencia de los dioses no es tanta. Aunque como es una novela, y no un ensayo, no me sorprendería tanto que la influencia de los dioses fuera tan importante, pues a fin de cuentas podría ser una licencia literaria, y ya se sabe, en las novelas se pueden tomar licencias más que oportunas, y tal y cual… y qué mal me explico, dioses.

  119. cavilius dice:

    No, te explicas muy bien. Lo que pasa es que los dioses confunden tus palabras…

  120. farsalia dice:

    ¡Malditos dioses! Ya decía yo que sobraban…

  121. Nes dice:

    Hola

    Bueno, ahora llego a este post, después de haberme leído el libro por fin.
    Para empezar comentar que no me he leído ni la mitad de los comentarios de esta reseña; uno de los fallos que cometí antes de empezar a leer la novela, precisamente fue el haberme leído los comentarios que hasta ese momento estaban y eso, ha perjudicado mi lectura, al principio leía y no hacía más que pensar y preguntarme por cosas que nunca se me habría ocurrido plantear con cualquier otra lectura.

    Si si, soy influenciable, que le voy a hacer, así que después de darme cuenta de esto, decidí hacer un pequeño paréntesis e intentar disfrutar de la novela tal cual, como haría con otra cualquiera, al fin y al cabo, al autor le conozco más bien poco (si a esto de intercambiar algún mensaje se le puede llamar conocer).
    Después de este pequeño preludio voy a intentar dar mi opinión sobre el texto, perdón antes os pondré en situación:
    No he leído más que un libro sobre la Grecia clásica (Y además novela) que es Salamina, así que evidentemente el contexto del relato como que se me escapa; claro, conozco los episodios más “famosos”, pero vamos como cualquier persona que tenga algo de inquietud histórica…

    Así que después del paréntesis que antes he comentado me puse a leer la novela que en eso si me considero un experto, en novela , que ya he leído unas cuantas y además históricas y así con lo dicho antes y lo puesto en el período que me siento, tengo que decir que me ha parecido una buenísima novela histórica, me ha gustado por la originalidad a la hora de exponer la historia, me han gustado los personajes, me ha gustado la descripción de la manera de vivir helena y me ha encantado, ese enfoque trágico del final de la historia… a veces, solo a veces es casi mejor no conocer con profundidad la historia real para que cuando lees un libro te vaya descubriendo los hechos sin que te los esperes.

    No le debo nada a Cavilius, ya dije que apenas le conozco, solo se una cosa, dejando a parte análisis con más profundidad sobre personajes concretos e historia Griega, la novela es muy buena, por lo menos para mi, me ha gustado, así de simple y complicado a la vez… es la primera y no lo parece.
    Y termino, no iba a poner ningún comentario sobre la novela por que me parecía un poco “ñoño” decir que era muy buena y demás, pero pensándolo bien, y aunque venga de un osado neófito en los temas griegos, también me pareció injusto no ponerlo, aunque sonase algo empalagoso. En fin, si mejoras con el tiempo al escribir más, será un verdadero placer tenerte entre mis lecturas. Felicidades.

    S2

  122. cavilius dice:

    Te agradezco el comentario, Nes, y me alegro de que te haya gustado la novela. Y no me alegro tanto por ser yo el autor (que también, para qué nos vamos a engañar) como por el hecho de que lo hayas pasado bien leyendo.

    Saludos.

  123. Antonio Penadés dice:

    Bueno, ahora le toca a un servidor. Acabé hace unos días el libro y tengo que decir que disfruté un montón leyéndolo, así que cumplió con lo más importante (coincido con lo que dice Cavilius en su último comentario). Uno se encuentra cómodo en la lectura porque se nota que el autor controla de verdad el contexto histórico. No estás padeciendo por detectar esa típica pretensión que tienen algunos por mostrar lo mucho que saben. Esta novela rezuma por todas partes un profundo conocimiento de los autores clásicos (sobre todo Heródoto), pero parece como que no se nota.

    Hay, eso sí, algunas cosas que no me han gustado (cómo no, es algo inevitable), pero prefiero reservármelas para decírselas directamente a Cavi en cuanto tenga ocasión.

    Por otro lado, la reseña de Farsalia me ha parecido espléndida. Y la descripción que hace Cavi de su propia obra me ha puesto los pelos de punta por su profundidad y por su honestidad. Y también por su humildad (aunque eso ya sabíamos que iba a pasar): en una ocasión él mismo denomina “novelilla” a ese pedazo de novela histórica.

    Y a quien corresponda, enhorabuena por el título y por la portada.

    Os deseo que tengáis todo el éxito del mundo, tanto el autor como el editor lo merecéis.

  124. Sangón dice:

    Bueno. Pues yo también me he leído la novela. Después de lo dicho por todos los que me preceden, es difícil añadir algo nuevo. Me han gustado la ambientación, la documentación (se nota que el autor “sabe” mucho pero no resulta pedante), los personajes (sus sentimientos y acciones son creíbles), el emplear el punto de vista del griego de a pie y el glosario y los apéndices finales que, para un lego en la materia como yo, son muy útiles.

    Me ha gustado menos el “laconismo” de algunas escenas, que, si por una parte le dan agilidad al relato, en ocasiones se cortan cuando la acción parece y merece tomar más vuelo y el escaso desarrollo de algunos personajes (Hypogenes principalmente) que merecían una mayor atención. Simplemente con haber desarrollado mas estos dos aspectos el libro hubiera alcanzado una superior categoría y las cien o ciento cincuenta páginas que algunos hislibreños han echado en falta y además evitarían la sensación de que la novela sabe a poco o de que “el que mucho abarca….”

    Finalmente quiero felicitar a Cavilius. Es un autor novel, no profesional, que ha parido con esfuerzo esta su primera novela y que ha dado a luz un buen libro, que deja un buen recuerdo final y que merece ser releído mas adelante sin abandonarlo en el rincón más apartado de nuestra biblioteca. Enhorabuena y a por el segundo….

  125. cavilius dice:

    Gracias, Antonio y Sangón, por vuestras palabras, y sobre todo por haber leído la novela.

    Ya dije una vez, nosécuándo nosédónde, que ojalá tuviera yo la perspectiva y distancia adecuadas para leer el libro de manera objetiva, tan objetiva como vosotros lo habéis leído o como yo leo cualquier otra novela que no sea esta. De ese modo estoy seguro de que captaría nuevos detalles, de que tendría nuevas percepciones, buenas o malas, acerca de lo leído, y me saldría más del papel de autor, que no me gusta un pelo, y me acercaría más al de lector, que es lo mío. Pero ese asunto de la distancia y la perspectiva es algo que sólo el tiempo puede arreglar, hasta cierto punto al menos. En cualquier caso, y como es obvio sin salirme (sin poder salirme, por desgracia) de mi papel de autor, soy subjetivamente consciente de algunos aciertos y algunos errores de la novela, y no sé si por mis comentarios lo parecerá o no pero la verdad es que tengo más consciencia de los segundos que de los primeros. Pero contra eso siempre tiene uno el consuelo de que por algún lugar hay que empezar lo que uno quiere empezar, y de que no hay más camino que el que se hace al andar.

  126. Muy buena (y muy griega) la novela de Luis Villalon, os dejo la reseña que publicamos en nuestro blog por si puede interesaros:
    http://www.novelahistorica.net/2009/03/hellenikon-novela-historica-hellenikon.html
    Un saludo y gracias,

  127. jerufa dice:

    ¡Por fin llegó a mis manos tu libro, Cavi!
    Creo que media España ha leído tu dedicatoria.
    Le meteré mano en cuanto pueda. Ahora estoy leyendo Motín Rojo.
    Un abrazo muy fuerte.

  128. Germánico dice:

    La España insular no la ha leído…

  129. cavilius dice:

    Jerufa, me alegro de que por fin tengas el libro en tu poder, ojalá no te decepcione su lectura. Por si te consuela, yo no lo tuve en mis manos hasta unos quince días antes de la presentación de Madrid.

    Germánico, ten fe (que no es lo mismo que «Germánico, fetén»). Al parecer ha habido muchos problemas en la distribución, Javi dixit. Aunque que aún no haya llegado a Las Afortunadas es asaz preocupante…

    Saludos, Ramón, y me alegro mucho de que la novela te haya parecido interesante y que le hayas encontrado tantos aspectos positivos. Pásate por Hislibris cuando quieras, esta es tu casa.

  130. Javi_LR dice:

    Javi Nihil dixit, malum est quod ait.

  131. Ascanio dice:

    Lo realmente preocupante es lo que el jueves pasado me pasó en La Casa del Libro de Sevilla; debe ser la cuarta vez que pregunto allí por tu libro, Cavi, y nunca lo han tenido. El jueves pasó lo siguiente: después de buscar en el ordenador, me dicen que hay un ejemplar (¡toma ya!) y la dependienta se va a buscarlo en la «V» de la sección de Novela Histórica y, por supuesto, no estaba por ninguna parte. Conclusión: el que quiera comprarse en Sevilla Hellenikon o ver qué aspecto tiene, las lleva claras.

  132. Valeria dice:

    Pues yo el día del libro descubrí con satisfacción que en las dos librerías en las que estuve tenían el Layos y el Hellenikón.

  133. Ascanio dice:

    Concho, pues entonces debe ser algo autóctono y realmente cabreante.

  134. ignacio el argentino dice:

    Más que autóctono debe ser personal Ascanio, no te lo quieren vender, jejeje

  135. Ascanio dice:

    Pues debe ser eso, sí… Grrrrrrrr…

  136. Josep, el cabreado, dice:

    Yo creo que es un problema de distribuidoras… y de La Casa del Libro. Si os cuento todo lo que ha pasado en Valencia, podría escribir otro libro (que tampoco distribuirían, claro)

  137. Akawi dice:

    Yo intenté comprarlo para regalar en Fnac de Murcia, me dijeron que no lo tenían pero que lo pedirían al distribuidor; pasaron más de veinte días sin saber nada y al fin me llegó un mensaje de móvil diciendo: cancelamos su pedido, la empresa distribuidora no dispone de este libro. ¡Toma ya!

    Javi_LR habrá que darle un tirón de orejas a los distribuidores de Evohé del sur y sureste.

    Ánimo y paciencia.

  138. Sertorio de Hispalis dice:

    Gracias Ascanio, ya estoy avisado……………………………..

  139. juanrio dice:

    Conseguir entrar en el mercado es, posiblemente, la tarea más difícil para una editorial. La distribución debe ser uno de los peores infiernos por los que se pasa como editor y supongo que será un terrible disgusto para el autor no encontrar su libro en las mejores librerías. Lo único que puede cambiar esto es encargar el libro, con eso al menos consigues que lo pidan a la distribuidora y lo conozcan, además de avisar al editor para que le tire de las orejas al distribuidor.

    Sólo puedo desear suerte al autor y a la editorial con esto. Y animar a los que queréis el libro a reclamarlo en las librerías.

  140. cavilius dice:

    Pues gracias por los ánimos, juanrio. A ver si un día puedo pasarme por La Casa del Libro de Barcelona a ver cómo andan de Hellenikones. Hace poco estuve en el FNAC y me alegré mucho porque vi tres ejemplares. Y hace aún menos volví a pasarme y sólo quedaba uno. Y fui yo quien los compró, qué emoción.

  141. juanrio dice:

    Últimamente visito pocas librerías, no FNAC o Casa del libro que son otra cosa, pero si consigo sacar un poco de tiempo me voy a lanzar a una gira por las de verdad que hay en Madrid, buscando los libros de Evohé. En mi librería de cabecera si llegan todos y allí es donde los compro yo y sé de un montón de librerías en las que apuestan por editoriales más pequeñas, no los monstruos que acaparan el mercado y plantan sus lineales en las megalibrerías o los hipermercados.

    El 29 de mayo comienza en Madrid la Feria del Libro, el acontecimiento en torno al libro más grande de España y no sólo en lo comercial. Será un buen momento para pasear y ver que se cuece en las casetas. Así que, abrid los ojos y preguntad.

  142. farsalia dice:

    Cavilius dixit:

    «Pues gracias por los ánimos, juanrio. A ver si un día puedo pasarme por La Casa del Libro de Barcelona a ver cómo andan de Hellenikones. Hace poco estuve en el FNAC y me alegré mucho porque vi tres ejemplares. Y hace aún menos volví a pasarme y sólo quedaba uno. Y fui yo quien los compró, qué emoción. »

    Pues la semana pasada vi una lista de Hellenikones, pero no recuerdo dónde… ¿FNAC? ¿Casa del Libro? No recuerdo…

  143. cavilius dice:

    Huy, qué fallo. Donde antes dije «y fui yo quien los compró«, evidentemente (¿evidentemente?) quise decir «y NO fui yo quien los compró».

  144. cavilius dice:

    Sería en mi casa, farsalia…

    Bueno, no, que en mi casa sólo tengo dos.

  145. Derfel dice:

    En Oviedo hay bastantes: todavía hoy vi una fila completa.

  146. Akawi dice:

    Lo que comenta Juanrio fue lo que hice yo en Fnac de Murcia sin resultados positivos, lo intentaré en otras librerías, no sólo con Hellenikon si no también con Layos, Cinco miradas… y con Los siete libros del Mediterráneo.
    Habrá que hacer algo para que conozcan Edic.Evohé. Aún así, si existe otra manera en la qué podamos ayudar, sólo tienes que decirlo, jefe.
    Son buenos libros para que pasen desapercibidos, ¡jolín!

    Abrazos.

  147. Rodrigo dice:

    En mi opinión, una obra que hace honor a su ámbito mayor: la Literatura.

    Me ha encantado su estructura. La apertura, sensacional; de las mejores que he leído en mucho tiempo. Tan buena que por un momento me pregunté si lo siguiente no defraudaría, por el riesgo de que decayese la tensión emocional; por fortuna no fue así.

    Es cierto que la relativa abundancia de vocablos griegos me ha entrabado un poco la progresión de la lectura, sobre todo al inicio. Cada ida al glosario implicaba una breve interrupción, pero el pequeño esfuerzo se veía compensado por el interés de la trama y el sostenido ritmo del relato.

    Encuentro muy efectivo el estilo más bien parco de la novela; lacónico, sí, de ninguna manera árido. Va directo al grano, bien que permitiéndose algunas coloridas y refrescantes pinceladas –notable toque, el de la fragancia del hinojo en la bahía de Maratón-. Tal vez la predominancia del referido estilo sacrifique un punto la posibilidad de infundir calidez a la narración. También prima una cierta contención en el plano del modelado y evolución de los personajes, acaso mermando el efecto empático –sobre todo en el extremo de sentirse el lector más o menos identificado con un personaje; pero no son éstos los medios exclusivos en literatura si de cautivar se trata. (Gustándome Camus, no me iba a gustar el modo de Villalón.) En todo caso, con las venturas y desventuras de Arimnesto y las rabietas del áspero Cavílides hay bastante en este sentido. A su modo, resultan sobradamente simpáticos, entrañablemente humanos. Y no sólo ellos. Pero está claro que la trayectoria vital y sobre todo ética del primero es lo que «se roba la película».

    Ni hablar de los diálogos: en ellos reside gran parte de la fuerza dramática de la narración, y me han parecido muy bien construidos. Pero también la apretada y tremenda sucesión de hechos -con su portentoso trasfondo histórico- tiene el poder de conmover y cautivar (apretada en la estructura narrativa, que no la cronológica, puesto que cubre un buen tramo de historia griega).

    Elogiable el toque de complejidad en materia de perspectiva narrativa. Es cierto que, según es ley, corresponde ésta a los dos personajes principales, los mencionados Arimnesto y Cavílides; pero también hay los figurantes –incluyendo personajes históricos- que tienen el privilegio de asumir por turnos la conducción de la trama, aunque sea por breves instantes. Demarato, en lo referido al incidente de Eleusis, por ejemplo; o, en el pasaje inicial del capítulo relativo a Maratón, el enfoque escalado en Arístides, Evandro y Arimnesto: estupendo. Tratándose de una novela breve, bien podría haber optado el autor por restringir el primer plano a uno o dos personajes con exclusión de cualquier otro, y no hubiese quedado mal. Pero la referida diversidad confiere amplitud panorámica a la narración, a despecho de la brevedad del texto; un soplo de amplitud sinfónica con los respectivos registros de las voces instrumentales, sin jamás llegar a desafinar. Con lo que quiero decir también que los personajes me han parecido por lo general muy naturales, delineados lo justo como para que cada uno desempeñe su papel sin desentonar ni verse los hilos que los mueven. En lo que cabe: personajes, no marionetas.

    En fin. En mi opinión –repito-: una lograda novela, Cavilius. E

    Saludos.

  148. cavilius dice:

    Me alegro de que te gustara, Rodrigo. Vaya, he releído de nuevo tu comentario y parece que la novela sólo es superable por la que en un futuro escriba Urogallo cuando se decida por fin a hacerlo. Como ya he comentado antes, mi pretensión (alta, lo confieso) era que el protagonismo lo tuviera «lo helénico», que la novela «oliera» a griego (al menos en el sentido en el que yo creo que «huele» lo griego), que el vivir griego de aquellas gentes de finales del VI y principios del V a.C. fuera el protagonista. Y para ello opté por que los personajes, como tú dices, estuvieran delineados lo justo, y que fueran sus conversaciones y no sus caracterizaciones o las descripciones de paisajes, escenarios, etc., es decir, que fueran sus diálogos y no un narrador (que habría sido yo mismo inevitablemente) los que «construyeran lo griego». Por así decir, y aprovechando el comentario de alguien que decía que se imaginaba fácilmente escenas de una película, se trataría de una película sin música, sin banda sonora, en la que sólo se oirían las voces de los personajes y los sonidos de sus pasos, de sus armas, del viento….

    En fin, repito: me alegro de que te haya gustado, Rodrigo.

    Saludos.

  149. Leo C dice:

    Hola, después de ver la publicidad, ver la reseña y todas(bueno, tal vez algunas por que eran muchas) las criticas al libro, me entró el interés por leerlo, pero en mi país lo he buscado en las librerías más grandes(que son 2) y en otras no tan grandes, pero que siempre tienen libros del genero. y nada. ¿ Alguien sabe cuándo esta novela llega a latinoamerica?(en especial a Chile, ya que soy de los que palpan el libro y después lo compran(manías de uno.. xD), además no dudo que por estos rumbos igual le iría bien al libro)

    Saludos.

  150. Javi_LR dice:

    Pasaba yo por aquí y me he dicho: «Uf, cuánto tiempo de esta reseña, y… no, no dije nada. Bueno, ahora creo que podré exponer largo y tendido lo que yo pienso acerca de esta obra y, por qué no, de la reseña del gatito». A ello que voy.

    1. Javi_LR dice:

      Pues ya será mañana, porque me está saliendo un ladrillo del tamaño de una catedral de las grandes. Además, ha empezado el Madrí.

  151. Valeria dice:

    Mardito fúrgol!

  152. Ascanio dice:

    Pues el ladrillo se debe haber transformado en un pilar de la pirámide de Giza…

  153. Aretes dice:

    Ya decía yo que qué hacía otra grúa al lado de las torres de Madrid…

  154. juanrio dice:

    No le habéis entendido, está escribiendo Hellenikon II….

    1. Javi_LR dice:

      Ains… Como no se hagan las cosas al acto…

      La verdad es que es una buena sábana, sí.

  155. Aponopa dice:

    Pues será verdad todo lo que decís pero yo no puedo opinar porque no encuentro la obra en formato electrónico por ninguna parte, ni comprada legalmente ni descargada sindezmente.

    Y me conideran un buen ratón buscador, pero nada.

    Si alguien puede darme una pista… Gracias.

    1. Javi_LR dice:

      Uf, ni esa, Aretes. ¡Contra la pared!

      Aponoga, se está preparando en formato digital. ¿Quieres que te avise por correo electrónico cuando esté finalizada?

      Saludos.

  156. Aponopa dice:

    Si, por favor, te lo agradecería mucho.

  157. cavilius dice:

    A mí también, por favor. Estoy también muy interesado.

    1. Javi_LR dice:

      Anda, el que me contestó a las semanas…

      Aponopa, ¿me puedes escribir al correo genérico de Hislibris y te comento? Gracias.

  158. Aretes dice:

    Cachis… Hacía tiempo que no me mandaban al rincón.

  159. Uro Cornelio Gaio Achaicus dice:

    Es curioso que para mí esta novela siempre vaya a estar relacionada con un comentario de Clio. «El olor del hinojo».

    El olor del hinojo embriagador, casi divino, como la señal divina que el protagonista necesita para combatir al medo, al persa de larga cabellera.

    Siempre se ha dicho que no existe Esparta, existían los Espartanos, como una colectividad fuera de la cual la existencia de un espartano no tenía sentido ni objetivo. Pero sabemos que hubo espartanos exiliados, reyes naturalmente, que han merecido el recuerdo de la historia.

    ¿ Por qué no otro tipo de espartanos, con motivos no menos razonables?

    Esa es la vida del protagonista. Otro hombre en busca de su destino, como han estado todos los hombres desde el principio de los tiempos. Y, en este caso, dejando aparte la religión oficial, el culto organizado tan fundamental para los griegos, busca el protagonista su propia respuesta individual frente a la divinidad.

    ¿ Cual es la voluntad de los dioses?

    Esa voluntad busca el protagonista huyéndo de la sagrada Esparta, recorriéndo Grecia, regresándo, dejándo atrás al hijo propio para educar al ajeno y salvar al de su enemigo…La figura del padre, a través del anciano, amigo del protagonista, no es la menos dimenión de la novela.

  160. Lopekan dice:

    Tengo entendido que «marathon» significa «campo de hinojos». ¿Será ese su significado? Otros dicen que se diría «marathrón».

    En cuanto al libro: puede que le falte algún capítulo que otro, pero tengo claro que no le sobra ni un solo párrafo.

  161. cavilius dice:

    Gracias, Lopekan.

    Los expertos en griego dirán pero por lo poco que yo sé, se cuenta que la llanura de Μαραθών recibió su nombre porque en ella había extensos campos llenos de hinojo, μάραθον.

  162. Vorimir dice:

    El año pasado me quedé con las ganas de escribir reseña para mi blog después de leerla al fin. Ahora, con el blog nuevo, he subsanado el asunto:

    http://latorredevorimir.blogspot.com.es/2015/11/resena-de-hellenikon-de-luis-villalon.html

  163. Iñigo dice:

    Fantástica lectura. La disfruté con gusto. Con permiso… http://elpuentelejano.blogspot.com.es/2016/09/hellenikon.html?m=1

  164. cavilius dice:

    Acabo de descubrir una página de podcasts, Rumiantes de la historia, en la que han subido la novela Hellenikon en 27 capítulos que se pueden escuchar como si fuera una radionovela. Asombrado me he quedado, y no puedo más que agradecer y aplaudir la iniciativa. Los capítulos oscilan entre 15 minutos y media hora de duración, y están muy trabajados: voces con diferentes tonos, música de fondo, efectos sonoros excelentes… Un trabajo enorme.

    Para quien lo quiera escuchar, aquí tenéis el enlace.

    1. Farsalia dice:

      Trabajazo el suyo… bravo.

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